ミ9
🐯🍼🐰
Cuando todos los chicos se fueron, todo quedó en aparente "normalidad". O al menos así se le podía llamar si solo estaban ellos con el pequeño niño en el hogar. Ya que finalmente, y luego de una charla bastante madura, se decidió que Tae y Kook regresarían al pequeño con su familia esa misma tarde. Todo había quedado acordado y solo quedaba actuar para que el plan se concretara.
—Esto ha sido más complicado de lo que creí, Kookie. Pensé que el niño podría regresar con sus papás rápidamente, pero siento que ha pasado tanto tiempo que le he tomado bastante cariño al chiquito.
—Tae, tú te encariñas de cualquier cosa —obvio, y sin dar rodeos, soltó mientras tomaban un vaso que contenía agua para dirigirlo a su boca.
—Tienes razón... La vida es dura —una sonrisa juguetona se coló por su rostro de la nada. Kook le miró con duda ante su seriedad— ¡Pero más dura está esta! —atacó estallando inmediatamente en un mar de carcajadas.
En cambio, el menor resultó con su playera mojada gracias a que el líquido que se dirigía por su garganta resultó expulsado por la sorpresa de las palabras escuchadas, provocando así que comenzará a toser con fuerza al haberse ahogado.
—¡Respira, Jungkook! No me puedes dejar solo con el niño —dramatizó acercándose hacia él para tomarlo de sus hombros—. Debes acompañarme para que no me pase nada. Prometiste que no me dejarías nunca, me prometiste que siempre estaríamos juntos —el pequeño, ajeno a la situación, continuó observando los dibujos animados que estaban dando en la televisión. Sin mirar siquiera el perfecto drama que ocurría justo detrás de él.
—Hazte a un lado... si no quieres que muera de verdad —con sus rostros a tan solo centímetros de distancia habló como pudo. Estaba nervioso por la cercanía, pero en el momento era más importante poder regularizar su respiración que un posible beso de su mejor amigo. Aunque de todas formas cualquiera de las situaciones lo dejaría sin aire. Un beso de Tae le robaría todo el aire en sus pulmones, sin mentir.
—Eres muy serio, Kook. La vida hay que tomársela con gracia y sonreírle siempre. Así es mejor, no siendo un amargado como tú —un pequeño puchero se formó, y Jungkook no pudo evitar fijarse en el mínimo detalle de ello.
—No soy serio... es solo que aún soy muy joven para morir. Aún tengo muchas cosas que hacer como para morir ahogado por escuchar una de tus boberías.
Taehyung, haciéndose el ofendido, caminó hasta estar al lado del pequeño, que inmediatamente y sin dudar se abalanzó sobre él para abrazarlo como si se tratara de un enorme peluche, un oso de felpa, tal vez.
—¿Qué dices? Creo que no te escuché por ponerle atención a cosas más importantes. Si vas a morir que no sea en la sala de estar, por favor. No quiero que el niño tenga que observar algo tan penoso —y a pesar de que fingía, un toque de molestia se podía percibir en sus palabras.
—Bobo... —susurró Jungkook para sí mismo, ya recuperado de la tos que no le dejaba en paz.
—Te he escuchado —habló sin voltearse para verlo—. Mejor ve a buscar algo para darle de tomar al bebé, y no tardes.
Y aunque el actuar de su amigo le parecía bastante tonto, una pequeña sonrisa se asomó por sus labios al ser el centro de atención de Tae, aunque este fingiera indiferencia ante él.
—Claro, amor. Regreso enseguida, no me extrañes~ —y esperando a que su amigo volteara extrañado decidió escapar antes de la situación. Aunque Tae decidió nunca darse la vuelta, ya que sus sonrojadas mejillas lo delatarían al instante.
—El único bobo eres tú... —susurró bajito. Tomando las manitas del pequeño para esfumar un poco el color de sus coloradas mejillas.
Por otras parte, Jungkook prefirió quedarse un par de segundos más en la cocina esperando a que su corazón dejara de latir tan rápido como lo estaba haciendo por lo que había dicho, y especialmente por a quien habían sido dirigidas las palabras.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro