
Capitulo 21
A la mañana siguiente desperté en un lio de extremidades, mientras dormíamos las almohadas que había puesto en el medio como barrera se habían caído, y ahora sus brazos rodeaban mi cintura y nuestras piernas estaban entrelazadas.
Tratando de no hacer ningún movimiento brusco que lo despierte lo observe dormir, su rostro estaba pacífico y parecía tener un buen sueño ya que estaba babeando.
Al verlo no pude evitar sonreír y con mi mano tocar uno de los rizos que caían por su frente, su cuerpo parecía estar mejorando luego de todo el mal trato que le daban en Azkaban, aunque sabía que mentalmente nunca iba a olvidar todo lo que había sufrido.
Era un milagro que no hubiera perdido la cabeza, no del todo al menos.
-Esto es mejor que esa estúpida cama vieja -la voz de Sirius me sorprendió
Se acurruco más contra mi buscando el calor, casi tapándome por completo con su cuerpo, casi.
-Si, que no se te haga costumbre pulgoso -había cariño en mi voz mientras pasaba mis dedos por su pelo rascando ligeramente su cuero cabelludo con mis uñas
-Oh, por favor no dejes de hacer eso -suspiro con satisfacción mientras inclinaba más la cabeza hacia mi mano
Me empecé a reír al ver su comportamiento de perro salir a la luz.
¡Ay, Sirius!
Nos quedamos acurrucados sin hablar, el silencio no era incomodo, y no sabía porque no estábamos separándonos ya... o tal vez si lo sabía, pero ninguno quería hablar de eso.
Solo disfrutar del momento sin preocuparnos de nada.
-Será mejor que me vaya, antes de que todo el castillo se despierte -suspiro antes de levantarse y ponerse la camisa otra vez
-Si, te ayudare a salir -no pude evitar estar un poco decepcionada, no quería que se vaya-. No pienses que voy a olvidarme de lo que paso anoche -me miró un momento como si quisiera leer mis pensamientos y después sonrió seductoramente
- ¿Que paso anoche, pequeña loba? -me miró levantando una ceja
-Hablaremos más tarde de eso, en la tarde ya todos sabrán que estuviste aquí, tenemos que sacarte ahora que podemos -
-Si, señora -
[...]
Los alumnos alrededor de Ron no se perdían de ninguna palabra mientras relataba su historia, contando como Sirius Black había entrado en el cuarto de los chicos con un cuchillo dispuesto a masacrarlos, pero que él lo había ahuyentado.
Deje de escuchar los chismes, intercambie una mirada con Remus que sacudió la cabeza, después del show que había montado Canuto se sentía un poco decepcionado de su amigo.
Bostece y trate de enfocar mi atención en otra cosa que no sea la cara decepcionada de Lupin o las historias absurdas, pero con imaginación de Weasley.
-Debe de sentirse cansada de sus... actividades nocturnas profesora Williams. Trate de tomar un poco ese café muggle que siempre toma, tal vez eso le aclare las ideas -levanté la vista sorprendida hacia la voz desagradable de Severus
¿Actividades nocturnas? ¿Podría él saber algo de Canuto?
La sonrisa maliciosa y esos ojos negros achispados de maldad me lo dijeron todo, él sabía mi secreto, nuestro secreto.
Me recompongo rápidamente de la sorpresa y pongo una expresión de burla en mi cara, podía sentir el latido acelerado punzando en mis oídos.
-Para, Severus. Cualquiera que te escuche diría que estas acosándome -su sonrisa nunca dejo su cara y la mía perdió el color considerablemente
Ya no tenía hambre, mi estómago solo se retorcía de los nervios.
[...]
Era de noche cuando Remus y yo nos encontrábamos vigilando los pasillos oscuros, hoy nos tocaba a nosotros la vigilancia.
-Te digo que lo sabe, Remus -repetí otra vez como si estuviera sordo y no me hubiera escuchado
Él suspiro cansado.
La situación en la que me había puesto Snape había sido suficiente para mantenerme ocupada en hacer mi trabajo y no ir a ver a Sirius en todo el día, estaba paranoica y cada ruido en los pasillos me ponía alerta.
Si esto era lo que quería Snape, entonces lo había logrado.
-Ava, solo respira y cálmate, estoy seguro de que no es nada y solo estas imaginando cosas -me interrumpió al ver que iba a hablar otra vez, grosero-. ¿Lo dijo directamente? ¿dijo que estabas ocultando a Sirius Black? -me miro expectante
Tenía que ser el prefecto perfecto Remus Lupin.
-No, pero sus insinuaciones son raras -me miro divertido, sus labios temblaron conteniendo su risa
-Tal vez le parezcas um... interesante -se río de mi cara al ver sus intenciones
-Ni siquiera voy a contestar a eso -levanté mi mano y lo ignoré
-Solo digo que... -
-Shh, cállate -dejamos de caminar y nos quedamos en la oscuridad del pasillo escuchando en silencio
Volví a escuchar voces y miré al licántropo a mi lado para confirmar que no había sido solo yo imaginando cosas.
Dimos la vuelta el pasillo y nos encontramos al señor murciélago regañando a Potter.
¿Y ahora en que líos se había metido?
-Profesor, veo que todavía sigue acosando a la gente -mi voz resonó en el silencio a lo largo de todo el pasillo
Sobresaltándolos a los dos.
-Vaya, vaya. Lupin y Williams, dando un paseo... a la luz de la luna. Que romántico -los ojos maliciosos de Snape nos miró antes de volverse al pobre de Potter que parecía querer desaparecer
¡Vaya día que había tenido!
Terminando la noche con un licántropo, un acosador obsesionado con el negro y un niño que solo se metía en problemas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro