Existen muchos tipos de parejas, de romances...están los aceptados por la sociedad, los que están moralmente correctos, una unión entre un hombre y una mujer que es bendecido por todos, tal unión que se puede consumar en nupcias, siendo una celebración feliz y hermosa, pero, no es igual para todos.

Yoongi desde pequeño siempre deseo tener una familia, una esposa, hijos, una pequeña casita en el campo, junto a su amada. Soñó aquello por años, ya que el así creía que era lo correcto, el único camino.

Todo cambio un día, un cálido día de primavera, era su primera clase en la universidad, dando un gran paso a la vida adulta, cuando lo conoció. Kim Taehyung se encontraba parado frente a la entrada de la universidad, con los rayos del sol acompañándolo y los pétalos de las flores bailando a su alrededor.

Fue amor a primera vista, o así lo sintió Yoongi, más aún cuando el desconocido lo miró, todo fue mágico, un momento inolvidable, más aún por las primeras paralabras que aquel chico le otorgó.–A mi también me gusta sanrio.

Yoongi lo miró impresionado, no por lo que dijo, sino por su gran vista, al notar el llavero de my melody que colgaba de su bolso.–¿Enserio?, son muy bonitos.

El contrario asintió entusiasmado, mostrando como tenía un llavero de pompompurin colgando del bolso.

Aquel día, dos almas destinadas encontraron el camino que debían tomar, naciendo una hermosa amistad que ayudó a florecer un hermoso romance, ahora eran Yoongi y Taehyung.

El pasar de los años no fue en vano, su amor crecía siempre un poquito más, siendo la pareja más querida del campus, sus familias lo aceptaban, sus amigos, ¡todo era perfecto!, pero lamentablemente, la sociedad no los dejaba ser felices como ellos deseaban.

Al cumplir los 4 años juntos, Taehyung decidió dar el siguiente paso y proponerle matrimonio a Yoongi, quien acepto enseguida, pero en Corea no se les fue permitido unirse en cuerpo y alma, tal y como ellos deseaban.

Fue una época triste, ya que decidieron viajar a otro país y contraer nupcias ahí, fueron 3 años fuera de Corea, lejos de sus familiares, sus amigos, sus vidas. Aunque, su tiempo a solas los ayudo a entender que no solo deseaban ser ellos dos, querían a alguien más en la familia, y lo conseguirían, cueste lo que cueste.

...

Las suaves manos del pálido joven se mantenían húmedas gracias al sudor producido por los nervios, volteó su mirada al sentir la gran mano de su esposo, quien le brindó una cálida sonrisa para así, tranquilizar sus nervios.

Ya habían estado ahí por más de media hora, esperando a que la directora del orfanato los atendiera y por fin, tener a su dulce pequeño en casa.

Taehyung se mostraba tranquilo, pero en su interior sentía un montón de bichos recorriendo su estómago debido a los nervios, sabiendo que como tanto había anhelado, ese día su sueño de ser padres se cumpliría.

Ya habían transcurrido cinco minutos, cuando una encargada les pidió que pasaran a la oficina de la directora. Ambos jóvenes cruzaron miradas y asintieron para así demostrar que estaban preparados.

La oficina era bastante linda y espaciosa, con una decoración inclinada a lo barroco y con el café predominando entre los colores. La directora era una mujer de por lo menos unos 40 años, con un cabello castaño y mirada amable. Yoongi tomó asiento primero, con Taehyung imitando su acción a su lado.

–Buenos días señores Kim, es un gusto volver a verlos.–saludó la mujer, recibiendo una cálida sonrisa por parte de la pareja.–Tengo entendido que hoy deben firmar los últimos papeles y ya podrán llevarse al pequeño.–habló la mayor, notando que un hermoso brillo se presentó en los ojos de los contrarios.

–Sí, después de muchos meses ya es el día de ir por nuestro pequeño Jungkook.–respondió Yoongi, con una sonrisa en en sus labios.

–¿Ya han interactuando con el niño antes?

–Sí, vez que hemos venido lo visitamos y hablamos un rato con los niños un rato, e incluso a veces jugamos con ellos.–respondió está vez Taehyung.

–Bien, es muy bueno que el pequeño ya los conozca, así será más fácil para él adaptarse a la nueva familia.

Dicho eso, por el resto del tiempo, la mujer les habló sobre la vida del pequeño Jungkook y después les dió los papeles que debían firmar. Al terminar, con una sonrisa en sus labios, la mujer les dijo que oficialmente eran los padres de Jungkook.

Con sus corazones palpitando a todo ritmo, ambos jóvenes avanzaron por el establecimiento hasta llegar donde el pequeño niño.

Al llegar a su destino, los ojos de Yoongi se llenaron de lágrimas al ver a Jungkook jugando con sus compañeros. Taehyung se encontraba de la misma manera, así que tomó con cariño la manos de su esposo y caminaron juntos hacia los niños.

Ya a un lado del pequeño, Jungkook sonrió en grande al reconocer a esos hermosos príncipes que jugaban con él siempre que los veía. Yoongi se arrodilló al frente de él, acariciando los cabellos del más bajito.

Con una gran sonrisa en su rostro, el mayor habló.–Hola, Kookie.

historia fluffy pq sí (´∩｡• ᵕ •｡∩')