Capítulo 12: ¿Estás feliz?.
Sidney miró a su amiga Abby, quién se retocaba su leve maquillaje.
-¿Sabes? -la chica se colocó un poco de rubor-. No puedo esperar para el baile -suspiró-. Si gano, será la segunda vez que iría, sería la primera chica en ir dos veces seguidas. -sonrió.
Sidney asintió-. Tu eres un ejemplo a seguir, Abby -su amiga le apoyó-. Que envidia te tengo, pero de la buena... -intentó sonreír pero más bien salió una mueca.
Abby rodó los ojos divertida-. Es obvio, soy la mejor.
Abby era una chica con un ego por las nubes, según ella, tenía un gran autoestima que nadie podía bajarla de su reinado, que era la mejor en todo y que siempre hacia lo correcto. Aunque aún estaba en práctica para ser más perfecta cada vez.
-¿Pero qué sucedería si Jenn es quien iría a la fiesta? -intervino Sidney.
Abby bufó. Estaba cansada y harta de escuchar ese nombre.
-Ella no irá ¿de acuerdo? -terminó de darse unos últimos retoques y se levantó-. Yo me encargaré de que eso no suceda. -sonrió.
Sidney sabía que a veces su amiga sobrepasaba los límites, o incluso, pensaba que algún día, llegaría a realizar la peor locura de su vida.
La pelirroja acomodó sus trenzas-. De acuerdo.
~•~
-¡Pasa! -Abby le sonrió a Jenn mientras le habría la puerta de su habitación-.,Llegas justo a tiempo para la fiesta de té.
Jenn pasó a la habitación de la pelinegra. Tomó asiento en un banquito y le pareció tierno el como la mente de una chica grande podía seguir aún como una niña pequeña.
-Gracias por invitarme -la rubia observó a las dos chicas que tenía frente a ella-. Me gustan tus trenzas -sonrió a Sidney.
-Gracias -la pelirroja le sonrió.
-Es muy linda tu habitación, Abby. -le dijo Jenn mientras la pelinegra tomaba asiento con ambas chicas.
Ella sólo agitó su mano con desdén-. Me halagas, querida amiga.
Abby tomó una tetera llena de té y empezó a servirle a sus amigas.
-Me alegro muchísimo que hayas venido a la fiesta, Jenn -dijo mientras le servía en su taza-. ¿Azúcar?.
-2 por favor.
Abby asintió y colocó dos pequeñas porciones de cubitos de azúcar en su taza.
-¿Sabes? Tenemos muchas cosas de que hablar... -prosiguió muy contenta-. Se dice mucho de ti -le tendió su taza.
Abby bebió un poco de su taza al igual como Jenn, Sidney disfrutaba de un mantecada de chocolate.
-¿Sí? ¿Cómo cuáles? -preguntó curiosa.
-Hay chicas que te tienen celos y envidia, y que son capaces de hacer cualquier cosa por.... no lo sé, quizás hacer cualquier maldad, como Hanna, Melody, Sindy o incluso.... Malorie.
Jenn la miró con el ceño fruncido-. ¿Malorie? pero ella es mi amiga... se que la conozco poco tiempo pero...
-Oh no, querida.. -la interrumpe-. Malorie es una chica de no confiar, ella jamás se junta con ninguna otra chica, porque saben que es mala, muy mala, por eso nadie quiere ser su amiga. -mintió.
-Pero yo soy su amiga... -susurró.
-Te equivocas -negó Abby-. Una amiga es aquella que estará contigo en lo que sea, sin importar el qué. -le sonrió tomando su mano por unos segundos y después la soltó-. Escuché que ella y Melanie están planeando cosas para que te vayas de la casa y jamás regreses.
-¿Qué?
-Lo que acabas de escuchar. Ella y Melanie están en tu contra, porque están celosas de que casi siempre estás con Papi más que nadie. -dijo sería-. ¿Y sabes qué es lo peor?.
Jenn sólo se alarmó y asustó. Prestó atención a cada detalle que Abby decía.
-Ellas van hacer que te vayas de la casa cuando menos lo esperes. Podría ser hoy, mañana, o el siguiente día, no lo sé, pero harán todo lo posible con tal de que no estés aquí nunca más.
Jenn tragó fuerte.
-Pero... -prosiguió-. Sidney y yo vamos ayudarte a que eso no suceda. Vamos ayudarte a que sea perfecta, y además... vamos ayudarte a que vayas al baile de este año. -sonrió.
Jenn se tranquilizó con las palabras de Abby.
-G-gracias.... supongo. -Jenn no podía ocultar que un pequeño acumulamiento de enojo estaba naciendo en su interior.
¿Por qué Malorie y Melanie serían capaz de hacer eso?.
-No agradezcas, para eso están las amigas. -por dentro, Abby se sintió triunfante-. Pero antes... tienes que decirles a ellas que son malas, déjalas en ridículo, donde se merecen estar.
~•~
Malorie y Melanie estaban columpiándose en el patio de juegos.
Algunas chicas estaban en las resbaladillas, sube y baja, la rueda giratoria y más juegos.
Jenn, Abby y Sidney avanzaron hacia ellas a paso apresurado.
Jenn estaba hirviendo de furia, estaba enojada, muchas emociones malas estaban acumuladas en ella después de todo lo que Abby le había comentado sobre Malorie y Melanie.
Por un momento, Malorie se contentó al ver a Jenn ir hacia ella, pero cuando notó que su aspecto era otro, se asustó. El susto fue más grande cuando Jenn llegó frente a ella y la empujó si más mientras Malorie caía hacía atrás ensuciando su vestido rosa.
La castaña derramó unas pocas lágrimas y al momento se levantó.
-¡Jenn! ¡¿Qué te sucede?! -chilló. Malorie también la empujó.
-¡¿Qué me sucede?! -exclamó-. ¡No! ¡Que te sucede a ti! Eres una mala amiga. -la empujó nuevamente.
-¡Chicas no peleen! -intervino Melanie, quién tenía pequeñas lágrimas en sus ojos, porque no le gusta ver a la gente pelear, y ver a sus amigas peleando, era peor.
-¡Tú! -Jenn la señaló-. Ambas son malas amigas, confié en ustedes, creí en ustedes....
Jenn seguía hablando sin parar, diciendo blasfemias. Todas las chicas se acercaron a presenciar tal show. Sidney estaba un poco preocupada al igual que Melanie. Abby sonría con malicia, todo iba de acuerdo al plan.
-Ustedes son.... ustedes.... -no sabía que decir, estaba presionada y sin más, soltó sus últimas palabras-. Están muertas para mí.
Malorie abrió los ojos, Melanie no contuvo sus sollozos, Sidney abrió la boca al igual que la mayoría de las chicas, y Abby, ella estaba festejando interiormente.
Malorie no se dejaría, no más.
-Bien -alzó la cabeza-. Por lo menos a mi no me recogieron de la calle. -siseó.
Pero cuando menos todas ahí lo esperaban, Justin aparició. Él sólo tosió falsamente captando la atención de todas.
-Regla 10, no decir malas palabras. -soltó un leve gruñido al final-. Las dos, acompáñenme ya mismo. -señaló a Jenn y Malorie.
Ambas se miraron con un poco de susto en sus rostros, pero como no tenían otra opción, tuvieron que hacer caso.
~•~
Jenn y Malorie se fueron a sus habitaciones sin cenar. Ambas estaban castigadas por un tiempo indeterminado hasta que arreglaran sus problemas; no área de juegos, ayudar a Nona turnandose un día para lavar los trastes sucios del desayuno, comida y cena. Tampoco disfrutarían de postres. Incluso serían ignoradas por Justin.
Los pasos de la pelinegra avanzaron hasta llegar a la oficina de Justin. Tocó y un "adelante" se escuchó del otro lado, pasó y se encontró con un Justin atento a sus papeles.
-Hola Papi -sonrió la chica.
-Abby, pequeño ángel ¿qué se te ofrece? -Justin dejó los papeles para mirar mejor a su pequeña.
-Uhmm... nada importante... estaba pensando si estabas desocupado y quise venir a verte.... -sonrió levemente sonrojada.
Justin no pudo evitar sonreír con malicia un poco, además, la imagen de Abby lucía tan inocente. Justin estaba un poco estresado últimamente, así que no sería nada malo tan sólo si disfrutara un momento con ella...
Se levantó y la atrajo a sus brazos para después besarla apasionadamente.
Sus besos bajaron de su mandíbula hasta sus clavículas y cerca del valle de sus pechos.
-Linda, muy linda -siseó un Justin algo exitado. Abby sólo sonrió mientras colocaba sus brazos alrededor del cuello de su Papi.
~•~
Abby estaba disfrutando a risas en su habitación. Todo había salido a la perfección.
-¿Estás feliz? -Sidney le preguntó a su amiga.
Abby dejó de reírse-. Más que eso mi querida Sidney, todo es perfecto. La vida es perfecta.
-¿Y si se enteran de que todo esto fue tu culpa o algo por el estilo?.
Por un momento, esa idea no pasó por su mente. Se levantó y caminó hasta llegar frente a ella.
-No hay nada de que enterarse. -sonrió-. Nada.
Copyright ©stuckwithjustin 2016.
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