05 | El ultimo intento
Institute Collodi
Omniscient's POV
—Por favor delfi me lo debes, yo te mande un audio de 2 minutos sobre el dentista—la rubia crea un puchero con ayuda de ambos labios provocando en su amiga rendición total y aunque no haya sexo involucrado en aquel audio si qué hay miles de detalles
—Me gustó, el me trataba como si fuese grande—Yamila sonríe encendiendo un cigarrillo en las gradas de la cancha de atletismo, saltando clases obviamente—después fuimos a su casa...
—¿Estas loca?—ella ríe puesto que no creía obtener tal reacción de su parte—Delfina no lo conoces de nada, no puedes ir a su casa. Los hombres de Saverio pueden ser peligrosos
—Tranquila era un chico normal, fue muy amable conmigo de verdad—poco convencida aspira por tercera vez el tubito entre sus labios—lo hicimos—el humo entra por el lado incorrecto provocando una tos molesta—ha estado bello, te juro que sabía exactamente lo que estaba haciendo. Aunque después no me sentí tan cómoda, mira me dio esto—hace entrega de un sobre con "Emma" escrito con tinta, la rubia no tarda en inspeccionar los billetes de colores en su interior
—Delfi...si estuvo bien no tienes de que arrepentirte esos hombres solo buscan pasar una noche así que acepta el dinero y--
Las manos de la del flequillo esconden cada centímetro de la boca de su amiga impidiéndole el seguir hablando pues Gaston y Pedro se recuestan en el césped debajo de las gradas creyendo que están solos.
—¿No fumas?
—Fumo cigarro electrónico, hace menos daño—con gracia golpea la cabeza del chico sin poder creer lo que sale de su boca. Yam muerde su labio inferior y sin vacilar abraza a delfi con todas sus fuerzas
—Gastaremos todo ese dinero al terminar las clases, para que así no tengas que pensar en ello ¿dale?—agradecida sonríe para después obtener un beso en su mejilla con sinceridad. La rubia decide dejarla sola ya que tiene un examen de matemática esperándola y deberá hacerlo si no quiere repetir año.
—Vale vale me fumo uno si me cuentas como sucedió—de pronto el interés se vuelve inmenso y con cuidado recuesta su cuerpo en la grada número 8 escuchando así con mayor claridad
—¿De que hablas?—ríe y a ella le gusta ese sonido
—No te hagas gaston ¿te besaste con Nina y no pensabas decírmelo?—el corazón de Delfina se agrieta en un microsegundo y a pesar de que sabe que no tiene derecho a reclamar tan solo un poco es desgarrador. Su cerebro no piensa mucho en ese momento y sus piernas se apoderan con fuerza bajando como si fuera una carrera y siendo observada desde abajo por el castaño.
Lo peor de sufrir por amor, es que sufras por alguien que nunca tuviste.
[ La teoría del espacio y tiempo puede aplicarse al mundo real porque el osado no desaparece, sigue con nosotros, en nuestro presente. El tiempo rebobina como un video qué pasa los mismos planos una y otra vez. Una vieja motocicleta, una rodilla raspada, un gesto simple. La idea de que avanzamos es una ilusion tal como dijo Einstein; las cosas cambian en la superficie pero en el fondo siguen igual.
¿Y si el dolor no es un obstáculo a vencer? Tal vez solo es un camino que recorres. Un detalle grabado en aquella motocicleta...que no te abandona jamás ]
Gaston
{...}
Con la espalda apoyada sobre su casillero Yamila observa detalladamente la férula que Nicolás mantiene en toda la nariz, el golpe fue tan duro que algunas venas de sus ojos se han roto manteniéndolos con pequeñas burbujas de sangre coagulada por dentro. Cualquiera que sepa de peleas me entenderá.
"¿Fuiste tú quien golpeó a Nicolás?"
No pasan mas de dos segundos y obtiene una respuesta por parte de Ramiro
"Por ti ❤️"
Bufa intentando negar lo bien que se siente leer aquellas palabras sobre su pantalla
"¿Estás libre esta noche?
Quiero verte..."
—Yamila...¡Yamila!—la voz del hombre de cabello blanco, director del Collodi, la obliga a volver a tierra—acompáñame a mi oficina por favor
Roma Norte, nivel 6
5:37 pm
—Por fin en la baticueva—burlesca sonríe ingresando en la habitación que solía ser de su hermana y ahora solo se utiliza para cajas de cartón y cosas ya olvidadas—¿Quien es? El chico del gueto supongo
—¿Que? Claro que no, es mi madre que no deja de joderme—sin más apaga su celular completamente evitando así obtener otra llamada
—Oye...ha sido Ramiro quien golpeó a Nicolás—inmediatamente delfi hace una cara de terror—dice que lo ha hecho por mi—pequeña sonrisa
—¡Yam! Le ha roto la nariz y yo que pensaba que Saverio era el peligroso—resopla acomodándose sobre un pequeño sofá
—Lo se, exageró pero Nico se lo merecía. Además Saverio sabe lo que hace y Ramiro está loco...ha dicho que quiere verme esta noche en su departamento
—¿Y tú vas a ir?
—Se que si le pido dinero me lo daría. No pague la cuota porque mi estupida madre le dio el dinero al estupido de su nuevo novio—frunce el ceño cruzándose de brazos
—Yam—juega con sus manos—¿qué hay entre ustedes?—la rubia mueve los hombros insinuando un "nada"—escucha si necesitas dinero urgente dímelo que yo le pido a mi abuelo, me da todo lo que quiero
Institute Collodi
Día siguiente | Receso
Con diversión ambas amigas intentan probar quien es más fuerte con una lucha que las suelas de sus zapatos se empujan hasta lograr que la otra caiga recostada contra lo que parece un castillo inflable en el área de infantes.
—Casi se me olvida. ¿Anoche viste a Ramiro?
—No, pero si al dentista—abre los ojos queriendo saber más y acomoda sus mechones revueltos—Me paga 500 euros simplemente por salir a cenar, pobre me da un poco de lástima su mujer lo dejo por alguien más joven y está destrozado. Dice que me parezco a ella por los ojos—ríe—está loco
Silencio durante unos segundos.
—Acerca de gaston...hubo algo entre nosotros o creo que comenzaba a haber algo pero ya no más—delfi baja la mirada y acomoda un mechón detrás de su oreja
—¿Y porque ya no? ¿Cual es el problema si está guapísimo?
—Sucede que sale con mi mejor amiga—refiriéndose a Nina un suspiro brota de sus labios, pues Pedro tenía razón tal vez si hubiese hablado con ella esto Noé ataría pasando
—Alto ahí. Primero, tú mejor amiga soy yo, no esa niña aburrida—sonríe—y segundo ¿como sabes que ellos tienen algo?
—Nina es perfecta, siempre lo ha sido—de inmediato Yam pone ojos en blanco sin creer lo que escucha
—Esa chica es un grano en el culo, créeme nadie la quiere cerca—animándola con solamente la verdad logra reconfortarla un poco, delfi debería quererse un poco más
—No puedo esperar para embriagarme esta noche—la castaña mira al cielo con una enorme sonrisa recordando la invitación que ha llegado en su bandeja—habrá personas muy interesantes
—Esperemos. ¡Dios mío! Será fantástico—chillan emocionadas—además dice Saverio que será en un lugar secreto y...¿ese es Gaston?
—Si, lo es—Delfina frunce el ceño al observarlo escapar del instituto en dirección a la motocicleta de Pedro la cual enciende con su propia llave y sale de inmediato—que extraño
MARGE
Roma 901
Cambiando el uniforme superior por una chaqueta amarilla deportiva gaston entra hasta la segunda fase del club sin servicio por la mañana, busca con la mirada a su cita pero lo único que encuentra son empleados lustrando el lugar.
En una especie de habitación con paredes negras y sillones rojos se encuentra el azabache inhalado una raya de cocaina bien hecha sobre una bandeja de color oro. Sorbe de su nariz lo más que puede y entonces lo llama
—¡Aquí!—el castaño se adentra hasta sonreír en su encuentro—no cambiaste nada ¿todavía andas con tu amigo idiota?
—¿Quien?—sonriente ante la decoración original del club toma asiento en su delante aún fascinado por el lugar
—Ese tal Águila..pichón--
—Halcón—ambos ríen con gracia por el nombre ridiculo que tomó como identidad. Ramiro abre ambas cervezas bien frías esperando a ser tomadas
—Estuviste así de cerca de romperle la cara este verano y eso me demuestra que tienes agallas. Toma—acepta la botella—Gaston, me agradas porque quieres crecer. Con apenas 17 años tienes maravillosos planes por delante
—Nunca me dijiste cuántos años tienes tú
—25. Lo suficiente legal como para involucrarnos, prueba un poco—sonriente procura hacer una segunda raya de coca para que la ingiera pero al no obtener respuesta lo deduce rápidamente—¿De verás? ¿Nunca lo has hecho?
—Por supuesto que si—toma el tubito dorado lo coloca en la nariz y aspira. Mala decisión pues ahora siente que se ahoga pero logra contenerse; el azabache sonríe—se siente bien, quiero llevar
—Genial, si Saverio está de acuerdo puedes
—¿Quien es Saverio?—limpiado la comisura de sus labios con pequeñas partículas de polvo levanta las cejas
—Mi tio, es el dueño de todo esto. Ahora no se encuentra está ocupándose de cosas más importantes ya que hoy tenemos un evento—asiente—deberías venir para conocerlo
—¿Enserio?—asiente sin preocupación—¿será aquí?—niega
—En un lugar secreto—con un guiño choca ambas cervezas en un brindis para después llevar la boquilla a sus labios y disfrutar de su tarde libre
{...}
Avenida 17
—Casi te había olvidado—intenta sonar gracioso al llegar justo a donde el mensaje de la chica había enviado hace unos 30 minutos pues al escapar de automóvil de sus padres de regreso a casa después de una terrible pelea la vida dio vueltas llegando ella así mágicamente al lugar en donde la motocicleta de gaston se encuentra atada a un poste.
—Tienes razón, parece un asterisco—graciosa señala el intento de estrella que gaston marco a los 14 y bajo aquel árbol de flores moradas ambos comparten una agradable risa
—¿Estas bien? Luces...triste—recordando un poco la pelea con sus padres mira hacia un costado, el no puede evitar sentir una opresión en su pecho por lo que toma su barbilla obligándola a ver sus ojos
—¿Tu estas bien?
—No—suspiro—me la llevare, no te apures puedo solo—sosteniendo su motocicleta azul cielo intenta encender el motor pero todos los problemas que tiene dentro de su cabeza le impiden hacerlo por lo que delfi sostiene con delicadeza su hombro
—¿Quieres que te deje solo?—ahogando las ganas de llorar por lo mucho que odia su vida niega con la cabeza y tan solo verla ahí con un suéter rojo que enaltece su piel lo hacer querer hacer algo más; en cambio toma su cintura abrazándola
Cuando dos almas que sufren se encuentran, el momento concreta en lo más profundo de ambos sabiendo que es el único lugar en el que estarán seguros sin ser juzgados.
Al separarse sus frentes descansan sobre la otra, sus narices se rozan haciendo una caricia que se enfoca en ambos pero como nuestras acciones hacen lo contrario a lo que nuestro corazón quiere el primero en alejarse es Gaston. Delfina está molesta y harta porque siempre termina actuando de la misma forma
—Mejor me voy—su boca no le permite hablar lo cual es tomado como respuesta—okey, adiós gaston
Mansión de Saverio
Zona dorada de Roma | 10:00 pm
Con un vestido azul brillante de dos piezas Yamila da el primer paso hacia el interior de la mansión, personas de toda clase bailando y saltando rodeados por nubes de humos, música y alcohol la pasan de maravilla. Las luces contrastan con cada centímetro de su piel, así mismo, forma una enorme sonrisa tomando la mano de la castaña. Quien en su lugar porta un atuendo plateado combinando con su maquillaje.
—¡Aquí esta el mas grande de todos!—el hombre de cabello negro se une en un abrazo junto a un conocido de chaqueta dorada—¡Hermano, mira a quienes te he traído!
—Nuestras divas, por fin las conozco. Un placer ¿comenzamos?—levantando la cámara que cuelga de su cuello Saverio asiente—primero los tres vamos que se ven fantásticos
Con sonrisas posan delante de los flashes regalándole al fotógrafo de la familia las imágenes perfectas para mostrar al dueño del negocio. Minutos después ambas amigas suben a la tarima, son preciosas eso no cabe duda y las palabras del hombre de chaqueta dorada las hacen sentir poderosas. Modelan con sensualidad sin intentarlo y está claro que son dos Angeles caídos del cielo.
—¡Nos ganamos la lotería!—Saverio golpea el pecho de su sobrino sobre aquella camisa de satin rojo casi abotonada y mostrando la mayor parte de sus pectorales bien definidos—¡Upa! Ya veo como va la cosa. Estas enamorado de la rubia—suelta una carcajada al encontrarse con unos ojos oscuros y sin la típica emoción por asistir a una fiesta de este estilo, ya no es su Ramiro y eso está claro—Recuerda que es trabajo
—¿¡Que clase de trabajo!?—molesto empuja su pecho sobre el saco formal. Su respiración es caliente por causa de la rabia pero logra contener sus puños en su lugar
—Esas dos son chicas comunes ¿las ves bien? Miralas si desean estar aquí
—Las veo, pero no creo que estén buscando un proxeneta—saverio pone ojos en blanco y sin permiso toma sus hombros obteniendo toda la atención
—¿Pero que dices? Nosotros ofrecemos un servicio, les estamos ayudando a hacer algo que han elegido libremente ¿acaso las forcé yo a entrar?—silencio—¿las forzaste tu? No; somos hombres de negocios recuerda eso—tomando su celular abre la cámara grabando a Yamila correr hacia ambos
—¡Deja de filmar!—baja el celular de inmediato a causa de su molestia
—¡Ey! Solo quería un souvenir
—Pues guarda los souvenires en tu cabeza, Saverio—señala mientras Ramiro lo único que puede hacer es sentirse pequeño ante la figura de su primo quien lamentablemente tiene todo el control en el negocio
—Vale, una disculpa señorita Storti. ¿Vamos a bailar?—toma su mano derecha obligándola a caminar, el azabache al mismo tiempo entrelaza sus dedos varoniles con la rubia pero son solo unos segundos después que se ha soltado para seguir a Saverio.
3 horas después
Carcajadas dentro de los sanitarios femeninos resuenan entre paredes, ambas chicas mirándose al espejo y viendo imágenes borrosas por causa del alcohol retocan su maquillaje.
—¿Ya estas ebria?—Delfina pregunta entre risas colocandose brillo labial
—¡No, pero lo estaré!—la otra levanta el brazo con tanta fuerza que todo el alcohol cae al suelo revelando su estado verdadero
—¡Estas loca!—poco le importa que su atuendo se haya mojado pues las sensaciones de poderío son aún más fuertes que un simple vestido arruinado—presiento que esta noche sucederá algo inesperado...
—Escucha, lo que dije antes sobre Ramiro era mentira—sosteniéndose sobre la pared sus mejillas se sonrojan y Delfina inmediatamente levanta ambas cejas en regocijo
—¿¡Ah de verdad!? Nunca me lo habría imaginado—bromeando guarda su maquillaje en el interior de su bolso, su amiga guarda silencio tratando de mantenerse sobre sus tacones hasta que se decide a soltar sus pensamientos
—Creo que lo amo—con el rostro escondido entre sus manos
—Wow...¿y el que siente?—toma la pajita para ingerir su cóctel sedienta
—¡El es un idiota! No para de preguntarme sobre el dentista y que si sucedió algo más que la cena; se que lo hace porque está celoso—una segunda carcajada proveniente de la castaña la hace enrojecer más de lo debido
—Míranos, a ti te gusta uno que te deja dormir con otros hombres y a mi uno que duerme con mi supuesta mejor amiga. ¡Deberíamos estar en un manicomio!—unen ambos tragos en un brindis
{...}
Yamila mueve sus caderas al ritmo de la música rodeada de cuatro chicos que desean poder tenerla a solas en algún momento de la noche pero lo único que ella hace es mirar de reojo al azabache que se encuentra sentado sobre un sofá de pieles iluminándose en colores neones.
Decidida avanza con sensualidad hasta sentarse sobre su regazo el no pierde oportunidad para mantenerla ahí mismo; saca una pastilla rosa de su bolsillo hacia ella
—¡Déjame probarla!
—¡No! Solo tengo una y es mía—la chica lucha por arrebatarla de su mano pero Ramiro toma la iniciativa al meterla a su boca—¡No!—con una sonrisa Yamila arrebata sus labios en un beso que lo saca de órbita hasta que es demasiado tarde para descubrir lo que ha hecho
—Ahora es mía—saca su lengua mostrando la pastilla circular en ella. El de rulos sonríe mientras las manos femeninas toman su camisa de seda roja—baila conmigo
No hace falta rogar para lograr que se encuentren a mitad de la pista con una energía a tope corriendo por sus venas; Ramiro la sujeta por detrás dejando infinidad de besos sobre su mandíbula, ella se estremece al escuchar los halagos que resuenan en su piel.
Es toda una tentación pero es solo suya.
En la barra de bebidas Saverio se encuentra observando cada mínimo detalle de esos jóvenes, tomando su whisky escocés e ideando alguna estrategia para que su sobrino vuelva a tener la cabeza en su lugar pues al examinar las sonrisas tan grandes que le regala a Yamila comprueba lo que el ha estado pensando desde hace tiempo: El amor te jode de mil maneras.
—¡Estos cócteles están increíbles!—la pelinegra acomoda su coleta alta enalteciendo su postura
—¿Sabes cual es la diferencia entre Yamila y tú?—sin pensarlo demasiado sonríe de manera obvia
—¿Que ella está más loca que yo?—responde al mirar como se deshace de la camisa del varón a mitad de la pista y el cual no hace más que tomarla en sus brazos para que no se aleje ni un centímetro
—Son dos tipos de locura. Una no te deja pensar y te lleva a hacer cosas dementes, como cambiar el precio acordado con los clientes, esa es la locura de Yam—trago—Luego existe una locura lucida...¿me tienes miedo?
—...S-si
—Buena chica, por eso eres mi preferida—Saverio se aleja dejándola con el estómago revuelto y no precisamente por el alcohol sino que con lo peligroso que es teme que pueda hacerles daño
Lanza la copa de cristal al suelo sin importarle demasiado y en cuanto mira hacia una de las varias entradas Gaston ladea la cabeza en busca de Ramiro, quien por supuesto lo ha invitado para hacer negocios formales de una vez por todas. El corazón le late a mil por segundo y como sus piernas le permiten corre arrebatando a Yamila de la boca del azabache.
—¡Yam! Gaston está aquí ¡Date la vuelta!—la rubia aturdida por sus palabras al igual que la fuerte música trata de mantenerse lúcida—¡Ayúdame por favor!
Asiente tomando el brazo de Ramiro hacia el lado contrario. Por su parte Delfi camina a paso apresurado sin dejar de observarlo, está bastante guapo pero sus sentimientos no pueden traicionarla en este momento
—¡Preciosa! Saverio dijo que querías verme—el fotógrafo de la chaqueta dorada toma sus caderas guiándola hacia la pista de baile
—Oh si, solo necesito ir al baño—deja un beso sobre su mejilla para despistarlo y cuando puede corre en dirección al cualquier puerta que pueda utilizar para escapar
***
—Sígueme—da una palmada sobre su espalda quien sigue al chico que abotona la camisa que había perdido sobre la pista luciendo ahora más presentable—¡Saverio! Este es el chico del que te hable, el es nuestro jefe de operaciones
—¡Podrías haberte puesto una camisa!—ríe burlesco tomando a una morena de cabello afro a su derecha—Vayamos arriba, podemos hablar mucho mej--
—¡Heey!—con inercia una rubia cae sobre el lado izquierdo siendo atrapada por Saverio al mismo tiempo en que Gaston tiene la boca entreabierta dándose cuenta de su identidad
—Aquí está ¡el alma de la fiesta!
—¿Gaston? ¿Tu que mierda haces aquí?
—¿Se conocen?—asiente con la cabeza, bastante mareada—bueno llama a de--
—¡Shh! Siempre hablas de trabajo mejor tráenos un trago ¡pero de champaña!—Saverio enarca una ceja hacia su sobrino quien prácticamente tiene un rostro de pocos amigos ya que se encuentran demasiado cerca
"¿Ya se fue?"
Encerrada en uno de los varios baños de la mansión espera una respuesta rápida y aunque la obtiene no entiende en absoluto. Los tragos se han pasado de limite
"odfglk fhdbb"
"¡Yamila! ¿Todo bien?"
Metros lejos sobre el sofá la rubia mantiene su teléfono cerca de su rostro tecleando las letras como sus ojos le permitan pues en este punto absolutamente todo lo ve doble
"Tu tranquila yo me ocupo
del chico del gueto"
—¡Vamos a dar una vuelta!—quitándose los tacones y lanzándolos hacia ninguna dirección se levanta completamente mareada—necesito aire fresco
—¿No te sientes bien?—de inmediato Ramiro toma su pequeño rostro percatándose que la pastilla le ha enrojecido ambos ojos, no está ebria: está terriblemente drogada
—Estoy bien
—Yam si no te sientes bien te llevare a tu casa en este momento—busca mantener su cuello en posición pero está que cae sobre el suelo en cualquier momento—me puedo quedar contigo esta noche ¿me escuchas?
—No te la vas a llevar a ningún lado. Quiere dar una vuelta nada más, vamos todos—maldiciendo la manera en que Saverio la toma del brazo sigue sus pasos dándole una mirada a Gastón que lo hace comprender que es lo que sucede
***
Con un tacón roto y el vestido empapado de champaña Delfina llega a una estancia que no había visitado pues caminar por toda la mansión intentando escapar de Gaston la ha llevado a una sala en donde parejas parecen tener sexo sin percatarse de qué hay compañia. Pero eso no le importa demasiado cuando se acuesta sobre un sofá libre vomitando dentro de un baúl decorativo.
***
En el estacionamiento de la gran residencia Saverio en encuentra balanceando a Yamila con diversión imagen que llena poco a poco de rabia hacia el chico de camisa roja.
—Dale las llaves de la camioneta al estudiante
—No le daré las llaves, ¿que carajo dices? No debe tener licencia—gaston soba su cien arrepintiéndose por haber asistido pero agradecido a la vez por conocer un poco más sobre la rubia y así mismo quiere ayudarla a salir de ahí
—¿Cual es tu problema? ¿Eres policía vial?
—Sabes cual es mi problema—saverio suelta una carcajada mirando de reojo a una Yamila sin zapatos con los cabellos rubios revueltos ocultando su rostro con el maquillaje destruido
{...}
Gaston aumenta el agarre sobre el volante pero con poca concentración pues escuchar a un hombre de 40 con una chica de 17 en la parte de atrás y mirando por el retrovisor los besos que deja sobre su piel sin permiso alguno lo hace sentir inútil por no poder intervenir.
—Yam ¿quieres vomitar? Eso te hará sentir mejor si quieres me detengo—el castaño la mira de reojo bajando un poco la velocidad—¡Déjala en paz! ¿¡No ves que está drogada!?
—¡Metete en lo tuyo niño!—el hombre grita con enojo y lo único que se escucha son los sollozos de la rubia intentando separarse de aquellos brazos aterradores
Ramiro ya se encuentra con la nariz completamente roja pues a pesar de no hacer ni un ruido sus mejillas se han humedecido por las lágrimas de impotencia, la está lastimando y se siente un completo hijo de perra por no poder hacer nada. Aunque una idea ilumina su mente y tan solo basta mirar a Gaston con un asentimiento de cabeza.
El castaño toma su señal y derrapa la camioneta con toda la velocidad posible estrellándose contra el poste de luz más cercano.
¡Próximo y último capítulo! Nos vemos en unos días...
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