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꒰ ⌗ Único ! ꒱

El hombre de cabellos rubios corría agitadamente por aquel callejón estrecho y maloliente, escuchando los pasos que resonaban tras su espalda cada vez más cerca. La adrenalina corría por su torrente sanguíneo como una droga y, en vez de sentir miedo por estar siendo perseguido y cazado, sentía satisfacción por la excitante sensación de peligro.

—¡Mierda!

Gruñó molesto en cuanto resbaló gracias a algo viscoso y de procedencia dudosa en el suelo, no le tomó importancia y siguió corriendo, su corazón golpeando su tórax tan rápido y fuerte que era incluso doloroso. Pronto sus ojos captaron el siguiente obstáculo que se alzaba al final del callejón: un enrejado oxidado que dividía a la parte trasera de aquellos edificios y a la carretera principal.

Sin pensarlo mucho aceleró el paso y tomó impulso antes de saltar todo lo que sus ágiles piernas se lo permitían, rápidamente sus manos se aferraron al oxidado metal y escaló con velocidad el enrejado, llegando en tiempo récord a la cima y saltando gracilmente al otro lado.

Sonrió en cuanto aterrizó perfectamente de pie sobre sus botines de cuero –un calzado poco apropiado y nada cómodo para una persecución pero, bueno, se le veían divinos– y sonrió en cuanto escuchó el estruendo que provocó el cuerpo de su perseguidor al chocar contra la reja como mosquito en parabrisas.

—Eso debió doler —se burló, echando su cabello para atrás con una de sus manos—. Uy, ese golpe te dejó la cara horrible, ah, no, ¡ya eras así de feo!

Carcajeó con sorna al ver a su oponente gruñir con ira y, con toda la gracia que poseía en su delicado cuerpo, se inclinó dando una exagerada reverencia de despedida.

—Me encantó esta persecución pero estás fuera, yo gano y me retiro —canturreó engreído antes de enderezarse, sacar el arma negra de su cinturón y dispararle al matón sin darle tiempo de intentar huir.

Frunció la nariz con disgusto cuando la sangre salpicó su camisa Channel, pero decidió huir de la escena antes de que más tipos como el anterior le acorrolaran y le dejaran frío sobre el pavimento.

Nop, no quería morir, aún no modelaba para Gucci.

Así que huyó lejos, camuflándose con las sombras que bañaban los rincones de aquella ciudad, escabulléndose como un profesional para no dejar rastro y escapando con éxito lejos de los que le perseguían.

Después de todo, Agust D era el asesino más escurridizo de todos, no por nada ni la policía ni sus enemigos habían podido dar con él.

Y por eso mismo es que ahora una de las mafias más poderosas de Europa –y a la cual traicionó hace meses– le había puesto precio a su cabeza, premiando con una suma de millones de dólares al primero que le asesinara, por lo tanto ahora tenía a una horda de mercenarios, pandilleros y asesinos pisándole los talones en busca de clavarle una bala en medio de las cejas.

Pura mierda, nadie podía con él.

Con aquellos pensamientos, se deslizó por la azotea de un viejo edificio de departamentos después de varios minutos corriendo, adentrándose en uno de éstos por la ventana para, por fin, descansar debidamente después de una noche tan agitada.

Se desplomó contra el enorme colchón de su recóndito escondite cuando pudo localizarlo a tientas, pues las luces estaban apagadas, y sin quitarse la ropa se acurrucó mejor contra las mantas dispuesto a tomar un merecido descanso. Sin embargo, no pudo nadar por el mundo de los sueños ya que las luces se encendieron de imprevisto y pronto tuvo un delgado pero fuerte cuerpo apretándolo contra el colchón inesperadamente.

—Oh, cariño, estoy muy cansado para jugar esta noche —suspiró al ver los ojos oscuros de su amante frente a él.

Y en serio estaba cansado, porque en cualquier otra situación no hubiese dudado en empotrar al atractivo hombre pelirosa contra la pared y follarlo toda la noche. Después de todo, su amante era el mismísimo Kitty Gang y ese bastardo era caliente como el infierno, joder que si.

—Tranquilo, gatito, solo contaré tu garganta —ronroneó Kitty Gang con tono ronco, subiéndose sobre las caderas de Agust D y tomándolo fuertemente por las muñecas para inmovilizarlo.

Agust parpadeó sorprendido pero sonrió ladino en cuanto observó como Kitty sacaba una pesada navaja de su bolsillo trasero, sintiendo como rápidamente presionaba la hoja afilada contra su cuello hasta rasguñarle la piel.

Ni siquiera se inmutó, Kitty Gang era un mercenario que no dudaba en asesinar a alguien por un monto de dinero apetitoso, era un traidor muy desquiciado al igual que él y en su mundo no había lugar para sentirse deprimido por la traición de un simple amante. Menos sabiendo que su cabeza valía mucho en esos momentos y que Kitty –un gran amante del dinero– no se lo pensaría dos veces para deshacerse de él fácilmente a cambio de una jugosa fortuna.

Eran criminales al final de cuentas.

—Así que vas a entregar mi cabeza, dime, ¿cuanto dinero te ofrecieron? —se burló, echando la cabeza para atrás y dejando más al descubierto su cuello –el cual era rodeado por un choker de cuero– en una clara provocación.

—Muchos millones —tarareó el mercenario con una sonrisa mordaz en los labios pálidos y agrietados.

Si no estuviesen en la situación en la que estaban, Agust D hubiese tomado esa boca para besarla hasta dejarla hinchada y húmeda. Mierda, de solo pensarlo se sentía endurecer en sus pantalones.

—¿De wons o dólares? —preguntó, como si no estuviese siendo acorralado y amenazado de muerte por su amante.

—Mucho mejor, libras —confesó, inclinándose para lamer vulgarmente la mejilla del hombre pelirrosa.

—Vaya, no me sorprende. Son rusos a los que hice enojar —rió, sintiendo como el culo de Kitty se presionaba contra su entrepierna deliciosamente.

Ah, morir con Kitty Gang entre sus piernas. Literalmente era su jodido sueño.

—No debiste meterte con ellos, gatito, son buenos persuadiendo y ahora tengo que matarte —suspiró, su rostro imperturbable y serio, como si no estuviese balanceando sus caderas para restregar su culo contra la polla de Agust.

—Una lastima, ¿no es así? Tendrás tus millones pero ya no tendrás a quien montar como te gusta —se lamentó falsamente, elevando las caderas para golpear su erección contra el trasero (aún cubierto por pantalones) del mercenario en una embestida superficial.

—Quizás deje que JK tome tu lugar, claro, después de guardar el luto —se mofó Kitty Gang, viendo como la mirada del hombre pelirrubio se volvía dura, todo rastro de diversión desapareciendo de su expresión.

Agust D podría lucir como una bolita rosada, afeminada y adorable que amaba usar lencería femenina y maquillaje. Pero seguía siendo un sanguinario asesino que detestaba compartir y, joder, Kitty era suyo, su desquiciado y caliente chico con carita de muñeco de porcelana. No iba a permitir que nadie, ni siquiera su colega JK, le pusiera un dedo encima.

—Oh, tú no has dicho eso —rió falsamente, sus labios cubiertos con gloss apretándose en una mueca de evidente molestia.

El hombre pelirosa se encogió de hombros como si nada y presionó más fuerte la hoja afilada de la navaja contra el cuello de Agust D, viendo como la piel era cortada ligeramente y la sangre descendía con lentitud por sus clavículas. Aunque solo había sido un poco, lo suficiente para lastimarlo pero no para matarlo.

Aún no.

—Pero, tengo una idea tentadora en mente —susurró, inclinándose contra el rostro de Agust D hasta que éste fue capaz de visualizar de cerca la cicatriz que atravesaba uno de los ojos del mercenario.

—¿Cual? —gruñó, una mueca molesta en sus labios al pensar en que su camiseta Channel se mancharía con su propia sangre.

—Sé que tú también eres bueno persuadiendo, idiota, así que convenceme. Dime una buena razón para no matarte y huir con esos millones —pidió, lanzando la navaja lejos y enderezando la espalda para quedar correctamente sentado sobre el regazo del llamativo hombre.

Agust D sonrió y tomó las estrechas caderas de Kitty Gang entre sus grandes manos llenas de anillos, apretó la carne tierna de la zona tan fuerte que seguramente sus huellas quedarían grabadas sobre la piel de porcelana del mercenario y, con una sonrisa ladina, le acarició el culo sin pudor.

—Cariño, sabes que mi polla vale más que tus jodidos millones.

Y si, Kitty Gang lo sabía, más no lo admitió en voz alta, simplemente lo aceptó dentro de su mente mientras sentía como Agust le tomaba de la nuca para acercarlo, en seguida sus labios presionándose en un beso húmedo y caliente que le provocó un montón de escalofríos. El hombre pelirrubio sonrió para sus adentros antes de colar sus manos por debajo de la camiseta de Kitty, sus dedos recorriendo la piel pálida hasta llegar al inicio de los pantalones ajenos.

—Voy a follarte tan bien que no volverás a considerar la idea de traicionarme —susurró, mientras bajaba sus besos hasta la mandíbula ajena.

—Inténtalo —retó Kitty Gang, antes de bajar una de sus manos para desabrocharle el pantalón.

Lo primero que sus largos dedos tantearon fue la tela suave y fina de las bragas que portaba Agust, una sonrisa creció en sus labios antes de bajar su rostro a la altura del bulto cubierto de la sensual lencería y dió una juguetona lamida a la erección del hombre pelirrubio por encima de la tela. Enseguida, un gruñido abandonó la garganta de Agust, más no se movió ni un centímetro, dejándole todo el control al mercenario que le despojaba de sus costosas prendas.

—Eres tan caliente —ronroneó Kitty al quitar por completo aquellos ajustados jeans, dejando a Agust simplemente con unas delicadas bragas blancas que combinaban con su cabello.

Agust D se sonrojó, sus abultadas mejillas cubriéndose de ese rubor carmín natural que tan adorable le hacia lucir cada que se avergonzaba. Sintió como las grandes y finas manos de Kitty le recorrieron con dedicación cada centímetro de sus muslos, provocando que un suspiro gustoso saliera de su boca antes de quitarse la camiseta y la chaqueta por su propia cuenta, dejando su cuerpo al descubierto con tan solo las bragas protegiéndolo de la hambrienta mirada de Agust D.

—Voy a montarte como a mi me gusta —susurró, antes de bajar con su dedo índice la tela de la braga, pero solo lo suficiente como para que la erección ajena se liberara.

Agust soltó un jadeo al sentir los finos y gruesos labios de Kitty rodear su polla, echó su cabeza hacia atrás en un claro gesto de deleite y enredó sus cortos deditos en la cabellera rubia del otro hombre. Sintió su mente nublarse por el placer ante la calidez y humedad que rodeaba su hombría, pudo sentir la ávida lengua de Kitty Gang recorriendo su longitud y sus muslos temblaron cuando éste succionó con vehemencia su polla, casi como si su vida dependiera de ello.

Pudo sentir los toscos dedos del mercenario hundirse en la carne de sus muslos, seguramente aquellos dígitos quedarían marcados sobre su piel pero no le importa, ¿cómo podría importarle cuando se sentía derretir entre los labios hábiles de Kitty Gang? Mierda, si ese imbécil le traicionaba realmente extrañaría esto.

—Quiero que te prepares tú mismo —gruñó Agust D, mientras estiraba uno de sus brazos para tantear el buró al lado de la cama.

Cuando alcanzó lo que quería, no dudó en lanzarle la botella de lubricante al hombre rubio, quien rápidamente la tomó entre sus manos y –después de sacarse los pantalones y ropa interior con una velocidad impresionante– vertió un poco del líquido sobre sus dedos, antes de dirigir su mano a su propia entrada. Kitty Gang gimió quedito, sintiendo sus propios dígitos adentrarse por su agujero lentamente, sus paredes estirándose poco a poco mientras comenzaba a trabajar dentro de él. Una vez que se ajustó a sus propios dedos, volvió a rodear la polla de Agust D con su boca, comenzando a chupar con entusiasmo mientras se follaba con sus propios dedos.

Kitty se sentía en el paraíso, la erección de Agust D se sentía pesada, caliente y dura entre sus labios, la punta chocaba contra su garganta cuando descendía su cabeza para cubrir lo más posible. Mientras tanto, sus dedos taladraban dentro de su agujero, tocando su punto dulce de vez en cuando mientras su propia erección clamaba por atención, totalmente endurecida contra su vientre y goteando presemen por la rosada punta.

—Ven aquí, ¿estás listo para mi? —murmuró Agust D, mientras le obligaba a alejarse de su erección.

Kitty asintió enérgicamente antes de posicionarse a horcajadas sobre la cadera del otro.

Agust rápidamente colocó sus manos sobre la cintura de  Kitty y lo ayudó a mantener el equilibrio mientras sentía la mano de éste tomando su erección para alinearla contra su agujero. Kitty Gang jadeó al sentir como poco a poco la polla de Agust D se enterraba en su entrada, sus paredes estirándose y moldeandose alrededor de aquel grosor y sintiendo como los lugares correctos eran presionados en su interior. Gimió ronco, echando la cabeza hacia atrás mientras apoyaba sus manos sobre el torso descubierto del otro hombre para impulsar la primera estocada.

El sonido húmedo de las pieles chocando, los gemidos roncos y los gruñidos guturales componían una lasciva sinfonía dentro de aquella oculta habitación. Las sombras cubrían el cuerpo semidesnudo del mercenario, quién montaba con entusiasmo al hombre de mirada peligrosa y cabellos rosados. Se sentía en el cielo, follar con Agust D siempre se sentiría así, no importaba las veces que se repitiera la ocasión, hundirse en esa polla siempre sería su completa perdición.

Follar con Agust D era mucho mejor que el dinero.

En eso era en todo lo que podía pensar mientras saltaba con entusiasmo sobre aquel grueso miembro, las manos de Agust se habían aferrado a su culo, apretando con sus dedos la carne pálida y dejando sus huellas marcadas sobre la piel. Podía sentir la fricción de sus paredes contra la longitud de Agust D, el ángulo de las embestidas había encontrado su punto dulce y ahora lo taladraba con cada salto que daba. Sus piernas temblaban, su cuerpo era cubierto por una delgada capa de sudor que le perlaba la piel y le hacia lucir como un auténtico muñequito de porcelana.

Se sentía abrumado, extasiado y jodidamente duro, su polla rebotaba contra su vientre con cada salto y ya podía sentir como el líquido preseminal comenzaba a fugarse por la punta. Mordió su labio inferior en un gesto de satisfacción y enterró las uñas sobre el torso de Agust, viendo como el hombre pelirrubio hacia una pequeña mueca de dolor pero sin atreverse a quejarse, en cambio, le dedicó una mirada totalmente intensa que le hizo sentir el ser más deseado del puto universo.

Agust D siempre le veía así, como si fuese un ser irreal y celestial.

—Eres precioso, Kitty —gimió, mientras elevaba sus caderas para embestir con menor precisión al hombre rosa.

Kitty Gang se encogió completamente, temblando al sentir la polla de Agust golpear su interior profundamente, se deshizo en gemidos ante el nuevo ritmo bestial que los impactos tomaron. Los dedos de sus pies se encogieron, sus muslos temblaron un poco por el esfuerzo y sus gemidos se volvieron ligeramente agudos. Se inclinó hacia adelante para alcanzar los labios de Agust D, que seguía tumbado sobre el colchón, y lo besó con desespero, sus lenguas enredandose en un lío de saliva, gemidos y dientes chocando por el desordenado roce.

Un chillido vergonzoso abandonó su garganta cuando sintió la pequeña palma del criminal pelirrubio estamparse sobre uno de sus glúteos. Continuó besando a Agust a su antojo, logrando que el gloss que antes cubrían aquellos voluptuosos labios desapareciera y quedara un sabor dulce y artificial sobre su lengua.

Ah, mierda, como adoraba arruinar el maquillaje de ese maldito.

El calor descendió al sur de su cuerpo anunciando lo que pronto culminaría, se enderezó de nuevo sobre la cadera de Kitty y aumentó el ritmo de los saltos, buscando desesperadamente llegar al orgasmo. Un espasmo le recorrió desde la punta de sus pies al sentir la palma cálida y pequeña de Agust rodear su erección, su boca se abrió en un gemido silencioso cuando el estímulo sobre su desatendida polla llegó.

Y Kitty Gang simplemente sintió, muy deliciosamente, como llegaba a su límite.

Su cuerpo entero se tensó, un gemido alto llenó la habitación mientras se corría sobre la mano de Agust D, el líquido salpicando su vientre y parte del abdomen marcado del otro hombre. Tuvo que aferrar sus manos a los hombros de Agust para no caer sobre él, totalmente agotado, y fue cuestión de segundos para sentir como un líquido cálido se vaciaba en su interior, sacándole un jadeo gustoso ante la sensación.

Con un quejido agotado, se dejó caer sobre el pecho del hombre más bajo, su mejilla se presionó contra el hombro ajeno y cerró los ojos totalmente exhausto.

El mejor maldito sexo de su vida, como siempre que follaba con el jodido de Agust.

—Y bien, ¿mi polla vale más que tus millones? —preguntó Agust, burlón, mientras rodeaba los hombros de Kitty Gang con un brazo—. Más vale que si porque has arruinado mis bragas favoritas —añadió, mientras trataba de subir dicha prenda para cubrir su saciado miembro.

—Jodete, imbécil —Kitty Gang gruñó bajo, fingiendo descontento por su pregunta, aunque por dentro sonrió satisfecho.

De todos modos Agust ya sabía la respuesta.

Estar con él era mucho mejor que todo el dinero del mundo. Y ni millones de euros podrían lograr que él traicionara a su exótico y coqueto Agust D.

FIN
créditos fanfic: @fairyoonguis

꒰𝓣𝓣 𝚊𝚎 ♡︎... ꒱

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