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Un plan planeado a la perfección, según Virgo.
¿Entonces por qué estaban en el corralito de castigados después de todo?
Rebobinemos.
—El encargado de distraer a Cetus será Géminis, lo llevaras lejos de la cocina— seis cabecillas traviesas se escondían en la casa de juguete, en un rincón del salón.
—¡Entendido! —afirmo el de ojos verdes, haciendo un saludo militar. Dos de los chicos le callaron al instante llevando sus manos a la boca, tenían que pasar desapercibidos. —Entleio. —volvió a afirmar bajo las manos de sus amigos.
—Silencio, o nos descubrirán. —pidió Capricornio, espiando por la ventana de plástico para asegurar que estuvieran solos.
Acuario y Tauro hacían guardia afuera, fingiendo tomar el té en diminutas tazas. Le confirmaron que todo estaba tranquilo con un pequeño brindis.
—Aries distraerá a Ofiuco, será difícil, tendrás que sacarlo de la sala. Nada se le pasa.— el carnero asintió emocionado, distraer al tétrico era un gran reto, le carcomían las ansias —Sagitario lo respaldará si tiene problemas.
Los dos hermanos chocaron palmas, estaban emocionados de entrar en acción.
—El plan comienza cuando los nuevos lleguen, ese será el momento. —sentenció Virgo y todos asintieron con complicidad. —obtendremos nuestra recompensa.
Dos toques en la puerta alertaron a los niños, el plan debía comenzar.
En cuanto Acuario declaró que la puerta principal había sido tocada Aries salió corriendo hacia ella, Sagitario corrió detrás de él desviándose hacia Ofiuco para alertarle y así sacarlo de la sala.
Por otro lado, Géminis pellizcó uno de sus brazos y con los ojos acuosos se dirigió hacia el otro cuidador, pensaría en alguna escusa mientras corría. Lo vio junto a su hermano Libra y de un salto se colgó de su pierna, interviniendo en lo que sea que estaban por hacer.
Los signos restantes se dirigieron sigilosos hacia la puerta de la cocina. Capricornio era lo suficientemente alto como para alcanzar el picaporte de la puerta y poniéndose de puntitas la abrió.
Les era prohibido entrar a la cocina, había muchas cosas con las que podían lastimarse, pero estaban dispuestos a correr el riesgo por las Dolce-Kookies. Las favoritas de los jueves.
Tauro aseguraba que las guardaban en la segunda alacena de arriba, ¿Cómo estaban seguros? Nadie discutía el presentimiento del castaño menor a la hora de buscar comida escondida. El padre de los niños Tierra había agotado todas sus ideas para nuevos escondites, las galletas favoritas del toro seguían desapareciendo. No por arte de magia, todas terminaban en el estómago del menor.
La cocina no era un lugar para niños, no estaba acondicionada para que ellos jugaran o siquiera entraran ahí. Leo sujetó la manija de uno de los cajones, el de cosas corto-punzantes.
—Ahora, Tauro y Acuario ayudarán a Leo a subirse sobre Capri, luego alcanzaras la encimera y caminaras hacia la que tiene las galletas. —Virgo dirigía a todos desde el suelo.
Siguieron sus palabras al pie de la letra. O algo así.
Leo subió a la encimera con la ayuda de los tres, arriba mantuvo el equilibrio para caminar derecho sin pisar ningún instrumento de la cocina. La típica imagen de los utensilios volando de aquí para allá sin lastimar milagrosamente al pequeño.
—Es la que está a tu izquierda, busca allí. —apuntó Acuario desde el suelo.
—Ya lo sé, no tienes que repetirlo. —se quejó el león.
—Pues pensé que lo olvidarías, cabezota —respondió con burla Acuario.
—No soy cabezota, solo tú olvidarías todo, bobo— Leo dejó de moverse para mirar desde arriba a la pecera.
—Tú cabezota roja no te deja hacer dos cosas a la vez ¡Muévete a por las galletas! —apuró Acuario.
—No voy a tolerar que éste mono pelirrojo me dé ordenes— Leo cruzó sus brazos sobre su pecho, indignado.
—¿Perdón? Mono castaño rojizo, para tú información, mi mami dice que no soy pelirrojo— afirmó Acuario molestándose.
—Pues tú mami... —comenzó Leo.
—No lo digas. —amenazó la pecera.
—¡Tú mami... —repitió el León, decidido.
—¡No te atrevas a decirlo, enano! —Acuario se arrimó a la encimera, listo para hacer algo. Lo que sea.
—Lo va a decir —murmuró Capricornio a sus hermanos viendo la escena divertido. Tauro asintió, comiendo una fruta que el mayor alcanzó para él de la isla de la cocina.
—Están arruinando el plan —le recriminó Virgo.
—¡Pues tu mami, es una tonta! —vociferó Leo, soltando una carcajada con maldad.
—¡Arghhh!! ¡El meme ya pasó de moda! —Acuario se abalanzó a la encimera y tiró de un trasto de debajo de los pies del León, logrando que cayera de sentón en su lugar.
Se quedaron en silencio, esperando a que nadie les descubriera por el bullicio que provocaron. Después de no escuchar nada suspiraron de alivio.
—Feo —le dijo Leo, con los ojos acuosos. El golpe había dolido. No lloraría.
Acuario le sacó la lengua, enfadado.
—Si no se dejan de pelear nos atraparán a los cinco. —alertó Virgo, tratando de no perder la paciencia.
—Ne~ Capri, ¿Qué es un mome? —Preguntó Tauro, a lo que el mayor solo se encogió de hombros.
Leo se puso de pie nuevamente y sobó su trasero. Abrió la alacena y como Tauro había predicho, ahí estaba el frasco de galletas.
—Eureka— celebró el pelirrojo, los demás niños celebraron abajo.
...
—Ellos son los hermanos Agua, serán nuestros compañeros a partir de ahora y pronto se convertirán en nuestros amigos, por favor cuiden de ellos. —Cetus amablemente presentó a los nuevos, los demás chicos los veían desde el corralito de castigados. —Íbamos a celebrar la bienvenida con las Dolce-Kookies, pero...
—Pero unos pequeños traviesos entraron sin permiso a la cocina y las tomaron. —acusó Ofiuco, mostrándole una mirada tenebrosa a los castigados. Los ocho chicos dentro del corral se estremecieron bajo su mirada. Era tétrico. —Pasaran toda la eternidad en la cárcel y pensarán en lo que hicieron.
—Soy muy joven para ir a la cárcel —dramatizó Géminis. Libra sonreía feliz fuera del corral, un poco ofendido por quedar fuera de la travesura, pero mucho más contento por tener a su príncipe para él solo.
—¿Después de que la eternidad pase iras a mi casa? —preguntó inocentemente Sagitario a Capricornio, hoy era tarde de videojuegos y se sentía ansioso.
—Las eternidades no pasan, es hasta que te lleva el cuco y no te devuelve —corrigió Acuario, a su gato se lo llevó el cuco y todavía no vuelve, eso decía su mamá.
—¿Tú qué sabes? —preguntó el León molesto. Por culpa de ellos ahora estaban encerrados. Él tendría que haber liderado el plan.
—¿Tí quí sibis? — se burló Acuario, cansado de tratar con el pelirrojo.
—Basta de hablar, el castigo es en silencio —frenó Ofiuco, cruzando sus brazos sobre su pecho, intimidante —Si continúan hablando se quedaran sin dormir la siesta.
Capricornio dejó de burlarse de las peleas del dúo y se alarmó, ¡¿Por qué tenían que meter la sagrada siesta en esto?!
Virgo acurrucó la cabeza de Tauro sobre sus piernas, luego de comer las galletas había quedado adormilado.
Técnicamente su plan no había tenido fallos, fue una sorpresa para todos que celebraran con el objetivo de su plan, el destino no había estado a su favor. El botín valía cada minuto dentro del corralito de castigos, pero no permitiría que vuelva a ocurrir.
"No bajo su judiricción" como solía decir su padre.
Por otro lado, los niños nuevos no le daban buena espina. Tauro se lo había dicho antes de dormir.
...
Son una monada :3
Otro capitulo!! gracias por el apoyo que le están dando, me hacen muy feliz!!
¡¡Voten y comenten que no les cobro!! recuerden que mi sueldo son sus estrellitas~
~Los amo Gente Bonita~
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