Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Chapter II.

Era viernes por fin, lo que significaba que podía estar tirada sin hacer nada-es decir, lo que hice el resto de la semana pero ahora, sin remordimientos-mientras veía alguna serie en Netflix.

Mi mamá se fue a casa de su "casi algo", suena raro que a esa edad aún los hombres jueguen a ser unos malditos indecisos, el punto es que yo estaba sola en casa terminando de recogerla y pensando en los grandes planes que podría hacer para la noche.

Agarré mi cel cuando vibró.

———

Fui a la aplicación para ver si lograba pillarlo en línea.

—Escuché la canción.

—¿Y ya me cree que soy yo?.—su voz ronca me indicaba que no hacía mucho que se había despertado.

—Todavía no.—mandé el voice.

—¿Qué más necesitas?.

Sonreí.—Te quiero ver.—lo mandé.—Mierda, mierda , coño , mierda.—dije lanzando el teléfono sobre la cama.—¿Por qué le dije eso?.—jugué con los anillos en mis manos.—Debí haberme callado.—el teléfono vibró.—Ay no.—me acerqué despacio, cualquiera que me viera pensaría que estaba tratando de llegar a una bomba pendiente de desactivar, lo cual no estaría tan alejado de la realidad.

—¿Dónde te veo?.—suspiré antes de reproducir el otro audio.—Envíame el pin, paso por ti.

Y lo envié.

Subí rápidamente las escaleras para cambiarme, inicié una llamada de FaceTime con mis amigas mientras me arreglaba.

—¿Para dónde vas sin mi?.—Quiso saber Dora.

—Miky viene por mi.

—¿Qué?.—gritó Gala.—Pensaba que no los fiábamos y ahora...¿vamos a chingar con él?

—Mmmm nadie dijo eso.—respondí riéndome.—Se me salió, me preguntó qué más necesitaba para saber que se trataba de él y le dije que verlo.

—¿Y ni se te antojaba mejor un viaje a Dubái todo pago?.—se quejó Rosabelle.—Más bien, absorbe hasta sus pecados cuando se lo mames pa que nos invite a todas.

—¡Rosabelle!

—¿Qué? Tengo razón.—dijo como si no fuera na.

—¿Voy bien? No quiero parecer urgida.—me miré en el espejo.

—Mami, da igual , hasta llevando un saco a los tipos se lo dejas parau'.—acotó la rubia.—¿Pero lo harás?

—¿Hacer qué?

—Meterte con él.

—Pues no.—todas se rieron.—¿Por qué se ríen?

—¿Nunca viste en persona a Miky Woodz? Si andas casada te dan ganas de divorciarte, ese tipo es...—no fue capaz de terminar la frase.—En fin, si yo fuera tu me lo comía.

—Solo lo dices para conseguir ese viaje.

—No me puedes culpar.

El celular vibró varias veces.—Ay mierda, es él.

—No me dió tiempo a maquillarme por andar atenta a ustedes.—me quejé.—Le di la dirección de la calle paralela que después me ven los vecinos y le van con el cuento a mi mamá.—agarré las llaves y cerré la puerta con la misma antes de comenzar a caminar hasta el punto de encuentro.

—Comparte ubi.—me recordó Dora.

Fui al grupo y compartí la ubicación , una vez hecho, colgué la llamada.

Frene en seco al darme cuenta que efectivamente estaba por encontrarme con Miky y adivinen.

Me arrepentí.

Cerré los ojos con fuerza antes de girar sobre mi eje dispuesta a irme pero sentí como me tomaban por la muñeca para impedirlo.

—¿Qué carajos?

—Hable bien.

—Mierda.—no quise girarme, cuando sentí que el agarre desapareció mi instinto fue salir corriendo, adivinen.

Como iba sin mirar el tipo de piso en el medio, choqué contra su pecho y caí de culo.

¡En un charco!

¡No había llovido!

Y yo iba de blanco.

—Ay no.—susurré mirándome en la ventanilla del carro.—Demonios, que mucho lujo manejan por acá.

—Gina.

Busqué a la nombrada.

—Gina.—a esa tipa más le valía responder.—¿Eso hiciste?.—fruncí el ceño.—Mentiste con el nombre.—por fin tuve el valor de mirar a la persona que me estaba hablando, fue inevitable que un suspiro soñador saliera de mi boca.

Que tipo más lindo, carajo.

Y alto.

Y grande.

—¿Pa dónde fuiste?.—chascó los dedos delante de mi cara.

—Perdón, este...—me puse aún más nerviosa cuando me escaneó en silencio.—No hagas eso.

—¿El qué?

—Mirarme así.

—¿Como?

—Como si quisieras devorarme.—sonrió de lado.

—Te estoy admirando.—caminó hasta el maletero, cuando lo abrió pude ver varias bolsas de ropa, lencería, maquillaje, todo lo que podrían imaginar.—Yo creo que si acerté con las tallas, agarra algo y cámbiate.

—¿Dónde?

—En el carro, no miraré.

—¿En el carro?

—Sí.

Un tipo que resolvía.

Agarré el primer vestido que vi y me subí en la parte de atrás del carro, me cambié lo más rápido que pude y salí para guardar el vestido manchado.

—¿Para qué?

—Solo se manchó, aún se puede us...—lo hizo trizas, literalmente, tiró con fuerza de las finas tiras y el vestido quedó insalvable.—O tal vez no.

—¿Vamos?

—S...sí...—me abrió la puerta para que entrase y después se subió él, tomé aire y recé para que el viaje fuera corto.

(...)

—¿Qué quieres tomar?

—Agua.

—¿Y me vas a decir cómo te llamas?

—Soy Chiara.

—Un gusto.—me extendió la mano y se la acepté.—Eres poco habladora, ¿verdad?

—Solo cuando estoy nerviosa.

—¿Y lo estás?.—asentí.—¿Por qué?

—Porque nunca había hecho esto antes.—se sentó junto a mi.

—¿Verte con un artista?.—asentí.—Somos igual que otros hombres, solo que con más fama.—de lo que decía, escuchaba la mitad porque andaba ensimismada con él.—¿Qué pasó?

—No es nada.

—¿Quieres comer algo?

—Tal vez más tarde.—vi como caminaba hacia el sofá, fui con él y suspiré cuando se sentó.

¿Debía escuchar a mis pensamientos intrusivos o comportarme?

Sus ojos oscuros me observaron con curiosidad cuando me trepé, una sonrisa pícara asomó en sus labios y terminó dejando el vaso de guaro sobre la mesa para poder tener sus manos libres.

—¿No que eras tímida?

—Solo si pienso antes de actuar.

—¿No estás pensando ahora?

—Está en piloto automático.—sonrió, jadeé cuando sentí su mano tomándome por el cuello, nuestras miradas conectaron ya que habíamos quedado muy cerca uno del otro y entonces me besó, enseguida correspondí al beso.

Se notaba que no besaba a un compañero de clase, el tipo sabía muy bien lo que hacía, tenía todo el control y yo me dejaba guiar, sentía su mano libre bajando hasta llegar a mis nalgas, sentí como subía un poco el vestido y no puse queja, al contrario , me moría de curiosidad por ver que tantas cosas nuevas me iba a enseñar.

—Chiara.—susurró separándose un poco.

—¿Mmmm?

—¿Estás bien?

—Sí.—me alejé un poco.—¿Podemos...—no me dejó terminar.

—Dale.—sentí como me cargaba, caminó hasta la habitación y me dejó sobre la cama con delicadeza.

—¿Qué, por qué prendes la TV?

—¿Cuántos años tienes, Chiara?

Tragué duro.

•••••
JAJAJAJAJAJAJAJ ay no :( ya nos cacharon.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro