Jennie podía decirse como feliz, molesta y triste.

Estaba feliz de estar embarazada de su alfa, porque se sentía lista aunque la había tomado desprevenida.

Estaba molesta por que Lisa era una paranoica, ¡ya no la dejaba ni levantar una cuchara!

Y estaba triste porque sentía que sería tan gorda que su alfa no la querría.

Y de nuevo Lisa era una paranoica en su opinión.

— ¿Ya tomaste las vitaminas que te recetó el doctor? —preguntó la susodicha haciendo acto de presencia en la sala, tenía puesto un delantal que su madre le había dado—

Las palabras “Mandilona” se veían en grande por la parte de arriba del delantal.

— Están muy lejos y tengo pereza —dijo tirándose en el sofa—

Jennie tenía ya 3 meses, todavía no se notaba bien su estómago pero Lisa era una exagerada.

— No creo necesitarlas, apenas y se me nota el ingeniero en las tripas —dijo sobando su panza—

— ¿Por qué le dices ingeniero? —preguntó Lisa dándose la vuelta para ir por las vitaminas y un vaso de agua—

— Por qué es un ingeniero —dijo sintiendo su estómago revuelto, unas ligeras náuseas llegaron antes de que la omega se levantará y corriera al baño—

La alfa había aparecido en la puerta del baño mientras Jennie vaciaba su desayuno en la taza.

— Por cosas como estas no aprecio totalmente al ingeniero —se quejo la omega levantando la cara del retrete—

— Pero te vez muy bien —dijo la alfa acercándose para ayudarla a pararse aun con las cosas en las manos—

— Tu concepto de bien no encaja con el mío —

(...)
— ¡No seas paranoica! —grito Jennie tirándose a la cama boca abajo, antes de siquiera caer Lisa la había agarrado en el aire para dejarla caer suavemente—

— Te puedes lastimar —renego la alfa—

— Eres demasiado sobreprotectora —se quejo la omega mirando al techo después de voltearse— no soy de cristal —

— Pero eres el amor de mi vida, realmente no quiero que te pase nada —

— Y aparte me atacas con tus cosas cursis, déjame enojarme correctamente —

— ¡Ya llegamos familia! —la voz de una omega pelinegra retumbó en el silencio de la casa—

Los pasos apresurados se escucharon hasta dar en la habitación donde dormía la pareja, Jisoo asomo la cabeza y Rose tras ella también lo hizo.

— Por un momento creí que estarían haciendo otro feto —dijo Jisoo soltando el aire contenido—

— Te dije que era mala idea darle una llave —dijo Jennie en dirección a su alfa—

— Ya te dije que ella la consiguió sola —

— Yo también le dije que era malo invadir la privacidad —Dijo Rosé sonriendo, tenía una bolsa en manos— pero me ignoro totalmente —

— Trajimos regalos para nuestra omega favorita —Jisoo volvió a hablar mostrando dos bolsas— Rosé dijo que era muy pronto comprar cosas para bebé así que compramos cosas para omega embarazada —

— Y te traje tus pastelitos favoritos —canturreo Rosé sacando de la bolsa que cargaba el muffin con crema—

— Pensándolo bien si fue buena idea que invadieran el lugar —

(...)
— Me voy a poner gorda y ya no me vas a querer —dijo Jennie envolviendo su cuerpo en la sabana, ya era hora de dormir, ciertamente si se sentía cansada—

El ingeniero le daba cansancio en general.

— Estas embarazada, no gorda —dijo Lisa abrazándola por la espalda para acercarla a su cuerpo— y claro que te quiero —

— Pero no me amas —

— Obviamente te amo dulzura, eres mi omega —dijo Lisa con suavidad dejando un beso en su cabeza— eres lo mejor que me ha pasado —

— Estoy cansada —

— Lo sé cariño, ya es hora de dormir, mañana es día de trabajo otra vez —asintió Lisa girando el cuerpo de Jennie para tenerla cara a cara—

Observando los ojos brillantes de la omega sintió un revoltijo en su estómago y sin poder resistirse la beso con delicadeza.

— Ahora un abrazo y a dormir —

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