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v e i n t i n u e v e


Para cuando Taehyung despertó eran pasado de las diez de la mañana, era algo nuevo puesto que esa era la hora en la que comúnmente llegaba del bar, soltó un prolongado suspiro y se sentó sobre la cama, estirando sus brazos hacia arriba y parpadeando en repetidas ocasiones para acostumbrarse a la luz cuando por fin entró en si miró a todos lados de la habitación, por un momento perplejo de la situación, luego recordó lo sucedido y volvió a tirarse sobre la cama, se hizo bolita y escondió entre las sábanas.

Estuvo así por unos minutos, gustoso de la sensación de no amanecer adolorido y asustado por la real gravedad de lo que había hecho. Su conciencia comenzaba a atacarlo y salió de la cama en un salto, la habitación de Hoseok era enorme, bueno, toda su casa era enorme, una sola planta, pero con espacios amplios. Fue al sanitario y luego de ascicalarse y tomar una ducha rápida rodeo su cintura con la toalla de Hoseok, cual colgaba fuera de la ducha, no había traído nada en realidad y Hoseok le dijo que podía tomar su ropa, así que fue donde su armario, encontrándose camisas perfectamente arregladas y debajo estantes donde estaba doblada su ropa en perfecto estado.

Era curioso que Hoseok iba muy formal al trabajo y en su armario gobernaban las camisetas y bermudas sueltas. Taehyung no pudo evitar imaginarse en una situación de pareja con Hoseok, una donde chocaban por sus estilos, él tenía un estilo sencillo, casual y evitaba a toda costa descubrir la piel de sus brazos y piernas, en cambio Hoseok tenía un estilo callejero, algo así como Hip Hop, ó al menos así lo describía él.

Luego de vestir lo mismo que el día anterior prosigió a hacer la cama y buscar que desayunar en la cocina, misma impecable y repleta de comida en cada una de sus alacenas y nevera, optó por un plato de cereal y se sentó en el amplio comedor. Se preguntó si todo en esa casa tenía ese aspecto por la antigua novia del mayor, porque Hoseok era un encanto, pero no sé veía del tipo meticuloso.

La noche anterior antes de dormir Hoseok le había dicho que podía usar el teléfono de la casa y salir, que había dejado un juego de llaves, y había wons en tal lugar en caso de que necesitase algo. Pero Taehyung no iba a hacer nada de eso, sentía que era demasiado pronto para llamar a alguien, salir a algún lado o si quiera a comprar.

Se paseó por toda la casa, viendo cada una de las cosas en la cocina, revisando la nevera y comiendo el litro de helado que estaba en ella, reviso la estancia, cada una de las figuras que adornaban al rededor de su pantalla de televisión y equipo de sonido, Hoseok tenía una variedad extensa de discos y películas, en sus paredes colgaban sus títulos universitarios y algún reconocimiento de la escuela media, también pocas fotografías de cuando era niño, y otras más recientes a lado de su familia.

Misma vista en paisajes navideños en una bonita casa acogedora, se preguntó si era en ese lugar donde creció el pelirojo, había un pino robusto lleno de esferas y escarcha colorida, el hombre más maduro rodeaba la espalda de una mujer delgada y con un largo cabello negro, a lado de otra mujer de mismo aspecto aunque más jovial y embarazada, esa era abrazada por otro hombre que sostenía a un niño, y a un costado, Hoseok, sonriente mientras vestía un bonito suéter de reno y otra chica besaba su mejilla.

Taehyung sabía de quien se trataba, Hoseok le habló de ella y el castaño agradecía que esa foto no haya sido removida de la pared. Dahyun era pequeña, delgada y bonita, de perfil no podía admirarla muy bien, pero Hoseok la tomaba por la estrecha cintura y la pegaba a su cuerpo. La imágen no era reciente porque Hoseok llevaba el cabello negro y corto, no había nada que le pudiera decir la fecha, así que se sentó un buen rato en el sofá con el marco entre sus manos.

Admirado y pensativo de todo lo que le iba a negar a Hoseok aún sin quererlo. Sabía que no habría una navidad ni ninguna fecha festiva a lado de su familia, no le daría bebés bonitos y regordetes, no tendrían una foto donde los abuelos posaran a lado de sus nietos y tampoco sería un poco de lo que asimilaba Dahyun. Él era grande, Dahyun pequeña, él tenía una pequeña pero existente barriguita, Dahyun tenía una estrecha cintura y un vientre plano, él tenía la espalda ancha y Dahyun hombros pequeños. Simplemente él era un hombre y Dahyun una mujer, y se preguntó durante cuanto tiempo eso sería suficiente para Hoseok.








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Los ojos de Jungkook estaban cerrados, apretados y con el señor fruncido, parecía morder sus labios y SeokJin pensaba que mientras no se quejará entonces estaba bien. Masturbo un poco su miembro sobre el preservativo antes de empujarse un poco contra Jungkook, quien abrió la boca de inmediato para soltar un dulce jadeo que no hizo más que estimular a SeokJin de una manera tremenda. Espero a que tragara su glande, contento de lo receptivo que era Jungkook.

- Estás tan estrecho, bebé. - Soltó ronco, viendo el pene de Jungkook totalmente erecto moverse por sí solo ante lo excitado que estaba. Habían tenido unas exquisitas preliminares de sexo oral acompañadas de condones de sabores, por lo tanto aquel látex morado guardaba el pene de Jungkook y lo hacía ver apetecible, como un caramelo.

- Joder, voy a partirme... - Murmuró cuando SeokJin se fue empujando. - Sí, mierda, sí, papi~ -

Cuando estuvo en lo más recóndito de su íntima cavidad se acostó sobre él, pegando sus frentes y tomando sus manos para entrelazar sus dedos y llevarlas hacia arriba, los labios de Jungkook se abrieron, brillosos, rojos y apetecibles, y fue inevitable para Jin adentrar su lengua y delinear la unión de sus belfos con sus encías, encontró la lengua de Jungkook y la acarició con vehemencia, las papilas de ambos explotando en un deleite de sabor.

Jin no se estaba moviendo, esperaba a que su menor se acostumbrara y lo consolaba con un dulce beso, una de sus manos fue directo a su rostro, para con ternura limpiar las lágrimas que decendían de sus ojos.

- Shh, bebé, todo está bien. - Sinceró con real cariño. La calentura del momento había desaparecido, quedando únicamente el calor fraternal que podían darse.

Los brazos de Jungkook lo rodearon en un necesitado abrazo y fue imposible para Jin resistirse a dejar un beso en su frente cuando el menor había comenzado a llorar de verdad.



















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