Nostalgia en el mundo de piedra
—¿Papá?
Senku volteó bruscamente al escuchar aquella voz.
Frente a él estaba su hija, pero...
—Ja, ha pasado mucho tiempo. Me hiciste esperar unos diez billones de años, ¿eh, viejo? —Le sonrió ladinamente.
—¿Tsukiku?... —Senku la miró con los ojos muy abiertos.
Era su hija, esa pequeña a la que hace tanto no veía... pero ahora le llegaba casi hasta el hombro en altura, tenía dos largas coletas, y cierta chispa de rebeldía en sus grandes ojos azules.
De inmediato se acercó a ella, levantó sus manos temblorosas y la envolvió en un abrazo.
—Lo siento... Lamento haber tardado tanto... —La abrazó más fuerte contra sí—. Te prometo... que esta vez me quedaré contigo, esta vez sí seré un buen padre para ti. Te lo prometo...
—Sí, sí, que tierno, pero te mataré si te atreves a tardar tanto, así que mejor despierta ¡y ponte a trabajar!
Senku despegó la cara de su escritorio, con un papel pegado en su frente y un ojo todavía medio cerrado.
—¡Senku, necesito tus cálculos para marcar la ruta del barco! ¡Deja de deprimirte y ayúdame, ¿quieres?!
El científico bufó, se quitó el papel de la cara y frotó sus ojos, ahogando un bostezo mientras se ponía de pie.
Maldita sea, que sueño tan raro... y tan deprimente.
Nunca se perdonaría no volver a ver a su hija hasta la adolescencia, ya suficiente le estaba doliendo tener que perderse la mitad de su primer año de vida... que era lo que seguramente se perdería, porque este sería un viaje largo, y tenía muchas cosas que hacer en Estados Unidos, pero tampoco quería estar todo un maldito año lejos de ella, menos sí podía evitarlo. Haría las cosas lo más rápido posible para volver pronto a Japón.
Salió del laboratorio arrastrando los pies, trayendo tras de sí una enorme aura depresiva que deprimía a cualquier otro pasajero del Perseo con solo mirarlo.
Llegó hasta donde estaba Ryusui, que de inmediato le estrelló el mapa en la cara.
—¡Por todos los cielos, solo ha pasado una semana y hablaste con ellas por teléfono hace dos horas! ¡Si te sientes tan mal solo llámalas de nuevo! Eso lo soluciona ¿o me equivoco?
La mirada de Senku se iluminó ante la idea de hablarle de nuevo a su familia, pero entonces miró al sol e hizo una mueca.
—A esta hora duerme su siesta, no tiene caso... llamaré en una hora.
—Bueno, pero anímate. —Ryusui le palmeó el hombro—. Todavía puedes hablarle.
—Sí, pero eso solo durara máximo hasta pasado mañana... —Hizo una mueca—. Gracias a Yoshio mejoramos la potencia del teléfono, pero cada vez nos estamos alejando más y más de Japón y a gran velocidad... me quedan pocas llamadas antes de perder por completo la posibilidad de hablarles... —Volvió a deprimirse y Ryusui frotó sus sienes.
Finalmente, se tragó su angustia y ayudó a Ryusui con las coordenadas exactas para la ruta que estaban trazando hacia Estados Unidos, luego se fue a su laboratorio a seguir trabajando mientras se seguía deprimiendo, más al pensar en ese extraño sueño que tuvo.
Aunque ahora que lo pensaba, ya no recordaba bien el sueño... le pareció ver a su hija como una adolescente o niña grandecita, pero ya no lo recordaba bien...
Cuando paso una hora y le pareció que su hija ya podría estar despierta, fue a la sala de comunicaciones y llamó a Japón, agradeciendo estar solo por ahora, aunque la gente estaba cerca, pero la verdad prefería tener algo de privacidad al hablar con su familia.
Llamó y espero solo unos segundos hasta que la llamada fue contestada.
—¡Senku!
—¡Papá!
Sonrió al escuchar esas voces.
—Hola, leonas...
—¡No somos leonas, bastardo!
—¡Pa, pa, pa, pa! ¡Pa, pa, pa batado!
—Eh...
—Mira lo que le haces decir a nuestra hija, leona, qué vergüenza. —Rio burlonamente.
—¡Cá-cállate, ba...! ¡Cállate, no fue apropósito!
—¡Dadate! ¡Padodito papá nono!
—Eh... ¿Se supone que eso significa algo? —Senku sintió varias gotitas de sudor frío correr por su frente.
—Ja, solo me está imitando, supongo que debo tener más cuidado con lo que digo... —Rio con nerviosismo.
Siguieron hablando un buen rato, con Tsukiku constantemente imitando tanto a Kohaku como a Senku, sacándoles muchas risas, hasta que Chrome llegó para reclamar que era su turno de hablar con Ruri también y que llevaban acaparando el teléfono más de una hora.
Senku chasqueó la lengua, pero sabía que tenía derecho a hablar también, además de que Tsukiku ya se escuchaba un poco soñolienta.
—Bueno, ya... ya vino Chrome... así que... lo dejaré hablar... —dijo con mucho cuidado, ya que los últimos días cada vez que intentaba despedirse Tsukiku se daba cuenta y comenzaba a llorar de forma tan desconsolada que a todos les partía el corazón y luego Senku tenía que contener sus ganas de ir a quitarle el timón de las manos a Ryusui y devolverlos a todos a Japón.
—¡Ok! Yo tal vez trate de... hacer... que descanse en su lugar de descanso... alguien en específico —dijo también con cuidado Kohaku, ya que habían aprendido por las malas que Tsukiku ya asociaba que dijera "dormir", o cosas parecidas, cerca del teléfono cuando hablaba con su padre como sinónimo de "te alejaré de papá para siempre y debes comenzar a llorar de forma desesperada para matarnos de culpa a todos".
Senku no se fue de inmediato, temiendo el llanto, pero pronto Ruri y Chrome comenzaron a hablar y al poco rato Kohaku dijo que Tsukiku se había dormido, por lo que Senku finalmente se fue para darles privacidad a la otra pareja de casados.
Después de trabajar un poco, a las pocas horas volvió a la sala de comunicaciones, que por suerte de nuevo estaba vacía. Bien, a estas horas normalmente ya no lo necesitaban y podía tener algo de privacidad y más tiempo con su familia.
Llamó a Japón y Kohaku fue rápida en contestarle.
—Está dormida. Se despertó hace dos horas, comió y volvió a dormirse hace como una hora, seguro esté otra hora dormida —le informó, desinflando un poco su estado de ánimo, pero aun así rápidamente volvió a sonreír, feliz de poder hablar a solas con ella.
—¿Y cómo están las cosas? ¿Te las estás arreglando bien?
—Sí, claro, tengo a Ruri-nee y a Atsumi-sensei, me ayudan mucho... pero Tsukiku te extraña... A veces estamos de lo más bien riendo y de repente se pone a mirar por todas partes... te llama... Puedo calmarla cuando llora, pero... es difícil... —Se escuchaba muy cansada, tanto que Senku se tragó el nudo en su garganta y rápidamente sonrió.
—Entiendo... Sabíamos que sería duro, pero era lo que debía hacerse...
—Sí...
Se quedaron en silencio un momento, antes de que Senku decidiera comentarle otra cosa deprimente, ahora que estaban en ese estado de ánimo.
—Por cierto... es posible que quizás mañana o pasado mañana ya no seamos capaces de hablar...
—¿Tan pronto?... —Claro que ella sabía que la capacidad de comunicarse así verbalmente iba a durar pocos días, pero igual la noticia de que ya se acercaba ese momento era deprimente.
—Je, no te preocupes, les enviaré un 143 en código morse todos los días para que tú y tu cachorra se acuerden de mí. —Sonrió divertido.
Casi pudo sentirla ladear la cabeza con confusión ante sus palabras, por lo que se rio para sí mismo.
—¿143? El catorce es por tu cumpleaños, supongo, ¿pero y el tres?
—Eh... porque... ¿somos tres? Tú, yo, la mocosa...
—Ah, ya veo. —Por suerte, se lo creyó—. ¿Y qué te puedo enviar yo? Sigo sin aprender ese código morsa...
—Morse. —Rio divertido—. Pídele a Yoshio que te enseñe, o a la doc. También tu hermana sabe lo necesario para enviarnos los datos que le pedí para el viaje.
—Ah, es verdad, pero tú debes reconocer lo que te mande, así que dime algo ahora —pidió, sonando emocionada.
—¿Y qué quieres decirme?
—No sé... ¿cómo se dice "te amo" en código Morse? Di-digo, será de parte de las dos, así que...
Él sonrió suavemente.
—La forma más corta de decirlo... es 143...
Rio al escuchar a Kohaku casi atragantarse del otro lado de la línea.
—Es una forma de abreviar el significado en inglés. 1 de "I". Cuatro de "Love". Tres de "You".
—Ja... pues supongo que tendremos que compartir mensaje, después de todo...
Siguieron conversando por otra hora hasta que Tsukiku se despertó, pero ambos sabían que a estas horas solo se despertaba para jugar un rato y luego quería comer y dormir, así que Senku aportó como pudo a la hora de juego desde el teléfono y luego esperó a que ella se quedara dormida hasta que por fin colgó y se fue a dormir también.
Al día siguiente, ayudó en el barco y en la ruta del barco todo lo que pudo, pero se la pasó mayormente pegado al teléfono.
Todos comprendieron que ya casi se le acababa el alcance, que pronto no podría escuchar a su familia, más importante, que su hija ya no podría escucharlo a él, y eso sería otro golpe para la pobre pequeña, así que mayormente lo dejaron solo acaparando el teléfono.
Cuando Tsukiku tomó su siesta de la tarde, Chrome aprovechó para despedirse de Ruri porque, según los cálculos de Senku, el teléfono ya no podría admitir conversaciones a partir de la madrugada o quizás incluso antes. Luego de eso, Senku se quedó totalmente con el teléfono.
—Entonces... ¿quedan pocas horas? —preguntó Kohaku aprovechando otra siesta de Tsukiku.
—Allá recién está atardeciendo, pero sí, creo que como a la medianoche de Japón ya no vamos a ser capaz de hablar... quizás antes...
La oyó suspirar audiblemente.
—¿Y... podrías... quedarte aquí... hasta que llegue ese momento?
Él rio entre dientes.
—No pensaba moverme de aquí...
Las horas pasaron, jugaron con Tsukiku, rieron ante sus balbuceos e intentos de imitarlos, él la arrulló con un cuento científico hasta que se durmió, y eso ya no era una siesta, sabía que ya iba a estar dormida la mayor parte de lo que quedaba de la noche, a veces se despertaba un poquito antes del amanecer o un poquito después, pero definitivamente no alcanzaría a poder hablarle otra vez...
Así que se quedó hablando con Kohaku, aunque no hablaron tanto, los dos estaban tan asquerosamente deprimidos que no querían hacerlo peor ahora, simplemente se quedaron cerca del teléfono, negándose a alejarse, solo comentando algunas cosas cada tanto, aprovechando lo poco que les quedaba de todavía poder escucharse el uno al otro.
—La señal se perderá definitivamente cuando estemos a más o menos unos tres o cuatro días de llegar a Estados Unidos... —comentó él en una de tantas—. Pero aunque no podamos usar nuestro "GPS" horario conectados con Japón, de todas formas ya estaremos lo suficientemente cerca para que Ryusui con sus habilidades nos lleve exactamente donde queremos.
—¡Ja, eso ya lo sé! Él sin duda lo logrará, ya nos ha demostrado muchas veces sus habilidades.
Él rio ante su entusiasmo.
Ella siempre era la primera en creer con todas sus fuerzas en sus amigos, definitivamente era una mujer impresionante... y vaya que iba a extrañarla.
—Va a estar bien, ¿sabes? —murmuró Kohaku en otro momento, interrumpiendo esas pausas silenciosas que hacían cada tanto—. Te va a extrañar mucho, pero... estará bien.
—Por supuesto que estará bien... tiene a su madre. —Rio suavemente—. Yo solo soy su mordedor favorito, pero tiene otros tres con los cuales reemplazarme. —Los dos rieron.
—No va a olvidarse de ti... —susurró ella de pronto, matando su risa en el acto—. No importa cuanto tardes... cuando regreses, ella estará feliz de verte...
Él sonrió con tristeza.
—La memoria de los bebés... es variable... Hablé con Atsumi-sensei al respecto y no pudo darme fechas especificas... Quizás me recuerde... quizás no...
—Lo hará —afirmó ella, con toda la fiereza de una leona.
Él miró con ojos muy abiertos al teléfono, casi como si pudiera verla allí, mirándolo con los ojos más decididos del mundo, totalmente segura de sus palabras.
Esta vez, no le dolió tanto sonreír.
—Es una pequeña leona muy inteligente... eso no lo dudo. —Rio con suavidad—. Para cuando vuelva, quizás ya pueda caminar... asegúrate de tomar fotos de eso ¿podrías?...
—Claro que sí... —Notó como su voz comenzaba a quebrarse.
Volvieron a quedarse en silencio un buen rato.
—Senku... —Al rato, ella volvió a hablar, y su voz sonó más distorsionada y leve, haciendo que todas las alarmas sonaran en la cabeza de Senku.
—Kohaku...
—Tu voz suena más distante... —Y la voz de ella sonaba más triste, pero resignada, ya que ambos sabían que esto iba a pasar.
—Es casi medianoche... el barco sigue avanzando... pronto ya no podremos escucharnos...
—Senku... no te preocupes, vamos a estar bien así que... concéntrate en el cohete, en detener a Whyman, así ella podrá crecer en una civilización científica, sana y feliz... con los dos criándola...
—Sí... de eso no tengas ni un milímetro de duda, voy a avanzar la civilización científica a toda velocidad, y voy a volver con ustedes, incluso en vote de remos, arrastrándome o medio muerto, pero volveré —afirmó con firmeza.
—Ja, ¡créeme que no lo dudo! —Su voz sonó llena de seguridad y firmeza, pero la calidad del audio cada vez era más baja—. Aquí te esperamos... —La última parte fue casi inaudible.
Senku supo en ese momento que seguramente ya no iban a ser capaces de escuchar sus voces, pero aun así lo intentó.
—Adiós...
Y claro que no obtuvo respuesta, o al menos no pudo escucharlo, pero estuvo seguro de que ella igualmente se despidió.
Se quedó cerca del teléfono un largo rato, incapaz de alejarse, hasta que casi se duerme junto al micrófono, por lo que suspiró largamente y se puso de pie para irse a la cama.
Sin embargo, antes de irse, marcó algo en el teléfono, en código morse.
"143".
.
Pasaron tres semanas desde que Senku se marchó y Kohaku se despertó todavía sintiendo su ausencia en la cama, todavía sintiéndose fría, sintiendo su falta...
Fue muy triste para ella dejar de escuchar su voz, pero fue peor para Tsukiku, que constantemente preguntaba por él, una y otra y otra vez.
A veces lloraba tanto que ni Kohaku podía calmarla en un buen rato, pero por suerte Senku le dejó en su cofre de regalos algo que fue una gran solución para resolver, al menos en parte, los llantos de su pequeña.
Era una grabadora donde él hablaba contando esos cuentos científicos simples que siempre le contaba para dormirla, y funcionaba de maravilla para calmar sus llantos prolongados, aunque a veces igual se notaba triste por no poder verlo, pero gracias al teléfono se había acostumbrado a escucharlo sin verlo y no desesperarse tanto, aunque igual le gustaba abrazarse a Kohaku o alguno de sus peluches mientras lo escuchaba, y con el paso de los días se resignó bastante y ya parecía muy contenta solo con poder escucharlo.
Kohaku, por su parte, aprendió mucho de código morse para poder comunicarse con Senku de esa forma, aunque últimamente la señal era cada vez más débil, y no sabían cuánto más iba a durar, de hecho, cosa que la hacía preocuparse más y más cada día.
Sin embargo, ese mismo día cuando fue a la torre donde habían trasladado el teléfono para tener un mejor control de la hora, Ruri la recibió con una mirada triste que la hizo saber de inmediato qué fue lo que pasó.
—Lo siento... la señal del Perseo ya no llega en absoluto... Estuve toda la mañana probando y nada. —Suspiró con pesar.
—E-entiendo... —Kohaku acarició con una mirada ausente la cabecita de su hija, que estaba mordiendo su mordedor con la puntita blanquecina de su primer dientito asomándose.
Fue hace dos días que Kohaku notó ese puntito blanco en el interior de su boquita, y de inmediato se volvió loca de emoción y comenzó a decirle a todo el mundo, y claro que trató de decirle a Senku también, aunque fuera con código morse, pero la mayoría no sabía armar oraciones muy complejas por ese medio, así que tuvo que molestar a Yoshio para que le transmitiera el mensaje a Senku, pero por suerte él era muy servicial (probablemente aun se sentía culpable por lo que pasó entre ellos hace un mes) y lo hizo sin chistar.
La respuesta claro que fue "diez billones de puntos para ti, mini-leona".
Lastimosamente, ahora ya habían perdido esa posibilidad de obtener aunque sea unas pocas palabras traducidas desde el código morse de parte de Senku.
—Ya deben estar a pocos días de llegar a Estados Unidos —comentó Yoshio, anotando algo en un plano—. Si todo salió bien, gracias a mi motor mejorado, quizás lleguen en dos o tres días a Tierra.
—Es una pena que no nos puedan pasar un informe detallado de lo que sucede allá —murmuró Maiko, la profesional revivida a pedido de la doctora Atsumi, que también estaba dando vueltas por el lugar—. En el que fue el país más poderoso del mundo será difícil que no hallen oposición al intento de Senku gobernarlos.
—Senku no quiere gobernar a nadie —rebatió Kohaku de inmediato, ceñuda—. Les pedirá su cooperación por un objetivo en común, Whyman es una amenaza para todo el mundo.
—Claro, lo siento. —Maiko le sonrió con dulzura.
—Es una pena que ya no podamos comunicarnos, pero seguro estarán bien —dijo Ruri con ojos llenos de nostalgia.
—Sí... —Kohaku abrazó más a su bebé, antes de tomar aire y sonreír—. ¡Ja, pero así como ellos darán todo de sí, nosotros no podemos quedarnos atrás! Senku nos dejó muchos proyectos en los que trabajar, ese bastardo. —Rio divertida.
—Es cierto, los más importantes son la presa y la planta hidroeléctrica a gran escala que dijo... aunque la verdad aun no estoy tan segura de si lo entiendo. —Ruri soltó una risita.
—Bueno, eso por un lado —acotó Yoshio—. Por el otro lado como Senku-kun vuelva aquí y no vea la clínica y las vacunas terminadas y a Tsukiku-chan muy sana nos mata. —Se carcajeó.
—Me aseguraré de tener un excelente desempeño para demostrarle mis habilidades —dijo Maiko de inmediato, sacando una libreta y comenzando a hacer algunas anotaciones.
—Iré por mi madre para ajustar unos detalles —murmuró Yoshio.
—Oh, yo tenía que preguntarle algo, iré contigo —dijo Kohaku, acompañándolo hasta la salida.
Maiko observó con ojos entrecerrados cómo se iban juntos, pero Kohaku no la notó.
—¿Y cómo han estado tú y Tsukiku-chan? —preguntó Yoshio mientras caminaban hasta la clínica improvisada en la que trabajaba su mamá la mayor parte del día—. I-imagino que extrañan mucho a Senku-kun.
—¿Papá? —Tsukiku comenzó a voltear a todas partes y Kohaku de inmediato le chitó a Yoshio.
—¡Shh! No lo menciones cuando estemos sin más gente alrededor. Con más gente hay más conversación y se distrae, pero sin más gente no lo menciones —le pidió, comenzando a frotar la espalda de su hija apenas comenzó a hacer pucheros descontentos.
—Ah, lo siento. —Rio con nerviosismo—. Es una niña bastante inteligente, pudiendo reconocer a su... progenitor tanto por el nombre como por... la otra forma de llamarlo.
—Sí, Atsumi-sensei me habla mucho de que es muy inteligente. Ja, puede ser que sea una científica también, aunque aún no descarto que sea una guerrera, ¡tiene mucha energía!
—Sin duda será una pequeña asombrosa, más con los padres que tiene. —Le sonrió.
Kohaku estaba bastante feliz de que Yoshio hubiera dejado atrás su flechazo momentáneo con ella, ya que la verdad era muy agradable, y además sabía muchas cosas tanto de ciencia (él hablaba más de algo llamado "ingeniería", en realidad) como de bebés, y siempre parecía interesado en la salud de su hija y la ayudaba con algún consejo, cosa que agradecía.
Siguieron conversando hasta que llegaron a la clínica improvisada de la doctora Atsumi, que era más bien una cabaña grande que además tenían planes de volver de diez veces su tamaño eventualmente, aunque lo primero era equiparla y luego verían lo demás.
Sin embargo, ahora la mayor prioridad eran las vacunas, aquello que Kohaku había escuchado a Senku maldecirse y lamentarse muchísimas veces por no tener.
Cuando entraron, la doctora de inmediato jaló a su hijo del brazo y lo sentó en una silla.
—Que bien que llegaste, mi príncipe, mamá está algo cansada, termina de examinar esa muestra por mí ¿sí?
—Se fueron los explotadores pero quedaste tú, ¿eh, mamá? —Yoshio sonrió resignado, pero de todos modos se puso a trabajar.
—Yo te ayudo —murmuró la mujer que Atsumi-sensei revivió junto a Maiko y al dentista, Amaya, recordaba que se llamaba, y que parecía admirar mucho a la doctora.
Kohaku observó con interés como Amaya se sonrojaba al sentarse al lado de Yoshio.
¿Oh? ¿Habría algo allí? Luego tendría que comentárselo a Ruri, que estaba bastante atenta a los chismes últimamente (aparentemente Minami logró corromperla en las semanas en la que ella estuvo en la isla) y además estaba muy triste desde que se cortó la comunicación con los del barco y por ende con Chrome.
—Eh, lamento molestarla, Atsumi-sensei, pero quería preguntar algo —comentó Kohaku al ver a la pobre mujer mayor que tenía pronunciadas ojeras bajo los ojos.
—Ay, tú descuida, yo vivo por los niños. Más por esta lindura de aquí. —Frotó una de las mejillas de Tsukiku, que le sonrió, aunque seguía viéndose algo desconfiada.
Tsukiku tenía una relación muy rara y complicada con su pediatra, a veces la odiaba y a veces la amaba, pero igual la doctora siempre lograba la forma de controlarla aun cuando nadie podía de una forma u otra.
—¿Y cuál es tu pregunta, señora mami?
—Bueno, usted me dijo que tenía que comer todos los grupos de alimentos que Senku me obligo a memorizar. —Rio y la doctora asintió—. Bueno, ayer y hoy quise darle algunos vegetales y no quiso ninguno... sí comió fruta y carne, pero no quiso vegetales, y se los preparé de la misma forma de siempre ¡y antes lo comía! No sé por qué ahora no quiere. —Bajó la mirada para ver con una ceja en alto a su bebé, que le devolvió la mirada y le sonrió, por lo que de inmediato la derritió y la hizo comenzar a besarle la frente.
—Mmm, bueno... puede ser que sea hora de variar un poco la forma de presentarle la comida, quizás comenzar a mezclar un poco más o darle en pequeñas cantidades o probar distintos modos de preparar y ver qué tal le parece. Te ayudaré a cocinarle algo, vamos.
—¿Pero no estaba cansada? D-debería dormir... —Se sintió culpable.
—Ay, por los pequeñitos yo me aguanto todo, no sabes todo lo que he aguantado en el pasado, yo viajaba a todas partes y pasaba día y noche atendiendo sin parar a pequeñitos necesitados, no me quites la alegría de revivir mis viejas glorias aunque sea a pequeña escala. —Rio cantarinamente y le dio unos empujoncitos para salir de la clínica—. Hasta me gustaría que hubiera otro pequeñito al cual atender por aquí.
Kohaku rio.
—Ja, pues eso puede tardar. Todos los aldeanos están muy ocupados, igual la gente moderna que quedó aquí, no creo que nadie vaya a tener un bebé pronto —aseguró y, sin embargo, a la semana siguiente, mientras desayunaba con Ruri y la doctora, Ruri salió corriendo a vomitar al baño, y la doctora Atsumi fue tras ella, con rostro casi emocionado que hizo que Kohaku comenzara a sudar frío.
Luego de que Ruri se sintiera más recompuesta, comenzó a contar que últimamente se sentía algo mareada y con nauseas.
—Ruri querida. —La doctora de inmediato la miró con ojos brillantes—. Tú y yo tenemos que hablar.
Y fue así que se enteraron que Ruri estaba embarazada, y con una prueba improvisada de la doctora días después salió más confirmado todavía.
Kohaku no sabía si estar feliz, asustada, emocionada o preocupada.
Pero por otro lado...
—¡Tendré un sobrino! —No pudo evitar chillar de la emoción mientras abrazaba a su hermana, con la doctora riendo mientras sostenía a una muy confundida Tsukiku.
—Bu-bueno... —Ruri estaba muy sonrojada, muy nerviosa y muy feliz—. C-creo que lo único que lamentó es que Chrome no va a poder saberlo sino hasta que regrese... —Bajó la mirada con tristeza.
—¡Ja, pero no te preocupes tanto, seguro que regresara antes de que nazca! —Kohaku tomó sus manos con emoción—. ¡Debes sorprenderlo, seguro se desmaya! —Rio.
—Tienes razón, seguro regresara antes del nacimiento. —Sus ojos también se iluminaron con emoción, pero luego se preocupó—. Ahora la pregunta es... cómo debería decírselo a papá...
—¡JA! Seguro ni le importa, conmigo no le importo. —Bufó, todavía resentida de lo que su padre dijo cuando se enteró de su embarazo.
¿Cómo que creía que ella nunca iba a darle nietos? Ni que fuera tan... Bueno, en realidad algo de razón tenía, antes de Senku veía muy difícil la idea de casarse al ver a todos los hombres temiéndole o con idiotas pervertidos o mujeriegos siendo las únicas opciones.
¡Aun así, igual la molestó que dijera eso! Se puso más bravo cuando Senku y ella no quisieron casarse, en realidad.
Pero bueno, Chrome y Ruri ya estaban casados, así que no tenía por qué molestarse tampoco esta vez, ¿verdad?
—¡¿QUÉ?! ¡¿Cómo que ese miserable de Chrome se atrevió a abandonarte embarazada?!
Ups, bueno, se equivocó... sí estaba bastante molesto.
—¡Ya sabía yo que no sería un buen marido! ¡Debí haberle puesto más difícil conseguir tu mano en matrimonio! Maldito Chrome, siempre es lo mismo con él... —Comenzó a vociferar y maldecir a Chrome mientras daba vueltas por la choza apretando los puños.
—P-papá, ya sabes que Chrome y los demás tienen una misión muy importante... —Ruri intentó defenderlo—. Además, yo estoy feliz con la noticia... ¿no estás feliz por mí? —Lo miró con ojos suplicantes y Kokuyo se ablandó de inmediato, pero aun malhumorado.
—Estoy feliz por ti, hija... ¡pero ese Chrome me va a oír cuando regrese aquí!
—Ja, no deberías ser tan duro con él, están casados —murmuró Kohaku, meciendo a Tsukiku en sus brazos—. Senku y yo ni estábamos casados y fuiste mucho menos duro con él.
—Bueno, Senku es el jefe de la aldea y muy responsable e inteligente, sabía que te cuidaría. —Kokuyo apartó la mirada, haciéndose el desentendido por completo.
—Chrome tenía razón, definitivamente tienes yerno favorito... —murmuró Kohaku, mirando mal a su padre.
Después de aclarado el asunto con su padre, Kohaku regresó a su casa... esa casa tan grande que ahora era solo para ella y su hijita...
Su familia le había ofrecido que se fueran a vivir con ellos para que no estuvieran solas, pero Kohaku prefirió quedarse en la casa en la que vivió con Senku, no solo porque tenía electricidad, ducha, cocina y otras comodidades, sino porque en esa casa fue donde vivió sus mejores momentos con su pequeña familia de tres, y era donde Tsukiku estaba más acostumbrada, y donde más podría recordar a su padre.
La verdad, ella también tenía un poco de miedo de que su pequeña se olvidara de Senku...
Ya había pasado más de un mes desde que él se fue, y ella cada vez lloraba menos por su ausencia, y ya no sentía tanto interés en ver sus fotografías, no como las primeras semanas.
Una parte de ella estaba feliz de que ya no llorara de esa forma tan desconsolada por sentir la falta de su padre, pero otra parte tenía miedo, porque le rompía el corazón que pudiera olvidarse de él... tanto por lo triste que era para ella, como por lo horrible que sería para Senku en cuanto regresara.
Después de la cena, colocó a Tsukiku en la cama y vio con ternura como se sentaba solita y luego se inclinaba para gatear por la cama, era una de sus habilidades más recientes.
Le habría encantado que Senku pudiera verla ahora...
—Si papá te viera... él te felicitaría por tu gran eficiencia, ja... —Rio un poco mientras se apoyaba sobre un brazo para verla mejor.
Tsukiku volteó a verla y gateó hasta estar más cerca de ella, trepándosele encima, subiéndose incluso por su cara, cosa que la hizo reír.
De repente, tomó un puñado de su cabello y tiró un poco.
—Auch... no hagas eso. —Se sentó para apartarla y sentarla en su regazo.
Tsukiku la miró ceñuda y descontenta de inmediato, haciendo un pucherito.
—Ja, que papá siempre te dejara hacer eso no significa que yo lo permita. —Le sonrió divertida.
Sin embargo, se sorprendió cuando ella de inmediato soltó un agudo chillido, con sus ojos llenos de lágrimas que pronto empezaron a caer.
—Ay, no... perdona, lo siento. —La abrazó contra su pecho y la abrazó contra su pecho—. Puedes comerte el cabello de mamá si quieres, está bien, n-no me molesta...
—Mamá... —De repente dejó de chillar y Kohaku la apartó para verla bien, notando que seguía hipando y soltando lagrimitas—. ¿Papá? ¿Papá donododa?
Kohaku le sonrió con tristeza, acariciando su carita con ternura.
—Papá volverá pronto, amor, solo debes ser paciente...
—Papá badaba. —De repente estiró su pequeño dedito índice hacia la grabadora que les había dejado Senku—. Papá badaba eduta.
—Sí, mi amor, te pondré los cuentos de papá. —De inmediato encendió la grabadora (Yoshio le enseñó a usarla) y se recostó en la cama con su hija, dándole pecho mientras escuchaban esos cuentos simples pero complicados que siempre le contaba a su niña.
A Tsukiku le encantaba demasiado escucharlo, y a Kohaku le eran un buen consuelo, sobre todo porque le confirmaba que aun no lo había olvidado, pero sabía que de todos modos era insuficiente...
Ambas lo extrañaban demasiado... y su ausencia recién había comenzado... todavía les quedaba mucho tiempo separados.
La espera sin duda les sería eterna... y sabía que él debía sentirse igual...
.
Llegar a Estados Unidos había sido... toda una experiencia... para la tripulación japonesa.
Una experiencia mortal.
Los recibieron con una lluvia de balas, por lo que rápidamente descubrieron que ellos no eran las únicas personas despetrificadas en la Tierra.
Había otro grupo de despetrificados, liderados por otro científico, uno bastante peligroso...
Senku decidió enviar a Gen, Chrome, Kinro y Kirisame (normalmente enviaría a Kohaku en una situación así, pero a falta de ella decidió enviar a dos guerreros que compensaran la intuición y pensamiento rápido de la leona) en una misión de reconocimiento a la base enemiga, y Gen acabó infiltrándose en dicha base.
Y de alguna forma Gen había dicho que el científico a cargo del grupo japones se llamaba Dr. Taiju...
Sobra decir que todos casi se desmayan ante semejante disparate, pero siguieron el juego, confiando en su tramposo mentalista favorito y su juicio.
Y claro, tener un espía en la base enemiga era algo a lo que dos podían jugar.
Si ellos tenían a Gen como espía, los estadounidenses les enviaron a una chica llamada Luna, que evidentemente era una espía y que además hacía una muy mala actuación de haber traicionado a sus compatriotas, pero Senku le dio la bienvenida más que encantado al barco, dispuesto a sacarle toda la información que pudiera, todo servía.
Fue gracias a Luna que descubrió exactamente quién era el científico que lideraba el grupo estadounidense.
El Dr. Xeno, su maestro científico, aquel que más lo ayudó a impulsarse por un correcto aprendizaje de la creación de cohetes.
Y era un científico de la NASA, muy útil para su objetivo de llegar a la luna tras Whyman.
Sin embargo, al poco tiempo de enterarse de ese detalle de Xeno, se entero de otro pequeño gran detalle...
Había un francotirador apuntando al barco.
Se dio cuenta demasiado tarde cuál era el objetivo de Luna en el barco, creyó que era simplemente sacarles información, pero no era solo eso, sino señalar al líder científico.
Y el enemigo se dio cuenta de que Taiju era solo un señuelo. Y Senku supo que ahora mismo un arma mortal debía estar apuntando a su cabeza.
Realmente podrían matarlo ahora... y no volvería a ver a Kohaku ni a Tsukiku...
¡No podía permitirlo!
Intentó correr, esconderse, aprovechar la ubicación del francotirador con los ángulos del barco, pero no sabía con qué clase de arma podría disparar, así que a toda prisa, con la adrenalina corriendo por todo su cuerpo, con el deseo de vivir, el deseo de volver a ver a su familia, ardiéndole por las venas, utilizó materiales de la cocina para crear un líquido newtoniano, sabiendo que no sería suficiente, pero era mejor que nada...
¿Dispararía a la cabeza? Poco probable, Xeno había dicho que querían el líquido despetrificador, y no sabían si solo él tenía esa información, así que...
Protegió su torso y su estómago lo mejor que pudo mientras seguía frotando con fuerza los materiales, y la bala llegó.
Apenas pudo verla, fue solo un flash asesino, pero notó que estaba fragmentada por haber atravesado varias capas de madera del barco, y... tal como sospecho, el líquido newtoniano no fue suficiente para detenerlo...
Recibió múltiples impactos, la sangre corrió por todas partes, cayó desplomado en el suelo.
Todo se volvió difuso, confuso, por un momento se sintió demasiado aturdido, pensó en toda su vida, en Byakuya, en sus amigos, en todas sus aventuras y hazañas... en Kohaku... en su Tsukiku...
Por un momento sintió su respiración fallarle, creyendo que no volvería a verlas... pero entonces los gritos lo trajeron a la realidad, Francois atendiendo frenéticamente sus heridas lo hicieron dejar de lado sus temores absurdos y analizar la situación.
Las balas pasaron limpiamente a través de su cuerpo, la sangre que brotaba no era tan excesiva como para matarlo rápidamente, y todavía tenía un as bajo la manga.
Todavía podía ser posible que le quedara algo de energía al arma petrificadora.
Aun así, no quería usar su as bajo la mirada de la espía que tenían a bordo, sin embargo... Luna se acercó a verlo junto con toda la tripulación con el rostro lleno de lágrimas, y hasta pareció interesada en ayudarlo, dijo que fue estudiante de medicina, lo cual hizo que Taiju incluso se le arrodillara para pedirle su ayuda.
Senku no estaba seguro de si sacar el tema del arma ahora, y pronto se sintió demasiado mareado para siquiera pensar y se desmayó.
Cuando despertó, estaba bien vendado, aunque todavía demasiado débil y adolorido, y Luna y Francois estaban con él.
Senku estaba demasiado débil, y todavía no confiaba en mencionar el arma frente a Luna, así que les pidió a los demás que le enviaran un mensaje a Chrome.
Quizás le pedía demasiado al pedirle hacerse cargo de la situación por ahora, pero estaba demasiado aturdido por el momento, y decidió mejor descansar un tiempo y luego tomar la decisión de usar su mejor as en él o esperar.
Luego de descansar un poco, Francois y Luna lo ayudaron a obtener un mejor análisis de lo que le pasaba con su cuerpo.
Perdió más sangre de lo que pensó, necesitaba una transfusión...
Luna no sabía mucho, él tenía que guiarla, pero era claramente capaz de hacerlo sí la guiaba, pero...
Aquí entraba la duda. ¿Debía fiarse de esta completa desconocida que además estaba con el enemigo... o desperdiciar su mejor as en curarse algo que no era tan grave?
Dudaba morir por esto, pero para curarse lo antes posible necesitaría la ayuda de una persona capaz de un procedimiento médico medianamente complejo y ahora mismo Luna era su única opción.
De verdad lamentaba no haberse traído a la doc con él, o al menos no haber revivido otro médico para llevarse al vieje, pero estuvo tan preocupado por su hija que no pensó en otros factores... además de que tenía prisa.
Antes de tomar una decisión, decidió preguntarle a Luna su postura sobre realizar la transfusión de sangre, reconociendo que era un pedido difícil, y dispuesto a escucharla cuando ella le dijo que para hacerlo le pediría una condición.
—Si pides nuestra rendición ante Xeno, entonces no hay trato... —Rio débilmente.
Sin embargo... ella le pidió algo que nunca habría esperado.
—Una vez que te recuperes... ¿serías mi novio?
—¡¿QUÉ?!
Luego del shock inicial, a Senku se le pasó una imagen muy caliente y explicita por la mente...
Exacto, se imaginó a Kohaku sacándole las tripas de forma muy explicita mientras lo quemaba vivo sobre un fuego abrasador, todo mientras Tsukiku aplaudía riendo como la pequeña mini-leona psicópata que era, igualita a su madre.
—Eh... Si hablas de algo así como un matrimonio arreglado para garantizar tu seguridad o alguna cosa de esas... No tienes que preocuparte, el reino científico acepta a todos sin importar su pasado. —Rio por lo bajo, sin entender por qué le había pedido algo así.
Seguramente quería alguna clase de garantía a su seguridad ¿sería eso? No podía estar tan loca para pedírselo de la nada...
De todas maneras, más allá de que fuera a elegir la transfusión y el descanso o el arma petrificadora, lo mejor era mantener a Luna como una aliada, ya que querían sumar a tantos locales como fuera posible. Y si ella tenía más aliados, mejor.
—Por cierto, debes tener a uno o dos tipos que te sigan, ¿verdad? —Ella tartamudeó un poco, pero acabó diciendo que sí, y él le dijo de inmediato que agradecería cualquier adición a su equipo por más pequeña que fuera, y para terminar de convencerla de unírseles se aseguró de felicitarla por su buen desempeño, y ella por alguna razón chilló encantada.
Vaya, qué chica tan rara... pero parecía lo suficientemente confiable.
Senku pensó largamente entre usar su as o pedir ayuda a Luna, que a su vez sería asistida por Yuzuriha y Francois.
Finalmente, se decidió por mejor usar el arma.
Sabía que Luna, Yuzuriha y Francois eran capaces, en especial confiaba muchísimo en las últimas dos, pero no quería arriesgarse.
Había hecho una promesa, prometió que volvería con su familia, y no pensaba faltar a esa promesa.
Haría todo lo que estuviera en su poder para volver a casa. Y quería volver lo antes posible.
Y... desde ahora, ya no tomaría tantos riesgos.
El enemigo había sido capaz de enviar un francotirador contra él, y si no hubiera hecho las cosas bien gracias a la adrenalina, quizás estaría muerto. Quizás el arma ni siquiera tuviera un tiro extra, era pura especulación, y ahora mismo estaría muerto y habría dejado abandonada a su familia.
No podía volver a permitirse algo así. Ya no sería tan descuidado.
Cuando Francois llegó para decirle que encontró a alguien con su mismo tipo de sangre, Senku le dijo que lo olvidara.
—Dile a Ryusui que me traiga el arma... voy a hacer trampa en el campo de juego. —Sonrió maliciosamente.
Y fue así como, una petrificación y un frasco de líquido despetrificador después, estuvo totalmente sano y mejor que nunca.
Sus marcas de petrificación finalmente habían desaparecido, pero eso no le importaba ni un milímetro... aunque había leído en alguna parte que a los bebés le disgustaban los pequeños cambio en sus padres como quitarse el bigote o cosas así... esperaba que a Tsukiku no le importara ese detalle...
Pero bueno, ahora lo importante era ponerse a trabajar. Tenía muchas medidas que tomar mientras se terminaba de transformar el barco en un portaaviones y mientras Chrome trabajaba en infiltrarse en la base enemiga.
En cuanto comenzó a movilizarse trabajando como loco, Luna se sorprendió mucho de verlo sano de un momento para el otro, pero Francois se tomó la molestia de explicarle todo, a lo que Luna pareció algo preocupada.
—¿Esto significa... que no aceptarás ser mi novio? —Lo miró con ojos decepcionados.
De inmediato, los ojos de todos los que sabían inglés se clavaron en él, que empezó a sudar frío.
Una vez más se le vino a la mente la imagen de Kohaku matándolo lenta y dolorosamente, y tragó saliva con pesadez.
Todos lo miraban muy fijamente, juzgándolo, prácticamente gritando por los ojos si se había vuelto loco y quería que Kohaku lo matara, porque por supuesto que le iban a decir todo esto.
Si le decía a Luna que estaba casado... ¿ella renunciaría a ser su aliada? Sabía que había un sujeto amigo de Luna que ayudó a Taiju a llegar con Chrome y que les estaba haciendo un mapa. Si Luna los traicionaba ahora, podría darle mucha información valiosa al enemigo si no la contenían bien...
Por otro lado, Kohaku le daba más miedo que la caída del reino científico, para ser honesto...
Ugh, pero no podía tomar más riesgos, debía hacer que el enemigo pensara que estaba muerto, y para eso necesitaba a Luna de su lado.
—Eh... Nuestra... alianza... es algo que... quiero... —dijo con mucho cuidado, sudando más y más, pero Luna pareció conformarse con eso, aunque claro que todos los demás de inmediato lo miraron peor, en especial Yuzuriha, Minami y Nikki.
Bien, si sobrevivía a Estados Unidos, sin duda al volver a Japón su esposa lo mataría.
Les pidió mantener la boca cerrada hasta que lograran capturar a Xeno y luego llamó a Matsukaze y Ginro.
—Necesitamos ganar tiempo —les dijo—. Iba a mandar el arma petrificadora con Ukyo, pero como todavía tenía un tiro preferí mantenerla aquí. Ahora, sin embargo, esto es lo único que podemos usar para distraer al Dr. Xeno en lo que terminamos el portaviones y el proyecto de Chrome, además de ciertos proyectos que yo estoy planeando... Matsukaze, te confiaré el arma a ti para dársela a Ukyo. —Le dio la bolsita con el aparato—. Ginro, tú ve con él por las dudas, Kinro está allá así que seguro no dejara que metas la pata. —Rascó su oído con una mirada resignada.
Ginro graznó algo con indignación, pero Senku no le hizo mucho caso.
Tenía mucho trabajo que hacer, porque iba a dar todo de sí para volver a ver a su familia una vez más.
.
Ya habían pasado más de dos meses desde que Senku se fue, Tsukiku tenía nueve meses de edad, y cada vez sorprendía más a todos con su gran capacidad para aprender.
Ya gateaba por todas partes libremente, y podía pararse a la perfección, también había hecho varios intentos para caminar, pero siempre acababa fracasando y llorando de frustración.
Por otro lado, la civilización estaba avanzando bastante rápido, gracias a los planos que dejó Senku y con la guía de Yoshio y los otros especialistas.
Y claro que el avance más esperado por todos, y en especial por Senku, también logró llegar... aunque era una pena que Senku no estuviera allí para presenciarlo...
La primera vacuna en el mundo de piedra fue completada con éxito.
Los especialistas afirmaban que era correcta, eficiente y comprobablemente funcional, pero de todos modos la probaron en sí mismos y, al ver que todo salía bien, la probaron en niños, y al ver que una vez más todo salía bien, por fin le pusieron su primera vacuna a Tsukiku.
Kohaku, que había estado esperando ansiosa por esa vacuna por la cual Senku tanto se desesperó en el pasado, casi se desmaya al ver el tamaño de la aguja.
—¿E-eso le pondrán a mi bebé...?
—Solo le dolerá un poquito... —La doctora Atsumi sonrió dulcemente, pero Kohaku no pudo evitar verla como si un aura malvada la rodeara en ese momento—. Será mejor que la sostengas bien. —Eso solo la asustó más, pero de todas maneras la obedeció.
El chillido desgarrador de su bebita hizo que de inmediato se le llenaran los ojos de lágrimas, y pasó la siguiente media hora confortándola mientras observaba con rencor como la doctora y los otros especialistas preparaban la siguiente vacuna.
—¡¿C-cuántas de esas cosas deben colocarle?! —Palideció mientras abrazaba protectoramente a su bebé.
—Por ahora solo dos... —murmuró totalmente relajada la doctora, ajena a su gesto horrorizado... bueno, no, podía ver con claridad su terror, simplemente no le importó ni un poquito—. Aun seguimos preparando las otras... pero en unas dos semanitas podremos inyectarle otras tres. —Sonrió como si eso fuera algo bueno, y se suponía que lo era, pero Kohaku de todos modos se puso a llorar con su bebé en la siguiente inyección.
¡Senku no le había dicho que esto era tan horrible! Luego se lo describiría detalladamente a ese bastardo, no era justo que ella fuera la única aquí que sufriera... aparte de su pobre bebé, obviamente.
Al menos la doctora le aseguró que eso la ayudaría a combatir mejor las enfermedades y enfermarse menos, así que no pudo quejarse mucho, menos porque a los pocos días su atención se fue totalmente a otra cosa.
Estaba jugando en el piso de su habitación con su hija, riendo con ella mientras jugaba con sus juguetitos a lanzarlos a todas partes, creando todo un desastre y divirtiéndose yendo por sus juguetes o haciendo que Kohaku fuera por ellos, y claro que ella iba encantada, pero en un momento Tsukiku se puso de pie agarrándose de la pared como solía hacer mucho últimamente, y dirigió su mirada a la fotografía de Senku que tenía al lado de la cama.
—¿Papá? —habló lentamente, sonando algo confundida mientras señalaba la foto con su pequeño dedito índice.
Kohaku sonrió con una pizca de tristeza.
Tsukiku cada vez preguntaba menos y menos por su padre, aunque se les hizo rutina a ambas escuchar sus grabaciones antes de dormir, ella ya casi ni lo mencionaba, y eso le dolía mucho, pero la alegró ver que todavía podía reconocerlo.
—Sí, mi amor, es papá. —Tomó el marco y quiso acercársele para mostrarle mejor la foto, pero se sorprendió cuando Tsukiku se soltó de la pared y quedó erguida solita en sus dos pies, balanceando sus bracitos para tener equilibrio.
Se quedó en silencio, sosteniendo la foto con una mano y estirando la otra mano en su dirección en caso de que se cayera, pero ella parecía decidida a intentarlo, ¡intentar caminar!
El suelo estaba alfombrado por pedido del Sr. Exagerado alias su esposo, pero igual mantuvo un brazo estirado hacia ella, sin dejar de mirarla expectante, sonriendo con emoción.
—Vamos, Tsukiku, ven —la alentó con voz dulce—. ¡Ven con mamá! ¡Y con papá también! —Le enseñó la foto, y entonces su bebita pareció aun más decidida.
Se tambaleó un poco y Kohaku sintió el impulso de cargarla, pero se contuvo, sabiendo que tenía que dejar que creciera e hiciera cosas por su cuenta, y entonces Tsukiku logró dar un pasito... y otro... y otro... lento pero seguro ¡estaba caminando!
Casi se derrite de emoción y amor por ella, pero entonces vio que a mitad de camino casi se cae de cara al suelo, por lo que la tomó en brazos de inmediato y la alzó casi hasta el techo, felicitándola a viva voz, haciéndola reír y chillar de alegría.
—¡Como diría papá, tienes diez billones de puntos para ti! —Besó varias veces su carita.
Siguieron practicando el resto de la noche y se aseguró de tomarle varias fotos también, y los siguientes días se lo estuvo mostrando y presumiendo a todo el mundo, y claro que su pequeña también estuvo muy contenta de recibir tanta atención.
Lo único que le dolió a Kohaku luego de ese gran suceso, fue que Tsukiku ya casi no volvió a mostrar interés por las fotos de su padre después... Todavía le gustaba escucharlo, pero ya no buscaba sus fotos, ya casi ni lo nombraba, y tampoco mostraba mucho interés cuando los demás lo mencionaban.
No pudo evitar preguntarse si el mayor temor de Senku se haría realidad...
¿Acaso su hija de verdad iba a olvidarse de él?
Continuará...
Holaaaaaaaaaaaa :'D
Ay, Dios... ha pasado más de un año desde la última actualización D:
Pero bueno, esa vez no estaba segura de si iba a continuar el fic, ahora ya estoy segura de que a esta historia todavía le queda mucho que contar! OwO
Eso si, les advierto que puedo terminar esto en el siguiente capítulo o bien seguir por varios capítulos más, lo voy a pensar, porq tampoco estoy segura de cuántos todavía se acuerdan de este fic TwT
35 caps es un buen número, igual estaría más bonito terminarlo en 36 owo O quizás puedan ser 40, lo pensaré XD
Muchas gracias a mi querido Aigamyp por patrocinar este cap, si les gusto entonces todas las gracias a él! :'3
Si alguien me quiere apoyar por Patreon o bien pedir una comisión, ya sea para continuar algún fic o pedir uno nuevo de lo q ustedes quieran, lo agradecería mucho :''D
La situación en Argentina está medio dificilita QnQ
Pero weno, yo seguire escribiendo fics SenHaku siempre de todos modos, amo a mi OTP *w*
Ojala que el cap les haya gustado, lamento la demora, espero actualizar pronto y me despido!
No olviden q se les ama con todo el kokoro~
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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