La Cueva
Espero que les guste~
Félix volvió lentamente a la conciencia, gimiendo con molestia, sintiéndose adolorido y pesado. Se removió, apenas notando que estaba recostado sobre el duro suelo pero con algo suave y blando bajo la cabeza. Abrió lentamente los ojos, su vista estaba algo borrosa, así parpadeo con cansancio unas veces.
-¡Félix!- su vista se enfoco, encontrándose con el rostro familiar de la coneja flotando sobre el suyo.
-¿Ink?- se quejo un poco.
-¡Me alegra mucho que estés despierto!- ella lo ayudo a sentarse lentamente, mirándolo con preocupación pero con una ligera sonrisa en su rostro.
-¿Donde estamos?- pregunto, sintiéndose más despierto, mirando a su alrededor.
-Una...especie de cueva subterráneo o algo así, creo que el mapa nos estaba guiando hacia aquí- contesto, sacando una botella con agua del familiar bolso amarillo con lunares. -Lo siento, use tu bolso- sonrío con nerviosismo.
-Esta bien-sonrío, aceptando la botella y tomando un trago, suspirando de alivio. -¿Y esas cosas?- recordó de repente, mirándola con preocupación.
-Cuando...rompí el suelo...- se removió con nerviosismo en su lugar. -...y caímos...esas cosas empezaron a crecer y taparon el agujero, dejando esas cosas afuera- señalo hacia arriba y entonces, el felino levanto la vista, notando el gran agujero cubierto por una piedra azulada, que parecía ser más un cristal ahora que lo piensa mejor. -Creo que es algo mágico, ilumino todo apenas caímos- señalo hacia el camino que iba más allá de sus vistas, los cristales azulados pero brillando ligeramente, iluminando todo a su alrededor.
-Ya veo...- asintió y miro a los demás, quienes estaban aun inconscientes, cada uno acostado con sus cosas bien colocadas a un lado y una almohada bajo sus cabezas. Miro a la coneja, sintiéndose mucho más despierto que antes y notando lo cansada que ella se veía. -¿Estás bien?- pregunto con preocupación.
-Un martillo de ese tamaño me quita mucha energía...- bostezo, parpadeando con cansancio. -...pero no confiaba en que esas cosas no encontraran otra forma de entrar, así que me quede a vigilar-
-Descansa, yo vigilare- sonrío, guiándola para que se acostara y apoyara su cabeza en la almohada. Ella no se quejo, simplemente se acomodo lo mejor posible y cerro los ojos para descansar. El felino simplemente se sentó y se permitió suspirar, relajándose un poco en su lugar, estaban en un lugar desconocido pero al menos, parecían estar relativamente a salvo. Saco su cuaderno de su bolso, abriéndolo y continuando con su escritura desde lo dejo, no había tenido mucho tiempo en los últimos días. Esta con la mente concentrada, así que no sintió el tiempo pasar, levantando la vista al escuchar como se quejaban.
-Que fea caída- suspiro Boris, sentándose y sacudiéndose un poco, sacando algo de polvo de su pelaje.
-Todo me duele...- murmuro Mug, sentándose con una mueca.
-Vaya fuerza- suspiro Cup, sentándose y cruzándose de piernas.
-Y eso que no viste lo que puede hacer con sus puños- rio el gato sin poder evitarlo, extendiendo su mano para sacudir suavemente a la coneja.
-Ya me lo imagino, no necesito verlo- negó rápidamente, arreglándose un poco la ropa que tenía puesta.
-¡Ya desperté!- Ink se sentó de golpe, luchando para abrir los ojos y con el pelaje algo despeinado. -...ya desperté...- bostezo ampliamente, rascándose ligeramente los ojos.
-¿Donde estamos?- pregunto Mug con curiosidad, mirando a su alrededor.
-Una cueva subterránea de algún tipo- respondió ella, pasando las manos por sus orejas para alizar un poco su pelaje.
-¿Bendy?- prestaron atención ante la la voz preocupada del lobo, notando en ese momento que el demonio estaba parado y dándoles la espalda, luciendo tieso y con la cola baja. Bendy no los miro ni dijo o hizo algún tipo de ruido, simplemente empezó a caminar por el pasillo de la cueva iluminado por los cristales azulados.
-¡Bendy!- llamaron pero no obtuvieron ninguna respuesta o señal, así que no les quedo más opción que juntar sus cosas rápidamente y seguirlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro