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❝06❞

Por favor, si no leíste lo anterior, no entenderás ni papa sobre esto.


Hablé con ella unos minutos más hasta que llegó la medianoche y nos fuimos del bar.

¿Sería una mala idea hacerle preguntas sobre por qué estaba así y por qué habló con Mimzy sobre Alastor de que ella anduvo con él?

Maldita curiosidad.

—Eh... T/N... —la llamé y ella me vio.

—Dime.

—¿Podría hacerte una pregunta?

—Perdón, michi, no estoy interesada —dijo sin interés.

—Agh, ¡jódete! ¡No me refiero a eso, mocosa! —exclamé, mientras sentía que internamente quería morir por una segunda vez.

—¡Ja, ja, ja! ¡Perdón! —dijo a carcajadas—. A veces me salen con esas cosas y... no sé, tampoco quiero mentir.

Ay, qué fría es esta mujer. Me lastimó en menos de un puto segundo realmente.

—¿Qué quieres preguntarme?

—Ni mierda. Olvídalo —murmuré y vi hacia otro lado.

—Oh, vamos... ¿Acaso te lastimé? —preguntó y luego puso una mano en mi hombro.

—Solo cállate. ¿Quieres? —dije, malhumorado, agarrando su mano para quitarla de mi hombro y lo hice.

—Ay, Husk... Vamos. Somos amigos.

Me lastima mucho.

Minutos después, mientras que ella me molestaba preguntándome sobre lo que le iba a preguntar ni me fijé que estábamos ya frente a su apartamento.

—Solo mira, por estar hablando contigo llegamos aquí —murmuré, rascando mi nuca con fastidio.

—Bueno, si quieres, puedes pasar a mi habitación y te doy unas botellas. En el bar no bebiste mucho por entretenerme con esos naipes —dijo, dándome una pequeña palmada tras mi espalda—, y agradezco mucho eso, michi.

Con lo de la bebida ya me tienta demasiado. Aunque odiaba esa idea a la vez porque en ese lugar habían unos tipos a quienes les debía injustamente.

Subimos algunas escaleras hasta que llegamos a un pasillo y ella sacó las llaves para abrir su habitación y entremos.

—¡Ah, finalmente! —suspiró, acercándose al refrigerador—. Siéntate, si quieres.

Me senté en el sofá de mala gana.

—¿Aún sigues molesto? —me preguntó, dándome una botella.

—¿Qué crees tú? —murmuré, y abrí la botella.

—Ay, qué delicado eres... —susurró, prendiendo el televisor—. Mira, una película sobre ti —dijo riendo.

—¿Ah?

Sí, salían unos gatos. Solo era una película animada.

—¿Qué con eso? —dije, y seguí bebiendo.

—Oye, ¿en serio? ¿No sabes quiénes son estos gatos?

—¿No...?

—Es una película de Disney pues. Los Aristogatos —dijo, sentándose a mi lado.

—¿Me ves con cara de niñito?

—En efecto, sí —hice una mueca, confundido—, porque solo tienes un año en el infierno. Cuando alguien viene aquí es como si volviera a nacer.

Vaya.

—Me vale.

—Bueno, ahora mira la película —dijo sonriendo.

—¡Ja! ¿Nunca tendrás un amor como esos dos gatos, Husk? —me preguntó ella, carcajeando, cuando la película terminó.

—Ni que me importara —dije sin interés.

—Uy, quién sabe... Quizá encuentres el amor en este puto mundo —suspiró, levantándose y apagó el televisor.

La quedé viendo por un momento y desvíe mi mirada.

—En fin, puedes irte ya, si quieres.

—¿Ah? ¿Ya?

—Pues... No sé tú —dijo, encogiéndose de hombros—. ¿O vas a beber más? —se cruzó de brazos, sonriéndome.

—Ah... No, no, no. Suficiente con esto. Más tarde... Te veo más tarde en el bar —dije levantándome. Me despedí de ella y me fui lo más rápido posible de ese apartamento.

Quizá sí me gustaba esta chica. Vaya, qué cosas.


—Alastor, ¿por qué...? No quiero —murmuró T/N, mientras hablaba con Niffty. Estábamos en la casa de él.

—¿Por qué, cariño?

¿«Cariño»? Me jode que le diga así.

—Mira que no he dormido bien desde tu maldita visita...

—¿Visita? —dijo Niffty, emocionada—. ¿Andan ya?

—Ni lo quiera Lucifer —dijo T/N.

—Oh, querida, solo será una hora, quizá. Acepta esto como una disculpa por haber interrumpido tu sueño aquella madrugada. ¿Sí?

En fin, Alastor la quería invitar a ella para una cena. Si ella va, no habrá barlady en el bar. Carajo.

—Acepta, T/N —dijo Niffty.

—Ah, Niffty... Si supieras lo qué es este tipo... —susurró T/N.

Al final T/N, después de cinco veces que quiso dispararle a Alastor con una escopeta, se rindió, y aceptó la cita. Lo que me sorprendió es que me pidió permiso por ser su jefe y la dejé sin mostrar interés en esa tarde.

Alastor nos pidió a Niffty y a mí que nos quedáramos en su casa cuando él se fue con T/N en la noche. Ya qué, si iba al hotel iba a estar aburrido por la ausencia de T/N.

—¿Te pasa algo, Husk? —me preguntó Niffty, mientras que ella leía un libro.

—Ah, no —murmuré, mientras buscaba algo de alcohol hasta que encontré whisky.

—¿Seguro? Parece que mientes.

—Sí, sí, sí, niñita. Sigue leyendo tu librito.

—No soy una niña.

—Por favor, si tu altura...

—Morí a los veintidós años —me interrumpió—. Ahora me dirás: ¿qué te pasa?

—Nada.

—¡Ah! ¿Estás celoso? —preguntó, emocionada, acercándose a mí con rapidez.

—¿Qué? ¡No! —dije, alterado.

—¡Estás enamorado! No mientas... Conozco este tipo de actitud.

—Niffty, no, para nada. ¡Olvídate de eso! Ahora deja que beba esta mierda en paz. Gracias.

Me alejé sentándome en un sillón y empecé a beber lo que había encontrado de whisky e, inesperadamente de la nada, Niffty estaba a mi lado viéndome con atención:

—Dime.

—Agradece la maldita paciencia que te tengo y no molestes.

Ella siguió a mi lado esperando a una respuesta.

—Por favor, no molestes.

—Dime.

Empecé a sufrir de un pequeño tic en mi ojo.

—Vamos. De amigo a amiga —dijo, sentándose frente a mí en el suelo, esperando a que dijera algo y entonces se fue corriendo y a los pocos segundos volvió con una botella de alcohol barato.

Tenía tres opciones: echar lo que me quedaba de whisky para que ella se distrajera con eso, soportar la paciencia que tenía o hablarle. La primera suena genial, pero, mierda, se me hace difícil rechazarla y más la bebida que me estaba ofreciendo.

—¿Entonces?

—A ver, psicóloga Niffty —murmuré de mala gana, y agarré la botella de alcohol barato—, ¿si hablo me dejarás en paz? O sino tiraré todo lo que tengo de whisky y te jodes con eso.

—Solo dime y te dejaré en paz. Lo juro.

Fruncí el ceño, inseguro y dejé la botella en una mesita que había al lado y dije:

—Quizá... sí esté celoso. ¿Feliz?

—Eso que me acabas de decir no es la gran cosa, Husk —dijo, viéndome tipo «¿En serio?».

—¡Qué quieres que más diga!

—Bueno, si es que hay alguien que te guste de este grupo. Necesito a una pareja a quien molestar. Necesito amor en este grupo.

—Consíguete un novio y listo.

—¡No me refiero a eso! —dijo—. Me refiero a que necesito a una pareja aquí y, aparentemente, Alastor y T/N no es la mejor... Y eso que fueron novios cuando estaban... —ella se calló de inmediato.

Bueno, no era de sorprenderme después de escuchar la conversación de Mimzy y T/N en el club.

—Tranquila. Ya sospechaba de eso.

—Ah... T/N me volará los sesos si se da cuenta de esto... —suspiró, tranquila —. ¡Pero bueno! Entonces... ¿Es Alastor o T/N quien te gusta?

Me atraganté en ese momento de la nada.

—Ni mierdas Alastor —dije con desconfianza.

Entonces ella soltó un chillido, emocionada:

—¡Es T/N!

Ni dije nada y para ocultar mi inquietud agarré nuevamente la botella de whisky y seguí bebiendo para terminar la.

—Vaya lío en el que te puedes meter —dijo como si nada.

—¿Eh?

—Ni debería de decirte esto, pero... si Alastor se da cuenta...

—No me importa. Dudo que estos «sentimientos» vayan a durar más de un mes.

—Oh, vamos. Ella es una gran chica, y créeme, es súper cariñosa y atenta.

—¿Quién sería tan pendejo o pendeja para salir con un alcohólico? —susurré.

—Quién sabe, y sí, te escuché.

Solté un suspiro de mala gana:

—Bueno, ahí lo tienes, ya lo sabes.

—¡Sal con ella en una cita! Te puedo ayudar o quizá Rosie...

—¡Qué! No. Para nada. Ya escuchaste. Ni pienses en meterte.

Ella amplió su sonrisa, decidida:

—No hay por qué alterarse. Estoy cien por ciento segura que T/N le gustaría dar una vuelta y contigo, y eso que ella me ha dicho que tú y ella, cada vez que sale de ese bar, suelen caminar y hablar unos minutos por las calles. Pero a lo que me refiero es ir a un restaurante, quizá. T/N no tendría problema alguno por salir contigo.

—Dame el dinero, entonces.

—Ay, Husk. ¡Eres tú quien debe invitarla!

—Ya, ya, nos desvíamos del maldito tema. Ya sabes. Ahora ve y sigue con tu libro.

—Al menos piensa en lo que te dije, ¿sí?

—Sí, sí, sí.

Y ella se fue rápidamente feliz a seguir leyendo, pero luego se fue a otro lugar.

—Genial... —pensé, y dejé la botella vacía de whisky a un lado y agarré el alcohol barato.

—¿Cómo les fue? —preguntó Niffty cuando aquellos dos llegaron.

—Ah, bien... —dijo T/N sonriendo y vio a Alastor.

Carajo.

—Sí, muy bien, pequeña lindura. ¿No pasó nada malo aquí?

—No, Al. Todo estuvo tranquilo. Aproveché la hora que estuvieron afuera y limpié algunas cosas. Husk ha estado sentado.

Me incomodé un poco, hasta que sentí que alguien me quitó el sombrero.

—¿Me extrañaste, michi?

—¿Ah, qué putas? —me levanté de un solo y me volteé encontrándome a T/N sonriéndome—. Por Lucifer, devuélvemelo, T/N.

Ella se quedó y pensativa, y dijo:

—No —y se fue corriendo.

—¡Oye! Qué pereza correr, carajo.

No tenía otra opción y estuve persiguiéndola durante unos minutos hasta que ella me lo dio.

—Gracias, idiota —murmuré.

—Sí, yo también te quiero mucho —dijo, dándome una pequeña y delicada cachetada y se acercó a Alastor, tranquila.

—Cuánto drama, cariño... —dijo Alastor algo serio.

—¿Drama? No, Al —dijo T/N, tranquila.

Ambos hablaron un rato y Niffty se me acercó, emocionada:

—Dijo que te quiere.

—Ajá, claro... —murmuré.

Tendré en cuenta lo de la «cita».

|Husk celoso xD|

|Ya qué. Me despido con esto uwu. Gracias por leer y por el apoyo xd💕|

26/07/2020

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