Creo que actualizaré más seguido, es más fácil a partir de hoy, ellos se pueden enamorar en cualquier momento.

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Louis y Harry creyeron que la paternidad sería fácil. Ellos solían ver películas americanas donde los padres dejaban a sus hijos recién nacidos en otra habitación y no despertaban hasta el día siguiente.

Pero se equivocaron. Terriblemente mal.

Los gemelos lloraban a todas horas y en donde fuera y Harry no entendía el porqué de la fragilidad emocional de sus pequeños bebés. Al principio se alarmó porque leyó en un grupo de Facebook que posiblemente estuviesen enfermos o algo en sus cuerpos les molestara. Por supuesto que en cinco minutos ya estaba en el consultorio del pediatra, ordenándole que curara a Luke y Louis.

—No hay nada extraño en los bebés —el profesional rió.

—¿Ah no? —Harry miró confundido a sus pequeños retoños, quienes yacían en la placidez del morfeo.

—Claro que no, ellos solo se vincularon contigo. Es muy común, lo hacen con la madre, padre o ambos.

Harry soltó un suspiro y su corazón volvió a latir con normalidad.

Cuando Louis fue a su departamento le comentó sobre su repentina cita al médico, al igual que él, el ojiazul se sintió mejor al saber que sus hijos no tenían absolutamente nada y que criaba dos grandes bolas sanas.

—Creo que deberíamos de comenzar a turnarnos, Harry, digo, han pasado cuatro meses y necesitas volver a tu trabajo. Mamá se ha ofrecido a ayudarnos y...

Louis se vió interrumpido por la molesta mirada de Harry.

—Por supuesto que no —rechaza el mayor. —Son mis hijos y estaré el tiempo que necesite estar con ellos. Algún día será el momento pero no hoy y mañana... y la semana próxima.

Louis rodó los ojos.

No entendía al rizado. Los gemelos habían cumplido cuatro meses, balbuceaban y le sonreían. Reconocían a sus padres. Pero Harry se negaba a despegarse de ellos.

—Son mis bebés.

—Y míos también —dice Louis.

Sentía el mismo derecho que Harry, tal vez no pasaba todo el día con ellos porque su carrera era ajetreada y difícil, pero todos los días (literalmente) venía a ver a los gemelos, aunque fuesen cinco minutos. Muy al contrario de Harry, quien, por fortuna se encontraba con ellos siempre.

Comprobó que el mayor era paranoico cuando sus hermanas pequeñas cargaron a los bebés y estos lloraron estrepitosamente, Harry no dudó en arrebatárselos y recriminarles si les habían hecho daño.

Le ofendió, claro. Cualquiera de su familia sería incapaz de ponerles una mano encima, ni por accidente. Entonces ellos discutieron, Harry le gritó a Louis y Louis ardió en cólera porque no haría lo mismo porque Harry es la mierda más sensible del mundo y no quería lastimar al padre de sus hijos. Okay.

Louis admiraba a Harry, más que nada porque sentía la capacidad paternal del hombre tan elevada que jamás le pidió ayuda.

Pero él era el otro papá del par y y es momento de hablar.

—Quiero quedarme los fines de semana con ellos —Louis soltó de repente, dejando de morder su lengua.

Harry casi escupe. —¿Qué?

—Que quiero encargarme de ellos un fin de semana...

—De ninguna manera —Negó.

—Oh, por supuesto que si. Son mis hijos, Hazz, tengo los mismos derechos que tú, los conozco bien.

Harry arqueó una ceja.

—Ajá, entonces dime quien es de los dos es Luke —Señaló hacia el porta bebé.

—Pff, fácil, es....

Louis miró a sus hijos. Justo ese día iban vestidos de la misma manera.

Qué mierda.

—Este, es.... el de la izquierda.

Harry se carcajeó tan fuerte que sobresaltó a los bebés, afortunadamente no lloraron.

—Eres un imbécil, Tomlinson —E indignado, se llevó a los bebés.

Louis suspiró.

Sería difícil, pero lograría diferenciar a los gemelos.

Algún día.