- ¡Oh, si nena! -volvió a suspirar de placer Sirius- ¡EL AGUA SE SIENTE INCREÍBLE! -grito de repente, al mismo tiempo que se escuchó un grito agudo y un gran chapoteo

Por favor que no este muerto, no quiero el cadáver de un buscado asesino en mi baño.

-Oye, Sirius... ¿estás bien? -pregunte abriendo solo un poco la puerta del baño dejando salir el vapor de la ducha

Realmente no podía ver nada entre la neblina, solo distinguía una silueta.

-Si, solo me caí -murmuró antes de apagar la ducha-... no le cuentes a Remus -hablo después de estar unos minutos en silencio

Me reí de sus idioteces y volví a sentarme en mi cama a esperarlo.

-Lo voy a pensar -volví a reírme

Era muy tentadora la idea de contarle a su amigo como Sirius cantaba en la ducha, desafinando hasta que te haga sangrar los oídos, y de su desastrosa caída y su grito de niña asustada.

Aunque algo me decía que a Remus ya nada le sorprendería viniendo de su amigo.

-Oye, princesa, estoy decente ya puedes mirar. Solo no babees mucho -su voz me devolvió a la tierra de mis pensamientos

-Ni que fueras tan... -me incorpore levantando la mirada- impresionante -termine la frase después de boquear un par de veces

Ahora si había algo más que tentador, solo que esto no podía decírselo a mi gran amigo Remus.

Si se enterara que traje a Sirius al castillo me mataría.

Evidentemente era demasiado arriesgado lo que había hecho, pero solo quería hacerlo sentir bien, aunque sea por un momento.

Su cuerpo seguía delgado de los malos tratos en Azkaban, pero por lo menos ahora con la comida que Remus y yo le habíamos proporcionado había dejado de verse desnutrido y su cuerpo volvía a tomar forma.

Las pociones también ayudaban a hacer su magia.

-Pensé que dijiste que estabas decente –

Lancé una mirada significativa a la toalla que llevaba anudada a sus caderas y evité mirar su abdomen marcado en V y la línea de vello oscuro que se perdía dentro de esa toalla.

Demonios, también tenia tatuajes en el pecho.

¿Era solo yo o de repente en la habitación hacia más calor que de costumbre?

-Te dije que ibas a babear -sonrió haciendo notar su bigote y su barba más recortada y prolija

Podía entender porque todas las mujeres se arrojaban sobre él en su época, debajo de toda esa mugre había un hombre apuesto.

-Por lo menos ahora ya no tienes pulgas -cambie de tema señalando su pelo negro, que, aunque seguía enmarañado ahora estaba limpio-. Mientras que te estabas bañando arregle y limpie un poco tu ropa -le entregue su viejo uniforme de preso casi como nuevo, casi

Hizo una mueca de desagrado, pero acepto la ropa que le tendía.

Por el momento era lo único que podía ofrecerle, no es como si tuviera ropa de hombre entre mis cosas.

Y no era tan buena en transfiguración.

-Mañana saldré a Hogsmeade y te traeré algo mejor que eso para vestirte, hasta entonces tendrás que aguantarte -desvié la mirada cuando dejo caer la toalla al suelo sin pudor alguno y comenzó a vestirse

Tal vez pensaba que no lo estaba mirando y por eso dejo caer su toalla.

Tal vez...

-Y te lo agradezco realmente, Ava. A ti y a lunatico por todo lo que están haciendo por mi -sonrió mientras terminaba de abrocharse la camisa a rayas

-Tus tatuajes, son interesantes. ¿qué significan? –

Había visto los tatuajes que tenía en el pecho, parecían runas.

¿Los tenía desde antes de entrar a Azkaban o se los había ahí?

-Tienen su significado -asintió con la vista perdida en el piso-. Tal vez algún día te cuente la historia -levantó la mirada para sonreírme

-Tal vez -correspondí su sonrisa

[...]

Camine por los pasillos desiertos de alumnos, alumbrando el camino solo con la luz de mi varita.

Me había despedido del animago y ahora solo tenía como objetivo llegar a mi habitación sana y salva.

Giro en uno de los pasillos y me doy de lleno la cara contra el cuerpo de alguien. Entre la oscuridad y la penumbra distingo unos ojos mirarme, una túnica negra y un pelo grasiento que brilla con el reflejo de la luz.

Lo que me faltaba.

-Señorita Williams -lo dice en un tono de burla que me asquea- ¿son estas las horas de llegar?, vaya ejemplo le debe dar a sus alumnos -

Maldita serpiente, espero que te muerdas la lengua y te envenenes.

-Que considerado de tu parte pensar en mis alumnos, Severus. Lástima que hoy no esté dando clases -fingí hacer una cara de lastima

Sentía el ardor en mis ojos por mostrar mi verdadera identidad, pero reprimí mis impulsos de querer saltarle al cuello.

Es lo que él quería después de todo, que me descontrole, y así poder echarme de una vez por todas.

-Eso es lo que más me interesa, desaparece y nadie más parece darse cuenta -sus ojos malignos brillan en la oscuridad-. Escondes algo más que la luna... y lo voy a averiguar -por el mismo camino que vino se fue y yo solo pude quedarme quieta viéndolo alejarse

Snape estaba demasiado interesado en descubrir que era lo que hacía en esas desapariciones. Tenía que tener más cuidado con él o pronto iban a descubrir a Sirius, y esa no era una opción.