Las semanas habían pasado junto al bebé quien estaba más que contento yendo a la pequeña guardería donde había jugado y reído bastante. Yoongi por su parte con sus idiotas habían logrado crear una rutina agradable y cómoda para poder estar en sus trabajos y al tanto del pequeño bebé, claro quien estaba más apegado y al cuidado del bebé era Yoongi.

En la universidad las cosas iban mejorando, ambos amigos habían logrado acoplarse al ritmo de estudio y eran ya, bastante reconocidos en la universidad como un par de maestros jóvenes, aquella tarde era bastante fría. Yoongi venia saliendo del trabajo cuando sintió su celular vibrar.

Se detuvo en la parada donde tomaba su autobús y contestó sin ver quien era.

— ¿Diga?

—Oppa, soy Lisa—Yoongi se detuvo de golpe, y esperó a que la chica dijera algo.

—Perdona si te estoy molestando, pero me gustaría que vinieras a la guardería

—Voy en camino— El mayor no se lo pensó dos veces. Estaba seguro que ese día él y alguna madre se agarrarían de los cabellos defendiendo como fieras a sus crías.

La guardería estaba al menos a unos veinte minutos, Yoongi llegó en quince por gritarle al taxista que se apurara, Lisa no sonaba con su tono de voz alegre y eso lo preocupó. Se bajó corriendo después de bajar, olvidándose de agradecerle al taxista.

Lisa estaba en la puerta de la guardería con Jungkook en sus brazos dormido.

—Perdona por molestarte mucho antes, Yoongi Oppa— Lisa le dio al menor y lo coloco en sus brazos poniéndole una pequeña manta de un conejo rosa que el menor amaba. Yoongi acaricio la mejilla del bebé notando que este había llorado.

— ¿Qué paso? — Preguntó sorprendido por las mejillas rosadas del bebé.

—Vamos oppa, te diré tomando una taza de café

Ambos jóvenes caminaron unas cuantas calles yendo a una pequeña cafetería de estilo vintage, con algunas plantas y música calmada, Lisa compro dos lattes y se sentaron a tomarlo con calma, mientras la chica empezaba a relatar el por qué el pequeño había llorado tanto.

—Normalmente a los pequeños se les hacen evaluaciones psicológicas cada tres o cuatro meses, si bien son niños la mayoría de lo que vivimos a su edad es lo que nos marca para toda la vida, la mayoría de los centros de cuidado, mantenemos un programa de estudios psicológicos para todos los estudiantes y hoy fue el de nuestro salón— Yoongi asintió comprendiendo lo que la joven le decía.

— ¿Jungkook lloró por eso?

—Algo así, JongIn el psicólogo infantil los trata con estuidos comunes, jugando, haciendo preguntas y dibujando, normalmente se les hacen preguntas sencillas y los niños dan respuestas tranquilas y normales, depsues de eso el nos da los resutados y en dado caso de algún problema llamamos a los turores del pequeño o pequeña— Yoongi frunció el ceño pensando en que pudo haber causado que el menor llorara, la única vez que lo había visto llorar fue...

— ¿Dijo algo con respecto a su familia? —Lisa asintió, en el momento en que ella iba a hablar un chico con una enorme sudadera entró en el lugar, Lisa se levantó y lo llamó.

— ¡Oppa es por aquí!

El chico giró y dio una sonrisa calmada, acercándose miro a ambos y saludo cortésmente.

—Hola, mi nombre es JongIn, Lisa me habló de ti Yoongi

— ¿Por qué reunirte conmigo? — Preguntó el pálido. JongIn sonrió mientras Lisa se levantaba a comprar otra bebida el joven se sentó a un lado de Yoongi mirando al pequeño Jungkook que estaba muy perdido en el mundo de los sueños.

—El tema del que necesitaba hablar es bastante serio. De hecho Lisa me contó la situación y preferí verte a hacer una llamada en la institución y causarte problemas—Yoongi asintió entendiendo a JongIn.

— ¿De qué tienes que hablar? — El moreno vio al menor por un momento y suspiró. Sacó un sobre de su chaqueta y saco unas cuantas hojas dobladas por la mitad.

—Para los menores de la edad de jungkook, pedimos que nos dibujen cosas que los hagan felices o tristes— JongIn le mostro uno de los dibujos.

Tres personas muy juntas sostenían a un bebé con ropa azul.

—Este dibujo lo hizo cuando le pedí que me mostrara cuando se sentía protegido—Yoongi miró al joven que le daba una sonrisa tranquila, después sacó otro dibujo.

En ese se encontraban una persona sosteniendo a un bebe arriba de su cabeza.

—Este lo hizo cuando le pregunte como se sentía feliz, por los dibujos y rayoteos el me muestra que es feliz estando contigo— Yoongi sonrió tomando el pequeño papel, el menor sería un excelente dibujante de grande. Levanto la mirada y la sonrisa de Kai había desaparecido, le mostro dos dibujos juntos.

Ambos tenían colores obscuros y rojos. Rayones sin sentido y líneas negras delineando muecas y lágrimas.

—Estos los hizo cuando le pregunte acerca del miedo— Yoongi miró al médico. En el dibujo estaba solo pero había una sombra con mucho pelo negro y unos ojos rojos detrás del pequeño dibujo del bebe.

—Cuando le pregunte quien era...Jungkook solo empezó a gritar y pedir por ti. Estaba asustado Yoongi, escapaba de nosotros se escondió en un esquina llorando que quería a Yoongi y que le iban a hacer daño. Lo que haya pasado a este pequeño no fue lindo, para que un niño de su edad reaccione así....Yoongi— JongIn miró al mayor con lágrimas en sus ojos. El mayor pegó al bebe a su pecho sin pensarlo.

—Tenía miedo, de todos, incluso de Lisa, gritó incluso cuando ella lo levantó y trato de calmarlo—Yoongi se quedó callado pensando en el menor gritando y llorando, no lo soportaría, no podría ni verlo, el pequeño era tímido, sonriente y siempre estaba curioso de todo. No temía de nada...y ahora el de verdad, había llorado de miedo.

Yoongi recostó al menor en la cama, tapándolo del frio, después de lo que le habían dicho Yoongi sintió miedo y un poco de pánico, sobre el pasado del menor.

—¿Ongi?

Yoongi bajo su mirada encontrándose con unos enormes ojos castaños. Los pequeños ojitos aún estaban llorosos y con un ligero enrojecimiento. El mayor paso su mano por el cabello del menor inundándose de su aroma a bebé.

—Hey mocoso—El menor saltó a su cuello en un rápido movimiento frotando su cabeza, volviendo a sollozar bastante bajo. Los minutos pasaron ambos en un abrazo que confortó a ambos. Yoongi no quería ver al menor triste, prefería ver al mocoso con una sonrisa e incluso haciéndoles la vida imposible que llorando de la forma que lo hacía.

—Jungkook, yo siempre estaré contigo y te protegeré— Los pequeños ojos castaños subieron la mirada, escondiéndose aun tímidamente.

—¿Pomesa Ongi?

Yoongi se ocuparía de todo, solo para mantener a su mocoso con una sonrisa.

—Promesa mocoso, ahora vamos a dormir— El menor sonrió acomodándose sin soltar al mayor, ambos se durmieron una vez más.