十二. Capítulo Doce
La alfa cerró la puerta acercándose a subir a la omega que sólo se quedó quieta observándola.
Se acercó con cuidado de no ceder ante sus instintos que le gritaban e internamente le jalaban los pelos para que reaccionara.
- Quedate quieta en lo que te acomodo -dijo tomando a la omega por debajo de las axilas, Jennie no se movía, solo permanecía quieta-
Con algo de fuerza levantó a la omega subiendo su cuerpo a la cama y dándose la vuelta para tomar el té que le había hecho.
Si lograba que se relajara sería un gran avance, aunque se veía bastante tranquila.
Y eso fue el primer error de Lalisa.
Darse la vuelta y pensar que Jennie de verdad estaba tranquila.
Su cuerpo fue tecleado por la espalda tirando su cuerpo de bruces al piso antes de ser volteada y sentir el peso de la omega sobre su pelvis.
- Bajate -ordenó tratando de zafarse sin éxito cuando las manos de la omega la levantaron hasta sentarla aún con ella encima- ¿Qué? -
Sin emitir palabra la omega había comenzado un beso ante la sorpresa de la alfa que todavía trataba de resistirse.
Y ahí estaba el segundo error de Lisa.
Cerrar la puerta.
Gimió un poco cuando sintió la lengua algo inexperta de la omega acariciar sus labios tomando el control del beso mientras ella averiguaba donde poner sus manos.
Trató de buscar una solución rápida a su asunto cuando sintió a la omega presionarse un poco sobre ella en la posición donde estaban e inconscientemente llevó sus manos a la cintura ajena.
El tercer error de Lisa fue dejar el té lejos de Jennie.
El cuarto fue comenzar a ceder.
- ¡Espera! -dijo separándose para tobar aire, sentía los labios hinchados y la cabeza un poco perdida-
Tratando ahora de alejarse se encontró a Jennie gruñendole en advertencia y trago saliva.
- ¡No! -regaño en vano viendo a la omega fruncir el ceño- Estás en celo, no sabes lo que haces -
Relamiendose los labios Lisa observo a Jennie solo mirarla en silencio.
El quinto error fue tratar de alejarse de una omega en celo.
Cuando menos se dio cuenta los pantalones deportivos que se había puesto trataban de ser removidos y su camisa estaba totalmente abierta.
Su cuerpo cayo al piso con la omega sobre ella y sus boxers totalmente a la vista, la falda de la omega recorrida dejando a la vista un short de protección debajo de esta.
- O-oye -quiso decir cuando sintió la pequeña mano de Jennie entrar en su ropa interior-
Todos los colores subieron rápido pro su cara y un choque eléctrico placentero la invadió cuando la sintió apretar.
Reaccionando de nuevo quito a la omega de ella sin molestarse en arreglarse los pantalones, donde todavía mantenía resguardado a su amigo y lanzó a la omega a la cama.
Recordando el cinto que tenía en el armario se acercó con rapidez sacándolo.
Paso uno, envolver a la omega con una sabana.
Lanzó un sabana que tenía cerca y cubrió totalmente a Jennie antes de acercarse y enrollar su cuerpo gusano.
Paso dos, cerrar el cinturón alrededor para evitar que se moviera.
Paso rápidamente la punta del cinturón por un extremo hasta sacarla por el otro y lo aseguró.
Paso tres, alejarse.
Separándose con lentitud Lisa observó a Jennie retorcerse y terminó recargada en una pared.
Llevando sus rodillas al pecho se recargo en ellas justo al momento cuando abrían la puerta.
- No lo puedo creer -dijo la mamá de Jennie al ver a su hija amarrada entre sábanas y a una alfa hecha bolita en el rincón, su camisa semi arrancada y los pantalones movidos-
La alfa, la cual parecía ser dueña del territorio que invadía la miró sin interés, solo quedándose quieta con las rodillas en el pecho.
Primero la recibía un pareja de alfas y ahora resultaba que la tal Lisa de la cual su hija aveces le hablaba era una alfa pura que estaba arrinconada como un ratón.
- ¿Puedo pasar? -preguntó aún en la puerta sintiendo con fuerza todas la feromonas ahí-
Alfa puro, omega en celo y un ligero aroma a excitación, casi imperceptible.
- Adelante -dijo la alfa, su voz ronca provocándole escalofríos a pesar de ser una adolescente todavía- Puede llevársela amarrada, se pone salvaje -aviso volviendo a su posición después de levantar un poco la cabeza-
Pensando en lo cómica que le resultaba la pequeña alfa se acercó por su hija quien al verla gruñó.
- No me gruñas -regaño pasando ambos brazos por la espalda para cargarla como un costal- soy tu madre no vine a robarte a tu alfa -
Dejando de gruñir Jennie observó a su mamá y luego a la alfa que había vuelto a levantar la mirada dispuesta a pararse.
Tragando saliva, la mamá de Jennie miró a la alfa levantarse y acomodarse la ropa, bueno era más alta de lo que pensó.
Felicito mentalmente a su hija por su buenos gustos.
- Yo me voy -aviso llamando la atención de la alfa que ahora estaba tomando del té que anteriormente había llevado para Jennie-
Si no calmo los nervios de Jennie al menos calmaria los suyos.
Asintio en silencio cuando la madre de Jennie se marchó de su habitación y cerró la puerta para volver a llenar su entorno de su propio aroma.
Aunque no lo pareciera podía ser una alfa bastante territorial.
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