11. Deprimida.

— ¿Cómo que vas a quedarte? ¿No piensas ir a ver a tus padres? Tienes como dos meses que no los ves — Jiyoon puso sus manos en la cadera, viendo como Jiae desempacaba sus cosas y las tiraba encima de su cama.

Hace dos días estaba decidida a pasarse la semana que tocaba para la feria en casa de sus padres, pero a último momento, decidió quedarse y empezó a desempacar.

— ¿Por qué no vas y los visitas tú? — Jiae arrugó su nariz mientras seguía sacando ropa de su pequeña maleta.

— Jiae, — Jiyoon se recostó de una de las paredes y empezó a peinar su cabello con sus manos — ¿Qué te pasa? Sabes que no puedo, estoy ocupada con esto de la feria, hoy es el primer día y estoy muy estresada, me falta alguien que me ayude con todo esto de los grupos que van a exponer y hablar y no sé–

— Jiyoon — Jiae la interrumpió, dejando de desempacar y volcándose a verla, sus ojos empezaron a brillar: se le había ocurrido una idea.

— ¿Qué? — ella preguntó suspirando.

— ¡Yo soy a quien necesitas!

Jiyoon soltó una risa exagerada y negó con su cabeza: — No.

Jiae se tiró en la cama, como si fuese algún berrinche: — De verdad quiero ayudar.

— No recuerdo que fueras tan altruísta, — puso sus ojos en blanco y caminó hacia su hermana — Mejor vuelve a empacar tus cosas y vete.

— ¡Déjame hacer esto! — suplicó, abrazándola. Jiyoon soltó una exasperación y se dejó abrazar — ¡Estoy aburrida con mi vida!

Qué mentirosa era. Obviamente preferiría hacer de todo menos ayudar en la feria, la única razón por la que se quedaba... Bueno, no hace falta explicarla.

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— Sólo tienes que darme una lista de los grupos y las personas que van a exponer — Jiyoon le entregó un lápiz y una libreta — Así que rueda por ahí y traeme la lista cuando termines.

— Pero son muchas personas, ¿No? — Jiae soltó un quejido — No puedo hacer eso sólo yo.

— No son tantas, todos los días son personas diferentes — Jiyoon sacó su teléfono y le dio un vistazo a la hora — ¡Chú, chú! ¡Vete! — agitó sus manos sin siquiera mirar a la chica, caminando en una dirección opuesta a la suya — ¡Tienes una hora y algo para darme la lista!

Y ahora estaba sola (prácticamente, porque habían otras personas organizándose para empezar). Emprendió su viaje por las carpas, casetas y lugares donde veía a algunos empezar a acomodarse para sus exposiciones.

Jiae atrajo la libreta hacia ella y cerró sus ojos. Sólo estaba haciendo esto por una sola razón, y esperaba ver a esa razón cerca de ahí.

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— Bae Junghee — una chica de cabello corto le dijo, dando un vistazo a la libreta de Jiae mientras esta última escribía — Escribe mi nombre ahí y ponle un corazoncito — ordenó con una sonrisa.

— Uh, bueno, — Jiae dudosamente trazó un corazón (un poco desalineado) — ¿Eso es todo? ¿Ya no hay nadie más en este grupo?

— Nope, — la chica colocó una expresión aburrida, señalando a su compañero que recitaba algunas palabras para él mismo.

— Si eso es todo, creo que tengo que irme — Jiae se despidió y salió de la caseta, pero sus ojos divisaron a un chico muy conocido que traía flores en sus manos.

No pudo evitar sonreír al verlo, aunque él estuviese totalmente perdido en su mundo. Prácticamente corrió hacia él y se le tiró encima; las flores cayeron al suelo y él empezó a quejarse: — ¡Ya! ¡Jiae! ¡Quítateme de encima!

Aunque en el pasado, el tono autoritario del chico le causara temor; ahora era todo lo contrario, incluso le parecía adorable y uno de sus hobbies era enojarlo (no mucho, porque si él explotaba, habían consecuencias). Ella se alejó de él con una sonrisa y tomó el ramo de flores del suelo, entregándoselo: — ¿Qué tal tu semana de vacaciones?

— Estuve haciendo tarea — respondió, suspirando.

Ambos empezaron a caminar, viendo como el lugar se llenaba de personas poco a poco: — Supongo que esto empezó, ¿Tienes exposición también? — él asintió — ¿Qué hay de estas flores?

— Son falsas, — le respondió, mostrándoselas — No es primavera, así que no florecen, es por el festival de esas flores en Washington — añadió.

Jiae tocó los pétalos falsos de las flores, e hizo un puchero. Kyungsoo la observó por unos segundos, pero no dijo nada. Se veía en su rostro y en su forma de actuar que estaba deprimida, pero probablemente sería por una estupidez, así que ni le iba a preguntar.

Kyungsoo estaba perdido en sus pensamientos, es por eso que cuando volteó a ver a Jiae y no la encontró, se sorprendió. Se detuvo y miró hacia atrás, encontrándola pasados unos segundos.

— ¿Qué está haciendo...? — se susurró a sí mismo al verla detenida, mirando en dirección opuesta a la que se encontraba.

Se acercó a ella para arrastrarla con él y preguntarle qué le pasaba, pero sus ojos encontraron lo que ella estaba viendo; al profesor de literatura que ella juraba detestar.

Jiae, por otro lado, cuando vio a Baekhyun no pudo evitar preguntarse qué estaba haciendo, así que se debatió internamente si debía irlo a saludar o algo así y pretender como si nada había pasado. Entonces se sobresaltó cuando él levantó la mirada por un segundo y se encontró con la suya, ella levantó su palma y la agitó, como una forma de saludo; pero él no la había saludado, en cambio, la ignoró completamente y empezó a hablar con un chico que se había acercado a él.

Kyungsoo notó la mirada de decepción de la chica y miró hacia el cielo, viendo cómo oscurecía. Quizás debía volver a su caseta porque el lugar empezaba a llenarse de personas; además de que no tenía ganas de querer meterse en algo que no tuviese nada que ver con él. Pero por su mente pasó la posibilidad de que quizás haya pasado algo entre Baekhyun y Jiae para que ella, de momento, andase saludándolo y sintiéndose mal porque no recibía un saludo a cambio, pero la verdad es que prefería pensar que no.

Especialmente porque Jiae es muy tonta pero no era tan tonta para hacer el tipo de cosas que él estaba pensando, ¿Verdad?

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