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Maitake; Final.

 

Takemichi abrió los ojos abruptamente cuando Mikey se separó. Su compañero tenía el ceño fruncido y sus manos colgadas en el aire, hubiese sido gracioso, si no fuese porque se veía tan confundido, como si apenas estuviese procesando el beso. Takemichi intentó no verse tan decepcionado como se sentía, sin embargo, al ver que Mikey retrocedía y lo dejaba frío sin su contacto, la punzada dolorida en su pecho fue insoportable.

—¿A dónde vas? — preguntó en un hilo de voz, sin moverse de su lugar.

—No estoy seguro. Necesito un poco de aire. — Una respuesta brusca y evasiva de Mikey, pero, ¿Qué más podía esperar de él?

El peli-teñido se quedó helado de repente, cuando Mikey suspiró y se giró sobre sus pies para irse de la habitación. Si pensó que ya tenía la dosis suficiente de angustia estaba muy equivocado, sus frustraciones no parecían tener fin.

...

El resto del día transcurrió con aparente normalidad. Takemichi no se había vuelto a topar con Mikey, al contrario, parecía que lo estaba evitando y bueno, era normal después de lo que pasó. Takemichi no estaba ofendido por ello, no obstante, si estaba disfrutando del silencio, era reconfortante en esos momentos. Cuidó al bebé, paseó un rato y charló con sus amigos. Faltaba poco para que el proyecto terminara y se estaba haciendo la idea de que también, su relación de compañerismo con Mikey acabaría.

Volverían a ser los desconocidos de antes.

¿Qué haría cuando todo acabara? Takemichi no estaba seguro. Las vacaciones se extenderían varias semanas y los planes que tenía inicialmente se habían truncado por el proyecto. Luego tendría tiempo para preocuparse por ello, por ahora había algo más importante.

Sus amigos y compañeros habían organizado una reunión de "padres" a la que no debía faltar, además también serviría para relajarse y despedirse de los bebés, hasta que no tuviese una propio no se volvería a acercar a uno.

Con respecto a Mikey, no habían vuelto a hablar. Estaba lo suficientemente distante de Takemichi como para que se preocupara por invitarlo a la reunión, además solo irían los donceles y las chicas. Se escabulló sin problemas hacía la reunión, llevándose consigo a Taiki. Emma lo acompañaba también, tenía en brazos a su propio y regordete bebé.

—¿Estás seguro que no le dirás a Mikey sobre esto? — preguntó Emma.

— No le diré, además no es como si le importara lo que hago— respondió sincero.

Desde el beso la tensión entre ellos había crecido al tope. Takemichi no intentaba acercarse, Mikey tampoco; estaban demasiado enfocado en terminar el proyecto como para hacer las paces de nuevo. Takemichi estaba cansado de estar tras de Mikey todo el tiempo.

—Ustedes son tan densos. — Emma refunfuñó, avanzando con lentitud hasta el santuario.

Irónicamente el grupo había acordado reunirse en el mismo lugar que Mikey usaba para sus asuntos con la Toman. Obviamente tenían razones de peso para ello, como por ejemplo, que el lugar era amplio y fresco, sin embargo, le torturaba en pensar sobre lo cerca que estaba de Mikey. Su presencia era abrumadora en ese punto.

—No necesito más de esto. No es mi culpa que Mikey sea tan tonto.

La rubia ya no dijo nada más. Se encogió de hombros como si supiese que no podía hacerlo cambiar de opinión y se adelantó a la reunión. Ya habían llegado los suficientes chicos para empezar la socialización.

Cuando Takemichi llegó, al primero que se topó fue a Chifuyu. Últimamente se había vuelto muy cercano al chico. Hablaban seguido y salían juntos a pasear con los bebés. Chifuyu era divertido y amable, tuvieron química desde su primer encuentro, como si hubiesen sido amigos toda la vida.

Luego de Chifuyu, Takemichi se cruzó con Akkun. Su pelirrojo mejor amigo no se veía tan bien que digamos. Tenía ojeras y sus hombros caídos. Takemichi se preocupó por su salud, sin embargo, Akkun insistió en que estaba bien, solo cansado. Asintió dudoso y sonrió, saludando al bebé que su amigo tenía en brazos.

—Hablaremos después de la reunión, ¿quieres? —preguntó Takemichi, sin quitarle la mirada de encima al pelirrojo.

—Está bien, pero de verdad no hay mucho que decir.

—¿Entonces por qué te ves como la mierda? Parece que te hubiese pasado un tren por encima. En las llamadas parecías estar cómodo con tu compañero.

—¿Y cómo sabes que es por Kazutora?

—¿intuición? — fue más una pregunta que una respuesta, pero no importaba mientras pudiese sacarle información a Akkun.

—Te vas a decepcionar cuando te cuente lo aburrida que es mi vida.

Takemichi iba a agregar algo al respecto, pero Chifuyu dio el aviso de que la reunión estaba por empezar. No les quedó de otra que hacerse con el grupo, sentándose en un espacio vacío en el circulo improvisado que se había formado.

Para la mala suerte del peli-teñido, el tema se centró primero en él, ya que sin querer, ahora todo lo consideraban su "capitán".

Era por culpa del tonto Mikey, incluso ausente le daba problemas.

Sus hombros se desplomaron pesadamente, odiando la atención que estaba recibiendo tan de repente. Los murmullos crecieron a tal punto que nadie prestó atención a sus quejas.

—La cuestión aquí es, ¿Cómo sobrevivió Takemichi a las dos semanas con el invencible Mikey? — preguntó Chifuyu divertido.

—En realidad no fue tan difícil. Mikey-kun no es tan malo como parece, solo es un poco distante— respondió indiferente, como si no estuviese afectado por el rechazo de Mikey.

— ¿Tenemos que fingir qué es verdad lo dices? —preguntó Mitsuya.

Al peli-lila no lo conocía muy bien, pero tenía entendido que era la pareja de Hakkai quien no se había presentado porque no era un doncel.

—¡Es verdad! Mikey-kun es un buen chico— agregó Takemichi ligeramente ofendido con todos.

—Aw, déjenlo en paz. Esta defendiendo a su novio— bromeó Chifuyu entre risas.

Takemichi le hubiese lanzado un zapato si Chifuyu no tuviese un bebé consigo.

— Por lo menos su bebé está vivo, oí que a una pareja se le murió el bebé falso, ¿Qué tan jodidos deben ser para que eso pase? —cuestionó Inupi con el ceño fruncido.

El silencio que se formó tras el comentario de Inupi fue precedido por muchas preguntas al respecto, ¿en serio se había muerto un bebé?

Takemichi se abrazó a Taiki con temor, no se imaginaba perder a su bebé y la nota escolar, era una pesadilla viviente.

—¿Quién es el desafortunado? Cuenta el chisme completo— mencionó el imprudente Chifuyu, ganándose un empujón de Takemichi.

—No creo que debamos saber esas cosas.

—No seas aguafiestas, Takemichi— agregó Emma. La rubia había asistido a la reunión solo por los chismes porque ni siquiera le avisó a Hinata, su mejor amiga.

—En realidad no sé los nombres de la pareja, Kokonoi no dio tantos detalles— respondió Inupi como si nada.

Hubo una queja grupal por la falta de información, pero el tema rápidamente quedó olvidado cuando empezaron a hablar de los pros y contras de cuidar niños. De ese tema si era experto Takemichi.

—En mi caso lo peor que nos pasó fue que el bebé lloró dos días enteros. Baji-san y yo casi nos volvimos locos de tanto ruido, incluso Peke J desapareció varios días. Al final concluimos que solo tendremos gatos, muchos de ellos. Sin embargo, seremos tíos consentidores.

El santuario se llenó de risas y de algunas afirmaciones, los animales eran buenas compañías.

— Mi compañero y yo tuvimos muchas diferencias— dijo Akkun, bajando un poco la cabeza—, estuve a punto de mandarlo a la mierda, pero es un poco o demasiado indiferente, seguramente no le hubiese importado.

—Te entiendo, Kazutora no es muy fácil que digamos— respondió Chifuyu—, pero no es una mala persona.

Akkun asintió y Takemichi a cambio, lo miró con una ceja levantada. Había tenido razón al decirle que su cansancio era por su compañero de equipo.

—¿Algún otro la pasó mal con su pareja? —preguntó Emma y luego agrego aburrida—: sin contar a Takemichi, ese ya tiene muchos dramas en su vida.

El peli-teñido frunció el ceño y se abrazó a su bebé. Emma tenía razón, pero no por eso no le dolía.

—Creo que todos tuvimos nuestros malos momentos, yo estuve apunto de rendirme con Kokonoi. — Inupi se removió incómodo en su asiento y acomodó en sus brazos al bebé rubio en sus brazos.

— ¿Y qué pasó? ¿Hablaste con él? — la pregunta de Takemichi estuvo dirigida al otro tema que acomplejaba a Inupi. El rubio claro abrió su boca para responder, pero un estruendo los sacó a todos de su pequeña burbuja.

Era Mikey y miembros de la Toman, en su mayoría, parejas de los donceles reunidos allí y obviamente, la pareja de Emma.

Takemichi sudó frío, sin saber donde meterse, más aún, porque la mirada de Mikey se posó en él, casi como si le estuviese recriminando que no le avisara.

¿Qué le pasaba? Era su culpa que no hablaran.

—Aquí están. Pensamos que era raro que todos ustedes hubiesen desaparecido— dijo Mikey con reproche.

— No me metan en eso, yo sabía a dónde estaba Emma-chan— respondió Draken fastidiado.

— Nosotros si conocemos la palabra comunicación— agregó Emma desde su lugar, aunque luego se levantó para irse al lado de su pareja.

Los chicos susurraron por lo bajo un: traidora. Pues, se suponía que se agruparían confidencialmente para hablar todo lo que quisieran.

—Ustedes tienen sus reuniones secretas y no nos quejamos— dijo Chifuyu.

—No nos estamos quejando, además Chifuyu, siempre estás presente en las reuniones de la Toman— murmuró Baji indignado.

El grupo suspiró, haciendo espacio a los nuevos— No tan nuevos— compañeros. Cada uno se fue al lado de su pareja. Takemichi trató de no verse afectado por la imponente presencia de Mikey, pero se estremeció cuando el rubio cenizo apoyó su cabeza en su hombro en son amigable.

A veces le llegaban mensajes tan confusos de su parte. Mikey lo quería y no lo quería. Tenía ganas de golpearlo.

—Hay que aprovechar ahora, pasado mañana tenemos que entregar a los bebés y me he encariñado mucho con Taiki— dijo Takemichi.

—Yo también— estuvieron de acuerdo la mayoría.

Y sin más, la reunión se alargó hasta que todos contaron sus anécdotas más divertidas de ser padres. Hubo muchas risas al final del día, compartieron comida y se conocieron más allá de las pandillas o escuela. Takemichi estaba feliz por ello.

De regreso a casa, el grupo poco a poco se dispersó. Los últimos obviamente eran Draken y Emma; Mikey y Takemichi. La primera pareja se adelantó, riendo y charlando como normalmente lo hacen, obviamente Emma era un rayito de sol.

Por otro lado, Takemichi estaba nervioso, caminando sin dirigir la mirada a Mikey. Si no fuese porque lo siente a su lado, ni siquiera lo notara.

Mikey tiene los brazos cruzados tras su cabeza, mirando al frente; fue quien rompió el silencio entre los dos.

—¿Qué harás después de entregar al bebé?

—Uhm, no estoy seguro. Supongo que salir con los chicos como lo hacemos cada verano, ¿y tú?

—Estaré al mando de la toman como siempre. Hay una pequeña tregua con las demás pandillas por los bebés, pero eso acabará pronto.

—Es peligroso— dijo con un tono tenue.

—Soy el más fuerte.

Takemichi soltó una pequeña risa y Mikey lo empujó suavemente. Se dio cuenta que Mikey lo miraba, no podía describir las chispas centelleantes en las pupilas oscuras.

—No me mires así, Mikey-kun. Si te hace sentir mejor, ya sé que eres el más fuerte.

Volvieron al silencio, pero ya no se sentía pesado. Era más bien agradable y cómodo, como debió ser desde un comienzo.

—Lamento haber enfermado a Taiki— dijo de pronto Mikey.

Takemichi abrió sus ojos, atónito y, mordisqueó su labio inferior para evitar decir algo tonto. Al final, si había esperado una disculpa, era todo lo que quería, ¿verdad?

—Yo también lo siento, no debí decirte tantas cosas hirientes.

—Sé lo importante que es este proyecto para ti— continuó Mikey—¸ todo esto funciona gracias a ti y tus atenciones. Taiki es muy afortunado.

—Esto es importante para mí... pero, disfruté mucho tu compañía.

—¿Es así? — preguntó Mikey luciendo un poco impresionado, pero no tardó envolver a poner su usual cara de desinterés—. Eres demasiado bueno.

— Mikey-kun, ¿por qué me besaste?

—Pensé que sería divertido hacerlo.

Las cejas de Takemichi se juntaron en una desagradable mueca y aspiró profundo antes de enfrentarse a Mikey.

—No puedes besar a la gente solo por diversión y menos sin saber lo que en realidad sienten.

—Yo sé lo que sientes: mucha responsabilidad por Taiyaki. Es lo único que te interesa.

—Eres tan egoísta, Mikey-kun— escupió molesto Takemichi. Su compañero no podía estar hablando en serio.

Sus únicas preocupaciones no habían sido el bebé, ¿o sí?

—Me le han dicho en mejores circunstancias.

Takemichi se detuvo a mitad del camino, luciendo tan decepcionado como se sentía. Pensó que sacaría algo bueno con esa conversación pero solo conseguía desalentarse más y más. Mikey era incorregible.

—Entregaremos al bebé y no nos volveremos a ver más.

—Estoy de acuerdo.

Si no golpeó a Mikey en esos momentos fue por su increíble paciencia. Solo se dio vuelta y caminó en dirección contraria a pesar de que en algún momento escuchó la voz de Emma llamarle. No iba a dar marcha atrás. Se iría a casa y olvidaría que esa absurda pelea sucedió.

No sin antes sentirse miserable por haber sido un iluso que empezó a enamorarse por su compañero. Y era su culpa, Takemichi no era lo suficientemente bueno como para que Mikey se hubiese fijado en él.

Llegó a casa tembloroso, menos mal tenía su bolsa del bebé consigo, podría sobrevivir los últimos días que faltaran por su cuenta.

Afortunadamente Mikey se lo hizo fácil. No fue a verlo ni siquiera una vez los días que restaron antes de entregar a Taiki. Menos mal en esas dos semanas habían creado una buena rutina con el bebé puesto que se portó bien, durmió, lloró un rato y se alimentó.

Dos días después, Takemichi se había reunido con sus amigos en la escuela para la última reunión y la entrega de los bebés. La mayoría estaba feliz por haber acabado el proyecto, Takemichi también, pero despedirse de lo último que lo unía a Mikey era simplemente triste.

—Anímate, Takemichi. En un futuro podrás tener tantos hijos quieras— Akkun palmeó su espalda.

Takemichi se obligó a sonreír. No estaba desanimado por Taiki, lo estaba por Mikey, pero no le iba a decir eso a su amigo.

—No gracias. Si el padre no es un millonario que contrate niñeras no quiero nada.

—Oh, ¿de dónde salió ese lado interesado? — preguntó el pelirrojo con una sonrisa burlona en sus labios.

—Apareció luego de ser abandonado por el padre de mi hijo— dramatizó, echándose a reír con ganas. Le había salido bien la actuación.

Tan buena que incluso, Mikey detrás de él, intervino con un:

—No te abandoné. Huiste de mí que es diferente.

Se paralizó al escuchar la profunda voz de Mikey, dándose vuelta para encararlo. Sus mejillas debían estar encendidas por la vergüenza de ser descubierto.

—Yo...

—No importa, acabemos con esto de una buena vez.

Mikey no le dejó terminar, ni replicar. Le tomó de la muñeca y lo arrastró en medio de la pequeña multitud hacía un pasillo vacío al fondo de la escuela. Como debían esperar a que los llamaran, no debían alejarse mucho.

—Mikey-kun... ¿Qué quieres? — preguntó Takemichi cuando pudo deshacerse del agarre del rubio cenizo.

—Despedirme de Taiki, es obvio— respondió Mikey tan imperturbable como siempre.

Takemichi aspiró profundo para no salirse de sus casillas. Le faltaba poco para lanzarse sobre Mikey y golpearlo. Ni Taiki que estaba tan sereno impediría el desastre que se avecinaba.

—Despídete entonces, no te estoy deteniendo. Tú por el contrario, me has secuestrado.

—No hice eso, solo estoy tratando de hablar contigo de forma civilizada.

—¿A esto le llamas civilizado? ¿Sabes qué? No quiero discutir contigo, no hoy— dijo el rubio-teñido menos tenso.

—¿Por qué tendríamos que hacerlo?

— No lo sé, solo estás empeñado a hacer mis días miserables; actúas bien y luego parece que me odias.

—Lo único que me molesta es que prefieras a ese estúpido proyecto que a mí— dijo Mikey molesto.

Takemichi jadeó sorprendido, ¿de nuevo Mikey con eso?

—Yo no... — le costó articular palabras, no podía creer que Mikey pensara en eso con tanto ahínco que los había mantenido separados por días—. No prefiero hablar del proyecto, solo quiero una buena nota.

—Es lo mismo, desaparecerás apenas entreguemos a Taiki.

—Mikey-kun, escúchame. No prefiero a Taiki. No podría irme de tu lado, ni siquiera si me lo pides, estoy seguro de eso.

—¿Por qué? — preguntó Mikey mirándolo directamente a los ojos, seguía sin creerle del todo sus palabras.

—Porque me gustas— de donde sacó el valor para esa confesión, no tenía ni la más mínima idea. Si de esa forma Mikey dejaba de creer que prefería al proyecto sobre él, entonces lo repetiría mil veces más.

Mikey lució un poco descolocado, aunque luego sonriera y se inclinara hacía Takemichi.

—Tengamos una cita después de esto, ¿quieres?

—¿Eh? — preguntó confundido, hasta que finalmente entendió lo que Mikey trataba de decirle—. Por supuesto. — Takemichi se tragó las ansias, sonriendo suavemente. No se sentía tan real aquello, pero estaba satisfecho.

Se miraron hasta que fueron llamados para entregar al bebé, y esta vez Takemichi no pudo contener las lágrimas. Lloró hasta cuando salieron de la escuela, solo que esta vez tuvo a Mikey para consolarlo. Se tomaron de la mano todo el tiempo, prometiendo que desde ese momento todo sería distinto.

Se conocerían mejor y quien sabe, las cosas entre ellos escalaran más profundamente. Estaban expectantes al respecto, pero tenían mucho tiempo para descubrir los que les traería el futuro.

¿Fin?

¡Hola!

Ha llegado el final del Maitake.

Y la shipp que le sigue es: Akkun x Kazutora a pedido de ustedes.

Ha sido divertido narrar está mini historia. Es como una introducción, sin embargo, voy a estar mencionando al Maitake en las demás historias. Porque, si se dieron cuenta, aquí no hubo mucho el plus romántico, pero... Si habrá.

Probablemente empiece la otra pronto, sin embargo, disfruten mucho esta.

Dudas y sugerencias aquí.

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