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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨

He llegado tarde a clases, mi profesor se extraña al verme llegar apresurada y agitada, por lo general siempre llego temprano a las clases. Tengo un vaso de café que compré en la cafetería para despertarme, no estaba teniendo mucho éxito, realmente me siento somnolienta y despertar con el pie izquierdo no es bonito. Para empeorar mi momento, Sook está aquí, termino por sentarme a su lado prefiriendo que hiciera las preguntas ahora y no durante todo el día.

— ¿Estás bien?—pregunta con algo de preocupación mientras juega con el lapicero en su mano—Luces terrible, Ella.

—Lo sé, no pude dormir anoche—saco mi cuaderno junto a mi lápiz dejando el café sobre la mesa. Bostezo sabiendo lo notable que están mis ojeras, estuve despierta hasta tarde sin obtener mucho. El imbécil del chico sólo estuvo torturándome con caricias y causándome algunos orgasmos seguidos. ¡No hubo nada más! Y lo peor es que volví a quedarme dormida estando atada con los ojos cubiertos, cuando desperté en la mañana fue la misma escena, estaba sola y cubierta con las sábanas.

— ¿Tuviste pesadillas?—pregunta en susurros mientras el profesor explica algunos datos en la pizarra—Deberías tomar un descanso de los estudios...

—Apreciaría mucho el silencio hoy.

▪︎▪︎▪︎

Con el sol brillando un poco, el patio de la universidad es un lugar agradable, estoy sentada en un banco con el bolso a mi lado, no sé donde está Sook, vine corriendo lejos de ella para simplemente tener silencio. Mi teléfono vibra con una llamada, veo el nombre en la pantalla recordando que fue el causante de mi "castigo", respiro profundo antes de responder.

—Hola, Jimin.

— ¡Ella! Lo siento, ¿Interrumpo tus clases?

—No, estoy libre ahora, ¿Qué sucede?

—Oye, ¿Por qué esa voz? ¿Has tenido una pésima mañana?—miro los estudiantes que pasan frente a mí—No me digas, discutiste con tu novio.

—No—bufo—No es eso—sólo disfruté que un extraño me masturbara cuanto quisiera—Ni siquiera tengo novio.

— ¿Son muy idiotas para ti?

Bostezo frotando mis ojos.

— ¿Qué quieres, Jimin?

—No te enojes conmigo, hermosa—usa un tono dulce—Sólo quiero saber que hacías...

—Estoy en la universidad, no pude dormir bien, ¿Podemos hablar luego? Disculpa.

—Tranquila, lamento haberte molestado, hablamos luego.

Cuelga y reviso mi teléfono. Tal vez no obtuve lo que quería anoche, pero al menos puedo obtener mi información.

Ella:
Tú, chico malo y sadomasoquista, me debes varias respuestas.

Mirando la pantalla recuerdo la sombra de anoche, ¿No había visto esa figura antes? Si me hubiera volteado antes de que vendara mis ojos entonces lo hubiera descubierto, suena como alguien joven, tiene buen cuerpo, eso sí, en resumen...diría que ese chico grosero Jeon JungKook es similar a la imagen que tengo en mente para este desconocido.

Me sorprendo cuando recibo una llamada, mis ojos se abren como platos cuando es él quien está llamándome. Tomo una bocanada de aire antes de responder, sonrío como tonta escuchando su voz seria.

— ¿Se puede saber en qué momento dije que respondería todas tus dudas?

—Adiviné anoche. ¿Eres mayor que Sook?

— ¿Esa es tu pregunta?

—Esa y muchas más. Tengo una lista.

—Sólo tienes una pregunta—dice aburrido—Sino colgaré...

—No seas duro conmigo, recuerda que soy la única de tus clientes que cumple lo que dices.

—Suenas muy segura de ello.

—Lo estoy, dudo mucho que te llamen sino es por un interés de por medio—su silencio me lo dice todo—Debes responderme...dulzura—imito su tono— ¿Por qué no has aceptado mi dinero aún?

—Te dije que no lo necesito.

—Si lo necesitas. Estoy cumpliendo tu trabajo así que debo pagarte, no cambia nada.

—Nena, no me hace falta el dinero honestamente, con lo que gano a diario sobrevivo—aquello suena tan arrogante que inconscientemente me recuerda al amigo de Jimin. Abro la boca para decir algo quedándome a medio camino escuchando voces de fondo.

— ¡Tienen hamburguesas! Amo esto.

—Y luego te quejas de estar gordo—acusa otro. Frunzo el ceño reconociendo esas voces.

— ¿Jimin?—la llamada se corta— ¿Hola?—miro mi celular—Maldición—llamo de nuevo. No tengo respuestas, puedo jurar que escuché a TaeHyung y Jimin. ¿Acaso...?

Escribo un mensaje al número.

Ella:
¿JungKook?

Una semana después

Había atrasado la visita a mis padres un poco, los profesores estaban muy exigentes con los trabajos por lo cual debía corregir el más mínimo error en ellos, casi no dormía por intentar tener todo al día. Mis padres suelen pagar mi universidad desde Busan,  gracias a ellos es que mis estudios siguen en pie aquí en Seúl, al principio fue difícil alejarme de ellos, nunca lo había hecho, en Busan solía ayudar a papá con el restaurante heredado por mi abuelo. Solía estar en algunas mesas sirviendo o en la caja cobrando a los clientes, los amigos de la secundaria se desaparecieron poco después de la graduación, tengo entendido que muchos han hecho sus vidas a sus maneras. Mis padres siempre preguntaban si había algún chico de por medio que fuera de mi interés a lo que respondía con un no, no me cierro a la posibilidad de tener pareja, mi chico ideal no ha llegado aún, es todo. Sook siempre fue de Seúl pero estudió su secundaria en Busan cuando sus padres se mudaron allá por un tiempo, de alguna manera seguimos siendo amigas.

Es viernes por la noche, tengo mi bolso a mi lado, tomaría un tren directo a Busan, las personas van de un lado a otro incluso a esta hora, hace un poco de frío, mi tren todavía no salía. Reviso mi teléfono sin ver nada en específico, estoy aburrida y la suave melodía de los parlantes sólo me aburre más. Jimin no me había escrito en toda la semana, no intenté llamarlo, le dejaba algunos mensajes preguntándole si estaba ocupado con su trabajo o cualquier otra cosa, el chico misterioso de mis fantasías parece haberme dejado en paz, no volvió a escribir ni llamar, eso me dejó una gran duda.

¿Acerté o fallé?

No necesariamente tiene que ser JungKook, puede que TaeHyung y Jimin sean amigos de alguien más y yo saco ideas erróneas. Un chico como JungKook sólo alejaría a las chicas, es grosero, irritante, engreído, en fin, un idiota. Pero al mismo tiempo comparo la sombra que vi en el hotel asemejándola mucho al chico del cine, niego con la cabeza sin llegar a ningún lado. Doy un respingo cuando el teléfono vibra en mis manos, frunzo el ceño al ver el mensaje.

Desconocido:
¿A dónde crees que vas?

Ella:
Creo que te has equivocado de persona.

Casi al instante tengo una respuesta.

Desconocido:
No, sé perfectamente a quien le estoy escribiendo porque te estoy observando ahora mismo, Ella.

Cubro mi boca al darme cuenta que usa mi nombre por primera vez, mis teorías regresan con más fuerzas.

Ella:
Es primera vez que usas mi nombre, ¿Esto no rompe la primera regla?

Miro a las personas cercanas a mí, hay muchos usando el teléfono, otros revisan sus pasajes, cada quien está metido en lo suyo, también hay muchos que usan cubrebocas. Voy a volverme loca.

Desconocido:
Creo que ya sabemos más del otro, más de lo que creemos. ¿No te parece?

Muerdo mi labio teniendo dudas, me atrevo a llamarlo esperando que responda. Debe contestar, ¡Y lo hizo! Contengo la respiración quedando en blanco, del otro lado de la línea escucho voces, no puedo quedarme con la duda.

— ¿Por qué desapareciste así?

— ¿Me extrañaste?—parece disfrutar mi enojo repentino—No creí que eso fuera posible considerando el hecho de que piensas en mí como un idiota.

—Si que sabemos más del otro.

— ¿Qué haces en la estación?

— ¿Por qué debería decirte?

—Porque es una orden.

— ¿Disculpa?—bufo casi burlándome—Tus órdenes no sirven fuera de lo acordado—admito que ahora yo estoy divirtiéndome. Sigo mirando a las personas cercanas a mí, saber que está mirándome es...excitante en el ámbito de emocionante.

—Si fuera tú controlaría esa linda boca, recuerda con quien estás hablando...Ella.

Mi nombre en sus labios suena...perfecto. Sonrío ladinamente sin creer que esto esté pasando, estamos rompiendo muchas reglas.

—Sé quien eres.

—Dímelo.

—No—hay silencio de su parte. Lo he callado por primera vez— ¿Dónde estás?

—Mirándote sentada esperando a que tu tren salga justo como yo—miro a las personas sentadas—Ella, no estoy sentado y tampoco sabrías quien soy si pasara frente a ti.

— ¿A dónde irás?

Busan—suspira. ¿Es una maldita broma?—Debo hacer unas cosas allí—Iremos en el mismo tren. Cada vez estoy más cerca de descubrirlo—Ahora dime, ¿A dónde vas?, ¿Irás a ver a tu novio?, oh, cierto, Jimin está aquí en Seúl.

—Jimin no es mi novio—arrugo la nariz.

—Te llama cuando estás ocupada.

Y sigue con eso.

—Que me haya llamado esa noche no quiere decir nada—contraataco—Y respondiendo tu pregunta voy a Busan, visitaré a mis padres.

— ¿Eres de Busan?

—Nací allá, crecí allá y me vine a Seúl para iniciar la universidad, ¿Qué hay de ti?—de repente esto parece ser la primera conversación normal que tenemos— ¿Dejaste corazones rotos allá y viniste a la capital a dejar más corazones desechos?

—No eres la única que está estudiando.

"Así que he estado teniendo momentos eróticos con un universitario"

—Dejaste muy en claro que no necesitas el dinero, te imaginaba llevando una vida de Playboy o algo así.

— ¿Enserio me ves así?

—Tal vez—bromeo. Escucho una pequeña risa de su parte.

— ¿Siempre eres muy honesta, Ella?

—A veces, sí—sonrío de lado— ¿Vas a castigarme?

—Mmm...—y ahí estaba. Su tono cambia a uno seductor, irresistible, intimidante y...al hablar causa un cosquilleo en mi vientre—Suena tentadora la oferta, señorita Kim.

En los parlantes avisan del siguiente tren a Busan, me levanto colgando la llamada, tomo mi bolso y mi pasaje. Una tonta sonrisa aparece en mis labios, estoy loca.

▪︎▪︎▪︎

Los audífonos reproducen música desde mi teléfono, detengo dicha música necesitando ir al baño, dejo mi bolso en mi asiento incorporándome, algunos pasajeros están durmiendo, otros hablan y algunos leen, abro la puerta del baño entrando a éste, dejo mi teléfono en el lavabo recogiendo mi cabello en una coleta alta, cuando pretendo cerrar la puerta retrocedo. Un chico que viste de negro acaba de entrar cerrando detrás de sí.

—Si fuera tú, cerraría con seguro al entrar—comenta. Desliza su cubrebocas negro hasta quitárselo exponiendo su rostro, sonríe con cierta picardía y superioridad—Hola, Ella.

Yo estaba en lo cierto.

—Adiviné—mi cintura choca con el lavabo. Él se acerca y yo intento retroceder quedando con mi espalda pegada de la pared, el baño tampoco es muy grande. Siento que estoy tragándome mis palabras—Sigues siendo un idiota.

Toma mis muñecas colocándolas sobre mi cabeza, sus ojos oscuros y grandes me miran divertidos, está disfrutando esto.

—Un idiota que te excita al mismo tiempo—miro el piercing en su ceja derecha— ¿O vas a negarlo en mi cara?—presiona su cuerpo contra el mío. Sus labios se acercan hasta atrapar mi boca, correspondo porque no desaprovecharé esto (tampoco tengo la voluntad de negarme a querer besarlo), el chasquido de nuestras bocas es lo que se escucha en el baño, el beso es subido de tono, de esos que provocan muchas cosas, JungKook deposita besos húmedos en mi cuello haciéndome gemir bajo, inclino mi cabeza de lado necesitando tocarlo. Él parece entenderlo porque suelta mis muñecas, llevo mis manos a su cuello atrapando sus labios. Sonríe divertido en medio del beso volviéndome más loca, el chico se deshace de mi suéter y yo lo ayudo a quitarse el suyo, muerdo mi labio inferior viendo sus brazos fuertes. Toma asiento en la tapa del retrete jalándome hacia él, tomo asiento sobre sus piernas siendo callada por sus labios.

Mi respiración es tan agitada como la suya, mis manos se deslizan por su pecho, bajan a su abdomen y se introducen debajo de su camisa, el chico besa mi hombro acariciando mi cintura, me olvido de donde estoy dejando escapar un gemido. Él sonríe divertido depositando besos cortos en mi boca, atrapa mi labio inferior con sus dientes jalándolo suavemente.

—Shh—toma mi barbilla con su mano obligándome a verlo. Aquel idiota engreído resultó ser mi debilidad, ¿El mundo puede ser más pequeño?— ¿Quieres que calle esa linda boquita?

Asiento como niña buena esperando que haga lo que tanto quiero y deseo.

—Es una pena que no estemos del todo solos, Ella—chasquea la lengua.

—No—aclaro mi garganta—No puedes irte ahora—mis manos van a sus hombros.

— ¿No se supone que me odias?

—Nunca dije eso, te detesto...

—Pero te excito al mismo tiempo—agrega con una sonrisa pícara.

—No sigas torturándome más, por favor—suplico.

— ¿Quieres hacerlo en el baño de un tren?—deposita un corto beso a mis labios. Abrazo su cuello alargando el beso, sus manos van a mis muslos acariciándolo, retrocede un poco teniendo sus labios hinchados, no imagino como debo estar—No tengo problemas con eso.

— ¿Lo has hecho aquí?—susurro agitada. Su respiración es igual, la diferencia es que JungKook sabe controlarse, es experto en esto, en cambio yo estoy descubriendo mis propias emociones junto a estas travesuras.

—Muchas veces, nunca con una virgen—toma mi barbilla mirándome como un cazador ve a su presa, al mismo tiempo me parece ver algo más en sus ojos oscuros—No mereces desperdiciarla aquí, Ella.

— ¿Qué?

—No lo haremos aquí.

—Dijiste que...

—Créeme, Ella, no mereces que sea así.

— ¿Te interesa donde pierda mi virginidad?—intento no reírme por lo absurdo que suena, ante su mirada sé que no bromea. No quiero que se vaya— ¿Por eso no lo has hecho?, ¿Por eso no me has...follado aún?—sigue mirándome en silencio. Dejo caer mis manos lentamente—Dime algo, JungKook, ¿Sientes lástima de mí?

— ¿Por qué la sentiría?

—No lo sé—y así toda excitación o emoción se esfuma por lo que mi enojo me hace pensar—No aceptaste mi dinero porque no quieres hacerme sentir como si estuviera vendiendo mi virginidad o quizás quieres que tu consciencia esté tranquila y no te haga creer que le pusiste precio a una virgen, te molestaste cuando hablé con Jimin porque eres un posesivo por completo y crees que al ser mi primera vez debes tener el "honor" de ser el primero.

—Ella, eso no es...—ni siquiera lo dejo terminar. Recojo mi suéter junto a mi teléfono con los audífonos, salgo del baño ignorando sus llamados.

▪︎▪︎▪︎

Me levanto al día siguiente encontrándome en la que era mi antigua habitación, llegué tarde por la noche a Busan, mamá me recibió con mucho amor y cariño mientras que papá se había quedado dormido. Me incorporo en la cama desenredando mi cabello ondulado con mis manos, todo sigue igual a como lo dejé, mi escritorio está en una esquina con algunos discos de música que solía escuchar, los libros de la escuela estaban un poco llenos de polvo en el estante, mi cama sigue pareciéndome grande y cómoda, mis peluches están en un rincón de forma ordenada, esa foto de mis padres conmigo en la peinadora sigue siendo mi favorita. Suspiro levantándome con un bostezo, salgo de la habitación luego de cepillar mis dientes y lavar mi rostro un poco, abajo en la cocina están mis padres.

— ¡Cielo! Estoy terminando de preparar el desayuno—mamá tiene un delantal de cocina puesto— ¿Te sirvo ahora o dormirás un poco más?

—Creo que tengo un poco de hambre—papá viene hacia mí abrazándome con fuerza. Besa mi cabeza haciéndome sentir cuando pequeña.

—Lamento haberme quedado dormido anoche.

—Está bien—ambos nos sentamos en el comedor.

— ¿Fue cansado el viaje en tren?

—Un poco—es imposible no recordar a JungKook. Ya descubrí el rostro del desconocido misterioso, luego del encuentro en el baño mi emoción ha disminuído un poco, ¿No podía ser alguien menos idiota? Cuando había salido de la estación del tren recuerdo haberlo visto tomar otro taxi— ¿Cómo va el restaurante?

Mi madre comienza a servir la mesa y papá la ayuda respondiéndome.

—Esta temporada ha sido suave, ya sabes, hay días buenos y malos.

— ¿Puedo ir a verlo?

—Claro—dice mamá—Tu padre irá esta noche para encargarse de la caja, tal vez podrías ayudarle.

—Sabes que no tengo problema en llevarte. Además, quiero presentarte uno de los clientes fijos con el cual hemos hecho una buena amistad.

—Iré presentable entonces.

Mi celular vibra en la mesa, trago con dificultad al ver quien es. Intento ignorar el hecho de que ambos estamos en Busan y que podía encontrarme más rápido que antes.

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