La cortina metálica estaba cerrada y un candado bastante grande la sellaba en la parte inferior, las ventanas estaban perfectamente cerradas con otras cortinas metálicas y por los barrotes no era posible ver los escaparates, sus ojitos ahora se fijaron en el cartel negro que se encontraba pegado a la pared, donde ponía el horario y el menú del día. Pero no fue por ello que buscaba el cartel, fue más por el anuncio de trabajo.

Tomó el número que indicaba y lo guardó para llamar más tarde, tal vez tenía suerte y le hacían la entrevista, no tenía urgencia de un trabajo pero algunas horas en una cafetería le harían distraerse un poco.

—¿Está esperando? -Pegó un saltito al escuchar la voz de alguien a su lado, pero se calmó cuando percibió el aroma dulzón y fuerte de un Omega, suspiró aliviado irguiéndose en su sitio.

—De hecho estaba anotando el número para el puesto de camarero -Comentó y el castañito asintió sacando un juego de llaves con diferentes llaveros y algunas llaves inservibles, pero únicamente le dio las vueltas necesarias para desbloquear el candado, pues era incapaz de abrir la cortina metálica el solito.

—¿Me podrías ayudar, porfi? -Sus manitas se posaron en su cintura a la vez que soltaba un jadeo cansado, dejando visible su vientre.

El azabache frente a él abrió desmesuradamente sus ojos viendo el tamaño de aquella pancita, no dijo nada y con algo de dificultad alzó la cortina. Fue cuando se percató que el castañito embarazado era el dueño o encargado de la cafetería.

—¿E-Eres el jefe? -Inquirió tímido posicionándose detrás de él mientras que el restante se quejaba del mal funcionamiento de la cerradura.

—Uh, soy el segundo jefe... -Murmuró abriendo por fin la puerta de cristal, encontrándose con el local a oscuras y sin una alma, caminó olvidándose un poco del azabache que aún esperaba en la entrada sin dar un solo pasito y algo dudoso en si entrar o esperar una señal.

Sus manitas entrelazadas y observando lo poco que se podía apreciar en lo que el embarazado caminaba dentro encendiendo las luces y abriendo las ventanas.

Pudo darse cuenta de lo bonito y amplio que era por dentro, las mesas eran de madera y de decoración tenían un pequeño jarrito con unas pocas flores artificiales amarillas y otras lilas, mientras que las sillas del mismo acabado que las mesas tenían un lazo en la parte baja color blanco. En la barra habían diferentes bandejas donde iban las servilletas, sobrecitos de azúcar y popotes que estaban dedicados a quien quisiera tomar.

Habían diferentes estanterías decoradas con flores y fotos algo viejas, también habían altavoces y un equipo de música algo antiguo.
La vitrina que tenían en esos momentos estaba vacía, pero por los carteles que estaban encima pudo darse cuenta que era donde ponían los postres.

—¿Te vas a quedar allí? -El castaño preguntó desde la puerta de la cocina, con un bollo en la mano y una de sus mejillas llena del mismo postre, con la cabeza ladeada.

Algo avergonzado asintió bajando la cabeza y quedándose estático nuevamente dentro del local.

—¡Buenos días, TaeTae! -Nuevamente dio un saltito, a sus espaldas un Alfa cargaba una caja de cartón precintada y tapando su cara, detrás de él se asomó otro chico de unos cuantos centímetros más bajo, con unas bandejas tapadas.

—Uh... -El azabache pasó de su presencia y fue directo a la cocina, mientras que el pelirrosa le sonrió haciendo repetidas reverencia- Buenos días, ¿qué se le ofrece?

—Ah, bueno... pasaba por el puesto de camarero... -Dijo asintiendo a sus propias palabras, el otro le vio con rebosante alegría, dejando las bandejas en la mesa más cercana.

—¡Bienvenido! ¡Soy Jimin, serás mi compañero! -Casi gritó tomando su mano y haciendo unas cuantas reverencias más, mientras que el azabache procesaba la información sin entender.

En la cocina, Taehyung organizaba los postres en el refrigerador y Yoongi ordenaba las cajitas de galletas en las estanterías correspondientes, ambos muy concentrados en terminar rápido, Taehyung para comenzar a trabajar y Yoongi para ir a su propio trabajo.

Para su desgracia prometió a su novio ayudarle a Taehyung hasta que tuvieran un camarero y aunque no le molestaba estar con el gestante, pero había cosas que le llegaban a molestar, como pillar al castaño comiendo detrás de la barra o en vez de trabajar, estar sentado haciendo pucheros a la nada.

Al terminar de vaciar la caja de postres y de reponer las cosas que se habían agotado, salieron y lo primero que vieron fue a Jimin dándole un delantal al azabache, mientras le indicaba algunas cosas en la vitrina de cristal.

—¿Quién es? -Cuestionó bajito el Alfa cruzándose de brazos y achicando sus ojitos intentando percibir algún aroma proveniente de aquel chico.

—Vino a hacer la entrevista... no pensé que le cogiera tan rápido -Confesó colocándose su delantal, que ya no podía ajustar mucho por sus seis meses de gestación y teniendo un cachorro con mucha energía allí dentro.

Para cuando Jimin notó a su novio y a su mejor amigo, estos ya se estaban despidiendo, el castaño entrando a la cocina para pasar las cosas a la vitrina y el azabache caminando hacia él.

—Yoonie, te presento -Llamó eufórico mostrando una bonita sonrisa que hace cerrar sus ojos como media lunas, le atrajo hasta él y pudo calmarse cuando le clasificó como Omega- Él es mi novio, nos ayuda por las mañanas y tardes a abrir y cerrar -Dijo orgulloso presentando al Alfa.

—Mucho gusto, soy Kim Seokjin -Se presentó algo atontado, esa mañana salió a caminar y ahora tenía trabajo. Definitivamente no esperaba nada de eso.

꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱