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Transformación

Espero que les guste~

Los días estuvieron tranquilos y sin mucho lio, hasta que el mapa se elevo repentinamente frente a ellos y se alejo. Se miraron entre ellos y se dispusieron a seguir a aquella cosa, deteniéndose en seco a los pocos segundos.

-Eso es...¿una flor gigante?- fue lo primero que dijo Cuphead. El mapa lo había guiado hasta una zona bastante despoblada, con lo que parecía ser un flor de gran tamaño echo de piedra, con las cuencas oscuras y una sonrisa llena de dientes afilado. Lo que era el tallo tenía picos a su alrededor, con extremidades en el mismo estado que parecían funcionar como manos. Aquella flor se mantenía tranquila, dibujando algo en el suelo con la punta de su dedo.

-Eso parece- asintió su hermano, igual de impresionado que todos en el grupo.

-¿Creen que tenga una pieza dentro? Ya saben, como la sirena- hablo Boris, llamando la atención.

-Puede haber una posibilidad- Félix asintió y miro a la flor, sin poder creer el tamaño de aquella cosas. -¿Alguna idea?- miro a los demás de reojo.

-¿Arrancarla de raíz?- miraron a Ink, quien estaba dejando su mochila en el suelo para luego sacar unos guantes grises sin dedos de uno de los bolsillos. -Es decir...sigue siendo una flor y creo que es nuestra mejor opción- miro el tallo de la flor, analizándolo con la mirada mientras se ponía los guantes y los acomodaba.

-¿Puedes hacer eso?- Bendy la miro con los ojos bien abiertos, luciendo emocionado.

-Estoy bastante segura que si...- asintió, sonriendo. -...pero necesitare una distracción- y su sonrisa solo creció.

-¡Te cubriré!- sonrío Mug con entusiasmo, la punta de su dedo brillando ligeramente.

-Yo también- asintió Cup, agarrando al pequeño felino en su hombro y metiéndolo con cuidado en el bolsillo de su saco.

-¡Y yo!- saltó el demonio con entusiasmo.

-Haremos lo posible- sonrío Boris, su cola moviéndose con nerviosismo pero sonriendo ligeramente.

-Ten cuidado- suspiro el felino, algo preocupado.

-Lo tendré- y así el poco preparado plan empezó. Los hermanos disparaban con toda la precisión posible; Félix junto a Boris y a Bendy lanzaban rocas al mismo tiempo que esquivaban lo mejor posible los manotazos que la gran flor les daba mientras les gruñía con enojo. La coneja corrió hacia al tallo sin perder tiempo e hizo una mueca ante las múltiples espinas pero no dudo en agarrarlo, empezando a hacer fuerza hacia arriba. Podía sentir que el tallo se movía y el suelo bajo sus pies se rompía un poco por las raíces que estaba intentando sacar. Estaba tan concentrada que no noto el tallo que se le estaba acercando hasta que fue demasiado tarde. Gruño cuando algo la rodeado con fuerza, chillando al ser alzada y agitada como si fuera un muñeca, la flor gruñendo con molestia.

-¡INK!- gritaron con pánico al verla atrapada. Nadie sabía que hacer además de correr a su alrededor para evitar ser atrapados también y repentinamente, Bendy tropezó, sintiendo un fuerte y muy familiar dolor en su pecho.

-No...No ahora- gimió entre dientes, sintiéndose algo mareados ante la dificultad para respirar. Jadeo con el ceño fruncido, luchando contra las ganas de toser y ya sintiendo la tinta escurrir por su cabeza hasta cubrir un poco su vista ¿Esa estúpida enfermedad no podía elegir otro momento en el que venir a torturarlo? Maldición, si se enfermaba ahora mismo solo seria una carga y distracción para su grupo. No, no podía enfermarse ahora. No cuando todos estaban en peligro, su hermano, sus amigos, sus ídolos. Él no podía permitir que eso sucediera. Gruño con enojo, sin notar que la tinta que escurría de su cabeza estaba formando un charco a su alrededor y empezaba a subir por sus brazos lentamente. Él no iba a permitirlo.

... ... ... ...

-¡Suéltame tonto!- gruño la coneja con molestia, apretando con sus manos el tallo enrollado a su alrededor. Estaba en problemas y lo sabía. La piedra se estaba rompiendo pero el agarre de la planta a su alrededor era lo suficientemente fuerte como empezar a dejarla sin aire, ya podía sentir que perdía algo de fuerza y amenazaba con quedar inconsciente en cualquier segundo pero antes de que eso pudiera suceder, algo sucedió porque de repente estaba libre...y en los brazos de un extraño ser. Jadeo, aspirando todo el aire que antes había perdido, suspirando de alivio. Su vista ya no estaba borrosa y se sentía mucho mejor, ignorando el dolor en su torso. Esperaba no haberse todo nada. -¿Pero que...?- miro a su salvador y parpadeo son sorpresa, sin saber que pensar. Se parecía mucho a Bendy pero mucho más alto, con los ojos completamente negros y una expresión en blanco en su rostro que le daba algo de escalofríos. Ella abrió la boca para decir lo primero que se le viniera a la mente pero fue dejada rápidamente en el suelo, aquella criatura moviendo su larga cola y gruñendo con enojo, dando un gran salto hacia la planta.

-¡Bendy!- chilló Boris al ver a su hermano en ese estado.

-Otra vez no- Cup hizo una mueca, mientras que su hermano miraba aquello con preocupación.

-¿Ese es Bendy?- Ink miro con gran sorpresa a Félix, quien se acerco corriendo para ayudarla a levantarse.

-Es...una larga historia- hizo una mueca, realmente había esperado que esa transformación no volviera a aparecer. Bendy, o lo que parecía ser Bendy, estaba aferrado a la cara de la gran plata, clavando sus garras para no caer ante las sacudidas continuas y gruñendo con enojo, su larga cola moviéndose tras él.

-Me debes una explicación- gruño, para después correr hacia el tallo de la planta y agarrarlo, usando toda su fuerza y logrando arrancarlo de una vez por todas. La planta chillo antes de caer al suelo, la piedra rompiéndose y dejando un montón de escombros, algo brillando entre ellos. De seguro era una de las piezas de la maquina. -Todo duele...- Ink respiro agitadamente y volvió a mirar a Bendy, quien cayo de rodillas y luego se derrumbó, empezando derretirse rápidamente. El lobo se acerco con pánico, sacando a su hermano del montón de tinta e intentando limpiar el rostro ajeno, llorando ligeramente. Ella hizo una mueca, dejándose caer de sentón, el torso le dolía por el apretón de aquella cosa pero no pudo evitar suspirar de alivio, al menos eso ya no seria un problema.

... ... ... ...

Ink estaba sentada de piernas cruzadas en el suelo, acariciando sus orejas caídas sobre sus hombros con aire ausente y mirando el fuego pero sin prestar atención realmente, pensando. Su torso estaba vendado con vendas blancas algo manchas de rojo por culpa de los cortes que le hizo las espinas del tallo de la planta. Bendy estaba durmiendo profundamente dentro de una de las tiendas armadas, Boris y Mug estaban preparando algo de comer, mientras que Cup estaba simplemente sentado y acariciando a Jackpot. Félix se acercó y se sentó a su lado, quedando en silencio por unos minutos para dejarla ordenar sus pensamientos.

-¿Qué tienes en mente?- preguntó, logrando llamar su atención.

-Una teoría...es tonta- hizo una mueca.

-Ink...- el felino agarro la mano ajena, ella volteando a mirarlo con curiosidad. -...no hay una teoría tonta- sonrió con cariño. -Además, me gusta escuchar tu teorías-

-Yo...- busco las palabras para expresarse. -...¿dijiste que eso ya había pasado?-

-Si- asintió. -Nos enfrentamos a la sirena de piedra y Bendy estaba teniendo un ataque pero...de repente se transformó y atacó- recuerda esa extraña apariencia. -No podía recordar nada cuando despertó y no quisimos forzarlo-

-Yo creo que...- pareció dudar. -...que el deseo de Bendy, en ambas situaciones, fue mucho más fuerte que su enfermedad- acaricio sus orejas nuevamente. -Es como si...hubiera modificado de alguna manera su enfermedad y...la transformará en una especie de defensa o algo así-

-Eso...sueña extraño- el felino quedo pensativo.

-Lo se pero es solo una teoría, podría ser cualquier otra cosa- ella se encogió de hombros.

-¿Algo más te preocupa?- preguntó, pudiendo ver que algo la estaba molestando.

-Su cuerpo- hizo una mueca. -Me preocupa lo débil que puede estar por enfermedad y que tipo de consecuencias pueda tener esa extraña forma- ambos se miraron con tristeza, desviando la vista al escuchar pasos y viendo como Bendy salía de la tienda con expresión adormilada, caminando hasta su hermano, quien sonrió enormemente y lo abrazo con entusiasmo. Félix e Ink suspiraron al mismo tiempo, esperaban poder salvar a Bendy.

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