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✦ 𝗖𝗎𝖺𝗍𝗋𝗈

El castaño se había pasado lo que quedaba del tiempo cosiendo telas sueltas para hacerse una pequeña mochilita donde llevar a Jungwon, a modo de canguro.

No era lo mejor del mundo, pero Jungwon cabía ahí, y la tela resistía.

Jake caminó todo el recorrido con su mano frente a su cara. Qué vergüenza, todos ahí se conocían, se moriría si alguien se acercara a preguntale de dónde sacó al bebé.

Para colmo, se había separado de Heeseung, ya que no compartían la primer clase.

— Jake, hola.

Se detuvo de golpe, asustado. Sabía que debió seguir caminando, pero sería aún más raro. Los miró, descubriendo su cara. — Chicos, hola...

Los ojos de Sunoo y Sunghoon fueron a dar hacia Jungwon.
— Woa, ¿Ese es tu huevo? — Habló Sunghoon.

— ¿No se ve algo raro? — Preguntó Sunoo.

Jake trató saliva. — ¿Raro?

— Yo lo veo muy tierno. — Sunghoon acercó su mano y eso asustó a Jake, pero lo único que hizo, fue acariciar la cabeza del bebé con suavidad. — Qué lindos detalles le hicieron a su bebé.

— ¿Tú crees? — Preguntó todavía con miedo.

— ¡Ah! Lo sabía. Ya sé qué tiene de raro tu bebé. — Su cabello. ¿Quien tiñe de color azul el cabello de un bebé?
espera, te voy a mostrar mi huevo. — Sunoo lo mostró. — Nuestro pequeño Ni-ki tiene el pelito castaño.

— Aunque yo lo quería rubio. — Puchereó Sunghoon.

Jake asintió. — ¿Ustedes de verdad no están viendo otra cosa rara en él?

El par se miró. — Bueno, siendo sinceros... — Comenzó Sunghoon.

— Tiene uno de sus ojos más grandes que el otro. — Finalizó Sunoo. — No es necesariamente malo. Sólo es un detalle.

El castaño tomó las mejillitas de Jungwon para hacer que lo mirara. Sí, quizás tenía uno de sus párpados más hinchado que el otro, pero era casi imperceptible.

— Fuera de eso, veo un huevo normal. — Agregó Sunghoon.

Jungwon volteó la cara hacia él, totalmente enojado. Jake sabía porque, aunque no dijera nada, el bebé abultaba sus mejillitas y los miraba de manera amenazante. Mas sólo causaba ternura.

— ¿Creen que Taeyong se dé cuenta?

— Taeyong sólo verá que esté sano, no bien pintado. — Kim se alzó de hombros.

Sunghoon asintió. — Mientras se parezca a un bebé, estará bien. Y tu huevo se parece a un bebé.

Jungwon quiso berrinchar, pero Jake cubrió su boca.
— Excelente. Creo que ya me voy a mi clase.

El par asintió y se despidió, siguiendo su camino.

Soltó al bebé y se dio la vuelta, corriendo al aula de Heeseung.

Cuando lo vio sentado, lo llamó.

— ¡Heeseungie, Heeseungie, Heeseungie! — Hizo señas con la mano para que se apresurara.

Lee lo vio y frunció el ceño, escuchando las bajas risas de sus compañeros por el modo en que Jake lo llamaba. Se levantó y fue hacia él.

— ¿Qué pasa?

— Te lo dije. Acabo de encontrarme con Hoon y Sunoo, y también se refirieron a Jungwon como un... — Cubrió los oídos del niño. — Como un huevo. — Susurró. — El de la tienda dijo lo mismo. — Lo destapó.

Heeseung se apoyó sobre el marco de la puerta, pensante. — ¿Por qué creen que es un huevo? — El pequeño Jungwon se alzó de hombros, para después estirar sus manos hacia la cara de Heeseung. Otra vez quería tocarle la cara.

— Lo sabremos cuando hablemos con Lucas. Mientras tanto, si el profesor cree que es un huevo también, estaremos bien.

Jungwon lanzó un pequeño gruñido ante la palabra. Joder, él no era un huevo. En cualquier momento comenzaría a decir malas palabras si no lo dejaban de llamar así.

Caca, pedo, pis. Sí, él las diría.

— Qué lindo diseño el de su huevo. — Dijo Taeyong cuando lo tuvo sentado en su escritorio. Jake y Heeseung se dieron una mirada.

Comenzaron a entrar en pánico, pues Taeyong movió al bebé sin cuidado. Tomó su cabecita y la giro, tiró de su bracito, de sus mejillas, del elástico del overol. Jungwon no aguantaba más las ganas de llorar.

— ¿Qué tanto le ves? — Lo detuvo Heeseung cuando Taeyong alzó las dos patitas del bebé y provocó que su cabecita golpeara el escritorio. Jungwon quedó medio atontado, pero las ganas de llorar no se le iban. Jake tenía el corazón en la garganta, viendo cómo trataban a su bebé como un trapo, por eso el pelirrojo intervino.

— Busco mi sello.

— Aquí atrás, bruto. — Heeseung tomó a Jungwon por las axilas y lo sentó, mostrando su nuca después. — Me vas a romper al bebé y tendremos serios problemas.

— Lo siento. — El profesor corroboró la firma. — Perfecto chicos, ahora solamente tienen que llevarlo a pasear y tomar fotos de cada detalle. Al finalizar el proyecto, me lo traen junto con el huevo.

Y ya estaba, Jungwon comenzó a llorar como si por ello le pagaran. Pataleó, gritó y se quejó cuanto pudo. Los padres se tensaron, es decir, tenían un niño berrinchando en todo el escritorio. Pero nada raro pasó.

Taeyong seguía mirándolos con una sonrisa, esperando que lo sacaran de ahí para llamar a los próximos estudiantes.

El castaño se adelantó y tomó a Jungwon, llevándolo a su pecho para calmarlo. Se fueron a su lugar y lo sentó en su regazo. ㅡ Jungwon, ya deja de llorar, vas a espantar a todos. — Pidió Jake. Aunque miró al rededor, y nadie parecía espantado. Ni siquiera parecían oírlo.

— Jungwon, deja de llorar. Te ves feo. — Entonces Heeseung lo intentó.

Jungwon paró y lo vio con sus ojitos llenos de llagrimitas. — ¿Feo? — Soltó con tierna voz.

El grito de susto que Jake y Heeseung dieron, los hizo terminar fuera del salón.

Jake mordía su uña, estaba algo ansioso. Jungwon había acabado de nuevo en el armario.

— ¿Lo puedo sacar ya? — Preguntó a Heeseung, que buscaba los pijamas para ir a ver a Lucas.

Él lo miró. — El huevo habló. Por supuesto que no lo vamos a sacar hasta finalizar el proyecto.

— ¿Y si se muere?

— No se va a morir.

— Bueno, él no ha comido o bebido nada.

— Porque es un huevo.

— Vamos, Heeseung, sabes que no lo es. O ni siquiera estaríamos por ir con Lucas de nuevo.

— Nadie en la escuela lo ve como un bebé real. Ellos saben que es un huevo. No lo oyen gritar, no lo ven moverse.
Los que ven mal no son ellos, te lo aseguro. Nosotros tenemos algo. — Dejó la sandia en la cama y tomó la planta. — Ire a vestirme, hazlo tú también.

Pasó por al lado de Jake para salir, pero a sus espaldas lo escuchó. — Voy a sacar a Jungwon de ahí.

Heeseung tomó su mano, deteniendolo. — No. Hay que irnos. No lo vamos a sacar.

— ¿Qué mal haría, Heeseung? es sólo un bebé.

— Es un huevo.

— ¡Es un bebé, tú sabes que es un bebé! — Jake se enojó y comenzó a forcejear con Heeseung.

— Basta. Deja de intentar. No te dejaré sacarlo de ahí.

— ¡Bruto, mal amigo, dejame ir!

Se movieron de lugar, pero ninguno salía de la habitación.
Fue tanto el forcejeó, que la mano de Heeseung se zafó de la de Jake y fue directo a su mejilla.

El castaño se alejo, cubriendola. — ¡Me golpeaste!

Heeseung estaba asustado. — No, no. Espera. Fue sin querer, la mano se me resbaló y-

Pero Jake estaba enojado, y simplemente se lanzó sobre él, comenzando a golpear su cara también. — ¡Basta!

— ¡Eres malo!

— ¡No lo soy!

— ¡Jungwon no es un huevo!

— Pero... — Heeseung sólo intentaba cubrirse, pero era un poco imposible. Entonces tomó las manos del menor y rodó, cambiando posiciones. Llevó las manos de Jake por encima de su cabeza, sosteniendolas en el suelo. — Detente, basta. Piensa en lo que dices. Jake, Jungwon es el huevo. Sabes que no es un bebé de verdad. Sabes que él no comerá de verdad, sabes que no respira de verdad, sabes que él-

— ¡¿Y qué te importa si yo quiero fingir que sí?! ¡Es nuestro bebé, asumelo!

No supo qué decirle, pues Jake comenzó a llorar también.
— Sí. Sí es verdad. Él es nuestro bebé. — Lo soltó y se sentó. — Lo siento, Jake. Sólo estoy asustado. — Señaló hacia afuera cuando Jake también se sentó, bajando su llanto. — Tendremos que cuidarlo hasta la próxima semana. Es más fácil pensar que es un huevo y no un bebé.

— Por eso se te rompió la primera vez. — Se cruzó de brazos. — No lo viste como lo que él es. Sólo lo hace más fácil para ti, pero él termina dañado. Jungwon llora porque siente que es un bebé, no un huevo. ¿Qué diferencia hace para ti verlo como un bebé?

— Me asusta, porque si lo hago mal con un bebé, entonces no sólo se remplaza con otro huevo.

— Pero estoy aquí. Yo estoy haciéndolo también. Apoyame.

— Ponte en cuatro y- ¡Auch! — Se rió por el golpe que Jake le dio.

— Estoy hablando en serio. — Dijo, aunque también rió.

Asintió. — Entonces vamos con Lucas, y él nos lo dirá.

— Es un bebé huevo. — Declaró Lucas, jugando con el par de mangos que ahora sí trajeron.

— Explicate. Porque todos lo tratan como si fuera un huevo, pero estoy viendo a un bebé. — Jake señaló a Jungwon sentado en su canguro. El niño dormía con su cabecita ligeramente caída hacia el costado.

— Como ustedes, igual yo veo un bebé, pero ese es sólo su huevo. — Lucas fue por un espejo y lo puso frente a Jake. El castaño se asustó tanto por lo que vio, que fue hacia atrás y hubiera caído de no ser porque Heeseung lo sostuvo.

En el espejo, no se lograba ver a Jungwon dentro de ese canguro. Heeseung decidió meter la mano en el interior y pudo sentir el dispositivo que Jake había hecho para llevar al huevo. Lo sacó, y ahí estaba su preciado huevo bebé.

— No puede ser. — Murmuró Jake con cara perturbada. — Yo he estado sosteniendo a este huevo como si fuera un bebé

— Eso es parte de la ilusión. Frente al reflejo de su huevo, lo verán todo normal. Fuera de él, ustedes interactuan con un huevo, pero ven todas esas acciones, como si interactuaran con un bebé. — Sacó el espejo y lo dejó sobre el sillón.

Heeseung tenía a Jungwon dormido entre sus brazos.
Aguantó su susto o el niño caería. — ¿Por qué nos hiciste esto? — Preguntó. — Sólo te pedí un huevo.

— Y dijiste que era vital lograr mantenerlo vivo. Vamos, ¿Quién dejaría morir a un bebé de tener posibilidades para mantenerlo?

— ¿Qué pasará cuando llegue el día de entregarlo? — Preguntó Jake, apretando sus propias manos.

— Pues lo entregas y haces tu examen.

— ¿Y cómo se cuida a un bebé huevo? — Ahora Heeseung preguntó.

— Cuidarlo a él será como cuidarse ente ustedes. — Dijo, sentandose. — ¿Recuerdan que tomé un pelo de cada uno? pues, Jungwon tiene los hábitos que cualquiera de ustedes tendría. Las costumbres y gustos. Lo que ustedes quieren, el bebé también lo querrá.

Jake tiró su cabeza hacia atrás mediante un quejido. — Dios, por eso es tan llorón.  Es como tú, Heeseungie.

— ¿Llorón? pero si son lágrimas de cocodrilo de puro berrinche. Es como tú.

— Bueno, a pelear a su casa. — Cortó Lucas. — Uhm, por cierto, ¿Qué les pasó en la cara?

— Nos caímos. — Respondió Jake. Lucas los miró incrédulos al ver la cantidad de golpes que Heeseung tenía.

— Nos caímos mucho. — Agregó entonces el pelirrojo.

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