Noche
Espero que les guste~
Habían perdido gran parte del día perdidos dentro de aquel lugar bajo tierra, así que decidieron alejarse un poco e instalar su campamento allí, demasiado cansados para caminar mucho más lejos. Instalaron las carpas y los sacos de dormir, prendieron una fogata y empezaron a preparar la cena. Ink y Félix estaban contando algunas historias de sus aventuras con alegría, Bendy y Boris escuchando con entusiasmo, este último vigilando de vez en cuando la comida. Mientras tanto, Cup y Mug se alagaron un poco del grupo para poder hablar entre ellos.
-¡¿Cómo que te congelaste?!- gruño el mayor, luciendo enojado y su esponjado cabello lleno de burbujas.
-¡E-Era un araña y sabes que le tengo miedo a las arañas!- tartamudeo el menor sin poder evitarlo, asustado y nervioso por el rostro ajeno, nunca le gustaba cuando su hermano se enojaba.
-¡Pudiste haberte lastimado!- bufo.
-¡Ella me salvo!- le recordó.
-¡Se supone que no debemos confiar en ellos!- señalo en dirección en donde estaba el grupo. -¡Y mucho menos encariñarse! ¡Debemos matar a uno de ellos, recuérdalo!- las burbujas de su cabello se multiplicaron, símbolo de que se estaba enojando cada vez más.
-¡No quiero!- Mug respiro con dificultad, luchando contra las ganas de llorar y diciendo lo que había cruzado por su cabeza por primera vez desde que toda la locura empezó. -¡No quiero matar a ninguno de ellos y mucho menos lastimarlos, son los primeros amigos que he tenido en mucho tiempo!- Cup hizo una mueca ante aquello.
-¡Moriremos!- entendía un poco a su hermano pero sus vidas estaban en juego, la vida de su hermano estaba por encima de todos en el mundo.
-¡No me importar!- sollozo y eso hizo que el mayor retrocediera un paso, sorprendido ante aquello. -¡Nunca quise nada de esto! ¡No podría vivir sabiendo que alguien más tuvo que morir y menos si es un amigo!- hizo una mueca. -¡No soy tan frio como tu!- sollozo nuevamente, limpiando las lagrimas que mojaban sus mejillas con sus guantes. Estaba tan cansado de esa tonta regla de "No encariñarse con nadie" de su hermano.
-Mugman...- hizo el amague de acercarse pero él retrocedió.
-...me voy- desvió la mirada y le dio la espalda a su hermano, alejándose rápidamente y yendo hacia el grupo, quienes simplemente lo miraron de reojo. Habían escuchado los gritos pero no habían entendido del todo que decían pero decidieron ignorarlo, la tristeza en el rostro ajeno era suficiente señal de que la discusión había terminado mal.
-¿Estás bien?- pregunto Ink con preocupación, haciendo una mueca al verlo negar lentamente. -Ho...- se lo pensó un poco y luego sonrío ligeramente, palmeando el lugar vacío a su lado. Mug pareció dudar por unos segundos pero muy pronto se sentó allí, prestando atención a las historias de los aventureros, le vendría bien algo de distracción. Cup se acerco no mucho después, luciendo cansado y deprimido. Los hermano se miraron solo por unos segundos, el menor desviando la vista primero y haciendo que el mayor suspire con tristeza, acercándose para sentarse también pero algo alejado de su hermano, le daría algo de espacio por el momento. Esa noche, por primera vez en años, Mug decidió no compartir la carpa con su hermano. Bendy y Boris, a pesar de las ligeras quejas del primero, lo recibieron en su carpa. Era pequeña y quedaron algo apretados los tres adentro pero estaban cómodos, así que no se quejarían. El felino y la coneja decidieron quedarse despiertos un poco más, sentados uno al lado del otro, el brillo de la fogata iluminando sus rostros.
-¿Crees que esos dos estarán bien?- pregunto Ink con preocupación.
-Eso espero- suspiro Félix con cansancio y preocupación, en serio esperaba que las cosas entre esos dos se arreglaran pronto. Se quedaron en silencio por unos minutos, hasta que algo se le vino a la mente a la coneja.
-Creo que ese lugar era una casa de algún tipo- murmuro, para que la conversación quedara entre ellos.
-Me lo imagine, creo que vi un cuarto mientras corría- asintió ante aquello, había sido un vistazo rápido mientras huía pero estaba seguro que era una habitación. -Bendy se comunico con una de esas arañas-
-¿Se comunico?- ladeo la cabeza, confundida. -¿Se comunico como...hablar con ella o como?-
-No, simplemente se miraron entre ellos y algo sucedió, algo que no pude notar- hizo una mueca ante el recuerdo. -En un momento estaba intentando hacernos daño, en otro ambos se están mirando en silencio y de repente, esa cosa nos estaba guiando a una salida...fue muy extraño-
-Una de esas arañas era diferente, tenía los ojos rojos en vez de verdes y no me ataco, me dio...un cuaderno de dibujos- contó ella, sacando dicho objeto, lo había mantenido tras ella en todo momento.
-¿Un cuaderno?- enarco una ceja, curioso ante eso.
-Si, muchos son bocetos sin terminar y otros están muy borrosos para saber que son pero mira- abrió el cuaderno y se lo mostro al felino, quien abrió los ojos con gran sorpresa. Ocupando ambas paginas, dibujado en blanco y negro había lo que parecía ser una gran maquina de algún tipo, de aspecto viejo y extraño. A su alrededor, habían un engranaje, una nota con algo escrito pero que no se podía leer, una palanca, interruptores y el último objeto estaba borroso, como si se hubieran arrepentido y lo hubieran borrado.
-La maquina...y sus componentes- estaba realmente sorprendido.
-Si...pero no es todo- eso llamo su atención e Ink dio vuelta la pagina para mostrar el siguiente dibujo. Se podía ver un silueta alta, con cuernos y una larga cola, sus manos terminado con garras. En donde debía estar su rostro había una gran sonrisa con dientes afilados, sus ojos rojo sobresaliendo en todo el dibujo echo en negro. El felino hizo una ligera mueca, eso le parecía muy familiar y por la forma en la que la coneja también reacciono, ella pensaba lo mismo.
-Se parece un poco a...- ambos sacudieron la cabeza, sin querer continuar con ese pensamiento. Decidieron dejar el tema por el momento y simplemente charlar. Las horas pasaron pero ninguno de los dos hizo el amague de irse a dormir, demasiado entretenidos.
-¡Cuéntame de tu crush!- ordenó Ink con una gran sonrisa.
-¡No!- se negó rápidamente, con las orejas en alto y el pelaje erizado, intentando ignorar como le ardían más mejillas. La coneja abrió la boca para reclamar pero al ver que Bendy salía de repente de su tienda, ambos se callaron. Podían ver que respiraba profundamente y tenía los ojos cerrados.
-Es sonámbulo...- murmuró, viendo como el demonio se acercaba un poco a la luz de la fogata, arrodillados allí. Su mano se movía, como si estuviera escribiendo en el aire. Ambos se miraron de reojo, Ink sacó el cuaderno y Félix un lápiz, la coneja acercándose para dejar el cuaderno abierto en una página en blanco frente al sonámbulo y el lápiz en su mano, alejándose para volver al lado del felino. Vieron con curiosidad como Bendy se inclinaba sobre el cuaderno, el lápiz en su mano moviéndose constantemente mientras escribía algo con apuro. Estuvo así un hora o quizás más cuando se detuvo y se levantó, el lápiz cayendo de su mano, dándose media vuelta y caminando hacia su tienda, metiéndose adentro. El par se acercó al cuaderno, lo levantaron y abrieron grande los ojos con asombro. Parecía ser unos planos, con dibujos rápidos de partes de una máquina y algunas palabras flotando por ahí. Todo estaba en un idioma extranjero, uno que ninguno de los dos conocía. -¿Tu crees que él...?- miro a Félix, bajando las orejas.
-Me temo que si...- asintió con una mueca.
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