十七. Capítulo Diecisiete
Ese celo en particular Jennie no sentía calor por el cuerpo, ni ganas de mimos, ni ganas de que la alfa la tocará, la quería lejos.
La omega de Jennie se sentía rechazada, triste y herida, por que creía que la alfa no la deseaba, ahora en vez de las características ganas de reproducirse que comúnmente tenía, solo quería encerrarse en el armario y no salir nunca.
Llevaba dos años tratando dehacer ceder a la alfa y está nunca parecía responder a ella.
Claramente esa era la perspectiva de la omega, por que la alfa trataba de todo para hacerla feliz, mimos, comida, ropa cómoda, baños de espuma, incluso trato de besarla pero la omega había girado la cara con un puchero y aunque se veía adorable Lisa sabía que algo andaba mal.
- ¿Qué tienes Jennie? -preguntó la alfa nerviosa por el comportamiento de la otra, más le valia hablar o recurriria a métodos que no quería-
Las dulces fantasías de Lisa aveces intercedian en el juego, ella en realidad había pasado su primer celo a la edad en la que normalmente los demás se presentaban, claro que como alfa pura y una niña había sido tan difícil.
Normalmente, los niños se presentaban a los 8 o 10 años y tenían su celo de 12 a 14 años.
Ella no pensaba en lo que conllevaba en celo, solo quería estar sola y no ser molestada.
Pero cuando creció y conoció a la omega algo dentro de ella se activaba en señal de alerta cada que la tenia cerca, quería tocarla y tenerla sumisa, marcar su cuerpo ¿que cara pondría Jennie al saber la cantidad de fantasías que tenía desde que se había presentado? El aroma que ella tenía la volvía hormonal y se sentía mal por ello.
- ¿No me vas a responder? -preguntó de nuevo la alfa tratando de mirar a la omega a la cara- no quiero obligarte, por favor Jennie -
Lisa suspiro jalandose los cabellos debido a la frustración y decidió que sería la segunda ocasión en que usaría la voz, esa cosa que siempre evitaba.
- Omega -llamó la alfa observando como Jennie se ponía alerta enseguida - responde mis preguntas -
Al final de la frase la omega volteo a mirarla, tenía la mirada gacha y mordía sus labios, tenía una ligera capa de sudor cubriendo su piel, Lisa casi sentía como todo su cuerpo vibraba.
- E-es que, alfa no me quiere -dijo Jennie desviando la mirada, sus ojos se tornaron ámbar debido a la influencia del celo y se notaba muy nerviosa- ¿Por qué no me tocas? Me rechazaste, alfa mala, no me quieres -
- ¿Por qué eres tan tierna mientras dices algo como eso? -se quejo la alfa acercándose a Jennie, sus ojos se conectaron con rapidez y la omega se vio renuente a apartar sus ojos de los ajenos- Claro que te quiero -
La omega negó cruzandose de brazos.
- ¿Entonces que quieres que haga? -preguntó la alfa levantando a la omega del suelo, en medio de su berrinche se había bajado de la cama y de hecho se había encerrado en el armario hasta que la había sacado-
- Dame mimos -exigió la omega abrazando a la alfa, Lisa río internamente ante sus cambios de humor-
- Bueno señorita mimada, sus deseos son órdenes -dijo Lisa con la omega en brazos, se dirigió al baño de su habitación con Jennie refugiada en la unión de su cuello-
La sentó en la tapa del retrete mientras abría la llave para la bañera, había adquirido la manía de comprar sales para la piel de Jennie desde que esta le había dicho que le gustaba bañarse en la bañera.
Comenzó a mediar el agua con la omega a sus espaldas ladeando la cabeza, captó de inmediato lo que haría la alfa y se despojo de su falda, antes de comenzar a desabrochar los botones de su blusa.
La alfa estaba ajena a lo que pasaba tras ella, demasiado concentrada en conseguir la temperatura correcta y después agregar las sales de baño, cuando la espuma estaba lista giro encontrando a la omega, curiosamente todavía no se había quitado los calcetines pero sólo estaba en ropa interior, Lisa sintió como sus mejillas ardían y un calor se extendía hasta sus orejas.
Trago saliva antes de agacharse y quitarle los calcetines a la omega, quien la miraba atentamente, cuando eso estaba hecho hizo la ceña para que se parara y la giro para desabrochar sus sostén, sus manos estaban temblorosas en cada movimiento, retiro la prenda lentamente y se dio la vuelta dejándola junto a los calcetines.
- Tu quitate la parte de abajo y entra antes de que se enfríe -dijo Lisa lo suficientemente fuerte para tratar de ocultar su nerviosismo-
- ¿Puedes darme mimos? -preguntó la omega abrazándola por la espalda, Lisa casi sentía que su corazón saldría de su pecho maldijo mentalmente recordando que apenas sus padres olieron a Jennie salieron dejándola sola-
- Si... -susurro mordiendo su labio y controlandose para no voltear-
Lisa sintió a la omega despegarse de su espalda y luego de reojo observo como las bragas de esta eran dejadas a un lado, luego el sonido de algo entrando al agua le dio luz verde para voltear.
Se agachó a la altura de Jennie quien ya están totalmente sumergida en la bañera y comenzó a mojar su cabello con cuidado, derrepente toda su vergüenza estaba en otro lado, su cabeza sucia le había hecho pensar cosas obscenas, solo estaba pasando un lindo momento con la omega.
Tomo la botella de Shampoo y dejó caer un poco en sus manos antes de comenzar a sobar el cuello cabelludo de Jennie, quien se relajo automáticamente ante el tacto, siguió haciendo un suave masaje y luego paso sus manos por los hombros de la omega cubriendo su suave cuerpo con espuma.
Jennie se sentía lúcida en ese momento, su alfa la tocaba con tanto cuidado y protección, ¿como se le había ocurrido pensar que no la quería?
Rió un poco debido a su loca idea y su risa contagio a la alfa que la acompañó con las mejillas rosas.
Lisa dejó un suave beso en la nariz ajena y sonrió con sinceridad hacia la omega que era responsable de los momentos más felices de su vida.
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