Stiles, Lydia y Baby entraron apresurados en la oficina de la consejera escolar.

Una chica estaba sentada en la silla frente al escritorio, se volvió para mirarlos con enojo al entrar.

—¿Estás aquí por la señorita Morell?— preguntó Stiles.

—No, pensé que esto era la clase de gimnasia.— respondió la chica con sarcasmo, rodando los ojos.

—Cariño...— comenzó Lydia, la frustración se filtraba en su tono. —No estamos de humor para chistes.

—Siempre estoy de humor para chistes.— intervino Baby con una sonrisa.

Su mente todavía estaba aturdida por el beso, la vergüenza empezaba a hacerse presente, así que decidió ignorarla. Tenían otras cosas de las que ocuparse, además, había besado a muchas personas antes, no necesitaba avergonzarse ahora.

—¿Sabes dónde está ella?— Lydia intentó no sonar brusca.

—Si lo supiera, no estaría esperando aquí durante veinte minutos.— exclamó la chica. —Así que, ¿qué tal si ustedes retroceden y esperan su turno?

—No estamos aquí para una sesión.

—Bueno, yo sí lo estoy, y tengo problemas graves en los que trabajar.

—Lo siento...— ofreció Baby. Espero que los resuelvas y te sientas mejor algún día.

La chica parpadeó sorprendida. Gracias. Al menos alguien parece preocuparse.

—Espera...— parpadeó Stiles. —Eres Danielle. Eres la mejor amiga de Heather.

El tono de la chica se volvió melancólico.

—Era la mejor amiga de Heather. Hemos estado trabajando en ese problema tres veces a la semana.— hizo un gesto hacia el escritorio vacío.

—Espera, ¿dijiste que Morell llegó veinte minutos tarde?— repitió Lydia.

—Y no sé por qué. Siempre llega a tiempo.

—La vi al principio del semestre. Nunca llegaba tarde...— comentó Lydia.

Eso significaba que la señorita Morell estaba desaparecida o detenida, ninguno era bueno.

—Tal vez debería pedirle una sesión también...— murmuró Baby pensativo.

La chica, Danielle, lo miró de pies a cabeza. Baby le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.

—Oh, definitivamente deberías verla.— bromeó. —Los chicos guapos siempre tienen más problemas. Y todo ese negro solo refuerza tu caso.

—Créeme, tengo demasiados problemas de los que podrías imaginar, cariño.

Danielle se rió. —Me gusta tu acento.

—Chicos...— los interrumpió Stiles. —Baby, ¿podrías bajar un poco el coqueteo por un segundo, por favor?

—Está bien. ¿Sabes que mi coqueteo es solo un mal hábito, verdad? Soy leal hasta el extremo.— dijo Baby, Stiles lo ignoró.

—Tal vez no seamos los únicos que creen que ella sabe algo.— murmuró Stiles. Se acercó rápidamente y comenzó a revolver el escritorio.

Danielle se sentó sorprendida. —Oye, ¿qué estás haciendo? Esos archivos son privados.

—Sí, tiene razón.— secundó Lydia.

Stiles sacó un archivo de color crema. —Este es tuyo.

Lydia lo agarró. —Déjame verlo.

Baby se asomó por encima de su hombro con curiosidad mientras lo colocaba en la mesa. Ella comenzó a hojear las páginas.

—Espera, espera.— dijo Baby levantando una mano para detenerla. —Lydia, ese es tu dibujo.

&Sí, lo sé. Es un árbol.

—También es muy buen dibujo.— comentó Danielle.

—Gracias.

Stiles se levantó para obtener una mejor vista. —No. Pero es el mismo dibujo.

—¿Qué?— bufó Lydia irritada.

—Es el mismo que siempre te veo dibujando en clase.

—Es un árbol. Me gusta dibujar árboles.

—No, es exactamente el mismo.— afirmó Baby. —Dame tu mochila.

Le quitó a Lydia la cartera de su hombro y rebuscó en busca de su cuaderno. Una vez que lo encontró, lo puso en la mesa junto al dibujo.

Stiles lo abrió para revelar un dibujo familiar de un árbol, el del cuaderno era un poco más pequeño que el de la mesa, pero en todos los demás aspectos eran exactamente iguales.

—¡Mira!

Pasaron unas cuantas páginas más, el mismo árbol se repetía en cada una, algunos más pequeños, otros más grandes, algunos a lápiz, otros con bolígrafo de color, pero cada uno era una copia perfecta del otro.

—Está bien, pueden quedarse con mi sesión.— dijo Danielle, con las cejas levantadas de confusión. Agarró su bolso. —Tienes problemas más grandes.

Los esquivó mientras salía por la puerta, Lydia y Stiles apenas la notaron, demasiado concentrados en lo que estaban viendo.

—Wow...— murmuró Baby. —No me había dado cuenta de que ser una Banshee te daba una tan buena memoria visual.

—¡Eso es! Así es como Miss Blake me llamó. Aunque sonaba sorprendida. ¿Sabías lo que era todo este tiempo y no me lo dijiste?

Baby levantó las manos al aire.

—Pensé que lo sabías, solo he conocido a una Banshee antes y no sé mucho sobre ellas. Pensé que solo querías mantenerlo en secreto, siendo amiga de cazadores y lobos y todo eso.

—Hablaremos de esto más tarde.— amenazó Lydia con un siseo, Baby asintió y miró el dibujo de nuevo.

—Ese es un buen dibujo del Nemeton, por cierto, aunque esté boca abajo.

Tanto Stiles como Lydia lo miraron.

—¿Qué?

—¿El Nemeton?— Baby sufrió una repentina confusión, cómo si fuese algo obvio que ellos deberían saber. —¿El antiguo árbol venerado por los druidas? Siempre hay uno cerca de una comunidad sobrenatural grande. Hay docenas en Inglaterra. ¿No sabían de eso?

—Ahí es donde los tiene...— murmuró Stiles mientras su cerebro trabajaba. —No puedo creer que no me haya dado cuenta antes. ¿Sabes dónde está?

—Um, más o menos...— murmuró Baby avergonzado. —La última vez que estuve allí tenía como cinco años. Fue hace demasiado y todavía no era un vampiro, no podría recordar el camino ni siquiera si lo intentara. Pero sé que lo cortaron y ahuecaron para que se convirtiera en una bodega subterránea.

—¡Eso es!— exclamó Stiles.

Agarró a Lydia y Baby por los brazos y comenzó a arrastrarlos fuera de la habitación, Lydia apenas tuvo tiempo de agarrar su cuaderno y meterlo de nuevo en su bolso.

El pasillo estaba lleno de estudiantes yendo a sus casilleros entre clases, los tres se unieron a la multitud, dirigiéndose hacia la salida.

—¡Stilinski!— Una voz masculina llamó.

Stiles miró hacia arriba y vio a un hombre con traje mirándolo por el pasillo, llevaba una placa policial alrededor del cuello. FBI.

Stiles gimió. —De acuerdo...— se volvió hacia ellos. —Vayan con Derek. Él y Peter ya han estado allí, así que deberían saber dónde está, díganles que es la bodega subterránea, nos encontraremos en lo de Deaton.

—¿Quieres que me quede?— preguntó Baby. —El tipo del FBI no se ve contento de verte.

—No, estoy bien.— Stiles trató de parecer despreocupado. —Puedo manejarlo, ve con Lydia.

—Está bien.— asintió Baby, extendió la mano para darle un reconfortante apretón en el hombro y una sonrisa tranquilizadora antes de ir tras Lydia, dejando a Stiles frente al rostro severo del hombre del FBI.

***
¡Hola! Aquí estamos de vuelta.

Quería informarles para dejar todo bien en claro que Baby no es, ni será una prioridad para mí ya que estoy priorizando mis propias historias sobre esta traducción, aún así, no estaré abandonando Baby y seguirán siendo publicados eventualmente todos los capítulos, pero con esto quiero también quiero decir:

¡Que le bajen al spam! Un día me emocioné publicando capítulos, asegurándome de ser rápida traduciendo todo para que ustedes puedan disfrutar y literalmente se volvieron locos al otro día y comenzaron a acosar con pedir actualizaciones ¡Eso no está bien! Por favor, detenganse, no hagan que mande esta historia a borradores, es un trabajo lindo traducir pero el spam jamás será buen motivador.

Sé que no todos los lectores son así, pero cuándo ya hay más de cinco comentarios por día que tengo que ir borrando y gente que viene a hablarme al privado y pidiéndome en tablero actualizaciones cuando yo hablo de mis otros libros: es cansador.

Muchas gracias a todos aquellos que leen y comentan cosas positivas y que están disfrutando de la historia que tantó me encantó en su momento leer y traducir ♡⁠