Cuando el chófer arrancó el coche, el Joker le dijo que le dejara a él primero en el restaurante para ir cogiendo mesa. Gaby y Harley se quedaron dentro para ir a recoger a Susan.

Cuando llegaron al hotel, Susan les estaba esperando en la puerta. El chófer se bajó del vehículo para abrirle la puerta de atrás para que esta entrara, y así lo hizo.

Iba vestida muy elegante, con un vestido largo ajustado de color dorado que la hacía parecer una modelo de pasarela. Llevaba el pelo recogido en forma de moño e iba muy maquillada.

Harley fue la primera en saludarla:

- Susan, ¡Estás preciosa!- dijo mientras la abrazaba.

- Tú también estas guapísima hermana.- Se quedó mirando a Gaby- Y tú también estás increíble, Gaby.

Las tres fueron hablando tranquilamente de temas sin importancia hasta que la limusina se detuvo. El hombre se bajó del coche y les abrió la puerta para que bajaran.

- ¡Bienvenidas!- Gritó el Joker en cuanto entraron por la puerta, todo el mundo se giro para mirar a las recién llegadas.

Estas, con mucha vergüenza, llegaron hasta la mesa donde el payaso les estaba esperando y se sentaron en sus respectivos sitios, ya que cada silla tenía un papelito con los nombres de cada una.

El Joker estaba en una esquina de la mesa, a su lado izquierdo se sentó Susan y al otro Harley y Gaby, se sentó al lado de Susan.

Gaby estaba muy confusa por el resto de personas del local, ¿es que acaso no reconocían al Joker? O a lo mejor eran reenes... Quien sabe por que quiso bajarse del coche antes para entrar... Pero curiosamente, ninguno mostraba cara asustada, estaban absortos en sus pequeñas charlas, como si nada ocurriese. Estaba embobada mirando a las otras mesas hasta que...

- ¿Gaby, me estás escuchando? - dijo una voz, aunque Gaby no supo decir de quién era...

- ¿Eh?- preguntó ella.

- Gaby, cariño- dijo Susan- le estaba contando a nuestros anfitriones que nosotras vivimos en una casa de un barrio muy tranquilo, ¿a que sí?

- Sí, así es. Es tan tranquilo que nunca ocurre nada interesante...

- Bueno... y cambiando de tema... Contadme algo más personal, ¡algo de vuestras vidas!- dijo el Joker con entusiasmo.

- Pues mi hermana y yo siempre solíamos ir a...- empezó a narrar Susan, pero fue cortada por el Joker.

- ¡Eso a mí no me importa! Esas cosas no, cuéntame algo del presente, no de algo que sucedió hace 20 años...

- Per... perdona, es que... pensaba que querrías saber cosas sobre tu novia de cuando era pequeña... historias graciosas.

- Esas cosas me las podría haber contado ella misma hace tiempo, aunque por alguna razón decidió ocultarme que tenia una hermana... o una sobrina.- Dijo el Joker molesto, aunque enseguida volvió a poner esa macabra sonrisa.

Susan no sabía que hacer, sabía quién era el Joker, por eso le tenía miedo. No quería contarle cosas importantes por si en el futuro les causaba algún problema, era un tipo muy peligroso. ¿Y si le daba su dirección de casa y un día aparecía allí? o peor ¿y si le hacía algo a ella y su familia?.

El Joker se dio cuenta de eso, por los largos silencios de Susan y por la cara de preocupación que ponía en algunos momentos, como si no quisiera contarle cosas de su vida.

Se notaba tensión en la mesa, Harley sabía que no tenía que haber permitido esa cena en familia, pero... cómo iba a decirle que no a su querido Joker...

De pronto, una frase rompió el silencio de la mesa:

- Bueno... ¿porqué estáis todas tan serias?- dijo el Joker- Deberíais sonreír más y estar felices, al fin y al cabo esto es una cena familiar.

Al oír ese comentario, Harley se puso a sonreír de oreja a oreja y Gaby esbozó una pequeña sonrisa, pero Susan estaba cada vez más nerviosa, no se sentía segura estando al lado de ese payaso.

- Bueno... Ya que tú no cuentas nada "cuñada", lo contaré yo. Esta tarde he estado trabajando en un proyecto de investigación muy importante... ¿Sabéis de que iba?

- ¿De que iba?- preguntaron las tres chicas casi a la vez.

- Pues... he estado investigando una casa... y las personas que viven en ella son de lo más interesantes... Son una familia de un matrimonio con una hija que viven en el 225 de la calle Terraza en la ciudad...

A Susan le cambió la cara absolutamente, ¡esa era la dirección de su casa! Había ocurrido lo que ella más se temía, ¡el Joker las había estado investigando, a ellas y toda su vida al parecer! Él estaba diciendo cosas de su familia que ni siquiera su hermana sabía. Se sentía por una parte aterrada y por otra estaba furiosa.

- Y parece ser que a la hija se le da muy bien la gimnasia rítmica...- el Joker continuaba hablando.

Rápidamente se levantó y se dispuso a marcharse con Gaby.

En ese momento, el Joker se levantó de su asiento y por primera vez en toda la noche puso una mueca de enfado que daba miedo y le dijo a Susan que se sentara.

Pero ella se negó, dijo muy enfadada que se iba a ir y se iba a llevar a Gaby con ella. Se quería ir de Gotham para no volver más y así poder huir de ese maníaco.

Pero nuestro querido Rey del Crimen tenía otros planes...

- Así que os vais de la fiesta... ¡Pero si acaba de empezar!- dijo antes de empezar a reírse.

Gaby se estaba empezando a asustar por todo lo que estaba ocurriendo, pero no sabía que decir o hacer. Se le ocurrían muchas cosas que podría hacer en ese momento, pero como buena bromista, sabía detectar los buenos sujetos para hacer bromas, y el Joker no era uno de ellos, era demasiado peligroso.

Entonces el Joker llamó a un chico joven que sin duda debía ser el camarero y le susurró algo al oído.

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Nota de la autora:

¡Hola chic@s! Siento haber tardado en publicar capítulo, es que he ido bastante liada con trabajos, algún que otro examen... Pero bueno, espero que la espera merezca la pena y os guste.

PD: Este capítulo está dividido en dos partes porque sino se me iba a quedar demasiado largo.

¡Un abrazo!