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t r e i n t a y o c h o

- Jiminnie... -

- SÍ, Jiminnie, Jiminnie, vamos a por él. - Convenció la peliverde, divertida y enternecida por la insistencia de Yoongi en buscar al pelirosa. - Aunque no creo que le de mucho gusto el verte así. - Se burló al tiempo que sostenía a Yoongi de los brazos para ayudarlo a salir de la regadera.

- A Jiminnie nunca le da gusto verme... - Murmuró con tristeza y Suran lo miró con pena mientras lo envolvía en una toalla y lo sacaba del sanitario. Con sus pies pateó la ropa de Yoongi y lo sostuvo del brazo para sentarlo a la orilla de su cama. - Tal vez Jimin no se alegra de verme porque no me quiere. -

- Claro que lo hace, solo es un poco... uraño, como un gatito. - Señaló ella con gracia, secando la mata rubia con el secador de pelo.

La retomada relación de Yoongi con Jimin había desplazado por completo su amistad con Suran, lo entendía, y por supuesto que lo apoyaba, pero debía admitir que había ocasiones que extrañaba discutir por tonterías con el mayor, sincerarse, dejar ir sus penas ó simplemente gozar de su compañía.

- ¿Qué tal va tu cabeza? -

- La pastilla ha sido de ayuda. - Murmuró Yoongi, completamente relajado cuando Suran terminó de secar su cabello. - ¿Cómo es qué no estás ebria? -

- No tengo el gusto de beber en exageracion como tú y Hoseok, a diferencia de ustedes, yo sé cuando es suficiente. - Explicó buscando entre su armario alguna prenda grande para vestir a Yoongi.

Luego del trabajo este la había llamado para invitarla a beber con Hoseok, al final terminó por ser la niñera de ambos tipos completamente ebrios que apenas y podían mantenerse de pie, condujeron hasta la casa de Hoseok, quien alegó que no lo dejara tan cerca del pórtico o podría alarmar a Taehyung, luego fue con Yoongi hasta su departamento, creyéndolo más conveniente que llevar a ambos al de de él. Yoongi había lloriqueado que Jimin nunca contestó sus llamadas y mensajes durante el día, y no terminó hasta quedarse dormido en el auto, la acción de vomitarse encima lo despertó después.

Quitó la toalla que lo cubría y la llevó a colgar en el baño, Yoongi se dejó caer en la cama y Suran se ocupó de vestirlo. Veía con completa naturalidad la blanquecina desnudez en el menudo cuerpo de Yoongi, no porque lo haya visto de esa manera con anterioridad, más bien era que no había nada de morbo en ella. Su trabajo la hacía apreciar por completo la desnudez humana, cada rasgo, cada curva o delgadez, cada perfecta imperfección.

Cuando lo tuvo listo batalló con el chico para recostarlo en un lado de la cama y así poder ocupar el otro, no era la primera vez que dormían juntos, pero con un Yoongi apenas consciente de sus acciones era difícil estar.

- Vamos copito de nieve, muévete a un lado. - Alentó tomándolo de los hombros, el rubio refunfuñó incómodo.

- ¿Porqué tienes que ser tan irritable, pecosa tonta? - Gruñó mientras se medio sentaba y recargaba en el respaldo de la cama.

- Te recuerdo que fui yo quien lavó toda tú basca. - Habló Suran con sorna, sentándose de igual manera mientras lo único que los alumbraba era la lámpara de noche. Yoongi buscó a tientas la mano de Suran y la sostuvo con fuerza, ambos se miraron de lado, Yoongi con un gesto neutral. - ¿Qué sucede? -

- Estoy confundido. -

- ¿De qué? -

- Jimin. - Respondió. - No importa cuánto me esfuerce, nada parece complacerlo, es decir, yo entiendo su situación, sus problemas y lo de su madre, pero simplemente no importa cuanto apoyo o cariño le ofrezca, nunca le es convincente. He llegado a pensar que solo me he encaprichado, podría tenerlo todo, pero nada me importaría más que tenerlo a él. Y a veces es demasiado frustrante, estoy cansado de la misma mierda. -

- ¿Qué quieres entonces?, Jimin no aceptará un todo o nada; porque tú no eres su todo. Lo sabes, Yoongi. - Terminó con un pequeño suspiró por parte del otro.

- Solo desearía que por una vez me eligiera a mi... -

Ahí estaba de nuevo, el Yoongi frágil y lleno de miedos. Estaba sollozando mientras llevaba una mano a su rostro para evitar que Suran lo viese llorar. Más sin embargo, ella lo sostuvo con delicadeza para dejar libre sus ojos y limpiar las lágrimas que humedecian sus mejillas. Yoongi cerró los ojos, consternado por el dolor en su pecho y el como por primera vez en mucho tiempo alguien lo consolaba a él y no él a alguien más.

Pero Suran estaba ahí, mostrándole que no estaba tan solo como se sentía. Había encontrado a su alma gemela incluso si no estaban hechos para estar juntos y amarse de una manera que rebasara lo fraternal. Entonces se dio cuenta, sus labios se abrieron con rapidez, robándole un inocente beso a la peliverde, quien tan pronto como sus labios se tocaron se alejó con cuidado.

- Sí hubieses estado hace ocho años, probablemente te habría pedido matrimonio, solo para que fueras mía. - Admitió Yoongi, delineando con su pulgar la curvilínea barbilla de Suran.

- Somos nuestros Yoongi. - Le aseguró. Sus pecosas mejillas ardiendo por la sorpresiva acción del mayor. - Y siempre voy a estar, incluso sí Jimin te tiene a ti. -





...






Hoseok despertó temprano por la mañana con una horrible resaca y un ligero dolor de garganta, gruñó mientras apagaba la alarma y tanteaba sobre la cama para atraer a Taehyung y quedarse durmiendo otros quince minutos mientras abrazaba a su chico. Pero estaba solo.

Se levantó despacio mientras veía las notificaciones en su celular, ignorando el mensaje de Dahyun y dejando el teléfono en la cama, salió hacia la estancia, encontrando el sofá vacío al igual que la cocina, fue donde su estudio, creyendo que el castaño se había levantado temprano para investigar sobre la universidad, pero no lo encontró ahí.

Se reafirmó en su lugar, deteniéndose durante unos segundos para luego ir a la habitación y buscar en el armario las pertenencias de Taehyung. Pero todo estaba intacto. Su última instancia fue correr hacía el sanitario, donde la puerta tenía pasado el pestillo y no había nada de ruido proveniente desde dentro. Buscó con rapidez el juego de llaves extra y probó una por una hasta atinar la correcta. Su corazón se detuvo durante unos segundos cuando lo vio inerte en el azulejo.

- No, Taehyung... - Murmuró poniéndose de rodillas para levantarlo del suelo, estaba frío, más sin embargo, respirando.

- ¿Hoseok? - Preguntó el castaño, somnoliento. Y el mayor lo esrtrujo contra su cuerpo, consolado por tenerlo ahí.

- Sí, cariño, soy yo. -

Taehyung gimió adolorido por haber pasado la noche en el suelo, Hoseok lo ayudó a levantarse y lo guió hasta la cama de la habitación, lo envolvió entre cobijas y luego entró junto con él, abrazándolo para hacerlo entrar en calor. Taehyung se dejó mimar durante unos instantes, disfrutando del cariño de Hoseok, al menos antes de que la realidad le golpeara de nuevo.

- Hoseok. - Le llamó, pero el pelirojo estaba demasiado entretenido besándole el cuello que no le escuchó. - Hoseok. - Volvió a decir, más firme que la ocasión anterior.

- ¿Sí? -

- Tú... ¿tienes algo que decirme? - Titubeó.

- Por supuesto, ¿qué hacías durmiendo ahí? -

- No, me refiero... Realmente tienes algo que decirme. - Formuló esta vez sin duda en su voz, afirmando. Hoseok se quedó quieto, viéndolo intrigante y un tanto asustado. - Anoche tú, dijiste cosas. - Comenzó, viendo cada reacción en los rasgos del mayor.

- ¿Qué dije? - Preguntó serio y Taehyung suspiró.

- Hablaste de Dahyun. - Fue conciso, y los ojos de Hoseok lo miraron aterrados.

- Lo sabes... - Susurró convencido. El castaño asintió. - Oh Taehyung, lo siento tanto, no quería que esa fuera la manera de enterarte... Yo estaba pensando como hacerlo pero ella es tan demandante que, yo... yo no... Oh, dios mío, Taehyung no me dejes... -

- No voy a dejarte... Hoseok yo... No estoy molesto. - Susurró, tomando mejor posición y alejándose un poco de Hoseok para poder encararlo.

- ¿Qué? -

- Qué no estoy molesto. Es decir, tengo mis dudas, pero no estoy enojado... Me siento decepcionado, triste quizá. Pero lo entiendo. Era Dahyun antes que yo, y era tu novia así que... Bueno, las cosas pasan, ¿no? - Terminó con un tono bajo y una media sonrisa.

Hoseok quedó estupefacto, deteniéndose a entender las palabras de Taehyung, después, unas cuantas lágrimas se asomaron por sus ojos y las limpió enseguida, porque en esa situación, él no era una víctima.

- No te merezco. - Admitió, negando con la cabeza. - Eres demasiado Taehyung, y yo tan poco para ti. - Sinceró triste, mirando al castaño que jugaba a morder su labio.



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