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Capitulo 6

Despierto por una simpatica alarma como de copas de vidrio que resonaba y abro los ojos lentamente. Al despertar, todavia me encuentro alli, acurrucada junto a el. Me remuevo en mi sitio y trato de alcanzar su telefono que se encuentra en la mesita de noche, de su lado de la cama. Estiro mi brazo pero es inutil, y el termina despertando de golpe y medio levantandose abruptamente. Murmura una especie de quejido gutural y apaga la alarma casi sin mirar. 

-Buen dia- Murmuro yo, igual de dormida- ¿Porque tienes una alarma puesta a esta hora? Son las seis y media. 

-Rayos- Dice sobandose la cabeza- Si, tengo una clase a las siete. Debo irme. 

Mis labios dibujan una mueca inexpresiva y estiro mis brazos. El me mira de reojo con una media sonrisa y clava dos dedos en mi cintura justo cuando me estoy estirando provocandome cosquillas. Casi grito del susto risueño y lo empujo con un brazo mientras el continua haciendome cosquillas y yo me largo a reir.

Definitivamente no habia nada como que me hiciera reir.

-Asi me gusta- Dice cuando nos calmamos y su rostro queda a escasos centimetros del mio. Yo no puedo dejar de sonreir y en mi estomago el revoltijo es impresionante- Me gusta hacerte reir. 

-¿Enserio tienes que irte?- Hago un puchero pequeño y lo miro a los ojos. 

Por un momento, ninguno dice nada. El fija sus ojos en mis labios y yo no puedo evitar mirar los suyos. Estaba a punto de suceder. Estaba a punto de dar mi primer beso, con el. Con Christopher Perkins.

Pero justo en ese momento, tocaron timbre y el se aparto quitandose de encima mio y yo mire la puerta como una ratita asustada.

El se levantó a abrir y yo me cubri hasta la cabeza con la manta.

-¿Si?- Pregunta antes de girar el pomo. 

-Soy Chloe, la vecina de al lado- Una voz gutural y femenina se escucha al otro lado de la puerta y asomo la mitad superior de mi cabeza. Sin embargo el abre la puerta y yo solo puedo verla, me tapa lo que haya enfrente- Oh rayos, Chris- Su voz es inquietante y suena como si estuviera estudiando visualmente a mi compañero de piso. 

Me levanto de la cama de un salto y corro a abrazar a Chris por la cintura.
Entonces, la veo. Una tipa de quizas diez años mas que yo, con una simple remera mangas larga y ropa interior en la parte inferior de su cuerpo. Sus uñas de hasta dos centimetros o quizas tres de largo, su cabello oxigenadamente de colores vivos y fuertes, las perforaciones cubriendo todo su rostro demacrado por el evidente uso de maquillaje ahora ausente.

-¿Que se te ofrece?- La hostilidad teñida de diversion en el tono de voz de Chris hace que saboree una pequeña victoria.

-¿Podrían tu y tu... hermanita de diez años no hacer tanto escandalo?- La burla en su tono de voz me hace tragar saliva y creo que si fuera una vaporera, estaria hirviendo. Noto como en su mano derecha hay un cigarrillo prendido- Es decir, viejo, son las seis de la mañana. No todos tenemos catedras tan temprano como tu.

-Bien- Dice el rodeandome con su brazo y cierra la puerta en sus narices sin decir mucho mas. 

Reimos en voz baja por la expresion de la desagradable vecina.

-Nunca la habia visto- Rio todavia en voz baja- Sí que te acostaste con Cruela Devil.

-Ya callate, hermanita de diez años- Rie el tacleandome el hombro intentando volver a la guerra de cosquillas pero aunque me rio, trato de frenarlo- Oye...- Dice cuando nos calmamos mientras el busca su ropa para irse- No estas yendo a tus clases... ¿Sucede algo?

Miro al suelo con una mueca dudosa de si debo contarle de mis intenciones de abandonar y lo vuelvo a mirar a los ojos- Si... Bueno...

-No es bueno que faltes tanto si todavia quieres conservar tu lugar ahi- Se coloca la remera y no puedo evitar observar su espalda hacerse hacia atras mientras se la coloca. 

-N-No... Tienes razon- Digo medio tonta y el niega con una sonrisa risueña en los labios- Oye... Yo tengo que irme ¿Si? Asiste a tus clases hoy. No quiero que te expulsen- Asiento con una sonrisa aun parada en el medio de la habitacion.

El termina de cambiarse, toma su mochila y se la echa al hombro. Toma mi cabeza con sus manos y me obliga a mirarlo. Sus ojos se conectan con los mios y sonrio dulcemente. El besa mi frente y se va. 

Miro nostalgica la puerta por donde acaba de irse y ahogo un grito de frustracion. 

_ _ _ _ _

¿Pero, y entonces?- Georgia busca exhaustivamente mi mirada y yo no puedo dejar de sonreir como una maldita enamorada mientras tomo de mi batido- Enserio que no puedo creerte, Rita. 

-Es perfecto- Suspiro- Si Ian Somerhalder o Liam Hemsworth se pelearan por quien tendria mi mano en casamiento te juro que les diria que mi corazon le pertenece a Christopher Perkins.

-Pero ¡Estas loca! Por lo menos consigueme una cita con Ian- Rie ella conmigo y yo niego con la cabeza.

-Claro, y a mi me regalas a Liam- Murmura Travis, uno de nuestros compañeros, mientras limpiaba el ultimo tramo de piso que faltaba- Liam es excitante- Abraza el palo del fregadero y su voz se tiñe de lujuria. Los tres rompemos en risas. 

-Chicos, en diez minutos abre el arcade- La voz de James Hopper a nuestras espaldas nos sobresalta de pronto- Dejen de divagar. Vamos vamos.

Mientras Travis termina su tarea y Georgia se limita a hacer cara de fastidio, yo me salgo de detras del mostrador y me dirijo al carrusel para niños. Hoy me toca accionarlo toda la tarde. 

Mi dia laboral transcurre lento y tranquilo. No hay verdaderamente muchos niños que quieran subirse a esta atraccion mecanica, pero uno solo de ellos es suficiente para ponerme a trabajar.

Sin embargo, alrededor de las siete de la tarde, una hora antes de que cierre la zona de niños y yo me pueda ir a casa, mi telefono suena justo cuando estoy atendiendo el juego. Intento evitar atender para no perder el control de la maquina y una vez que la ronda ha finalizado.

Miro mi telefono y la llamada perdida de Chris titila en color rojo en la parte superior de mi telefono. Sonrio y le reboto la llamada. Espero unos instantes hasta que atiende.

-Buenas tardes, nena- Dice el y su calida y masculina voz me recorre la espina dorsal en suculento escalofrio.

-¿Ese es mi nuevo apodo?- Sonrio y observo como un niño de un año y medio llega con su madre a la fila- ¿Paso algo?

-Tengo algo que proponerte- Su voz teñida de emocion me sobresalta.

¿Sabian que la palabra "proposición" hace que la mujer automaticamente piense en el matrimonio?

O al menos eso fue lo primero que me se me cruzo por la cabeza y pegue un saltito. Mi corazon comenzo a latir tan rapidamente que pense que se saldria de mi pecho aunque es claro que no hablaba de eso.

-¡¿Enserio?!- Exclamo ahogando un chillido fuerte y la mamá que esta con su bebe acomodandose en el corcel mas lindo que encuentre me mira de sobreojo- Oye... me encantaria que me cuentes todo ya... pero tengo trabajo aqui- Puedo sentir como una fina hilada de decepcion se filtra en la conversacion- Pero salgo en una hora y llevo alitas con salsa, pasaré a comprarlas. Prefiero que me lo cuentes en persona

Esa fina decepcion se fue tan rapido como llego y el prometio buscar una pelicula en lo que me esperaba. Corto la conversacion luego de despedirme y acciono el juego una vez luego de verificar que el niño esta a salvo.

Y observo con brillo en los ojos el carrusel dar vueltas.

Hoy le diré. Le diré que quiero dejar la universidad.

_ _ _ _ _

Llego a casa y lo primero que veo cuando entro, es toda la habitacion exageradamente limpia y ordenada, un aroma frutal excepcional en el aire y un Christopher Perkins que juntó ambas camas en el medio de la habitación para hacerlas una sola, cambio los edredones y las cobijas por unas limpias. Y ademas, se hallaba recostado sobre una capa de petalos de rosa sobre ellas como en esas peliculas donde esta a punto de suceder una escena no apta para todo publico.

-¿Que demonios estas haciendo, Christopher?- Digo con una sonrisa confundida sosteniendo la caja con las alitas y la dejo sobre la mesa.

-Buenas noches, damisela- Dice como si intentara coquetear falsamente conmigo y yo alzo las cejas siguiendole el juego.

-¿Estuviste viendo cincuenta sombras o algo de ese estilo?- El me saca la lengua y se cruza de brazos. Yo me siento junto a el en la cama y reir es inevitable.

-Si hubiera estado viendo al Señor Grey esto seria algo perverso, no romantico.

-Por fin alguien que tiene una perspectiva correcta de esa pelicula horrenda- Sonrio y me tiro a su lado para abrazarlo y hundo mi cara en su cuello. El perfume varonil es la droga mas poderosa para una mujer. No hay quien se resista a un encantador hombre perfumado hasta las narices.

-¿Trajiste alitas?- Su pregunta me saca de lugar de pronto y asiento- Tus favoritas- Sonrio y estuve a punto de levantarme a buscarlas cuando el tira de mis caderas y me obliga a quedarme sentada mientras con el impulso del tiron es el quien se pone de pie y va a buscarlas.

Yo busco en mi closet algo comodo que ponerme y opto por unos leggins delgados y un sueter beige de una tela especialmente calida. Termino el "outfit" con dos medias impares que encontre por ahi y que seguramente sean del ojiazul por lo grande que me quedan.

-Monisimamente pequeña- Dice mirandome y sosteniendo en sus manos las bandejas con alitas. Le saco mi dedo de en medio y el hace cara de sorpresa- Que grosera nos levantamos hoy.

-Pudrete- Finjo estar enojada- Vamos, ya quiero que me cuentes. Dame esa bandeja.

-Me dijiste "sabandija"?- Rie llevandose una alita a la boca y recostandose en el que era mi lado de la cama.

-Dije "Esa bandeja"- Corrijo señalandolo con una pieza de pollo y el rie- Yo tambien tengo algo que contarte.

-¿Enserio? ¡Empieza tu!

-Es que...- Mi vista cae en un cojin pequeño- No se como te lo tomarias. Prefiero que tu me cuentes primero.

-Bueno- Dice el acomodandose mas cerca mio, apoyando su cabeza en su mano y su codo en la cama- Cuando termine el semestre... en navidad ire con mis padres, en Ohio. Me mandaron dos pasajes de avion porque dicen que anhelan conocerte.

Mis mejillas se tornan exageradamente rojas.

-Un momento- Digo haciendo un gesto de pare con la mano- ¿Les hablas a tus padres de mi?

-¿Como no voy a hablarles de la mujer mas maravillosa que he conocido en mi vida?

Sonrio y el busca mis ojos mientras tampoco deja de sonreir.

Entonces, la realidad me golpea el estomago de pronto, y la sonrisa se borra de mi rostro.

-¿Oye, que sucede?- De repente luce preocupado y yo niego con la cabeza- ¿Que paso?

-Nada, nada- Digo intentando disimular cuan confundida estoy ahora.

-¿Estas segura? No te ves muy tranquila- Dice incorporandose en su lugar y yo me siento como indio cruzando los pies.

-Bueno... yo... quiero hablar contigo.

El frunce el seño denotando confusion.

-Bueno... Chris... durante este tiempo lo estuve pensando y... creo que ya no me gusta la ingenieria- Lo miro a los ojos y trato de buscar una reaccion en su rostro- Creo que voy a abandonar la carrera.

-¡¿Qué?!- Una vena salta en su frente y el susto que me provoco su exclamacion repentina hizo que ahogara un suspiro- ¡¿Como que abandonaras la universidad?!

-No, Chris, porfavor, tranquilizate- Mis manos intentan que se calme y el disminuye la tension que de repente emana todo su cuerpo- Dejame que te explique. Porfavor.

El asiente con la cabeza restregandose las sienes con las manos y yo me cruzo de brazos porque sabia que iba a reaccionar de esta forma.

-Yo... Chris... porfavor no te alteres. Es que... no me llama la atencion. Pense que seria lo mio, pero...- Sus ojos se posan en mi como si estuviera hastiado de lo que le cuento y no me lo pone nada facil...

-¿Pero?- La insistencia y la impaciencia solo hacen que cada palabra que digo sea mas dolorosa.

-Creo que... tengo otro sueño... quisiera... bueno si te vas a poner asi no se si vale la pena contartelo.

-¡Ya dimelo, porfavor!- Esta vez sacude los brazos.

-Quiero abrir mi propia pasteleria- Escupo de una vez y el entrecierra los ojos haciendo una mueca desagradable. El estupor condensa su rostro y yo siento nauseas.

-¡¿Una pasteleria?!- Exclama- ¡¿Por una pasteleria vas a dejar la universidad?!

-¡Pues no veo qué tenga de malo!

-¡Maldita sea, Rita!- Vuelve a gritar levantandose de un salto de la cama y yo lo miro al borde de las lagrimas porque, si esa vez lo hallaba distinto y extraño, ahora si que es un completo desconocido para mi- ¡Me quieres abandonar por una maldita pasteleria mediocre! ¡Me vas a dejar aqui solo porque si abandonas la universidad no te dejaran seguir viviendo aqui, conmigo!

-¡Eres un maldito egoista!- Exclamo arrodillandome en la cama y empuñando mis manos casi lista para golpear su pecho con ellas- ¡Solo te importa tu maldito bienestar, tu maldita carrera y nada de mi!

Un silencio breve pero funebre se instala entre los dos y yo no puedo evitar apoyar mi cabeza en la cama mientras las lagrimas escurren por mi rostro sin permiso.

-Rita... yo...- Dice el como si de repente se arrepintiera de algo que dijo pero yo me incorporo de golpe y tambien me pongo de pie y continuo con las manos cerradas en puños. Me veo triste y demacrada y al mismo tiempo aterradora. Si, furiosa como nunca antes lo estuve con nadie.

-NO ME TOQUES- Exclamo tomando llaves y dinero de mi mueble. El intenta detenerme pero sacudo mis brazos rechazando su toque- TE DIJE QUE NO- Vuelvo a ordenarle y el permanece parado como un idiota y mirando lo que hago. Me calzo las primeras zapatillas que encuentro y me seco las lagrimas casi con ira. En una mochila coloco una muda de ropa, todo el efectivo que tengo en la habitacion, mis otras pertenencias y algunas cosas mas. 

-Rita... porfavor- Su voz se oye quebrada y se que esta apunto de llorar.

-NO- Digo abriendo la puerta principal y el se acerca a mi unos pasos que yo retrocedo hacia afuera. Noto como una o dos personas salen a ver que sucede y la verguenza me quema las mejillas- Te confie mi mas grande sueño, lo deposite en ti y tu solo me rebajaste y me trataste de pastelera mediocre.

-Rita no- Las lagrimas corren por su rostro y hago un ultimo esfuerzo- No te vallas.

-Ya no me digas qué hacer- Digo como si derepente estuviera calmada- Si no puedes vivir con una pastelera mediocre que se atrevio a soñar algo distinto, esto es todo. Mañana buscaré un apartamento fuera de aqui y pasado mañana me mudaré.

-Rita- Es un mar de lagrimas. Sin embargo muevo mi mano de derecha a izquierda como saludandolo y me doy la media vuelta para marcharme.

Y lo dejo solo, en el medio de la habitacion B-M1N3, sollozando como el imbecil que es.

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