d i e c i s é i s
Los dedos del peliazul trazaban círculos en su cálida cavidad, repartía húmedos y castos besos por sobre su pecho y sonreía entre estos cuando escuchaba un jadeo del pelirosa.
Jimin no estaba quieto, una de sus manos cubría sus ojos mientras la otra bajaba hasta la entrepierna del Yoongi para tomar el falo, sus rodillas flexionadas y las piernas completamente abiertas gracias a su elasticidad.
- Tan dulce... - Dijo el mayor cuando atrapó su belfo entre sus labios y se mantuvo ahí, su lengua delineando los esponjosos y carmínes labios de Jimin, con su vapor vucal siendo consumido. Pudieron pasar minutos y Jimin nunca notó cuando los dígitos le habían rozado lo más bueno.
Yoongi sostuvo su peso sobre uno de sus brazos, su diestra tomó la pequeña y regordeta mano del menor, apartándola con delicadeza y luego llevándola a sus labios, besando el torso.
- ¿Cómo te sientes? - Preguntóf paseando sus crestas por los lechosos muslos.
- Estoy bien... - Dijo sin abrir los ojos, Yoongi escondió el rostro en su cuello, guiando su miembro hasta el dilatado seño. Fue lento y precavido, no importaba si había usado una cantidad extra de lubricante y lo resbaloso del preservativo. Jimin no estaba en las mejores condiciones físicas, pero hacía tanto que no había ese tipo de intimidad que Yoongi, aunque era muy considerado, extrañaba el sentir del menor.
Los brazos de Jimin sostuvieron fuerte sus hombros, Yoongi dejó su peso caer encima, sus torsos juntos y el miembro de Jimin siendo acariciado entre estos. Pasarón algunos minutos hasta que Yoongi creyó que era suficiente, se retiró dejando el glánde en el inicio de la cavidad y luego empujando despacio. Su boca se abrió en jadeos, con el ceño frunció en goze.
Jimin cedió lo que pudo, sus paredes internas estaban ardiendo y era demasiado el contraste que había en el como Yoongi encontraba su próstata de inmediato. Cerró los ojos y dejó escapar lo más profundo de sus gemidos. Era lento, cariñoso y dulce, en ocasiones Yoongi besaba sus labios y cuello.
Por primera vez en todo el tiempo en que se conocían Jimin se permitió llamar un acto de amor a lo que estaban haciendo, y ese mismo motivo lo hacía sentir diferente. Él no era un objeto y ese no era un negocio. Él era Jimin y Yoongi le estaba haciendo el amor. Sin placer fingido ni vergüenza en su interior, sin él peso de dar más que lo suficiente y menos que lo debido.
- Ah. - Gimió alto cuando el peliazul se concentró en un solo ángulo, siendo bondadoso en hacerlo llegar a su límite de placer. Lo masturbaba y succionaba sus labios con anhelo hasta que el tirón en sus partes bajas le avisó el ansiado órgasmo, sus dedos se enterraron en la espalda del contrario y lo apretó con tolerante fuerza. Yoongi también gimió, encantado de haber complacido a su bello chico y sus testículos se tensaron. Jimin pudo sentir sus venas marcarse y la punta hincharse en su interior. Le hubiese encantado sentir la semilla manchando su interior y no dentro y desperdiciada dentro del látex.
...
- ¿Puedo pasar? -
- No le veo el caso a tu pregunta siendo que ya estas dentro. Pero sí Taehyung, puedes pasar. -
El rubio dio una última calada a su cigarrillo y aplastó la colilla contra el escritorio. Taehyung hizo una mueca, asqueado, ante el olor a tabaco.
- Está completo. - Dijo pasando su cuota a Namjoon, este asintió resiviendo y comenzó a contar.
- Pareces demasiado solicitado estas noches. - Comentó separando la cantidad correspondiente a Taehyung.
- Sí, bueno, hay temporadas que-
- Estás teniendo clientes frecuentes de nuevo Taehyung. - Le cortó con seriedad. - Esos pueden tenerlos los demás, pero tú no. Ya lo habíamos hablado. -
- No pasará lo mismo. - Aseguró con nervios.
- Lo dudo mucho. Y escucha Taehyung, no eres el dominado promedio ni el dominante esperado. Sí dejas de seguir las reglas puedo darte una liquidación y correrte de aquí. Tendrás una cara bonita, pero eres muy grande he ingenuo. No dominas el acento, no sabes manejar tu alquiler y tampoco entiendes lo que es seguro para ti. Los hombres que vienen aquí tienen el dinero suficiente para vivir una doble vida, no son el príncipe perfecto que te sacara de aquí, porque eres un sexoservidor y a cualquiera le repuduaria tenerte de otra manera que no sea clavado en tu trasero. -
- No estoy esperando que alguien me saque de aquí. No pasará lo de antes. -
- Pues eso espero, fuiste testigo una vez de como solo te usaron he ilusionaron. Nadie aquí va a amarte Taehyung, ni siquiera un frecuente. Así que limitate a tus servicios y no te entrometas en lo demás. -
...
Un delicioso y desconocido olor inaudó sus sentidos al despertar. Sin cubrirse en lo absoluto se levantó de la cama, siguió sus instintos y terminó en la cocina, encontrado al alto castaño a pie frente al horno. Tenía los audífonos puestos y se meneaba al ritmo. Para ser honesto, Jungkook le miró el trasero.
- ¡Ah! - Gritó el más grande al verlo, soltando la charola en sus manos y dejando qué la carne rodara por el piso. - ¡Joder! - Intentó detenerla con sus manos, quemándose las puntas pues estaba caliente. - ¡¿Y tú porqué mierda no traes ropa?! -
Ante todo Jungkook rio en su sitio, alzándose de hombros y tomando un paño para levantar la carne del suelo.
- Si fuiste lo demasiado entrometido para cocinar, podías revisar los cajones también, tengo guantes para hornear. -
- ¡¿Y cómo iba yo a saberlo?! ¡Apenas tienes leche y cereal! -
- Buen punto. - Dijo al tiempo que buscaba un cubierto para comenzar a cortar la carne y comer.
- ¡Eso está sucio!, ¡Y está caliente!, ¡Y no has ido a ponerte ropa, maldito depravado! -
- Agh, Jin, ¿siempre eres tan dramático? -
- ¡Yo no soy dramático! - Se defendió y Jungkook lo miró con obviedad. - Estoy gritando porque tarde tres horas en cocinar eso, aún no termino el aderezo y tu ya estás comiéndotelo del suelo, además estás desnudo ¡frente a mí! -
- Bueno, no tengo nada que tu no tengas. Además, no sería la primera vez que me miras así. No recuerdas esa vez que-
- ¡Por dios, Jeon Jungkook, cierra la maldita boca y vístete! -
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