d i e c i o c h o
Para SeokJin fue una sorpresa el que Namjoon le diera la noche libre sólo para cuidar a Jungkook. Luego de que el pelinegro terminará su comida sucia volvió a le cama y durmió durante mucho tiempo. SeokJin nunca lo admitiría, pero estaba algo decepcionado, ó mejor dicho insatisfecho, creyó que el hecho de pasar una tarde encerrados y sin el riesgo de ser vistos era motivo suficiente para que Jungkook fuera insistente hasta el grado de convencerlo de tener sexo, lo cierto era que el más grande no pensaba poner "tanta" resistencia.
Pero el otro parecía algo retraído, era común verlo en su pose coqueta y su actitud lasciva, pero en esa ocasión apenas y molesto al mayor, solo hablándole lo necesario, había soltado uno que otro chiste para hacerlo reír, pero la gran parte del tiempo jugó videojuegos en su habitación. Lo único que Jin logró fue hacerlo usar ropa, y enseguida se arrepintió por perder la oportunidad de admirar su imponente desnudez. ya entendía porque el menor se robaba los suspiros de la gran mayoría de chicos en en bar, era simplemente irresistible y fácil de obscecionarse. Cuando el cielo oscureció sólo estaba dando vueltas por el lugar, pensó en que quizá Jungkook pasaba todo el tiempo jugando cuando estaba en casa y por eso no había mucho que hacer ahí. Fue hasta su habitación y se cruzó de brazos mientras lo observaba.
- Casi es media noche, cálculo que llevas siete horas ahí sentado, la orden de Namjoon fue que descanzaras. -
- Me vale una mierda lo que Namjoon ordene. -
- Cuida ese lenguaje jovencito, es hora de ir a la cama. - Ante tal represalia Jungkook pausó el juego y lo miró con gracia.
- ¿Qué se supone que eres, mi padre? -
- N-no, yo solo- El comentario de Jungkook lo había hecho sentir un poco vergüenza, no quería darle esa sensación. Pero no iba a ser él quien se doblegara, no, él era el mayor, él mandaba. - ¡Tienes que ir a dormir Jeon Jungkook! - Espetó con falsa rudeza y Jungkook lo miró boquiabierto, pero lo obedeció; apagó su consola y aún frente a SeokJin vistió con una pijama de dibujos animados. Si Jungkook quería atacarlo haciéndolo pensar o parecer el regaño de un padre, estaba completamente equivocado, SeokJin no iba a caer.
- ¿Vas a leerme un cuento, papi? - Su voz había salido con completa sugerencia y era el turno de SeokJin quedar boquiabierto. - ¿Oh prefieres jugar un poco antes de dormir? -
El más grande negó sin poder creerlo, aquel mocoso era un maldito granuja y en otras situaciones lo habría hecho enojar hasta el punto de hacer un escándalo, pero en ese momento no, no cuando Jungkook comenzaba a acariciarse la entrepierna frente a sus propios ojos. Su garganta quedó completamente seca y él tieso como piedra. Antes de poder actuar Jungkook se levantó, caminó por sobre la cama casi gateando y luego bajó de la misma para llegar hasta el mayor y empujar su cuerpo hacia adelante, dejándolo sentir su dureza.
- ¿Vas a castigarme, papi? -
Siguió sobándose contra su cuerpo, su respiración se entrecorto y sus manos se aferraron a las caderas del chico.
- Voy a castigarte, bebé. -
...
Los reflectores dieron al centro, donde una silla metálica era el complemento de Jimin, con sus piernas abiertas y la cabeza hacia atrás. Yoongi tragó duro su bebida, todos estaban gritando con morbo y efusividad hacia el pelirosa, y para Yoongi no pudo ser más excitante. Jimin frotaba su trasero contra la silla, las grandes masas de carne marcándose perfecto con el cuero cubriendo, jugaba con sus pezones y acariciaba sus muslos.
Se levantó, con lentitud y sensualidad, hizo movimientos pelvicos y sus ojos se pasearon por el público hasta encontrar al peliazul, le ofreció una sucia sonrisa, donde al final sus dientes atraparon sus labios, siguió la rutina. Yoongi jadeó, respirando con dificultad cuando el bailarín se flexionaba en el suelo, sus caderas de arriba hacía abajo mientras la erección se le marcaba.
"Quiero follarte" "Serás mío, muñeco" "Qué culo más grande y sexy"
Diversidad de comentarios eran lanzados a Jimin y Yoongi les sonreía con orgullo. Podían fantasear todo lo que quisieran, gritar y correrse por su excitante baile, pero ese culo era suyo, ese muñeco le pertenecía, y era el quién se lo iba a follar. El cuerpo de Jimin era una obra griega de la que todos podían deleitarse, pero sólo él podía tocar. El simple pensamiento lo endureció.
Jimin lo notó, conocía como la palma de su mano las placenteras expresiones en Yoongi, lo estaba disfrutando. Y muy en el fondo el también, que se jodieran los demás, el espectáculo era para Yoongi. Lo miró a los ojos, captó su atención mientras se tocaba, adentró uno de sus dedos a su boca y lo chupó con sensualidad, luego dejándolo recorrer su pecho, apretar, jalar, tirar de sus pezones, acarició su abdomen, el rededor de su hombligo y el principio de su pelvis, apretó su erección, frotándose frente a todos y para Yoongi.
Era sucio, era vulgar, era excitante. El lugar estaba extremadamente caliente, todos a expensas de la sensualidad del chico. Sin pudor alguno Yoongi comenzó a masturbarse, muchos lo hacían, incluso se escabullían para tener sexo en otros lados. Por eso Jimin era tan solicitado, no tenía límites, era ardiente y atrevido, tan espontáneo que podía hacerte correr por la sorpresa. Y Yoongi se corrió, duro y rápido, tiras de semen cubrieron su torso y sus manos pegajosas mientras intentaba limonar su lío. Su mente estaba perdida, inmerso en en intenso y ciego placer. Jimin lo disfrutó a distancia, con orgullo y efusividad terminó la rutina, se detuvo hasta que los reflectores se apagaron y todos comenzaron a aplaudir pidiendo por más, pero no, si habría más sería para Yoongi. Casi corrió hasta su camerino, lo que menos quería era que alguien pidiera por su tiempo, no tardó mucho para que el peliazul llegara, Jimin le sonrió con ilusión, déjandose abrazar y llenarse de besos.
- No sabes cuanto te quiero. - Murmuró el mayor entre besos, bajando de sus labios a su cuello. - Y cuanto me gusta tu trasero. -
- Sé cuánto te gusta... - Le respondió en suspiros, dejando que le quitara los ligeros y tomará el extremo de su pantalón para liberar su íntimidad. Grata sorpresa se llevó cuando los cálidos labios le abrían pasó hasta el fondo de su estrecha garganta. Gritó en complacencia, sus dedos regordete perdiéndose en las hebras azules para marcar el ritmo y mantenerlo quieto cuando sólo bastaron las caricias en sus testículos para hacerlo correr y a Yoongi tragarlo todo.
#TeamJinkookVersátilzykzy
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