Tenía un puchero desde que habían salido a su cita, se sentía algo abochornada.

No había cambiado su cara y el olor amargo que soltaba por su ligero enojo espantaba a los transeúntes.

— Quita esa cara, ya te dije que iremos por un helado —Jennie se cruzó de brazos viendo a la alfa con un gesto expectante, en el fondo le parecía linda la manera en que abultaba los labios—

— ¿Segura? —pregunto Lisa, Jennie observo que la mirada que le dedicaba la alfa denotaba duda, parecía una niña pequeña de cierta forma, aunque su aroma dijera todo lo contrario—

— Si, y podemos ir a los trampolines —dijo Jennie mientras tomaba de la mano a la alfa y comenzaba a caminar sintiendo el aroma amargo esfumarse—

— Eso me gusta más —Lisa sonrió ampliamente hacia su linda novia que la acompañaba a todas partes—

Era una alfa dominante.

Pero parecía no importarle mucho su rango.