八. Capítulo Ocho
— Esta muy rica —dijo Jennie después de tomar su segunda mordida de la hamburguesa, al principio estaba algo preocupada por que pensó que no se podía acabar toda la hamburguesa, ya que esta se veía enorme, pero observando el increíble apetito de Lisa, sus preocupaciones se desvanecieron un poco, si en algún momento ya no la quería podía dársela—
Observo como Lisa le daba una gran mordida a la hamburguesa y jalaba la porción que había mordido provocando que el queso que tenía dentro se estirarla, dejando una alfa sorprendida e incapaz de tragar todo.
Saco su teléfono buscando cobrar venganza por la foto de su caída así que ni lenta ni perezosa tomo una foto tomando por sorpresa a la alfa quien corto el queso y trago lo que tenia en la boca.
— ¿Me acabas de tomar un foto mientras casi me atraganto con el queso? —dijo la alfa sacando su teléfono a escondidas de la omega dispuesta a molestarla, una sonrisita juguetona haciéndose presente en su cara— ¡No es justo, me veo fea! —puchereo haciéndose la triste e indignada cando en realidad se estaba riendo en el fondo, aprovechando que la omega bajo la guardia le tono una foto cuando iba a morder la hamburguesa-
Le dio otra mordida a su comida observando la foto.
— Te ves adorable, ¿Cómo es eso posible? —pregunto poniendo la foto de fondo de pantalla— en fin, de verdad te vez genial, ¿usas alguna clase de magia? —dijo antes de tragar toda su comida, Jennie apenas llevaba unos mordiscos—
— Es la magia del amor —dijo la omega burlándose un poco de la situación, la alfa siempre le decía ese tipo de cosas y había comenzado a sentirse mejor consigo misma—
— Tienes razón —respondió la alfa mirándola fijamente poniendo nerviosa a Jennie— es el brillo de enamorada que tengo en los ojos —soltó sin tapujos provocando que la omega se sonrojara y comenzara a toser como loca, la alfa pasándole una servilleta con un gesto preocupado— ¿estás bien? —
— ¿Eso fue una confesión? —pregunto la omega aún con el rostro rojo debido a la tos y la vergüenza—
— Creí que ya te habías dado cuenta de que me gustas —dijo alfa mirándola con incredulidad— si incluso te bese y no te quejaste —
— Tienes razón, ya sabia pero que lo digas así me tomo por sorpresa —se quejo puchereando—
— ¿Por qué? —cuestionó la alfa torciendo un poco el gesto con inconformidad— me gustas —repitió con una sonrisa—
— No lo digas así, me pones nerviosa —
— Me gustas, me gustas, me gustas mucho nini —repitió como si fuera una niña pequeña tratando de molestarla, la mejillas de Jennie tomando color que se extendió hasta sus orejas—
— ¡Ya! —medio grito la omega avergonzada—
— Me gustas y se que yo también te gusto —dijo ahora la alfa alzando las cejas con sugestión—
Recibiendo un ligero golpe en el brazo debido al nerviosismo de la omega, río un poco antes de parar.
Disfrutaba casa segundo con ella así fuera solo viéndola.
— ¿Quieres ser mi omega Jennie? —pregunto la alfa tomándola desprevenida—
Sintiéndose algo nerviosa por la mirada que la alfa le dedico, trago saliva antes de responder.
— Si quiero —respondió, al instante recibiendo un pico bastante rápido y observando como la alfa se lamia los labios—
— Sabe a tomate —dijo antes de sonreírle, sus mejillas abultadas provocando estragos en el corazón de Jennie—
{...}
— No era necesario que me acompañes a casa —se quejo de nuevo la omega sintiendo la presencia de la alfa tras ella, normalmente los alfa y más los de la jerarquía de Lisa solían caminar al frente imponiendo y los omegas pareja de ellos detrás—
Pero la alfa parecía más su guardián cubriendo su espalda a cada paso que daban, lo atribuía a que ya era un poco tarde.
— No te iba a hacer caso de todas maneras —se alzó de hombros Lisa restándole importancia— ¿por qué dejaría a mi novia ir sola a casa? ¿Qué lógica tiene eso? —sonrió codeándola y recibiendo otro manotazo del que se rio, la omega tenía poca fuerza así no dolía—
Girando la cabeza con rapidez Lisa miró detrás de ellas a un hombre algo mayor que las miraba mucho, asustándolo un poco cuando sus ojos se tornaron azules presintiéndolo como una amenaza pero sin estar muy segura.
— Dame la mochila —ordenó la alfa manteniendo su mirada fija en el tipo que ahora miraba a otro lado— tu mano —pidió después de colgarse la mochila en el hombro apretando un poco su agarre sobre la mano ajena comenzó a caminar—
— ¿Qué pasa? —pregunto la omega algo confundida, los sentidos agudos de la alfa la habían asustado—
— No me genera confianza que nos vea tanto —respondió— pero creo que solo es mi paranoia, tengo celo próximo —dijo como si nada antes de darle la mochila de nuevo y caminar por donde la omega decía—
— ¿Y que harás? —pregunta Jennie al escuchar la palabra celo, ella todavía no tenía el suyo—
— ¿Con el celo? —pregunto Lisa sin ponerle mucha atención al tema, el celo siempre era una etapa molesta en su vida— Voy a dormir —dijo sin mas— solo es un día y siempre estoy de malas así que duermo después de tomar un baño —
— Ya llegamos —dijo la omega parando frente a la entrada de un edifico, recordó que hace no mucho había bajado desde el piso 7 hasta abajo porque el ascensor estaba lleno y le pareció mas rápido por ahí—
Su madre se había burlado mucho cuando se lo dijo.
— Tengo una duda —dijo Jennie antes de despedirse— ¿no pasas tu celo con nadie? —pregunto curiosa—
La alfa negó antes de responder.
— Soy igual de virgen que tu —dijo con una risita disfrutando los gestos de la omega— solo tengo 16 ¿Qué esperabas? —
- ¿Y tu como sabes eso? -pregunto la omega ante lo que dijo la alfa, su secreto confidencialmente guardado había sido descubierto-
— Te huelo —respondió con una sonrisita— no has tenido tu primer celo y ya tienes 16, por eso los demás no perciben bien tu aroma, eres un cachorro para la mayoría —comenzó a explicar— cuando tienes un olfato de esta clase —apunto a su nariz— puedes detectar muchas cosas, por ejemplo Rosé, tiene un aroma muy picante y atractivo para un alfa promedio, Jisoo también tiene un aroma atractivo pero no para machos alfas normales —dijo con una risilla traviesa, como si supiera un gran secreto y no quisiera decirlo, la mirada de Jennie demostrando impresión y curiosidad— pero no te voy a decir porque —rio ante lo último dejando un beso en a nariz de la omega— es secreto —
— ¡Oye! —renegó Jennie observando como la alfa se alejaba despidiéndose con una sonrisa mientras agitaba la mano— ¡me vas a explicar mañana! —
Claro que la alfa no le iba a explicar nada, quería ver su cara de sorpresa cuando se enterara ella sola, observando a la lejanía entrar al edificio a la omega siguió caminando a su casa, ya quería ver la cara de sus padres cuando les dijera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro