doce.
Hyunjin se encontraba sentado en su habitación, con la mirada perdida en el infinito y una expresión de culpa en su rostro. No había podido quitarse de la cabeza la imagen de Jeongin, el Omega que poco a poco lo estaba llevando a la locura.
Recordaba claramente cómo lo vio. Se sentía inútil y arrepentido.
Cada vez que intentaba concentrarse en otra cosa, la imagen de jeongin enojado volvía a su mente, atormentándolo. Sentía un nudo en el estómago y una sensación de malestar que no lograba sacudirse. Sin pensarlo un poco más se levantó y se encamino al edificio donde trabaja el Omega.
Al llegar ni siquiera preguntó si podía pasar, solo se adentro escuchando los gritos de kyujin y Yuna rogando para que no entrara, sin embargo no las escucho.
El alfa entró en la oficina del Omega con determinación en sus ojos y un semblante de cansancio evidente en su rostro. Había pasado todo el fin de semana sin dormir, preocupado por un artículo que se había publicado. Sin embargo lo único que encontró en aquella oficina fue a jeongin acostado en el sofá dormido.
¿Cómo podía verse tan tierno?, se acercó lentamente arrodillándose mientras lo observaba dormir, solo Jeongin podía hacer que su corazón latiera con fuerza, sin embargo aquellos murmullos somnolientos del mayor lo dejaron completamente sorprendido.
—Hyunjin —Murmuró —Quiero verte —Susurro mientras Hyunjin posaba su mano en la mejilla del Omega haciendo que este sonría. Era un orgulloso y el lo sabía. Sin embargo no podía dejar de gustarle.
—Estoy aquí, solo abre los ojos —Habló. El Omega hizo caso y observó al alfa con una sonrisa boba en sus labios. Sin embargo al despertar por completo su expresión cambio. Carraspeo su garganta y habló
—¿Qué carajos crees que haces? N-no tienes derecho de venir aquí así y creo que deje bien claro que no quiero verte, ni hablarte, ¿O acaso no se entendió?
—Pues lo que decías hace unos minutos era lo opuesto...
—Eso es parte de tu imaginación —exclamó mientras se levantaba del sofá —¿Que carajos quieres?
—Hablar, yo no publiqué el artículo... ¿Enserio crees que yo haría algo así?
—Siempre espera lo peor de las personas así no te decepcionan, es simple.
—¡Dios! Enserio lo crees, pues adivina. No escribí nada, eso no lo hice yo y...
—Y no me importa, ya está hecho, más tarde hablaré sobre eso, no me importa si fuiste tú o no, me da ig-
—Mentiroso —Interrumpe —¿Por qué mientes tanto?¿Qué es lo que quieres proteger?
—No se de qué hablas, yo no estoy mintiendo, creeme que la única razón por la que volví fue para aclarar está estupidez en la que nos metiste...
—Y sigues mintiendo, ¿Por qué simplemente no lo puedes admitir? —Se quejó. Estaba cansado de sentirse tan imbécil consigo mismo, cualquier otro alfa al ver ese comportamiento quizás simplemente se hubiera alejado, pero- el seguía allí como si supiera que detrás de ese Jeongin hay un Omega con sentimientos.
—¿Admitir qué?
—Que sientes lo mismo que yo...
—Estas loco —Reprimió —Ja ahora entiendo, te enamoraste de mi y como no te corresponde simplemente... —las palabras de Jeongin fueron interrumpidas por los bruscos movimientos del alfa para tomarlo dela cintura y acercar sus labios, Jeongin abrió sus labios a la espera de los del menor sin embargo jamás llegaron —¿Qué crees que haces?
—¿Vas a decir que no sientes lo mismo que yo? Ya deja de mentir, deja de apartarme como si fuera una maldita bacteria... Deja de ser un cobarde...
—Y tu eres un masoquista que le gusta que lo rechacen, ¿Cuántas veces más debo decirte que no siento nada por ti? —Exclamó.
—Las veces que hagan falta hasta que lo admitas —Habló y Jeongin simplemente observó la expresión del alfa.
—Ya detente entonces, no soy tan idiota, no quiero casarme, ni tener un noviecito ni decirte mi alfa ni ninguna de esas porquerías, ¿Que no entiendes que eres inferior a-
—¡Ya cállate! —Demandó haciendo que el Omega quedé en completo silencio y con algo de miedo —Solo deja de decir estupideces.
Aquella frases había despertado varios recuerdos en el mayor. Sin embargo solo dejo caer su cabeza en el pecho de Hyunjin, soltando un suspiro intentando contener aquello que estaba a punto de decir.
Desde muy pequeño se había criado entre alfas y la palabra «llorar» no estaba en su vocabulario, decir lo que sentían mucho menos. Reprimir sus emociones era la mejor solución para no mostrar debilidad, pero aunque por más que lo intentara jeongin jamás sería un alfa y lo que sentía en ese momento debía soltarlo.
El alfa sujetaba con fuerza al omega, manteniéndolo cerca de su cuerpo mientras este intentaba reprimir las lágrimas que amenazaban con desbordarse de sus ojos.
—Por favor, déjame ir —suplicó el omega, su voz temblorosa y llena de angustia. No quería estar así.
El alfa apretó con más fuerza, negando con la cabeza. —No puedo hacerlo, no mientras estés así. Deja de reprimirte —Pidió
El cobrizo tragó saliva, sintiendo como su pecho se apretaba con una mezcla de emociones incontrolables. —Lo siento, lo siento mucho, a pesar de todo. Sé que no soy el omega perfecto, que cometo errores y que a veces te hago daño. Pero... pero no puedo evitarlo, no puedo dejar de quererte a pesar de todo lo que ha sucedido... Quiero decir que tu olor me repugna y que te odio con cada centímetro de mi ser, pero no puedo, quiero alejarme y dejarte en paz pero aún así sigo llegando a ti... No sé que significa y eso me molesta.
El alfa lo miró con tristeza en sus ojos, sintiendo un nudo en la garganta al escuchar las palabras del omega. Sabía que sus sentimientos eran genuinos, que no podía cambiar lo que sentía por más que lo intentara.
—¿Quieres mirarme?
—No, imbécil. No dejaré que me veas así.
Con un suspiro resignado, el alfa dejó de sujetar al omega, permitiéndole alejarse si así lo deseaba. Pero el omega no se movió, permaneció allí, mirando el suelo.
—Yang Jeongin, no te reprimas... No pienso juzgarte, no lo he-
—¿Crees que es fácil para mí? —Indagó entre sollozos y fue entonces cuando alzo la mirada, dejando ver aquellos ojos llenos de lágrimas, lágrimas que quizás llevaba toda su vida reprimiendo.—Lo siento, lo siento mucho — repitió el omega, sus palabras cargadas de emoción y arrepentimiento. —Pero no puedo alejarme de ti, no puedo dejar de quererte a pesar de todo.
El alfa se acercó lentamente al omega, envolvía al omega en sus brazos con ternura y amor, acariciando su mejilla con suavidad antes de inclinarse lentamente para cerrar la distancia entre sus labios. El beso era dulce y tierno al principio, pero pronto se volvió apasionado y lleno de deseo.
Jeongin se aferraba a la camisa del alfa, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza y su piel se erizaba de placer. Sus labios se movían en perfecta armonía, entregándose el uno al otro con una intensidad abrumadora.
Las emociones fluían entre ellos, la conexión entre sus almas se hacía cada vez más profunda con cada suspiro y cada caricia. El beso era una expresión de amor, de deseo, de confianza.
Finalmente, se separaron, con la respiración agitada y los ojos brillantes de emoción. Se miraron a los ojos.
—Jeongin, las cosas para la conferencia están list-
Rápidamente jeongin empujó al alfa limpiando sus lágrimas para observar a chan y asentir.
—D-dame un momento, en un minuto —Chris asintio y le dió una mirada cómplice a Jeongin para luego retirarse dejando solos aquellos dos nuevamente —Yo ya... Debo irme —Hablo y Hyunjin asintió, el Omega suspiró y se encaminó a la puerta sin embargo se dió la vuelta corriendo hacía Hyunjin y plantar un corto beso en los labios del alfa —No te vayas.
—No planeaba hacerlo...
El Omega salió de la oficina dejando al alfa con una sonrisa boba, sin embargo luego de unos minutos aquella felicidad se había esfumado al ver cómo el castaño llamado heeseung se adentraba en el salón.
—¿Qué haces aquí? —Indagó el castaño y Hyunjin se limitó a observar su teléfono —Te estoy hablando.
—No te debo respuestas...
—Veo que ser la mascota de Jeongin te dió algo de hombría, lastima que en unos días te vaya a botar... Pobre alfa —Carcajeo.
—Bien, lo que tú digas, puedes esperar en silencio hasta que el llegue, yo haré lo mismo —Respondió.
—Oye, no te lo digo como mala persona, lo digo de alfa a otro alfa, Yang Jeongin no es alguien con quién quieras estar, ¿Sabes cómo llego a dónde está? ¿Sabes cuántas personas pisoteo para llegar allí? ¿Le has preguntado por qué no tiene pareja? Ya se, pregúntale sobre Changbin... Estoy seguro que estará encantado de contarte.
Un extraño escalofrío recorrió el cuerpo de Hyunjin, sin embargo aquellas cosas que le había dicho heeseung no saldrían de su cabeza tan fácil.
Por qué aunque se sintiera fuertemente atraído por Jeongin, casi no le conocía.
—Ya me voy, le dices que vine... Ah y, no olvides preguntarle, también dile que está en la ciudad, le encantará la noticia —Sonrió para luego salir del lugar.
Hyunjin se dejó caer en el sofá, mordió su labio y cerró los ojos. No debía caer en provocaciones, lo sabía sin embargo la curiosidad por saber quién era esa persona para Jeongin. Mientras se dejaba caer en pensamiento, profundamente dormido quedó.
Al terminar la conferencia jeongin se adentro nuevamente en su oficina observando como el alfa yacía dormido, sabía que Hyunjin no había dormido, se le notaba. Sin embargo pateó el sillón haciendo que este se despertara.
—Te dije «no te vayas», no «quedate a dormir »
—Perdon, no he dormido —Explicó sentándose. Jeongin no tardó ni unos segundos para subirse al regazo del alfa —jeongin... Puedo decirte algo...
—¿Qué cosa?
—¿Quien es Changbin? —indagó. La expresión del Omega había cambiado por completo, estaba pálido y su respiración se había acelerado sin embargo respondió.
—¿Quien te dijo ese nombre? —investigó.
—Heeseung, me dijo que te dijera que estaba en la ciudad... ¿Quien es -
—Eso es imposible, Changbin no puede estar en la ciudad —Carcajeo algo nervioso.
—¿Por qué no?
—Porque Changbin está muerto.
🥟.
Continuara turururururuurur...
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