Extra 2, Nammin; Amores, desesperanza y corazones rotos.
No recuerda con exactitud cuándo fue que comenzó a enamorarse de Jimin, lo único que recuerda es estar junto con el pelinaranja en la camioneta de la agencia esperando que arrancara para ir directo a su departamento después de un largo día de trabajo. Se estaban riendo a carcajadas después de lo que Hoseok había dicho, Namjoon no lo había escuchado bien porque se había quedado embobado viendo la sonrisa de su dongsaeng. ¿Siempre había sido Jimin así de bonito? Porque no podía creer que existiera alguien tan lindo, con las mejillas coloreadas de un rubor natural rosado y pequeñas pecas que eran casi invisibles, solo podías observarlas si estabas tan cerca de su rostro como para besar sus lindos labios que se veían tan suaves, tan esponjosos y humectados, tan deliciosos y bellos como esos ojos café atinándole al negro, un negro donde las luces se reflejaban y se podía interpretar como una bella galaxia girando al rededor de sus tan hermosos orbes marrones.
— Hyung — Llamaba alguien a lo lejos, no distinguía quién era y era lo que menos le importaba si su mirada y mente estaban concentrados en los gestos en el rostro por las carcajadas que soltaba el chico frente a él. — Hyung despierte — Su cuerpo fue hacia el frente cuando el puño de Taehyung golpeó su hombro.
Aclaró su garganta ¿Cuánto llevaba observando a Jimin? Observó a sus demás compañeros y todos lo veían con confusión en su rostro a excepción del mayor de todos que tenía un gesto de gracia, ¿por qué lo veía así? ¿Acaso se veía tan tonto? Acomodó su ropa y volteó su vista al frente sintiéndose demasiado avergonzado. Es que cómo se le ocurría ver a Jimin tan intenso, solo un tonto no se daría cuenta que lo estaba viendo con ojos de un loco enamorado o en el peor de los casos como un loco obsesionado. Viendo de reojo pudo observar que los miembros seguían riendo y habían dejado el escenario pasado en el olvido, eso lo hizo sentirse más aliviado.
Sonrío dándose cuenta que le habían restado importancia, pero había tres personas que sabían lo que realmente había pasado, tres personas que siempre siempre supieron sobre su enamoramiento y a quienes no podría ocultarles nada.
Ese día estaba en la sala de prácticas, los chicos se estaban preparando para su próximo comeback, ahora todos tenían nuevos colores de cabello y entre ellos el de Jimin era su favorito, se veía como un algodón de azúcar con ese cabello rosa pastel que hasta ganas de morderle el cabello le daban. Habían pasado ya dos años desde la última vez que pensó en Jimin de forma romántica, solo que nunca dejó de pensar que era la persona más linda que había visto y con ese color de cabello lo veía endemoniadamente tierno. Ese año tenía tantas cosas en su cabeza que pensar en sus sentimientos y gustos quedó de lado, Yoongi y Jin habían decidido informar que eran pareja y meses después Taehyung y Jungkook hicieron lo mismo solo que eso le había parecido de lo más extraño porque cómo fue que de un día a otro esos dos se volvieron novios y cómo fue que consiguieron la aprobación rápida de la empresa, todo eso le sabía mal y le preocupaba demasiado, tanto que cuando comenzaron a recibir más atención su estabilidad y paz mental dejó de preocuparle, pensar en Jimin ya ni siquiera era uno de sus pasatiempos que por años fue su favorito.
Las actividades de su nuevo comeback habían comenzado y eso significa estar bajo el ojo de la farándula una vez más durante unos cuantos meses y una nueva carga emocional y desgastante.
Una mañana como distracción, Taehyung y Hoseok lo habían invitado a salir por un helado, estaba terminando el invierno y la primavera comenzaba sintiéndose un poco de calor, un helado le vendría bien para despejarse un poco. Ese día salieron Jimin, Taehyung, Hoseok y él por un helado, siendo rápidamente atrapados por un tumulto de fans que no dejaban de sacarles fotos, Jimin estaba a su lado, venían hablando de diferentes cosas que terminaban en una carcajada y la mano de Jimin junto a la suya para evitar que las chicas los fueran a tumbar porque no dejaban de abalanzarse hacia ellos. Namjoon comenzaba a desesperarse, había salido para tener un día tranquilo con sus mejores amigos y ahora no podía ser así porque los flashes y los gritos de los fans lo estaban arruinando, en un momento Namjoon les dijo que se detuvieran para darles unas cuantas fotos.
Bajo flashes, risas y gritos alguien gritó: ㅡ ¡Jiminnie y Namjoonie se ven muy bien juntos! ㅡ Había gritado alguien a lo lejos. Namjoon vio como Jimin levantó sus dedos pulgares a la chica que había dicho eso y confundido e irritado pero con una sonrisa hipócrita en su rostro, carcajeó.
ㅡ Oh chicas, dejen de decir tonterías. ㅡ Dijo Namjoon mientras comenzaba a reír y saludaba a las cámaras.
Namjoon había visto como Jimin se encerró en su cuarto, parecía desilusionado pero no lo entendía, quiso hablar con él pero Hoseok se lo impidió, no quiso pelear y solo se fue a su habitación.
Si Namjoon pudiera decir que cuál día fue el peor de todos en su corta vida diría que fue ese martes del 2017, primero su dulce momento con sus amigos –y su algodón de azúcar, más que nada por él – se había arruinado, después Jimin se había molestado con él y quién sabe por qué razón, luego Taehyung habia venido a amenazarlo y había terminado sintiéndose el más celoso del mundo y para terminar Hoseok le había abierto los ojos al darse cuenta que en realidad siempre estuvo enamorado de su dongsaeng. No quiere decir que lo último haya sido terrible pero tenía tantas cosas en la cabeza que ni siquiera eso le animaba.
Esa noche no pudo dormir, se sentía confundido y enamorado, si le decía a Jimin y Jimin no sentía lo mismo por él iba a terminar hundiéndose en la depresión dentro de su habitación comiendo solo ramen instantáneo y oliendo a putrefacción por su muerto corazón, pero las dudas y pensamientos intrusivos no dejaron de atormentarlo toda la noche y el día siguiente, ni siquiera los meses después. Tenía buenos momentos, tenía malos momentos y tenía pésimos momentos.
•••
¿Cuánto peso cargaba? No lo sabía, pero sí sabía con exactitud que aquella vez que dejó de sentir paz en su interior todo se había vuelto un desastre en su vida; la había cagado, lo arregló un par de veces, volvió a cagarse encima de todo lo que amó y se quedó ahí, hundido en su desesperación.
Decir que se cagó encima de todo lo que amaba era una metáfora, porque lo que había pasado en realidad es que sus inseguridades, miedos y pesares los había dejado caer en su relación con Jimin, la cual al paso de los años había conseguido, tal vez siendo un estúpido adolescente sin conocimiento previo de lo que era amar y ser amado ni tampoco saber de qué se trataba una relación sana. Estaba tan equivocado creyendo que mantener una relación cuando tu vida era una completa mierda, sería sencillo, qué tan equivocado estaba. Había acabado con la confianza que se tenían Jimin y él y había peleado con quienes eran parte importante de su vida, también jugado con los sentimientos de millones de personas –cosa que en realidad no le importaba del todo porque ni siquiera las conocía realmente, pero que claro a las cuales les tenía un increíble aprecio, es decir, sus fans– y había roto el corazón de la persona que le había entregado todo, de aquel que no paraba de admirar día y noche sintiendo un enorme orgullo en su corazón porque aquel chico de ojos negros era una maravilla en todo lo que hacía, siendo increíblemente perfecto y asombroso.
Ahora no estaba más que perdido.
Jodida mierda.
Esa mañana recordó que Seokjin habló con él la noche anterior, le dijo todo lo que alguna vez quiso escuchar, porque había sido regañado incontables veces por sus hyungs y saber que Seokjin estaba ahí para él, no para juzgarlo si no para ayudarlo, le traía mucha tranquilidad a su alma. Su hyung tenía razón, él era una persona, una persona que debía ser respetada por el hecho de serla pero ¿Por qué parecía que su vida ya no estaba en sus manos? En esos momentos se sentía tan confundido, no tenía cabeza para nada y solo quería dormir. De verdad que no recordaba cuándo había hecho algo por mérito propio, ese último día en el cual su vida aún seguía en sus manos, donde podía hacer lo que quisiera –o algo de ella– y no lo estuvieran hostigando pretendiendo que fuera el líder perfecto, Kim Namjoon no era nada más que Kim Namjoon, no era RM el famoso rapero, escritor, productor y líder que todos conocían, justo ahora solo era Namjoon, ese que se encontraba perdido y vagando en el interior de su memoria tratando de encontrar la salida para volver a tomar el rumbo de su vida, solo quería ser aquel chico que era buen hijo y buen amigo, ese que no sabía que en algún momento de su vida las cosas se iban a poner de cabeza.
Ese que era feliz.
Tomó la libreta que usaba para escribir sus ideas de nuevas canciones y pensando en lo que amaba escribió: "Quizá la razón por la que esta noche luce tan maravillosa, no es por el brillo de las estrellas si no por nosotros."
Había escrito ese verso pensando en Jimin.
Jimin no dejaba de pasar por su mente, los años habían pasado, ellos habían tenido malos momentos y terribles momentos, no podía recordar cuando fue la última vez que la pasó bien con él solo siendo su amigo y nada más, sintiendo esa sensación de felicidad al pasar un rato con tus hermanos, con tus amigos, con la familia que amas.
Sonriendo siguió escribiendo, tardó unos cuantos minutos más perfeccionando la letra y tratando de ponerle ritmo y cuando sintió que quedó perfecto, respiró con tranquilidad.
En ese momento tomó todo el valor que pudiera tener y fue hasta la habitación de Jimin. No había mucho que pudiera decir solo que en verdad, desde lo más profundo de su corazón lo sentía tanto, pero teniéndolo de frente tenía que explicarle todo. Ese día le contó cómo se sentía, cuánto lo amaba y cuánto merecía ser feliz.
— Has pasado por tanto, hyung, sé que nuestra relación no ha sido ni por cerca la mejor de todas, nos equivocamos, trajimos tanto sufrimiento a nuestros corazones que no sé exactamente cómo remediarlo — Sin soltar su abrazo y sobando su espalda, Jimin le transmitía tanta calma, se sentía bien, sentía el calor que le hacía falta. — solo estoy agradecido que hayas tenido la valentía para venir a contarme todo esto para así yo poder contarte mi parte de la historia porque siempre has sido el más maduro en nuestra relación — Rieron juntos. Su risa era por mucho la más hermosa de todas si es que podía opinar. — Te amo — y cuando escuchó eso su corazón se detuvo. Qué bien se sentía ser amado. — Namjoon, te amo de aquí a la luna a pasos de hormiguita.
Y por último, Namjoon dejó un tierno beso en la nariz del menor, saliendo por la puerta y sin detenerse a mirar atrás abandonó el lugar con el corazón destrozado pero con la esperanza de que habría un mañana donde podrían caminar juntos a la eternidad y haría que los días fueran interminablemente hermosos.
Bueno, que comience una nueva historia.
Nótese por favor que usé pequeños fragmentos de capítulos anteriores para hacer este, quise darles un poquito de contexto de cómo fue que Namjoon comenzó a ser un poquito pendejo, no tenía la culpa, solo tenía mucho peso encima. Aquí les conté cómo se sentía Nam y cómo supo reponerse. La parte de Mikrokosmos Namjoon SÍ la escribió pensando en Jimin en la vida real (un datito por si no sabían).
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