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Capítulo 7: Castigo.

ATENCIÓN;
Capítulo bajo tu responsabilidad. Si no toleras este tipo de cosas, retírate A-H-O-R-A.
Por su compresión, gracias.




-Adelante, no muerdo -rió Justin. Jenn sintió una corriente eléctrica en su espalda, aquella risa era escalofriante.

Tomó valor y se adelantó cerrando la puerta detrás de ella.

-Coloca seguro, por favor -pidió Justin.

Jenn sólo obedeció mientras se oía un "Gracias" de parte de él.
Justin se acercó a paso lento hacia ella, quién estaba sin mover ni el más mínimo músculo ya que en el fondo estaba muy nerviosa y tenía temor de que él le pudiera hacer algo.

Sus ojos mieles se posaron al rededor de ella.

-Gira lentamente -ordenó. Jenn empezó a girar con temor a paso lento.

Los ojos de Justin no se despegaron de ella. Admirando su cuerpo, admirando el gran cambio que había dado; aquel conjunto le hacía ver su pequeño cuerpo resaltado, el color del cabello era espléndido, le llegaba un poco más abajo de la cintura y por un momento pensó e imaginó como se vería con una trenza para que cuando...

-No sé si me veo bien -susurró la rubia despejando a un Justin muy pensador de sus morbosos pensamientos.

Justin sonrió por su comentario. Se acercó hasta quedar frente a ella, dejado tan sólo unos centímetros cara a cara.

-Te ves perfecta -susurró él mientras le acariciaba la mejilla lentamente, ella se estremecía.

-¿Ya me puedo ir? -dijo con temor.

Justin negó con una pequeña sonrisa-. Me temo que eso no sucederá.

Dicho eso, la tomó de la cintura dándole la vuelta, dejando que él estuviera detrás de élla colocándola boca abajo de su escritorio.

-Los estilistas han hecho un gran trabajo, creo que es el mejor que he visto de todas mis pequeñas.

Tomó a la chica por las manos hacia atrás y con una pequeña cuerda de unos 15cm aproximadamente que ya tenía listo, amarró sus manos haciendo un nudo muy fuerte pero a la vez no tanto, para no lastimarla.

Jenn por su parte susurraba cosas con miedo y pequeños sollozos salían.

-Esta habitación es contra sonido, puedes gritar todo lo que quieras, pero no podrán escucharte -rió.

-¿Qué me harás? -susurró.

-Lo primero que se me pasó a la mente cuando te vi -acercó su rostro al de ella tomándola de la mandíbula-. Castigarte.

Jenn abrió los ojos, había escuchado de los castigos, sólo que no sabían cuales eran.

-Desde que te vi aquella vez, vi que no tenías modales, Jenn -chasqueó su lengua-. Yo no tolero a las niñas que se portan mal. Eso no es tener modales o educación. -la sujetó de su cadera pegándola más al escritorio. Alzó su falda dejando a su vista la ropa interior de la chica.

-Pero esa era mi anterior yo... ahora soy otra... soy una de tus...

-¿Sabes que les pasa a las pequeñas que se portan mal? -le interrumpió.

-Supongo que las castigas

-Exacto -pausó-. Pero también las torturo y frusto sexualmente. -sonrió.

Jenn sintió arder todo su rostro cuando Justin empezó a masajear su trasero y después chilló cuando le dio una nalgada lo suficientemente fuerte y dejar la palma de su mano como marca.
Ella al instante dejó soltar un pequeño gemido.

-Has sido una pequeña muy mala. -cogió su mandíbula y plantó un beso sorprendiéndola y dejándole con una mente muy ida.

Bajó la ropa interior dejándola desnuda de la parte de abajo, despojó las prendas con cuidado y abrió sus piernas dejando una linda vista para él.

-No me importa si es tu primera vez.... pero ahora me perteneces. -dijo pasando un dedo por su feminidad lentamente.

Jenn soltó un gran respiro cerrando sus ojos con fuerza.

-Por favor... de-detente...

Justin ignoró su comentario y siguió. Ahora eran dos dedos. Después, lamió tres dedos y los introdujo sin previo aviso, dejando que Jenn soltara un gemido, un gemido de placer.
Adentró y sacó varias veces seguidas éstos mientras daba unas nalgadas fuertemente al mismo tiempo.
Jenn sentía su cabeza explotar, estaba mal, eso que él le hacía estaba mal, pero otra parte de ella le gustaba, no sólo eso, si no que también lo disfrutaba.
Era un sensación extraña.

-M-Más por fa-favor.... -pidió cegada por la excitación que su cuerpo le invadía.

Justin sonrió ante sus palabras. Era la primera vez que sentía que ella le llamara por adentrarse en su papel. Prosiguió pero antes de que ella se viniera, sacó sus dedos dejando su punto final antes de acabar, dejándola que no cumpliera su final.

-¡N-no! -la chica dejó salir un molestoso gruñido-. ¿Por qué te has detenido?... -susurró tímida.

-No puedes correrte a no ser que yo te lo diga, y mucho menos te voy a dejar hacerlo ya que te has portado muy mal.

-P-pero...

-Nada de peros. -interrumpió besándola-. Ahora voy a follarte.

Un Justin frustrado sexualmente, tiró todo lo que se encontraba en el escritorio para que ambos se pudieran acomodar.
Colocó a Jenn quedando boca arriba y subió su blusa, después quitándole su sostén y dejándola totalmente desnuda frente a su fría mirada.

-Me fascinas. -dijo brusco dejando besos de su oreja hasta casi llegar a sus pechos. Ella sólo soltaba suspiros.

Justin abrió su cremallera, dejando caer sus pantalones y sus bóxers, y finalmente saliendo su gran compañero del sexo duro.

-25 centímetros de placer. -le guiñó un ojo.

Tomó un condón de uno de los cajones del escritorio, rompió el papel y se lo colocó.

-Prepárate para amanecer adolorida. -dijo con una sonrisa algo perversa.

Dicho esto sin más, la tomó de sus caderas acercándola a él, haciendo contacto ambos cuerpos y entrando en ella.
La chica gritó por la fuerza que aplicó, era como si te golpearan el estómago y sacando todo el aire de tus pulmones.
Siguió con el mismo proceso, lastimando su pequeño cuerpo, mordiendo partes de su cuello donde no dudaría que habría grandes chupetones más tarde, marcas rojas que se notarían en su blanca piel, no sólo era follarla, la estaba torturando un poco físicamente.

-Por favor.... detente -pidió a lágrimas y cansada.

Justin parecía que nada le importaba más que oírla como sufría ante aquellos tactos desgarradores.

-Por favor.... Papi...

Justin siguió en su acto pero se detuvo a los segundos para verle directamente a sus ojos, que estaban rojos de tanto llorar.
Y aunque le enojaba admitirlo, no quería lastimarla.

Pero se dio cuenta de que ya era tarde.

Le encantaba verle así, pero una parte de él no quería que estuviera triste, sino que a la vez también disfrutara el momento, pero sin embargo la había lastimado.
Se levantó un poco aturdido, viéndola; su pequeño cuerpo estaba cansado, su pecho rojo, sus manos sujetadas al gran nudo sobre su cabeza, sus piernas muy abiertas, su respiración entrecortada, su cabello alborotado, y su lindo rostro cubierto de lágrimas que no dejaban de parar de caer, incluso ya notaba las marcas y leves moretones.

Tomó su cabeza entre sus manos y gritó soltando leves maldiciones.
Se acercó a ella y desató el nudo de sus manos y la abrazó sin dudarlo un momento.

-Perdóname, pequeña -susurró mientras la estrechaba entre sus grandes brazos tatuados-. He sido un mounstro, un Papi no es así con su pequeña, muchísimo menos si es tu primera vez.

-Es mi primera vez -dijo débil.

Eso sólo hacia sentir peor a Justin. Se había dejado llevar por una gran cantidad de emociones incluyendo el tiempo sexualmente frustrado, ya que no había tenido relaciones por un largo tiempo.

-Perdóname -susurró él una vez más.

Ella sólo asentía con las pocas lágrimas que le quedaban. Incluso se había sorprendido de su acto, porque había conocido a un frío, controlador, manipulador e ignorante Justin, pero ahora era todo lo contrario de aquello.

La besó tomándola por sorpresa.

-Necesitas descansar. -dijo y la cubrió con una manta cercana de la oficina y la cargó hasta llevarla por las pasillos silenciosos hasta llegar a la habitación de él.

Entró tratando de no hacer ruido o llamar la atención a tantas horas de la noche.

La recostó en su gran cama, mientras él también entraba y la abrazó, susurrándole palabras para dormirla y acariciando su cabello.
Cubrió ambos cuerpos por un gran cobertor cálido.

La chica cayó a los minutos rendida ante el gran cansancio que le consumía al igual que el sueño.

-Perdóname.... -pausó-. Anna. -susurró Justin igual, cayendo ante el sueño y cansancio.



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