Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

v. extra

Riki miró el mensaje emergente en la pantalla de su teléfono, interrumpiendo su juego y suspiró al leer lo que este decía, bostezó y se estiró como un gato sobre su cama. Realmente pensó que podría pasar todo el día en la cama ese domingo, pero al parecer no sería así.

Con pesar apartó las sábanas que lo cubrían y bajó de su cómoda cama, aún se encontraba en pijama, pero no se importó con eso, dando los pocos pasos que lo separaban de la puerta y abriendo la misma, fuera de su cuarto no estaba la silenciosa paz que tanto le gustaba, aunque hacía tres años que se había acostumbrado a ello, no era para menos con tres mocosos habitando la misma casa.

Pasó por la sala ignorando el desastre que sus hermanos estaban armando mientras hacían la simple coreografía de una canción infantil que enseñaba las partes del cuerpo y su papá aplaudía emocionado.

Digitó el código abriendo la puerta, encontrándose con el alfa recostado en el muro de su casa, mordiendo sus uñas ansiosamente, rodó los ojos, no podía ser que tuviera dieciocho años.

—¿Vas a hablar, o te quedarás allí parado? —habló, llamando la atención del menor.

El alfa se acercó a él, terminando con la distancia que los separaba.

—¡Papá se va a casar! —exclamó, la preocupación tiñendo su voz.

Riki tuvo que contenerse para no reír, entendía que la mente de los alfas funcionaba de una forma que quizás nunca llegara a comprender, pero en serio le parecía tonto que el chico estuviera siendo tan dramático por algo como eso.

Sus padres habían pasado parte de su infancia pensando que sería un alfa por ciertas actitudes, hoy en día agradecía no ser uno.

Apretó los labios al oír en sus pensamientos la voz de sus papás burlándose del gran crush que tenía con ChangBin, el amigo de su papá HyunJin. Y no lo olvidaría nunca porque se encargaban de recordárselo cada que podían, incluso YeEun se burlaba de él, aunque se avergonzaba mucho, se sentía tranquilo, ChangBin se lo tomaba con humor y ternura, después de todo era un pequeño y adorable bebé en aquél tiempo. No podía decir lo mismo de JiSung, quién no escatimaba en burlas.

—Wow SeonWoo, ¿Te acabas de enterar que existe el matrimonio? —
preguntó sarcástico, el otro le miró serio, no había nada de broma en su preocupación.

—No te burles de mi Riki, esto es...

—Es la decisión de tu papá —cortó antes de que el chico siguiera su discurso—. Tú papá lo ama y el ama a tu papá, listo.

—¡Pero... Mi papá no-... —se quedó callado, no tenía nada mas con lo que refutar.

El omega rodó los ojos y se acercó al dramático alfa, y palmeó su hombro.

De pequeño tenía cierta aversión hacía MinHo , no tenía clara la razón solo sabía que existía, luego de haber crecido se dió cuenta de lo tonto que era, aunque no se culpaba, era solo un niño probablemente celoso porque le estaban robando la atención de su padre. El punto era que sabía que MinHo merecía feliz y si él no siendo tan cercano al omega, lo entendía, no había razón para que su propio hijo no lo hiciera.

Quizás era cosa de alfas ser tontos.

Recordaba que hace tres años atrás SeonWoo había estado reclamando del nuevo novio de su papá, pero él no pudo decirle demasiado porque en ese tiempo estaba mas interesado en llorar porque su papá estaba esperando un bebé, que resultaron ser en realidad tres, pero eso ya era otra historia. Lo que importa es que ahora SeonWoo volvía a reclamar, ahora porque se aproximaba una boda.

Antes de que Riki pudiera decir alguna palabra sintió los fuertes brazos del alfa rodear su cintura, acercándolo a un abrazo donde recargó la cabeza en su hombro.

—No quiero que papá se case —lloriqueó en su hombro—. No quiero que sufra.

Suspiró, acariciando la espalda del menor.

—Woo, es la vida de tu papá, debes respetar sus decisiones.

—Pero... Es mi papá, ahora tendrá otra familia, otros cachorros y, y... Si él lo deja.

Hey —Riki lo tomó de los hombros, separandolo de aquél abrazo—. No seas egoísta, ¿MinHo no merece ser feliz?

Y él había aprendido eso hace tres años, que sus padres también merecían hacer lo que les daba felicidad. Aunque dentro de él se despertaran otro tipo de sentimientos, pensar que sería reemplazado y que su amor hacía el disminuiría, eran cosas que le aterraban, pero pronto entendió que no era el caso y con el tiempo descubrió que ahora era él el que se derretía por sus tres bolas de grasa.

—Si pero...

—Ya, no pongas peros a la felicidad de tu papá —cortó —. Ya estás grande para comprenderlo. Tú seguirás siendo su hijo al igual que JaeYoon, estoy seguro de que tu papá adoraría ver que lo apoyas y que quieres que sea feliz con la persona que ama.

SeonWoo suspiró sin mas que decir, tal vez Riki tenía razón y es por eso que recurría a él la mayoría de las veces, para que pusiera su cabeza en su lugar con su manera cruda de decir las cosas.

Tenía miedo, su padre había pasado por varias relaciones fallidas esos años, primero con su padre, aunque por lo que sabía fue realmente esporádica, tendría al menos un año cuando se separaron, incluso estaban separados cuando concibieron a JaeYoon, actualmente su relación era muy buena, pero no podía decir lo mismo de otras relaciones, lo había visto llorar y deprimirse por personas que no supieron cuidar de su corazón, temía que formara un lazo y su futuro esposo le hiciera daño. No quería perderlo.

Y se sentía solo en el sentimiento, porque Soobin ahora siendo un adolescente estaba de lo mas feliz con la noticia, haciendo que él se sintiera como un exagerado.

—Gracias. —dijo, agradeciendo, porqué Riki era quién había estado escuchandolo, ragañandolo y aconsejandolo a lo largo de esos tres años.

—Solo espero que esta vez sea el pensamiento definitivo, no quiero tener que volver a atender tus crisis un domingo. —bromeó el más alto, sacándole una sonrisa de conejo.

Aunque en un principio no se llevaban del todo bien, ahora sabían que podían contar el uno con el otro, no eran los mejores amigos, ni siquiera sabían si eran si quiera amigos, pero sabían que eran algo, y ese algo les permitía que tuvieran esa clase de momentos.

Después de todo habían crecido prácticamente juntos, era imposible evadirse, aunque en algún punto de su adolescencia habían tomando caminos diferentes cuando Jungkook cambió de colegio, al final siempre terminaban encontrandose.

El omega lo invitó a sentarse en los pequeños escalones que habían allí y así lo hicieron, SeonWoo contándole sus temores con respecto a la boda y Riki escuchándolo con atención.

—Pero entiendo que papá quiera comenzar una nueva vida, y no me pondré a ello.

Riki palmeó su hombro, orgulloso de que el alfa pudiera demostrar que tenía su lado maduro.

—Y si algo sale mal, tu papá los tiene a ustedes, estoy seguro de que todo va a estar bien. —terminó diciendo el joven omega.

Sabía que todas esas conversaciones con sus padres servirían para ayudar a alguien.

Diki Hyung —una voz infantil llamó su atención, interrumpiendo su conversación, haciendo que miraran hacía la puerta de donde salía uno de los pequeños con una galleta en su mano—. ¡Es hora de galletas! Vamos vamos.

El menor atravesó la puerta corriendo hacía el mayor, tomando su mano y tirando de él para adentrarlo a la casa.

—YeonYeon, espera. —lo detuvo entre risas.

Su padre HyunJin había creado una ‹‹hora de galletas›› los fines de semana, hace un tiempo los trillizos habían adquirido una adicción a los dulces, y por eso sus padres estaban buscando alternativas para acabar con el problema, y así es como fue creada la tal hora, para controlar el consumo de azúcar. Los trillizos habían insistido en incluir a Riki, por lo que él también recibía dulces a la misma hora que sus hermanos menores.

Se detuvo, apenas ahí fue que notó al alfa, se aferró a la pierna de su hermano mayor, aunque conocía a SeonWoo no le tenía confianza. Riki lo tomó en brazos y besó su mejilla regordeta.

—Joo ¿Crees que Sunno puede unirse a nosotros en la hora de galletas? —preguntó el omega mayor.

El niño lo miró incrédulo, ¿Compartir con ese alfa? Pero el aroma de Riki se intensificó en ese momento, envolviendolo, el mayor sabía que a los niños le encantaba su aroma omega, porqué le recordaban al aroma maternal.

JooYeon terminó asintiendo.

—¿Que dices tú? ¿Vienes? —invitó.

Y SeonWoo, que también se había perdido en el dulce aroma, asintió lentamente.

No sonaba nada mal.

¡Gracias por leer!

☁️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro