Celebración en el mundo de piedra
Mientras Senku y Kohaku tenían su emotivo y esperado reencuentro con su hija, el resto del reino científico se dedicó a celebrar con un gran banquete preparado por Francois.
Les contaron a todos de sus hazañas y las dificultades a las que se enfrentaron, aunque la mayoría de la tripulación había pasado la mayor parte del tiempo convertida en piedra, los que no tenían muchas cosas por contar, y de todos modos los que fueron estatuas tampoco habían escuchado las historias completas.
-... Y así fue como yo valientemente salvé a Amaryllis cargándola en mis brazos luego de que Kohaku-chan se sacrificará por mi bienestar.- dijo Ginro solemnemente, apretando su puño en lo alto.
Todo el mundo lo escuchó con mala cara, sin creerle ni una palabra por más que las únicas que podrían negar su historia eran Kohaku (que estaba en su casa) y Amaryllis (que se quedó en la isla). O más bien todos menos Matsukaze, que lo escuchaba observándolo maravillado.
-El amo Ginro realmente es tan valiente.- su admiración hacia él solo creció.
Pobre tipo. Realmente nadie quería bajarlo del pony, no tenían corazón para ello.
Gen decidió cambiar el tema.
-Lo bueno es que logramos conseguir el arma petrificadora, y con ella finalmente podremos revivir a Tsukasa-chan.- miró de reojo a Mirai y Minami, viendo a ambas sonreír inmensamente.
-Sabía que lo lograrían.- Mirai sonrió con ojos llorosos.
-¿Y cuándo piensan revivirlo? ¿Saben cómo usar la máquina, verdad?- Minami se veía bastante ansiosa por el regreso del primate más fuerte.
-Sí, pero tendrán que ser un poco más pacientes.- Ukyo sonrió nerviosamente.
-¡JAJA, es cierto!- Ryusui chasqueó los dedos. —Senku tiene el aparato y separarlo de su princesita lo ha afectado más de lo que parece. Merecen un tiempo a solas.-
-En especial Kohaku, todo el tiempo se la pasó quejándose de que extrañaba a Tsukiku-chan.- comentó Ginro con cara miserable, seguramente recordando su tiempo en el harem.
-Ella los ha extrañado mucho también.- comentó Ruri con una sonrisa temblorosa.
Yuzuriha la miró tristemente.
-¿Cómo ha estado?...-
-Pues… ha sido difícil para todos nosotros.- suspiró, juntando las manos. —Ella tenía una rutina que se vio afectada y claramente necesitaba a sus padres… yo no podría reemplazarlos nunca.- se llevó las manos al pecho, con una mirada cabizbaja.
Gen pensó rápidamente en algo que decir para animarla, pero sorprendentemente alguien se le adelantó.
-Vamos, Ruri, haz hecho un gran trabajo.- Chrome le sonrió alentadoramente. —Tsukiku no habría estado mejor con ninguna otra persona, aparte de sus padres claro. Eres la mejor tía del mundo. Has hecho mucho por ella.- la miró con sus puños en alto.
Los ojos de Ruri se iluminaron y ella de inmediato sonrió dulcemente.
-Gracias…-
Ambos se quedaron mirando por un momento hasta que Francois ofreció postre y toda la atención se volvió a ella. Excepto por la atención de ciertas dos personitas…
Ryusui y Gen intercambiaron sonrisas maliciosas.
Luego del postre, tomaron unas copas de vino y se retiraron a hablar lejos de la multitud.
-¿Estás pensando lo mismo que yo, verdad?- Ryusui meneó las cejas sugestivamente.
-¡Parece que los mejores cupidos del reino de la ciencia volverán a entrar en acción!- sonrió enormemente. —Después de nuestros excelentes resultados con la parejita más difícil, esos dos deberían ser pan comido~.-
-Lo único difícil será la cabeza dura de Chrome, aunque estoy seguro de que idearemos algo. ¡Será un romántico empedernido después de que acabemos con él! Después de lo que logramos con Senku, es imposible que Chrome escape a los mejores casamenteros.-
-Creo que este sería el mejor momento… es muy posible que nos quedemos aquí al menos hasta que pase el invierno.- dedujo Gen pensativo. —Un cohete tomará años de todos modos y dudo que Senku-chan quiera alejarse de su princesa durante su primer invierno en el mundo, más siendo este un mundo de piedra.-
-Cierto, aún con lo apurado que se ve por hacer todo, es probable que quiera ir a Sudamérica ahora, y eso tomará meses.- se llevó un dedo a la barbilla. —Lo más lógico para él sería quedarse al menos hasta que acabé el invierno, o tal vez incluso hasta que la princesita cumpla su primer año.- rió alegremente.
-Bueno, sin duda eso es lo que quiere, pero realmente creo que tan pronto como llegue marzo nos arrastrará al barco otra vez.- cascaditas se deslizaron por sus ojos al pensar en el trabajo esclavizador de tener que mantener a flote un barco. —Aun así, antes de eso… podremos divertirnos un poco con esos dos tortolitos.- ambos miraron por encima de sus hombros a Chrome y Ruri intercambiar miradas discretas en medio de la multitud.
¡El equipo casamenteros volvía a entrar en acción!
.
Una vez más, Kohaku sentía su rostro dolerle de tanto sonreír. Una vez se le acabaron las lágrimas de felicidad, solo le quedó una sonrisa prácticamente fijada en su rostro, acompañada de muchas risas.
Después de que regresaran a casa y ambos pudieran abrazar a su bebé, estuvieron muy juntos por mucho tiempo hasta que ella exigió volver a tener su alimento predilecto y Kohaku le dio de beber de su pecho hasta que se durmió. Y entonces Senku la jaló para que se sentaran en la cama, con ella entre sus piernas, para que ambos pudieran sostenerla y mirarla mientras dormía tranquilamente, acurrucada contra el pecho de su madre.
Cuando despertó, lo hizo con mucha energía, muchas ganas de balbucear, gritar, reír, jugar y especialmente ser el centro de atención de los dos. Y ellos dos estuvieron más que felices de complacerla… el único problema era que de nuevo entraron en su competencia de quién llamaba más su atención o discutir por quién iba a ser el que la cargara, aunque siempre entre risas claro.
-¿No quieres volver con mamá otro rato? ¿No quieres?- Kohaku hizo todo tipo de muecas divertidas para intentar convencerla, pero ella solo la observó con curiosidad mientras seguía masticando uno de los mechones de cabello que caían por la frente de su padre.
-Vamos, leona, ya la tuviste un buen rato mientras la amamantabas, no quieras acapararla.- Senku se veía muy petulante incluso aunque su cabeza estaba siendo tironeada constantemente y su ropa se estaba llenando de baba.
-Eso no cuenta.- hizo pucheros. —No es mi culpa ser también su fuente de comida aparte de su madre.- intentó excusarse.
-Y no es mi culpa no serlo.- refutó. —Además, no creas que tu puesto como fuente de alimento será relevante mucho tiempo más, esta pequeña leona ya tiene seis meses. ¡Es primero de octubre! ¡Has cumplido exitosamente medio año de vida!- la alzó para que quedara frente a su rostro, sosteniendo cuidadosamente su cabeza -¡Ya puedes comenzar a comer papilla! Creces tan absurdamente rápido que parece que haces trampa, la próxima vez que parpadee ya estarás queriendo corretear por la aldea ¿verdad?- rió tiernamente mientras su hija balbuceaba intentando imitar lo que decía.
Kohaku se le unió en las risas, sentándose a su lado y haciéndole gestos para llamar su atención y que pidiera ir con ella, ignorando la mala mirada de su marido.
Al final a Senku se le cansaron los brazos y colocó a Tsukiku en la cama, aunque ella prefirió intentar comer su pie antes que dejar que su madre la tomará en sus brazos. Kohaku no estuvo muy feliz con eso, pero acabó suspirando resignada y en cambio se fue a buscar los juguetes de su hija, intentando llamar su atención con los sonajeros, derritiéndose de ternura cuando ella la miró sonriente, dejando su pie para estirar sus bracitos hacia los sonajeros, soltando pequeñas carcajadas cuando agitaba de más uno de los sonajeros.
De pronto se puso seria, apoyando los codos en la superficie de la cama y haciendo esfuerzo por levantarse, logrando despegar la cabeza de la cama unos cuantos centímetros antes de volver a caerse en la cama, quedando malhumorada y lloriqueando por su fracaso.
-¡Oh!- Kohaku abrió mucho los ojos. —Eso es nuevo…- rió impresionada, tomando las manos de su pequeña y ayudándola a sentarse, a lo que ella calmó el llanto y sonrió emocionada. -¿Ya puedes sentarte sola, bebé?- bajó la cabeza para hablarle mejor, a lo que ella quiso soltarse para tomar su cara con sus manos, pero eso la hizo volver a caerse y volver a chillar disgustada. Sin poder contener su risa, Kohaku volvió a ayudarla a sentarse, pero esta vez ella siguió malhumorada.
-Al menos lo intenta, se nota que ha progresado en estas tres semanas.- Senku rió entre dientes, apoyando una mano en la espalda de su hija para que pueda soltar las manos de su madre. —Apenas podía sostener sola la cabeza cuando nos fuimos…- sonrió suavemente, mirando como su hija sonreía alegremente mientras posaba sus manos en las mejillas de su madre. —Tres semanas para un bebé son toda una etapa en su vida…-
-Bueno… lo importante es que ha estado bien.- finalmente la tomó en sus brazos y la hizo sentarse en su regazo, con su cabeza apoyada en su pecho. —Realmente tenemos que hacer algo para agradecer a Ruri-nee. Ha hecho mucho por nosotros.- acarició cariñosamente los cabellos de su hija, que ahora estaban levemente más largos, llegando hasta pocos milímetros más abajo de sus orejas.
-Sí, supongo.- hizo una mueca. —Bueno, tú eres su hermana, si se te ocurre algo científico que ella pueda querer dímelo.- rascó su oído con el meñique, antes de bostezar. —Muy bien, ¿qué tal un baño para esta pequeña máquina generadora de baba infinita antes de dormir, eh?- miró con desagrado la gran mancha de baba en su ropa.
-¿Ahora te quejas, eh?- Kohaku rodó los ojos, pero rápidamente ambos se pusieron manos a la obra para preparar todo para el baño.
Aunque acabaron empapados hasta los huesos, también acabaron muy contentos y, luego de que Kohaku la amamantara otra vez, Senku le pidió ser el que la pusiera a dormir, a lo que ella solo los observó con ojos suaves mientras la mecía en sus brazos, disfrutando muchísimo de la sensación de estar en casa una vez más.
Después de que ambos tomaron turnos para darse duchas rápidas, finalmente se recostaron con su hijita junto a ellos, pero no se durmieron de inmediato. La observaron un largo rato, hasta que Kohaku se dio cuenta de que Senku pasó su mirada de su hija a ella. Y le dio la impresión de que él quería decirle algo, por lo que le preguntó si todo estaba bien.
-Sí…- suspiró. —No es nada.- negó con la cabeza, antes de cerrar los ojos.
Kohaku lo miró confundida, pero pronto su mirada volvió a su hija y su mano se envolvió alrededor de una de sus manitos, sintiendo una felicidad y paz inmensa al estar con ella una vez más.
Y nada podría arruinarle este sentimiento.
.
Era muy tarde en la noche, la mayoría ya se había ido a dormir, pero Chrome estaba muy emocionado revisando su amada colección de materiales, contando todo para asegurarse de que cada cosa siguiera en su lugar. Y fue en medio de eso que Gen y Ryusui se le aparecieron con sonrisas maliciosas que no le generaron ni una pizca de confianza.
Gen dormía allí, pero le extrañaba la presencia de Ryusui.
Cuando esos dos se juntaban nada bueno podía pasar, al menos en opinión de Chrome.
-Chrome-chan~- el tonito de Gen de inmediato lo hizo tener un mal presentimiento. —Es bueno estar en casa otra vez ¿no crees?- se acercó junto al capitán y se sentaron frente a él.
-Sí…- contestó un poco a regañadientes.
-Tuvimos una difícil aventura en la isla del tesoro, es una fortuna haber regresado todos a salvo.- Ryusui chasqueó los dedos sobre su cabeza. —Eso te hace apreciar más el valor del tiempo que pasas con las personas cercanas a ti ¿no crees?-
-Ajá…- los miró confundidos, sin saber a dónde querían llegar con esta conversación.
-Y, no sé si ya lo sabes, pero es probable que tengamos que zarpar de nuevo en unos meses… para buscar pistas del misterio de la petrificación en Sudamérica o para conseguir materiales que seguramente no podríamos conseguir en Japón.- Ryusui se puso serio por un momento. —Y el viaje a otros continentes podría tomar meses. ¿Y quién sabe cuánto tiempo nos la pasemos allí? Podríamos estar mucho más tiempo lejos de Japón.-
-Tal vez hasta un año.- señaló Gen.
-O más…-
-Así que, estuvimos pensando… Ruri-chan tendrá que quedarse en la aldea, siendo la sacerdotisa y eso…- murmuró Gen con tono engañosamente inocente. —Y ella ha pasado por mucho, teniendo que cuidar a Tsukihime-chan sola y extrañando a su familia, amigos y… a su persona especial.- lo miró intencionalmente.
-¿De qué están hablando?- sus cejas se retorcieron.
-Bueno, Chrome, ya sabes que Ruri es una mujer muy hermosa, y también muy pretendida por aldeanos y hombres modernos.- Ryusui sonrió astutamente.
Chrome hizo una mueca ante eso.
-Y tal vez, siendo que la dejaste tanto tiempo esperando desde la gran batalla hace años~... ella pueda cansarse de esperar y otro hombre pueda abrirse camino en su corazón~.-
-¿Qué?- eso sí que lo hizo tensarse.
-La gente suele cansarse de esperar.- dijo Ryusui solemnemente. —Y aunque ella te esperará eternamente, ¿no crees que merece un poco de afecto luego de tener que pasar por tanto?-
-Es cierto, es cierto~... Chrome-chan, creo que Ruri-chan estaría muy feliz sí tú le confesarás tus sentimientos~. Este sería el momento perfecto~.- insistió Gen apoyándose en el hombro de su amigo para parecer todavía más insistente.
-¿Mis sentimientos?- frunció el ceño.
-Y no habló de lo que sientes por la ciencia.- señaló Gen secamente dejando de lado la sonrisa por un momento. —Habló de lo que sientes por ella, porque todo el mundo sabe que estás enamorado de Ruri-chan, es probable que hasta ella misma.-
-Este es el mejor momento para finalmente declararte.- Ryusui le pasó una mano por los hombros. —Ahora que tendremos un tiempo antes de tener que irnos otra vez, y que alguien tal vez te robé sus afectos.- le guiñó un ojo.
Chrome no dijo nada, simplemente se quedó con los ojos muy abiertos, pensativo.
Con la mitad del trabajo hecho, Ryusui se despidió y Gen se dispuso a dormir. Mañana vendría la otra mitad de su plan maestro.
.
Ruri pudo tener una larga y buena noche de sueño el día anterior, y esa mañana se despertó tranquila y con muchas ganas de tener un tiempo para sí misma. O bien con sus amigos que acababan de volver, ya que ayer tuvo mucho tiempo de calidad con su padre.
Se levantó temprano, a pesar de todo, y se dispuso a dar un paseo por los alrededores de la aldea, saludando a todos a su paso.
Ajeno a ella, Gen y Ryusui la observaban a lo lejos con sonrisas maliciosas.
Un muy confundido Kinro estaba detrás de ellos, sin entender para qué lo querían.
Al principio habían pensado en volver a usar a Ukyo para la operación "darle celos al amante de la ciencia", pero después del escándalo que le hizo Senku dudaban que el arquero quisiera volver a querer cooperar con ellos en sus planes de casamenteros nunca más.
Así que utilizarían a Kinro, lo que tal vez sería igual de difícil, pero ya tenían algo en mente.
-¿Y exactamente para qué me necesitan?- el guerrero se estaba impacientando.
-Verás, Kinro-chan… Tememos que Ruri-chan se haya vuelto a enfermar.- dijo Gen con su mejor voz de mentiroso.
El guerrero se preocupó visiblemente.
-¿Necesitamos hacer otro tipo de medicina? ¿En qué puedo ayudar?-
-Oh, por ahora solo necesitamos que nos hagas un pequeño favor… por el bien de la salud de Ruri-chan…-
Ruri estaba paseando alegremente cuando sus ojos captaron a Chrome saliendo de su choza. De inmediato una sonrisa floreció en su rostro y alzó una mano para saludarlo, pero entonces Kinro se le acercó.
-Buenos días.- le sonrió amablemente.
-Buen día.- asintió. —Por favor permíteme.- sorpresivamente de la nada la cargó en sus brazos.
Ruri abrió mucho los ojos, jadeando mientras su rostro se coloreaba de rojo por la vergüenza de la situación.
-E-eh… ¿qué pasa?- no estaba entendiendo nada.
-¡Voy a llevarte al campo de flores para desayunar juntos!- anunció a viva voz, llamando la atención de todos los que estuvieran cerca. —Te llevaré así y te conseguiré algo sano de comer, esperó eso ayude.-
-... ¿Qué?...-
Al ver a Kinro alejarse llevando a Ruri en sus brazos, Chrome se quedó con la boca abierta, sintiendo una sensación de malestar en su estómago.
¿De verdad… podría perder su oportunidad de estar con ella sí seguía postergando el decirle de sus sentimientos? No había estado pensando mucho en eso, con todo lo que había que hacer desde que Senku llegó, pero sus sentimientos por ella nunca cambiaron, todo lo contrario, crecieron, pero… simplemente no pensó en confesarse luego de haberla curado, estaba demasiado feliz de verla sana y viviendo su vida tranquila, y se decía que eso era todo lo que quería… y aquí estaba ahora, deseando ser él el que la llevara en sus brazos.
Apretó la mandíbula, encaminándose a Kinro con paso rápido.
-¡Oye!- él se detuvo ante su llamado, volteándose y dejándolo con una sensación de amargura al ver el rostro rojo de Ruri. —Espera…- su convicción decayó un poco.
¿Tal vez ella quería ir con él?
-Chrome…- sonrió al verlo, para luego mirar a Kinro con una sonrisa nerviosa. —Disculpa, apreció tu consideración pero ¿podrías bajarme?-
-¿Por qué? Si no te sientes bien…-
-Oye, ella te dijo que la bajes.- Chrome se cruzó de brazos, con una mala mirada.
-Bien.- suspirando, Kinro la devolvió al suelo.
-Ven, Ruri.- Chrome la tomó de la muñeca y la guió hacia el bosque.
Kinro iba a protestar, pero en ese momento Gen y Ryusui se aparecieron de la nada y lo jalaron lejos, dispuestos a inventarse otra excusa para arreglar el malentendido y que dejará a la parejita tener su tiempo a solas.
Ruri siguió confundida el paso de Chrome hasta que él se detuvo en un claro de bosque.
Chrome volteó, justo a tiempo para ver una brisa agitar los largos cabellos de Ruri, mientras el sol hacía brillar hermosamente sus ojos azules.
Su corazón se saltó un latido y sintió el habla fallarle.
Bajó la cabeza, sintiendo su rostro enrojecer levemente.
-¿Chrome?- ella ladeó la cabeza, confundida pero expectante.
Había pasado un largo tiempo desde la última vez que estuvieron completamente solos…
Él apretó los puños, tragando saliva.
-Ruri… eres realmente increíble.- finalmente alzó la cabeza, sonriendo levemente. —Has pasado por mucho… y aún haces muchísimo por los demás y sin quejarte. Realmente…- tomó aire. —Realmente eres… maravillosa.- la miró fijamente a los ojos, viendo como su rostro enrojecía profundamente y sus ojos se iluminaban aún más.
Ella sonrió, sintiendo una felicidad inmensa en su pecho. De verdad lo había extrañado muchísimo… y más porque últimamente siempre estaban ocupados, tener este tiempo para ellos le parecía increíblemente invaluable y precioso. Algo que desearía tener mucho más a menudo…
Recordando algo que pasó hace varios meses, su rostro enrojeció peor, pero rápidamente juntó valor, apretó los puños y miró decidida a Chrome, al único chico que siempre quiso a su lado.
-Chrome… hace tiempo que quiero decirte algo…- luchó por mantenerle la mirada. —Y siento que sí no lo hago en este momento, tal vez nunca vuelva a darse la oportunidad…- parecía que siempre había algo que los interrumpía o algo consumiendo su tiempo. Pero ahora, finalmente parecía que tendrían un tiempo de paz… y Ruri sentía que debía aprovecharlo. —Chrome… yo… estoy enamorada de ti.- confesó, antes de cerrar los ojos y bajar la mirada, juntando las manos y esperando ansiosamente su respuesta.
Aunque nunca podría haber esperado lo que él le dijo a continuación…
-Cásate conmigo.-
Silencio.
-¡¿Qué?!-
Su chillido avergonzado pareció tirar abajo la determinación de Chrome.
-Eh… lo siento. ¿Es demasiado?- comenzó a sudar profundamente, agitando las manos. —O-olvídalo, solo lo dije por… eh… no sé, pero… ¡p-por favor olvídalo!-
Ruri, una vez pasada la vergüenza, no lo pensó dos veces y acortó las distancia entre ellos, tomando los lados de su rostro y haciéndolo detener su balbuceo y mirarla.
-Chrome, no pienso olvidarlo.- sonrió dulcemente. —Porque nada me haría más feliz en esta vida.- cerró los ojos felizmente, apoyando su frente contra la suya.
Chrome soltó una corta risa, baja e incrédula, antes de cerrar sus ojos también, disfrutando de su contacto y cercanía.
No muy lejos de allí, Ryusui y Gen estaban plantados en sus sitios con los ojos muy abiertos y las cejas por los cielos, sin poder creer lo que acababan de escuchar.
Definitivamente eran los mejores casamenteros… tal vez un poco demasiado buenos…
.
Senku y Kohaku nunca antes habían estado tan felices de despertar por lloriqueos de su hija. Hasta se pelearon por ser quién la calmará, aunque como tenía hambre ganó su madre, claro.
No obstante, luego de terminar de alimentarse la pequeña niña de papá quiso ir con él y Kohaku decidió aprovechar y hacer algo para desayunar.
-Eh, es bastante tarde.- al ver la posición del sol al observar a través de una ventana, se sorprendió al ver que debía ser solo un par de horas antes del mediodía. —Dormimos más de lo que pensé…-
-Mirai debe estar impaciente.- murmuró él luego de dejar de hacer muecas ridículas para hacer reír a su hija. —Luego de almorzar iremos a descongelar a Tsukasa de una buena vez. Ya es hora de que el bastardo sepa que esto es totalmente su culpa.- sostuvo a Tsukiku frente a su rostro, a lo que Kohaku rodó los ojos y le lanzó un rábano al estómago.
-No le digas "esto" a nuestra bebé, bastardo.- lo regañó, aunque riendo.
-Lo siento.- rió, abrazando a la pequeña contra su pecho antes de darle la espalda. —Iré a hacerle algunos chequeos, la rutina, ya sabes.-
-Muy bien.- volvió a concentrarse en hacer el desayuno.
Cuando terminó, Senku ya estaba en la mesa, con su hija sentada en su regazo con la cabeza apoyada en su torso, jugando a alcanzar sus dedos e intentar comérselos. Los dos se estaban riendo y Kohaku lamentó tener que interrumpirlos, pero al verla Senku la dejó en su canasta semi recostada sobre una almohada, jugando con uno de sus sonajeros.
-Tendremos que conseguir una silla para bebés pronto.- dijo él entre mordiscos a su comida. —Con cinturón de seguridad, un respaldo acolchado, una estructura firme y estable, antideslizantes en la base y que sea de un material fácil de lavar.- alzó un dedo por cada cosa, dejando a Kohaku con los ojos muy abiertos.
-¿E-en serio? Suena complicado…-
-Nah, será pan comido.- encogió los hombros. —También le pediré a Francois que preparé un cereal especial para ella y mañana podremos comenzar a darle papilla, usando leche materna para eso.- se puso un poco serio de repente. —Cuando la revisé hace un rato, noté que no está en el peso ideal para su edad y altura…- hizo una mueca. —Ruri mencionó por teléfono que había tenido problemas alimentándola, aunque no demasiados, pero hay que tenerlo en cuenta. Mide sesenta y seis centímetros, más o menos el promedio para las niñas de seis meses, y apenas llega a pesar los siete kilos cuando debería pesar aproximadamente siete kilos y medio.- miró con preocupación a su pequeña en su cesto.
-¿Eso es grave?- Kohaku de inmediato se espantó, resistiendo el impulso de ir a abrazar a su bebé solo porque ella se veía muy feliz babeando su juguete.
-No… solo debemos estar más al tanto de su alimentación. Dudó que nos dé más problemas, siempre ha sido una pequeña glotona.- rió suavemente.
-Pero entonces ¿por qué está teniendo este problema ahora?- seguía preocupada.
-Bueno… probablemente nuestra ausencia la hizo sentir estresada y eso pudo haber contribuido a disminuir su apetito.- murmuró con la mirada gacha.
-Ya veo…- suspiró, pero luego apretó los puños y volvió a comer con ganas. —Ja, pero ahora ya estamos aquí. Podemos compensarle por todo el tiempo que estuvimos lejos.- sonrió decidida.
Extrañamente, Senku tardó un poco demasiado en devolverle la sonrisa.
-Claro.-
Pasaron el resto de la mañana mimando y jugando con su pequeña hasta que ella se decidió por tomar una pequeña siesta. Entonces prepararon el almuerzo juntos y después de comer finalmente colocaron a su pequeña en su cochecito y partieron hasta la aldea donde les avisaron a todos que era la hora de revivir al primate más fuerte.
Partió un gran grupo hacia la cueva bajo la cascada donde esperaba Tsukasa. Mirai ya estaba allí junto a Minami, ambas llorosas y expectantes.
Senku estuvo escéptico de llevar a Tsukiku también, pero Kohaku insistió en que estaría tranquila en sus brazos (más que nada porque no quería soltarla) y una pequeña multitud se congregó en la cueva junto con ellos.
Senku sacó el arma petrificadora y se acercó a Mirai, que estaba sosteniendo cariñosamente la mano de su hermano.
-¿Senku-nii-chan?- pronunció con voz frágil, con sus ojos aguados por la emoción.
-Creo que tú deberías hacerlo.- le sonrió suavemente, tendiéndole el arma.
Mirai sonrió temblorosamente y asintió.
Senku le explicó cómo funcionaba el arma y todos hicieron espacio para que la jovencita diera la orden de "five seconds, two meters".
Mirai retrocedió un par de pasos, mirando expectante al arma entre las manos de su querido hermano mayor.
Cuando el brillo se extendió, las lágrimas de alegría se deslizaron por sus ojos.
Tsukasa se convirtió en piedra exitosamente.
-Pero… el radio del rayo fue menor a lo indicado…- notó Kohaku, mirando a Senku con confusión.
Él frunció el ceño, pero rápidamente sonrió y negó con la cabeza.
-Luego hablamos de eso. Ahora… ¡hay que usar el líquido de resurrección!- caminó rápidamente hasta Tsukasa mientras sacaba un pequeño frasco de una de sus bolsas. Lo destapó y le echó encima la fórmula, a lo que todos observaron fascinados como la petrificación se revertía y Tsukasa emergía vivo, sano y salvo de entre los restos de hielo.
Jadeos de felicidad recorrieron la cueva y Mirai de inmediato comenzó a llorar de alegría, con sus ojos maravillados y repletos de esperanza y alivio.
Tsukasa no se tomó mucho tiempo en estar aturdido, él no era así, rápidamente salió del refrigerador y en lo primero que se fijaron sus ojos fue en Mirai. Y la sonrisa más suave que se le había visto nunca se extendió por sus labios. Él acarició tiernamente su cabeza, sonriéndole tranquilizadoramente mientras ella se deshacía en llanto por la felicidad.
A su alrededor muchos de los que admiraban profundamente a Tsukasa también se vieron abrumados por la felicidad, con lágrimas en sus ojos. Minami estaba llorando abiertamente, y Nikki la alentó a ir a darle la bienvenida, aunque fue Ruri la que le dio el empujón final, de forma no muy delicada, lo que sorprendió a todos excepto a Chrome que comentó orgullosamente que Ruri era la hermana de la "gorila Kohaku".
Kohaku lo miró venenosamente y le dio su hija a Yuzuriha para poder golpear a Chrome a gusto.
Después de que Tsukasa acariciara también con sorpresiva ternura los cabellos de Minami, fue turno de Senku para acercársele a darle la bienvenida.
Él no dijo nada ni le dio ningún gesto de camaradería como una palmada en la espalda o algo por el estilo, simplemente se paró a su lado y ambos compartieron una mirada comprensiva y aliviada. Él había cumplido su promesa. Había salvado su vida, aún con todo en contra.
Y lo primero que dijo Tsukasa al estar de regreso sorprendió a todos:
-¿Situación?-
Sin embargo, pronto él fue el sorprendido cuando Senku rió entre dientes, se alejó un par de pasos, cruzó los brazos y les dijo de su último y más loco plan:
-Vamos a ir a la luna.-
Silencio.
Tsukasa se quedó en blanco por un momento, antes de palidecer y parecer a punto de irse de espaldas, aunque finalmente logró recomponerse y solo negó con la cabeza. Todos se sorprendieron de que haya perdido la serenidad, aunque sea un poco, pero Tsukasa rápidamente volvió a sorprenderlos al saber guardar la compostura y entender todo casi de inmediato, de su necesidad de una tripulación pequeña y que solo necesitarían un guerrero poderoso a bordo, y que esa fue la razón por la cual lo habían revivido, (aunque para todos era obvio que no fue así).
O casi todos. Después de que Senku dijo una excusa barata de que estaba cansado de verlo en el congelador, la escoria de Ginro se metió en la conversación y señaló lo obvio de que Senku quería despetrificarlo lo antes posible para que no se pudriera y que los dos odiaban ponerse sentimentales, siendo especialmente insoportable mientras codeaba insistentemente a Senku. Mientras todos lo miraban con repulsión, Ginro empezó a presumir las habilidades de Matsukaze una vez más.
Después de que le dieran a Tsukasa su abrigo favorito, Matsukaze se le acercó para retarlo respetuosamente a un duelo en cuanto pudiera. Por supuesto, Tsukasa quiso tener el enfrentamiento en ese mismo momento. Y fue cuestión de unos pocos momentos para que Matsukaze fuera completamente derrotado. Que mal por él pero al menos eso desinfló un poco el ego de Ginro.
Luego de tremenda demostración de fuerza, Yo-kun se sintió en la necesidad de mostrarle a Tsukasa la pistola aún con sus manos temblándole.
Tsukasa sonrió tristemente, antes de asegurar que Matsukaze era lo suficientemente fuerte. Luego de eso bajo la cabeza y murmuró en voz suave su arrepentimiento por lo que había hecho en el pasado y que le sería difícil unirse al reino de la ciencia como Guerrero por esos crímenes. A pesar de la sinceridad de sus palabras, Senku le dijo que solo lo superará y ya.
Taiju le aseguró que las estatuas habían sido reparadas por Yuzuriha, mientras que Ukyo sonrió nerviosamente ante la insensibilidad de su líder, pero Senku siguió desestimando los problemas que tuvieron anteriormente con Tsukasa, insistiendo que lo primordial era salvar a la humanidad.
Kohaku los había estado escuchando atentamente, pero pronto sus ojos se desviaron a su bebita en brazos de Yuzuriha y la notó con gesto malhumorado, molesta por no ser el centro de la atención como normalmente lo era en una habitación llena de gente.
Sonrió resignada y fue a tomarla en brazos. Y eso llamó la atención de Tsukasa, que solo entonces notó a la pequeña bebé presente.
Su rostro volvió a quedar en blanco.
-Senku… ¿tienes una hermanita también?- preguntó confundido.
Todo el mundo se tensó en su sitio, menos Kohaku que solo se quedó con cara de ¿en serio? y Senku que de inmediato comenzó a carcajearse como si no hubiera un mañana.
Al ver a su padre reír, Tsukiku sonrió inmensamente y le tendió los brazos.
-¡Papá!- chilló alegremente.
Mientras Tsukasa palidecía por completo y aún peor que antes, Senku solo sonrió ladinamente, rascando su oído con el meñique.
-Es mi hija.- le dijo sencillamente, antes de caminar hasta la pequeña y cargarla.
Eso fue suficiente, esta vez Tsukasa si que se atragantó con su propia saliva y se fue de espaldas, haciendo que todo el mundo gritará de la impresión.
Aunque, sí lo pensaban bien, un año atrás ninguno de ellos habría creído pero por ni un solo segundo que Senku podría tener descendencia… nunca.
Mirai y Minami lo ayudaron a estabilizarse, agitando sus manos para darle aire al verlo tan pálido y casi tembloroso.
-¿Cuántos años han pasado?- preguntó Tsukasa ansiosamente, mirando preocupado a Mirai. -¿No deberías haber crecido más? ¿Has estado comiendo bien?- la tomó de los hombros y la miró severamente.
-Eh… solo ha pasado un año, Onii-chan…-
-¿Un...?... ¿Solo un año?- pareció atragantarse de nuevo, antes de suspirar y frotar sus sienes. —Senku… nunca lo habría esperado de ti.- finalmente se recompuso, pero miró a Senku como si acabara de conocerlo.
Él encogió los hombros, sonriendo orgullosamente con su hija en brazos aunque ella estuviera tironeando de su cabello para comérselo una vez más, una imagen que solo dejó a Tsukasa más pálido.
-Solo para que lo sepas, esto es totalmente tu culpa.- rió secamente. —En una fiesta en tu honor ese mentalista rastrero nos emborrachó a mí y a Kohaku.- la señaló con la cabeza. —Y resulta que todavía no había inventado los anticonceptivos en ese entonces. Por cierto, ella es mi esposa ahora.- volvió a señalarla.
Tsukasa solo volvió a masajear sus sienes.
-Así que eres un hombre de familia ahora.- suspiró otra vez, antes de encoger los hombros y sonreír resignado. —Pues… felicidades.-
-Gracias. Por cierto, ya que ella es tu culpa…- se le acercó y alzó a Tsukiku hasta estar prácticamente en su cara. —Quería que tú seas su padrino. Y no puedes negarte, ella es diez billones por ciento tu culpa. Su nombre es Tsukiku, por cierto, tienen las mismas iniciales y todo.- rió maliciosamente, ajeno a como todos se estaban enterneciendo por la escena y los ojos muy abiertos y shockeados de Tsukasa al mirar a la bebita.
Tsukiku le frunció el ceño, mirando atrás hacia su padre e intentando volver a agarrar su cabello, y Tsukasa retrocedió un paso, mirando incrédulo a Senku.
-Intenté matar a su padre.- señaló. —De hecho, te maté. Y también intenté matar a su madre.- recordó, mirando brevemente a Kohaku. —Bueno, no era mi intención realmente, pero podría haber muerto por mi causa.-
-Sí, sí, lo que digas. Te dije que no tienes opción, ahora cárgala que esta niña pesa.- se la dio y Tsukasa la sostuvo torpemente, casi con pánico.
Ella se revolvió incómoda entre los musculosos brazos, pero repentinamente el cabello largo de Tsukasa llamó su atención y un pequeño hilillo de baba salió de su boquita mientras sus ojos azules brillaban encantados. Rápidamente tomó uno de los mechones y comenzó a mordisquearlo, dejando a Tsukasa con el rostro en blanco pero visiblemente disgustado y a Senku riéndose como si no hubiera un mañana por segunda vez.
Todos observaron la escena con gotitas resbalando por sus frentes, aunque algunos y algunas no pudieron evitar sonreír tiernamente, en especial Mirai y Minami.
Finalmente Tsukasa se hartó de que Senku ignorará su pedido de que se la quitara y se acercó a Kohaku para ello, a lo que ella se apiadó de él y tomó a su bebita en sus brazos.
-Felicidades también.- dijo él después de darle la espalda.
Ella le sonrió aunque no estaba viéndola.
-Gracias.-
-Respecto al arma, Senku…- una vez el científico dejó de reírse, Ukyo se le acercó con semblante serio. —Aunque Mirai dijo dos metros, el rango apenas y si llegaba a un metro.-
-¿Qué?- Chrome se quedó con la boca abierta. -¿Y eso por qué?-
-¿Qué no es obvio?- rió entre dientes. —El aparato ya no tiene batería.-
Eso hizo que todos se quedaran con la boca abierta.
-¡¿Quieres decir que funciona con batería?!- preguntó Taiju sorprendido.
Senku aseguró que no podría saberlo realmente, pero que era imposible obtener energía ilimitada de la nada, luego pidió salir de la cueva para ir a preguntarle algo a Kirisame.
Todos volvieron a la superficie y Senku habló con la guerrera isleña, que confirmó que el arma siempre funcionaba con el rango que se le especificaba, y también les dijo que una vez había sido advertida de que el arma no debía ser usada en un rango muy amplio. Y eso les confirmó que definitivamente gracias a la estupidez de Ibara y su plan de cubrir toda la isla el arma petrificadora ahora no tenía batería. Apenas y sí les alcanzó para Tsukasa.
-Gracias al arma petrificadora, todos menos Senku perdieron sus cicatrices de petrificación…- comentó Suika mirando a la tripulación con la que viajó. —Y por culpa del plan de Ibara, hasta Gen perdió su marca. El único que las conservó es Senku ¿y ahora debe quedarse así para siempre?- pareció triste por él.
-Eso no podría importarme menos.- aseguró él cruzado de brazos, mirando hacia arriba como si pudiera ver sus cicatrices así.
Ryusui aseguró que luego de derrotar al hombre del Why y resolver el misterio de la petrificación podrían curar lo que sea, pero en ese momento Gen llamó la atención de todos.
El loco mentalista había tomado un frasco de tinta y volvió a pintar la cicatriz que solía tener en su rostro, diciendo que no era justo que Senku fuera el único con ellas y llamándolas "pintura de guerra". Senku no vio sentido en ello, pero Gen insistió en que eran un símbolo, y que las usarían hasta el día en que vencieran de una vez por toda la amenaza de la petrificación.
Todos parecieron estar de acuerdo con él y se entusiasmaron con la idea, pintándose sus marcas de petrificación una vez más, y hasta el mismo Tsukasa fue convencido por el mentalista, sonriendo y agradeciéndole. Y solo entonces Kohaku notó que probablemente todo ese circo fue para que Tsukasa se sintiera verdaderamente como uno de ellos.
La idea la hizo sonreír.
Luego de esa extraña bienvenida a su ex enemigo y ahora valioso aliado, Ryusui ofreció un gran banquete auspiciado por Francois y mientras preparaban todo Ruri de pronto se le acercó y le pidió hablar a solas.
Kohaku le dio su bebé ahora medio dormida a Senku y se fue con su hermana a dar un paseo. Verdaderamente la había echado mucho de menos.
Luego de hablar un poco de cosas sin mucha importancia y cuánto se habían extrañado, Ruri se sonrojó profundamente y le dijo que tenía algo importante que decirle.
-Lo anunciaremos esta noche, después del banquete… o durante. C-cuando se pueda… pero quiero que tú lo sepas primero.- sonrió tímidamente, pero muy contenta. —Chrome y yo hablamos esta mañana… yo… le confesé mis sentimientos.- Kohaku jadeó maravillada.
-¡Ja, ya era hora!- alzó un puño alegremente. —Te preguntaría qué dijo pero es obvio que corresponde a tus sentimientos. ¿Ya son novios?- estaba prácticamente brincando en su sitio de la alegría.
-De hecho…- se sonrojó aún más, si era posible. —En cuanto se lo dije… Chrome… me pidió matrimonio.-
Ok, eso sí que no lo había estado esperando.
Se quedó con la mandíbula por los suelos, pero entonces la emoción la superó y rápidamente gritó de alegría, lanzándose a abrazarla.
-¡Ruri-nee, felicidades!- la sacudió un poco demasiado bruscamente, pero ella solo rió. -¡Siempre he dicho que ustedes dos son la pareja perfecta! ¡Debieron casarse mucho antes!-
Ella rió avergonzada, todavía incapaz de bajar su rubor.
-Para ser honesta me sorprendió muchísimo… pero también no podría estar más feliz.- se llevó las manos al pecho, sonriendo con ojos brillantes. —Siempre creí que no podría estar con él, con el hombre que verdaderamente amó… y aquí estamos ahora.- miró al cielo con ojos llenos de esperanza. —No puedo esperar. Ya hablamos con papá y… bueno, fue un poco difícil para él, pero al final nos dio su bendición… Jasper lo contuvo de que golpeará a Chrome…- agregó por lo bajo.
-Ugh, me gustaría haber estado ahí.- negó con la cabeza, pero fue incapaz de dejar de sonreír. —Oh, Ruri-nee… esto es tan maravilloso. ¡Todo el mundo se alegrará por esta noticia! ¡Y es el momento perfecto, después de haber vuelto y en medio de tanta alegría! ¡Hasta podríamos celebrar la boda mañana!- le guiñó un ojo.
-N-no… de hecho estaba pensando volver a seguir las costumbres modernas y planear algo lindo y elaborado…- se revolvió nerviosamente, pero también sonriendo. —Oh, y es probable que sea Senku-san quien deba casarnos. Esperó que eso no le moleste…-
-Ja, dejámelo a mí.- le guiñó un ojo.
Ya sabría convencerlo… tenía sus métodos.
Volvieron junto a los demás justo a tiempo para comenzar el banquete. Kohaku se sentó junto a Senku que tenía a su hija dormida en su cesta a su lado, y Ruri se sentó junto a Chrome, con quien intercambió suaves sonrisas que hicieron a la guerrera sonreír emocionada. ¡Estaba realmente feliz por ellos! ¡Esperó mucho por ese momento! Ellos dos merecían estar juntos y toda la felicidad del mundo.
Senku volteó a verla con una ceja en alto y una sonrisa un tanto confusa.
-¿Algo qué contar? No creas que no conozco esa sonrisita tuya.- señaló con un tono de voz bajo y casi travieso.
-Ja, ya lo verás.- sonrió misteriosamente. —Muy pronto, de hecho.-
-Bueno, eso seguro será diez billones por ciento interesante.- rió entre dientes.
Tuvieron un gran y animado banquete en el que Tsukasa fue el centro de la atención muy a su pesar. El hombre claramente solo quería pasar tiempo con su hermana, pero fue bastante comprensivo y mantuvo su buen humor.
Cuando los platillos principales se agotaron y comenzaron a servir el postre, Kohaku notó a Chrome y Ruri hablar a susurros y sonrió cuando lo notó asentir y tomar valor para hablar. Él se puso en pie y carraspeó ruidosamente para llamar la atención de todos, a lo que pararon las ruidosas conversaciones y todos lo miraron. Eso lo puso nervioso, pero Ruri tomó su mano y él sonrió, con sus ojos llenándose de determinación.
-¡Tengo un anuncio que hacer!- dijo a viva voz. —Esta mañana… Ruri y yo…- las cejas de todos se alzaron. —Esta mañana... le propuse matrimonio a Ruri. ¡Y ella me ha dicho que sí!- gritó con los puños apretados.
-¡Tendremos una boda!- Kohaku no soportó más la emoción y brincó en su sitio, gritando a viva voz ese evento por el que tanto había esperado.
Después de que varios recogieran sus mandíbulas del suelo, los vítores y gritos de felicitaciones no tardaron en hacerse oír. Su padre se veía un poco deprimido, murmurando que le iban a quitar a sus dos preciosas hijas, algunos (como Ginro) se veían celosos, y muchos sorprendidos, pero la mayoría estaba celebrando a viva voz y llenos de entusiasmo por el importante momento de la pareja.
Kohaku se volteó a ver a Senku con una sonrisa, que rápidamente se deshizo al ver su expresión. Él tenía el ceño fruncido y la mandíbula tensa.
Kohaku no entendía. ¿Qué no estaba feliz por ellos?
Él notó su mirada y rápidamente cambió su expresión por una sonrisa ladina, levantándose de su asiento, dejando su postre a medio comer.
-Me adelantaré para ir a casa. Este banquete ya se ha tornado mucho más escandaloso y no quisiera que arruinen la siesta de nuestra mocosa o se despertará de mal humor.- bostezó, tomando la cesta de su hija antes de marcharse de allí sin siquiera felicitar a la feliz pareja.
Kohaku frunció el ceño con desaprobación. ¿Cuál era su problema?
Intentó quedarse a celebrar el momento con su hermana y futuro cuñado, pero la inquietud por la actitud de Senku terminó por ganarle y se fue temprano.
Cuando llegó a casa Tsukiku estaba despierta y Senku de un humor excelente jugando con ella. Kohaku decidió dejar sus preguntas para después y se les unió en sus juegos, pasando un buen rato juntos hasta que Tsukiku tuvo hambre y ella le dio del pecho hasta que volvió a dormirse.
La recostaron en su cuna y se fueron a su habitación, ambos sonriendo y hablando acerca de la maravillosa hija que tenían. Pero, una vez cerró la puerta, Kohaku miró seriamente a su esposo.
Era hora de hablar.
-Senku, has estado muy extraño últimamente.- señaló, a lo que él se tensó en su sitio.
-¿Por qué lo dices?- masculló a pocos pasos de la cama.
-Tú actitud en general… siento que hay algo que no me estás diciendo.- se cruzó de brazos. —Todo está siendo tan maravilloso… pero es como si tú no sintieras la misma alegría que todos los demás.- lo miró confundida y sobre todo preocupada. -¿Qué pasa?-
Él se quedó en silencio por un largo rato, antes de tomar aire y finalmente hablar.
-Kohaku… una vez más… debo pedirte que tomes una decisión.-
Ok… no había estado esperando esas palabras.
-¿Qué?- ladeó la cabeza, acercándose un par de pasos a él.
-Sé que eres consciente de que esto aún no ha terminado… estuviste ahí cuando escuchamos el mensaje. Les dije que debemos hacer un cohete para ir a la luna a enfrentar esta amenaza contra la humanidad.- siguió dándole la espalda, con las manos en la cintura y su mirada clavada en el techo. —Pero… es una misión muy difícil. No imposible, estoy diez billones por ciento seguro de que lo lograremos pero… nos tomará muchos años. Mucho tiempo… y debemos comenzar de inmediato.- hizo una pequeña pausa. —Hay ciertas condiciones que deberemos cumplir para lograrlo. Ciertos materiales que necesitaremos… y que nos será imposible conseguir con los recursos limitados de Japón. Nosotros… no podremos quedarnos aquí, Kohaku. Debemos volver a partir lo antes posible y esta vez tan solo el viaje nos tomará meses…- su mirada pasó del techo al suelo. -¿Lo entiendes, Kohaku?... Debemos dejarla otra vez… o al menos… yo debo dejarla otra vez.- finalmente volteó a verla, con una sonrisa llena de tristeza. —Lo antes posible, tal vez esta misma semana… volveremos a irnos. Y esta vez no regresaremos en meses. Pero una vez más, te doy la opción de elegir.- tomó aire. -¿Vienes conmigo o te quedas con ella? Tienes unos cuantos…- calló cuando ella levantó una mano.
-No.- negó con la cabeza. —No… No puedes hablar en serio.- negó frenéticamente con la cabeza, llevando sus manos a su cabello. —No puedes decirme esto ahora… No puedes hacerme esto otra vez.- sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Kohaku…- intentó tomar sus manos.
-¡NO!- se apartó bruscamente y salió de la habitación, bajando hasta la sala y derrumbándose sobre el suelo de madera, todavía sujetando su cabeza, todavía con lágrimas acumuladas en sus ojos.
¿Otra vez? ¿Otra vez debían abandonar a su hija?
No… esta vez sería mucho peor.
Kohaku tomó aire y sonrió amargamente.
Si lo que Senku decía era indiscutible… si de verdad no tenían más opción… entonces ella ya tenía su decisión tomada.
Y aunque le dolía de una forma indescriptible, no iba a cambiar de opinión.
Continuara...
Holaaaaaaaaaaaaa :D
Cap dedicado a Luis Andre Trauco ❤
Muchas, muchas, muchas gracias a todos los que siguen apoyando este fic! Su apoyo realmente me anima a seguir TTwTT
Aunq es doloroso saber que ya se acerca el final de este fic que es tan querido para mí ToT
Ojalá que este cap les haya gustado! Y por favor no olviden que los amo! :3
Por cierto, por si alguien no lo sabe, Baby Stone tiene dos lemons subidos aparte, los del cap 1 y cap 10. Los pueden encontrar en mi perfil como Drunk Science y Kiss of Logic uwu
Tal vez pronto haga un tercero, pero no prometo nada xP
Bueno, una vez más muchísimas gracias por su apoyo al fic! Aún estamos a varios caps del final, aunq lento pero seguro se acerca QwQ
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro