RL | you might have him but
REAL LIFE !!
❝ i'm just another thing for you to roll your eyes at honey, you might have him, but i'll always get the last word ❞
CHAPTER TWELVE
❝ REAL OR NOT ❞
LA COMIDA DE HACE TRES DIAS HABIA, SORPRESIVAMENTE, cambiado el estado de ánimo de Eliza Hiddleston para bien. El conocer de manera oficial a Chris como el novio de su hija le había quedado gustando, tanto así que constantemente le mandaba mensajes a Aspen preguntando por el bostoniano para saber cómo estaba, si quería volver a ir a su casa, si estaba preparado para el viaje a Londres, entre otros.
Quién lo diría, se preocupaba por él más que por su propia hija.
No obstante, la pelinaranja no se quejaba; estaba casi acostumbrada al comportamiento con favoritismo que su progenitora siempre tenía así que no estaba sorprendida...Pero obviamente sí un poco decepcionada. Además, su relación con Evans la había vuelto más amable y eso era un punto a su favor que valoraba.
Sobre el viaje a Londres para conocer a los Hiddleston...El plan no había cambiado en lo absoluto; todo seguía en pie. Aspen ya se había mantenido enseñándole al actor sobre cómo era su familia y que sí habían motivos de preocuparse por ella. Todos eran tan...Excéntricos, pero el mayor problema era que eran muchos. Habían algunos que tenían un carácter apacible similar al de su padre, pero habían otros que era mejor saltárselos y seguir caminando en otra dirección.
Lo que más le aterraba a la actriz era que entre todas las preguntas que estaba segura que iban a hacerle sobre su novio, la verdad saliera a la luz y alguno terminara descubriendo que su relación era una farsa.
Si eso sucedía dentro del ambiente Hiddleston sería mucho peor que si la prensa se hubiera enterado.
Pero bueno, había que evitar eso a toda costa ¿No?
—Entonces...De casi las 90 personas...¿Tu abuela es la más buena?
La mujer asintió ante las palabras del hombre mientras caminaba de lado a lado—Sí. Es un poco...Extrovertida y entrometida a veces pero...En el buen sentido.
—Ya veo —asintió entregándole su teléfono de vuelta en donde había estado viendo una foto de la mujer mencionada—. No parece ser tan difícil.
Ellos se habían reunido otra vez en el departamento de Chris para seguir hablando sobre el viaje a Londres y preparar sus maletas; ya no les quedaba nada para irse.
—Por favor deja de decir que esto puede no ser difícil ya que siento que estamos manifestando lo contrario —suspiró estresada y se sentó a su lado en el sofá—. Como detesto todo esto.
—Oye tranquila, saldrá bien, todo saldrá bien —acarició su espalda suavemente mientras ella se tomaba el rostro entre las manos—. Serán un par de días en donde tendremos que reforzar nuestra actuación. Por favor, somos actores, literalmente vivimos de esto.
—Lo sé —se reincorporó—. Pero cuando se trata de hacerlo frente a personas reales...Es un asco.
—Tienes razón, te entiendo. Soy un asco para mentir. Me pongo rojo, sudo... —ella rió—. No puedo jugar a las cartas, pierdo al instante. Es un milagro que todo nos haya estado resultando bien hasta ahora.
—Sí —sonrió de lado—, un milagro, y los meses están pasando para el término del contrato.
—Sí —asintió y divagó un segundo en sus pensamientos internos hasta que soltó de la nada—: Oye, ¿Te importa que te haga una pregunta?
—Dispara.
—¿Qué ha pasado con Dorian? —ella se tensó—. Digo, no he querido hablarte de eso desde el día que te fui a buscar al restaurante pero...Me quedé preocupado, se notaba a leguas que no había sido un momento muy cómodo.
—No, no lo fue para nada —se masajeó la frente—. La verdad es que dejó de enviarme mensajes, o bueno, al menos dejó de ser tan insistente y molesto. Pero por lo que me ha dijo Imogen se le ve más calmado con respecto a mí. Creo que entender que "tú eres mi novio" —hizo comillas al aire— le está ayudando a tomar la distancia que le corresponde.
—Eso es bueno. Él tiene que entender que no tenía ningún derecho de tratarte así...En la circunstancia que fuera.
—Sí, la verdad fue bueno salir de ahí; realmente no me estaba sintiendo bien —hizo una pausa—. No es que sea egoísta, narcisista o que tenga complejo de superioridad ¿Sabes? Pero creo que merezco que me traten bien...No así.
—Por supuesto que sí —se acomodó para verla mejor—, eso es totalmente cierto. Te mereces eso y más, por eso fue bueno que te alejaras de Dorian.
—Gracias, por cierto —le sonrió—, por tu ayuda, ya que al parecer sí funcionó. Y...Gracias también por aceptar ir con mi familia a Londres, perfectamente pudiste haber dicho que no.
—¿Y dejar que te enfrentes sola a tu madre? No soy tan malvado —ella lo miró con gracia—. Ya sé de mejor manera como ella es y puedo imaginarme como hubiera reaccionado si me negaba. Además...Te lo debo, te debo mucho.
—Así es muchacho, así es —palmeó su hombro para que luego ambos rieran.
Posteriormente escucharon un sonido ya bastante familiar que llegó a sus oídos y los hizo levantar sus miradas.
—Y hablando de muchacho... —dijo Aspen—. Miren quién ya despertó de su siesta.
Cuando vieron entrar a Dodger a la sala de estar sonrieron y a la actriz se le agudizó la voz de inmediato al hablarle a él. El canino llegó hasta donde su dueño estaba para entregarle su cariño luego de despertar y posteriormente se acercó a Hiddleston para hacer lo mismo.
Cuando el perro llegó hacia ella esperó que la actriz le entregara algo de cariño. Con cuidado y cada vez perdiendo más el miedo a aquellos animales, le acarició la cabeza, luego la mandíbula y en cuestión de segundos Dodger ya estaba rendido ante ella.
Evans observó la escena en silencio y con una sonrisa. Le enternecía ver como Aspen empezaba a superar uno de los temores de su infancia con la ayuda de su mascota. Era una escena que le derretía el corazón.
—¿Tienes hambre? ¿Tienes hambre? —le hablaba ella a lo que recibió un ladrido en respuesta—. Pues yo te alimentaré. Ven aquí.
La ganadora del Óscar se puso de pie siendo seguida de cerca por el animal. En ciertas ocaciones aumentaba la distancia entre ellos por el inconsiente temor de su trauma pero luego volvía a acercarse para combatir eso de una vez.
Estaba funcionando, ella lo veía, hasta Chris lo veía...Y a él verla lo ponía feliz.
Mientras la mujer se mantenía en la cocina alimentando a Dodger el timbre sonó. Un tanto confundido el actor se puso de pie para caminar hacia la puerta y abrirla para averiguar quién estaba detrás.
Y cuando lo hizo se llevó una sorpresa, y no...No una muy buena.
—¿Amelie?
Al oír la pronunciación de aquel detestado nombre por ellos, Aspen soltó accidentalmente la bolsa de comida de Dodger mientras la devolvía a la alacena, haciendo que esto llamara la atención y que alertara a la mascota para ir hacia la puerta.
Efectivamente así era, Amelie Lancaster estaba en su casa.
—Sí, sí, soy yo. Qué bueno que no te hayas olvidado de mi cara —emitió ella en tono de disgusto.
—Maldita sea, no puede ser ella —susurró Hiddleston para sí misma mientras con cuidado se acercaba a la puerta en busca de Dodger.
No obstante había llegado tarde, el canino ya había llegado al lado de su dueño para ladrarle a la recién llegada. Ella dio un pequeño salto del susto y trató de esconderse en una esquina.
—Nunca le caí bien a esa cosa —murmuró la rubia.
En ese instante, Aspen consideró buena idea que era hora de hacer acto de presencia.
—Buen chico —le dijo a Dodger para que luego él, al oír su voz, volviera a su lado y luego a su plato de comida; su misión ya había quedado hecha.
—Ah —se reincorporó Lancaster mirando a la mujer de pies a cabeza—, tú.
—También me alegra que no te hayas olvidado de mi cara —contestó Hiddleston con una sonrisa fingida repitiendo sus palabras.
—Muy graciosa —puso los ojos en blanco—. ¿Puedo pasar?
—No tendrías porqué aparecer por aquí —escupió Evans con seriedad.
—Conozco bien esta casa, puedo venir cuando quiera, no estoy aquí para matar a alguien —enseñó las palmas de sus manos e hizo ingreso a pesar de que no era bien recibida.
Chris apretó sus puños a los costados de su cuerpo y al ver su tensión Hiddleston comenzó a acercarse a él despacio.
—No eres bienvenida, deberías saberlo.
—Espero no haber interrumpido nada —interrumpió ella señalando a la pareja con sarcasmo y omitiendo el comentario anterior de su ex.
—¿Tú no deberías estar en Grecia? ¿Disfrutando de la luna de miel que supuestamente era la nuestra?
—Oh sí, lo estaba. Todo fue maravilloso, por cierto —el bostoniano puso los ojos en blanco—. Pero ya había pasado bastante tiempo, era hora de volver y seguir con mi vida normalmente...Tal y como ustedes lo hacen.
La pareja se echó una rápida mirada dejando notar el disgusto que en ese momento tenían.
—¿Dónde está Sebastian? ¿Eh? ¿Lo dejaste en Grecia? ¿Plantado también? —agregó el hombre.
—No, él está en nuestro departamento...Descansando.
Ellos guardaron silencio al oír aquello, llevándose una sorpresa por todo el veneno que Amelie estaba dejando salir de sí.
Hiddleston chasqueó la lengua—Perra.
—¿Qué dijiste? —la rubia la alcanzó a oír y la miró amenazante.
—Que eres una perra —no tuvo pelos en la lengua para hacer saber sus pensamientos personales—. ¿Cómo te atreves a venir a aquí después de todo lo que le hiciste a Chris y más encima refregarle en la cara que tienes a su ex mejor amigo en tu casa?
—Ustedes no están muy lejos de lo mismo, no lo olviden. Tú también me estabas engañando...Y con una de mis mejores amigas.
Aspen soltó una fuerte y melodiosa risa mientras se cubría el rostro—¿Cuántas veces tengo que decírtelo? No soy tu amiga, solamente me pediste que fuera tu dama de honor porque no tienes más amigos...Estás sola.
—Eres una...
Ella se había preparado para abalanzarse sobre la ganadora del Oscar pero el bostoniano la detuvo al instante tomándola por los brazos.
—Ni se te ocurra.
—Sí, eso, defiende a tu nueva chica —se quejó mientras retrocedía a su anterior posición—. Si tan sólo supieran que es lo que se dice de ustedes en redes sociales.
—Querida, están diciendo muchas cosas sobre nosotros últimamente —dijo la pelinaranja.
—Pero ¿Oyeron esta? —sorbió su nariz y acomodó la correa de su bolso sobre su hombro—. La gente está diciendo que su relación es una farsa...Una mentira...Para sacarme celos.
Utilizando sus mejores habilidades de actuación ellos disimularon la sorpresa e incluso el leve pánico que comenzaba a apoderarse de sus rostros cuando aquella noticia llegó a sus oídos. Sabían que el internet siempre inventaba cosas. No obstante, eso era verdad, y que algunos ya lo pensaran era preocupante.
—¿Qué? —Chris tosió—. ¿De qué rayos estás hablando?
—Lo que acabas de oír —se cruzó de brazos—. He leído sobre ustedes y...
—Ah, o sea que has estado bien al pendiente de nosotros —interrumpió Aspen con una mirada sarcástica—. Nosotros ni siquiera hemos abierto una noticia donde salgan sus nombres. De hecho, casi no nos aparecen. ¿No es cierto, cariño? —miró al hombre a su lado con una sonrisa ladina.
—Tienes toda la razón, mi amor —le respondió con la misma expresión.
La escena le causó migraña a Lancaster y se enterró las uñas de sus dedos al formar un puño con su mano.
—Qué tiernos —dijo con sarcasmo—. Pero bueno, no evadamos el tema. Se dice por ahí que esto que supuestamente tienen es todo un montaje...Una actuación para, de cierta manera vengarse de mí o lo que quieran lograr. Así que tuve que venir personalmente a asegurarme de que eso fuera verdad o no.
—¿En serio? ¿Tan desesperada estabas que tenías que arrastrarte hasta acá y vernos las caras? —Hiddleston rió. Le estaba gustando fastidiar a la rubia—. ¡Por favor Amelie! Pasa la página, supéranos.
—¿Es cierto? ¿Es todo mentira? —continuó ella esquivando los acertados ataques de la actriz—. ¿Tan desesperado estabas que tuviste que armar toda una mentira para no quedar tan mal ante el mundo? ¿Y con ella? —rió al apuntarla—. Dame un respiro, eso es caer bajo.
Evans no ablandó su expresión. Mantuvo su semblante firme y atrajo a Aspen hacia sí tomándola por la cintura.
—Pues estás muy equivocada. Creo que has pasado demasiado tiempo leyendo tablones de chismes que realmente ejercitando el cerebro —la británica tuvo que tragarse la risa al oírlo—. Lo que tenemos con Aspen es completamente cierto. Estoy enamorada de ella y ella de mí.
—Eso significa que nos amamos y no nos engañamos —agregó la pelinaranja—. Te lo aclaro en caso de que no lo hayas podido entender —hizo un puchero.
La rubia rió—Ustedes dos son patéticos, ni si quiera parecen ser el uno para el otro.
—Oye y a ti ¿Por qué te importa tanto que lo nuestro sea real o no? —atacó la pelinaranja—. ¿Tan obsesionada estás? Vive tu vida tranquila, ya arruinaste lo suficiente las nuestras.
—¿Yo obsesionada? —se apuntó haciéndose la víctima—. Obsesionados ustedes, que crean una mentira para molestarme.
—¿Mentira? Ya estamos cansados de decírtelo, lo que tenemos es una mentira —sostuvo la mirada con Aspen por unos segundos que fueron como una eternidad—. Esto es muy real.
Y en ese momento Evans hizo la seña.
Dos pequeños toques con su dedo índice en la cintura de la mujer fueron el inicio de la alerta que ellos previamente habían hablado. Al darse cuenta de lo que significaba, Hiddleston se volteó a verlo con los ojos abiertos como platos.
—¿Qué? ¿Ahora? —dijo con los dientes apretados y muy bajo.
El castaño no respondió audiblemente, sólo asintió mirándola directo a los ojos.
—¿Qué están ustedes murmurando ahí? ¿Eh? —por desgracia la rubia comenzó a notar que algo pasaba.
—Nada, nada. Oh, cuidado —dijo Hiddleston apuntando detrás de la recién llegada—, la puerta sigue abierta, dicen que es de mala suerte discutir con ella abierta, mejor ciérrala antes de que te pase algo malo.
Obviamente eso había sido inventado de último minuto por la actriz para aprovechar el espacio que ahora tenía para hablar con el bostoniano mientras Amelie iba a cerrar la puerta de mala gana.
—¿En serio? ¿Ahora? ¿Con ella? —lo encaró.
—Lo siento, entré en pánico, no se me ocurre otra cosa para que nos deje en paz —se defendió.
Cerró los ojos y gruñó—Bien, tienes razón, esto para empezar fue mi idea así que hazlo —se pusieron en alerta cuando vieron que Lancaster regresaba—. Acabemos con esto.
—¿Siguen murmurando? ¿Acaso los dejé preocupados? —retomó la rubia con una sonrisa triunfante.
—No, para nada. Sólo le decía a mi novia —hizo énfasis— que si esto fuera mentira...Yo no haría esto.
Sus palabras quedaron en el aire cuando se giró hacia Aspen, la tomó por la mandíbula y la besó, siendo bien correspondida por la mujer.
La había besado.
La señal de los dos pequeños golpes que indicaban que era momento de agregar un beso a su actuación había sido acatada y esto había dejado a Amelie más que sorprendida, y para mal.
El beso no fue largo, fue preciso y con la duración perfecta. Sus labios rozaron los del contrario con delicadeza y suavidad, haciendo que el momento de separarse fuera algo incluso complicado.
Se habían besado.
Al apartarse finalmente del otro sus narices siguieron en contacto y sus respiraciones chocaban con las bocas del contrario. Sus ojos se unieron por unos segundos y un torbellino de emociones los dejó confundidos ante como debían sentirse en esa situación.
—¿Ves? No fue tan complicado —susurró él casi inaudible sobre sus labios.
—Sí, espero haya sido suficiente —contestó ella de la misma manera tratando de no volver a fijar su mirada en los rosados labios del hombre.
Cuando oyeron un agudo quejido entendieron que sí había sido suficiente.
—¿Qué les pasa? —alegó Amelie con una mano sobre su boca—. ¿Conmigo aquí presente? ¡Qué audacia!
—¿En serio? —dijo Aspen agotada y alzando una ceja—. Deja el teatro, por favor.
—¿Saben qué? Hagan lo que quieran —sujetó su bolso en su hombro—. No debí venir.
—Es la primera cosa sensata que te he oído decir en años —fastidió la británica.
—Sean felices, porque yo también lo haré —apuntó con el dedo.
—Oh sí, esperamos que lo seas, en serio, pero bien lejos —siguió Hiddleston en el mismo tono anterior.
—Como digan —bufó dispuesta a irse. No obstante, antes de hacerlo se acercó a Evans para decirle en tono amenazante—. ¿Crees que ella, por muy bonita que sea, te va a hacer olvidarte de mí? —chasqueó la lengua—. Buena suerte, bostoniano.
Él sonrió de lado y acercó su rostro hasta ella—. Sí, lo creo y ya está hecho...Sabes donde está la puerta.
Amelie trató de que su semblante duro no se quebrara pero le fue difícil. Había sido humillada y ella misma se lo había buscado. La rubia pegó la media vuelta y cerró la puerta con fuerza al irse.
Finalmente podían respirar.
Ellos dejaron salir el aire que estaban reteniendo en sus pulmones de hacía ya un rato y pudieron sentir que estaban nuevamente en un ambiente de paz.
—Dios, eso fue tan estresante. La odio —dijo la mujer cubriéndose el rostro.
—Y se lo ha tragado —dijo el contrario con sorpresa—. Qué bueno que ignora que somos actores.
—Parece que sólo le funcionan dos neuronas, Chris —él rió.
—Bueno —rascó su nuca—. Lamento que haya recurrido a la señal tan pronto.
—No te preocupes —hizo un gesto con la mano—. Besar gente es prácticamente parte de mi trabajo. Sólo me estresaba tener a Amelie presente. Qué mujer.
Rió—Tienes razón...En todo lo que dijiste.
No obstante ¿Cómo le explicaban ahora a sus conciencias internas que aquel beso entre ambos los había dejado pensando más de lo debido?
—Lamento que Amelie se siga comportando como una niña, en serio sigue sin tener sentido —agregó el hombre rompiendo el silencio que se había formado.
—Da igual, he lidiando con gente como ella o peor —la pelinaranja hizo una pausa cuando una idea cruzó por su cabeza—. Yo...Yo iré a hacer una publicación de Instagram para hacerla enojar más.
—Aspen...
—¡Que iré dije!
HOLA HOLA DESPUÉS DE MUCHO VOLVIIIIII
perdón mi gente, la vida adulta es dura pero ya me pude hacer un espacio para nuestro ship favorito <3
qué les pareció??? cuál fue su parte favorita??? LES LEO. este cap estuvo lleno de emociones, les juro. además tenemos primer besito chrispen😭🤍
aspen con amelie tipo: y la queso...LA QUE SOPORTEEEEE
90 votos para actualización <3
ya no queda nada para que esta historia SE VAYA A LONDREEEEEES y se mueren todo lo que tengo preparado para esa parte de la historia. SE VIENE BUENO
en fin, gracias por tanto, esta fic ya llegó a los 24k, en serio no lo puedo creer. gracias por tanto, les amo<3
nat
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro