Capítulo 19: Era ahora o nunca.
Pasó un trapo por el cuchillo, limpiando la sangre de su reciente víctima.
Era tiempo de que todo empezara a marchar de acuerdo al plan, había esperado suficiente como para dejar pasar muchos años a lo largo de su vida.
Pronto, el final estaba cerca de a la vuelta de la esquina antes de que nada ni nadie se imaginaba.
~•~
Una familia feliz, que con el tiempo empezaron a suceder cosas malas, sus padres estaban a punto de separarse, la madre empezó a seguir un camino mal y caer en depresión y alcoholismo al mismo tiempo que su padre.
La pequeña Jenn apenas estaba en sexto grado.
Años después, su madre había fallecido por sobredosis. Su padre se iba de la casa todas las mañanas y regresaba no "muy bien" que digamos por las noches, a veces se iba dejando a las dos pequeñas solas y cuando venía, iba en contra de ellas con golpes o incluso en ocasiones violaba a su hija mayor.
En la escuela, a Jenn no la trataban muy bien que digamos, y los pocos amigos que tenía, iban por malos caminos como las drogas o vandalismo.
Jenn sólo tenía 15 años, no terminó sus estudios, y su vida pasó de bien en mal y de mal en peor y de peor en.... nada.
La última noche que vio a su hermana fue lo más doloroso....
"¿Jenny?" la pequeña rubia ingresó a su casa con temor.
Jenn escuchó un ruido proveniente y eso la asustó. Subió los escalones hasta llegar a su habitación y encerrarse con llave, para después esconderse debajo de la cama.
"¿Jenedith?..." tocaron la puerta. Se oyó la voz de su hermana, Jenny. La rubia salió con cuidado y abrió dejando pasar a su hermana dos años mayor que ella.
Jenny y Jenn eran casi parecidas, sólo que la edad se podía diferenciar al igual que el tamaño. Jenny era quién se hacía cargo de su hermana menor, la quería mucho y la protegía, porque ella pasaba para que Jenn no sufriera las consecuencias.
No sólo eran hermanas, eran confidentes, eran amigas.
Jenny cerró la puerta nuevamente con llave y llevando a esconder a su hermana en su armario de la habitación.
"John está aquí, está en mal estado" dijo Jenny mientras le colocaba cosas encima para enconder a Jenn. "Está mal, muy mal, pero tranquila, ya llamé a la policía, viene en camino". Jenn asintió con miedo.
Cuando decían que John -el padre de las chicas- estaba "mal" eran dos posibilidades: estaba ebrio ó estaba muy ebrio y estaba listo para hacerles daño.
"Pase lo que pase, no salgas" le susurró mientras la abrazaba y le encerraba bien.
Jenn obedeció y no hizo ningún ruido; Hasta que la puerta de la habitación empezó a sonar con golpes fuertes y Jenny sujetaba un bate de béisbol a su lado como defensa propia, ya no soportaría más.
La puerta se abrió de golpe asustando a las chicas y dejó ver una figura familiar. Su padre, John.
"Hola... Jenny..." su voz daba escalofríos mientras una sonrisa sádica y retorcida aparecía por sus labios.
"Vete." siseó la castaña mientras se aguantaba las lágrimas, porque estaba asustada y sabía que él era capaz de hacer cualquier locura.
John intentó dar un paso, pero falló, pues Jenny le había dado un fuerte golpe entre el costado de sus piernas y después por las costillas, mientras que John dejaba caer un arma que tenía.
Jenn no resistió y salió del armario para tomar el arma. En un giro rápido, John había tomado fuerzas y tomó a Jenny como rehén.
"Vaya... vaya... Jenedith, mi pequeña Jenn... ¿qué tal si sueltas el arma antes de que te hagas daño?" dijo su padre.
"¡Dispárale Jenn!" gritó su hermana con lágrimas mientras intentaba safarse del agarre.
"¡Exacto pequeña! ¡Dispárame si eres fuerte! ¡Mátame!" gritó John haciendo que salieran gotas de saliba.
Jenn observó a ambas personas, mientras su mente daba vueltas, sus manos temblaban y su rostro estaba cubierto de lágrimas que no dejaban de caer sin parar.
Ella sólo apretó el gatillo mientras ambos le decían al mismo tiempo que disparara y haciendo que la bala saliera.
Era como si todo sucediera en cámara lenta, la bala disparada dio justo en la frente de su hermana mayor.
Jenn soltó el arma, las luces de los autos de la policía alumbraron una parte de la habitación. John dejó caer a Jenny mientras mientras le gritaba a Jenn:
"¡Asesina!" fue lo último que dijo y escuchó de su padre antes de salir por la habitación y jamás verle.
Con lágrimas y un gran susto, Jenn se acercó a su hermana mientras la tendía en sus piernas y la abrazaba.
"Perdóname, lo lamento tanto, lo siento..." lloró. Besó su cabello en un costado y tarareó una melodía que Jenny siempre le cantaba a Jenn para dormir cuando tenía pesadillas.
John escapó. La policía llegó a la casa inspeccionando cada lugar de la casa, armados como defensa y las linternas a sus lados, ya que estaba oscuro.
Se sorprendieron al llegar a la planta de arriba mientras entraron a la habitación donde el suceso había ocurrido. Las linternas alumbrando y encontrándose a una Jenn cubierta de la sangre de su hermana que yacía en sus piernas sin vida.
-Asesiné a mi hermana. -tragó la chica.
La psicóloga bajó sus anteojos un poco para mirar de reojo a la chica. Se colocó nuevamente en una posición cómoda y cerró su libreta de apuntes.
Jenn había finalizado de contar su historia, su pasado tormentoso.
-Lamento tanto que todo eso haya sucedido. -dijo Margaret con una mueca formándose en sus labios.
-Y-yo no quería apun-apuntarle a e-ella... -tartamudeó mientras una lágrima se escapaba.
-Lo sé -negó-. Yo sé que no serías capaz de hacer algo como eso, así que trata de superarlo y se fuerte -tomó su mano alentándola a decir que no estaba sola-. Tu eres especial -sonrió. -No dudo que seas una gran persona.
Jenn sonrió débilmente-. Muchas gracias, Srta. Margaret, es usted muy buena escuchando a los demás.
-Es lo que hago. -se encogió de hombros.
-Bien.... -pausó por un momento y después volvió hablar-. Y-yo... ya sé lo que sucedió con Anna.
Margaret abrió los ojos al escuchar el nombre y dirigió toda su atención a la rubia.
-¿Qué sabes? -susurró.
-Fue el Sr. Justin ¿no?, él la asesinó, la tiró por el borde del centro de la casa. -tragó mientras jugaba con sus dedos en su regazo.
Margaret quitó sus gafas por completo-. Lamento que así fue -dijo-. Pero tranquila, eso fue hace tiempo.
-¿Puedo decirle algo? -preguntó Jenn. Margaret asiente.
Era ahora o nunca...
-Tengo miedo de que me suceda lo mismo que a ella... Justin se había enamorado de ella por ser perfecta y después quería algo más que una relación entre un Papi y su pequeña. El ultimátum... si yo me vuelvo perfecta, y eso le agrada a él, ¿se obsesionará conmigo cómo lo hizo con Anna? yo no quiero morir. -soltó.
Margaret se sorprende por sus palabras.
-¿Estás enamorada del Sr. Bieber? -pregunta Margaret a Jenn.
Ahora era Jenn quién se sorprendía por sus palabras. Nadie le había preguntado algo así en el tiempo que llevaba en la casa.
-Yo... sigo las reglas, no sé que siento por él, pero sé que me agrada mucho, sinceramente, no lo veo como algo más -dijo tímida.
Margaret asiente-. Sólo no estropees nada y todo saldrá bien, créeme.
La chica asiente por últimos vez y agradece una vez más para después salir del lugar y dirigirse a su habitación.
~•~
Malorie tocó la puerta de Jenn rápidamente, mientras ésta se habría dejándola ver.
-Hola ¿qué suce... -ni siquiera le dio tiempo de hablar antes de que Malorie le tomara la mano y se adentraban a la habitación, al igual que Melanie, quién traía una caja con cosas.
-¡Es tiempo! -dijo emocionada Malorie. Jenn frunció el ceño.
-¿De qué hablas? -preguntó.
-Es tiempo de perfeccionarte -sonrió-. Es hora de que seas la pequeña perfecta.
Jenn tragó.
Sólo era el principio, y el gran baile, estaba a la vuelta de la esquina.
Copyright ©stuckwithjustin 2016.
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