Capítulo 3: Nuestros II
Ser padres no es una cosa fácil o difícil.
O, tal vez ellos tuvieron mucha suerte.
Wei Ying y Wei Yang son dos bebés realmente tranquilos. Ellos no lloran, no se quejan. Son demasiado quietos para ser tan pequeños.
No es como si supieran de niños o algo parecido; pero se tiene bien en cuenta las constantes 'quejas' de padres porque sus bebés son unos niños llorones, exigentes y un total caos que ni siquiera les permiten cerrar un ojo sin dejar un total desastre. Xie Lian recuerda por Guoshi que él sí era un niño llorón.
Su madre sufría las consecuencias de sus llantos y exigencias. Entonces, mirando a sus hijos piensa con simpatía que su madre realmente le tuvo una infinita paciencia, y aun así a él no le tocó vivir aquello.
El primer día cuando llegaron a su hogar, en el Reino Fantasma. Hua Cheng de inmediato llamó a su subordinado y que prepara todo para dos bebés.
ㅡUn niño y una niña, no más de cinco lunas... ㅡtarareó pensativo mirando a Wei Yang en sus brazosㅡ....son gemelos, no pueden estar separados..
Xie Lian posó una mano sobre el hombro de su esposo. Él tenía una sonrisa gentil en su hermoso rostro. ㅡTranquilo, San Lang... ㅡdijo, transmitiéndole su propia calma. Le parecía realmente adorable su actuar debido a su inexperienciaㅡ...estará todo bien...
ㅡAlteza ㅡpronunció, con el amor floreciendo nuevamente en su interior. Mirando a su amado cargando a su hijo con tanto cariñoㅡ...lo estará...
Si Su Alteza lo decía con tanta seguridad es porque así sería. Y, por supuesto que él no se equivocó.
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Cuando decidieron presentar a sus hijos, en el Reino Celestial. Fue más que nada debido a sus semanas de ausencia con contantes, "perdón por no poder asistir, tenemos doble contratiempo que requiere nuestra atención".
Esos malditos Oficiales Celestiales no aguantan nada. Pensó Hua Cheng con desagrado. Lo único que Di Crimson Rain deseaba, era encerrarse en Paradise Manor con su esposo e hijos, y disfrutar de la calidez familiar como nunca.
Pero no, siempre molestándolos con sus deberes como Emperador Marcial.
Así que lo hicieron.
Ellos llegaron a la Capital Celestial, los reunieron a todos en el Gran Salón Marcial, y, mientras cada uno cargaba un bulto de mantas, Su Alteza habló. ㅡPerdonen mi ausencia, pero realmente requerimos de este tiempo para poder acostumbrarnos a nuestro nuevo cambio de vida..
ㅡSu Alteza, comprendiendo lo de su nuevo cambio de vida, ¿por qué tantos días? ㅡinquirió su más querido amigo, batiendo su abanico delante suyo. Shi QingXuan lo miraba estudiándolo minuciosamente, con ojos picaros.
Luego de lo ocurrido con su viejo amigo, Lord Wind Master. Pasaron años antes de que él muriera por cosas de la vida y afortunadamente volviese a reencarnar, para luego volver a ascender a pesar de todo. Xie Lian estaba feliz de mantener a Shi QingXuan como un gran amigo, es uno de los pocos que se mantuvo junto a él en sus peores momentos cuando ascendió por tercera vez. Incluso, extrañamente logró de alguna forma reestablecer su relación con He Xuan. Fue una historia bastante complicada. Pero al menos todos son felices.
Xie Lian sonrió cortés de vuelta. ㅡLord Wind Master, respondiendo a su pregunta ㅡle dio un vistazo a su esposo quien se acercó más a élㅡ..tenemos un anuncio muy importante que hacerles....
ㅡSupongo que, ese anuncio tiene que ver con el bulto que cada uno lleva en sus brazos, ¿verdad? ㅡFeng Xin directo al grano, mirándolo con ojos entrecerrados de brazos cruzados.
A pesar de la mirada asesina que Hua Cheng le dio a Feng Xin, el Dios marcial no retrocedió en su determinación en cuanto a su pregunta. Después de todo, le llamaba demasiado la atención que ambos sostuvieran ese par de bultos como si sus vidas se fueran a acabar.
ㅡEs ahí a donde queremos llegar ㅡXie Lian respondió con una suave sonrisa. Él le dio un asentimiento a Hua Cheng como dándole la palabra, para que fuera quien diera la maravillosa noticia.
ㅡConozcan a nuestros hijos. Wei Ying y Wei Yang ㅡanunció Hua Chengㅡ...son gemelos, hijos de Su Alteza y yo..
En silencio quedó el gran salón marcial. Todos miraban incrédulos a la pareja, intentando procesar lo que se les acababa de confesar. Fue, de hecho, Shi QingXuan el primero en dejar salir un grito de alegría antes de acercarse hasta los amantes.
ㅡ¡Felicidades! ¡Su Alteza, Di Crimson Rain! ㅡmiró a ambos pequeños que se le fueron expuestos. ㅡ¡Son unas preciosuras!
Mu Qing y Feng Xin fueron los segundos y terceros en reaccionar, para correr a la par hasta ambos. Ellos miraron con ojos de sorpresa a los infantes dormidos en los brazos de la pareja.
ㅡSon...realmente...¿ustedes? ㅡMu Qing parecía consternadoㅡ...¿Cuándo los diste a luz?
Xie Lian parpadeó, con su sonrisa congelada. Hua Cheng ocultó su risa detrás de una falsa tos, mirando al dios marcial como si fuera lo más idiota en el mundo mundial. De todas maneras, este último continuó esperando su respuesta. Por lo que Xie Lian se apresuró a decir. ㅡ¿Qué?, por supuesto que no los di a Luz...
ㅡY yo creí que de los dos, tú tenías sentido común ㅡHua Cheng se burlóㅡ...no dejas de sorprenderme...
ㅡ¡T-Tú!
ㅡCalma, calma Mu Qing ㅡXie Lian interfirióㅡ..Wei Ying y Wei Yang son adoptados, por supuesto..
He ahí que Xie Lian les narró un breve resumen de lo que había sucedido. Después de todo, para Hua Cheng era algo que dependía de él puesto a que ocurrió en sus territorios, y por alguien que comenzaría a causar caos por su ambición de poder. Además, súmale el hecho de que eran dos pequeños y preciosos bebés que no tenían la absoluta culpa de nada. Así que, adoptar aquellos niños no fue algo de qué lamentarse.
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Desde aquel anunció todo cambió.
No solo por el hecho de que el Emperador Marcial Celestial y el Dios Rey Fantasma Supremo tenía dos hijos, sino que, esos pequeños bebés eran el futuro de todos.
Cargaban sobre ellos el peso de una gran herencia al ser hijos de dos Dioses Supremos. Incluso ya se estaban haciendo un espacio en el corazón de los subordinados y compañeros de sus padres.
Lo que Hua Cheng y Xie Lian no sabían, era que en silencio tanto Mu Qing como Feng Xin, se dieron la tarea de proteger a esos niños como una vez lo hicieron con su Alteza o lo siguen haciendo.
Mientras estén bajo su cuidado, nada nunca les pasará.
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Hua Cheng nunca se imaginó como padre. De hecho, jamás se le cruzó por la cabeza que algún día lo sería. Siempre se creó aquella imagen de vivir para Su Alteza, siempre a su lado y solo a su lado.
Para Hua Cheng, nadie más existe que Su Alteza. Él solo está por Xie Lian, y nadie más que Xie Lian. Sin embargo, desde aquel día en que oyó la oración de Cangse SanRen, de un momento a otro ya era padre.
Él no se creía listo para ello, él no estaba muy preparado para ello.
Pero, al ver a Su Alteza cargando a Wei Ying con tanto aprecio, ojos brillantes por la lágrimas de la emoción y esa suave sonrisa suya. Hua Cheng sintió que su pecho se hinchaba de alegría además, de calor por el simple hecho de presenciar tan magnifica imagen.
Entonces supo que sí, estaba listo para eso.
Así que desde entonces, la mayor parte de la atención de ambos estaba puesta en esas dos pequeñas criaturas que desde ya eran suyos; de ambos, sus hijos para amar, para cuidar, para criar educar.
Hua Cheng no se catalogaba como alguien afectuoso que no fuese Xie Lian. Pero, como ahora padre ha aprendido que realmente puede sentir amor por alguien más que no sea su marido. Hua Cheng estaba impresionado por eso. Él mataría por esos niños.
Los mejores momentos para Hua Cheng, era cuando su esposo llegaba de la capital celestial para acurrucarse con sus hijos entre ambos, disfrutando de una agradable tarde entre mimos y caricias.
Asombrosamente Wei Ying era un bebé tan enérgico y con una sonrisita brillante compitiendo con el mismo sol, a pesar de carecer de dientes por obviedad. En cambio, toda la tranquilidad que A-Ying no poseía la tenía Wei Yang.
Ellos quedaron sorprendidos cuando por primera vez vieron los ojos de sus hijos.
Mientras A-Ying tiene un mar radiante y plateado, A-Yang posee un mar azulado y sereno. Sin embargo, de todas maneras son totalmente idénticos.
Hua Cheng se pregunta cómo serán sus hijos cuando crezcan.
Sabe que deberán entrenarlos para que sepan cómo sustentarse en la vida, en caso de que ninguno de ambos esté para ayudarlos. Aunque para Hua Cheng eso imposible, nunca está demás tener doble seguridad.
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Con casi un año, sus bebés eran ya demasiado astutos. Ellos podían jugar en calma sin crear tanto alboroto, como normalmente harían otros bebés. Estaban también en la etapa en la que, en cualquier momento podrían pronunciar cualquier palabra.
Mayoritariamente soltarían uno que otro balbuceo, pero al menos se comprendía lo que deseaban si pedían algo. Hua Cheng y Xie Lian estaban orgullosos por eso.
ㅡMírala San Lang ㅡXie Lian sonrió a su hijaㅡ...A-Yang es tan tranquila y silenciosa. Ella es igual de curiosa que A-Ying...
La bebé de ojos azules, miraba con detenimiento a ambos adultos. Ella parecía estarlos estudiando minuciosamente, a pesar de ser tan pequeña. A-Ying en cambio estaba sentado, jugando con un par de muñecos adquiridos gracias a Yin Yu.
ㅡ¿Será posible que A-Yang sea tan silenciosa e inexpresiva cuando crezca? ㅡpreguntó Hua Cheng, mirando a la menorㅡ...ella jamás hace ruido alguno Gege..
Xie Lian llevó uno de sus dedos al mentón, en una pose pensativa. ㅡSegún Lord Wind Master, hay veces que los gemelos son así. Mientras uno es extrovertido el otro es introvertido. Tal vez, A-Ying y A-Yang son de esos casos... ㅡél volvió hacia su marido con una sonrisa gentilㅡ ...por un momento imaginé a A-Yang siendo igual que tú, San Lang..
ㅡ¿Igual que yo? ㅡHua Cheng parecía divertidoㅡ...¿qué quiere decir, Gege?
ㅡAh, ah, A-Yang podrá ser inexpresiva, pero con palabras precisas... ㅡXie Lian rio detrás de su mangaㅡ...sabes a qué me refiero..
Hua Cheng quedó boquiabierto. Cuando él iba a replicar algo, una vocecita los hizo congelarse a ambos. ㅡDiedie..
Ambos miraron sincronizadamente a sus hijos. Wei Ying les sonreía brillante, con los aquellos diminutos dientes que recién le estaban brotando. El niño aplaudió desde su lugar junto a su hermana. ㅡ¡diedie!...
Wei Yang miró a su hermano, antes de mirar a los adultos. Ella repitió. ㅡdiedie...
ㅡOh mi... ㅡXie Lian se quedó sin aire, tomando el brazo de su maridoㅡ...¿San Lang, escuchaste eso?
Cuando el Dios marcial miró a Hua Cheng, el Rey Fantasma continuaba congelado, mirando a sus hijos. Wei Ying gateó hasta llegar al temible Di Crimson Rain, manteniendo su sonrisita. ㅡDiedie... ㅡdijo, luego giró su cabeza en dirección a Xie Lianㅡ...NiangNiang...
Y sorpresivamente, ambos dioses rompieron en llanto, tomando cada uno a un bebé para abrazarlo llenándolo de besos.
Fue un día bastante emotivo, que acabó con una gran celebración en Paradise Manor. Con un Hua Cheng totalmente orgulloso, quien paseó a sus hijos por toda Ciudad Fantasma para mostrarles que sus bebés, dijeron su primera palabra llamándolo "diedie" y a Su Alteza "NiangNiang".
Los habitantes de Ciudad Fantasma se alegraron por la alegría de su Señor, y festejaron como él festejó.
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Los gemelos tenían casi cuatro años. Eran realmente unos pequeños demonios traviesos, a pesar de que la menor de ambos fuese más calmada en ciertos aspectos.
Quien sufría las consecuencias, no era nadie más ni menos que el pobre Yin Yu. A quien Hua Cheng enviaba en busca de sus hijos, cuando para él era demasiado imposible encontrarlos. O eso le decía para que hiciera el trabajo por él.
Después de todo, las mariposas prácticamente son una pieza fundamental en la vida de sus hijos.
ㅡ¿Dónde podrán estar estos niños? ㅡla voz de Yin Yu transmitía sus emociones a pesar de que su rostro las carecía. Wei Ying y Wei Yang muy bien lo sabían.
Ellos conocían demasiado bien a su tíos, en especial a tío Yu y tío Xuan. Que eran los que poseían esas caras sin expresiones de todos sus tíos.
ㅡShh... ㅡWei Ying llevó su índice a su labios, sonriéndole cómplice a su hermana gemelaㅡ...no hay que hacer ruido, meimei.
Wei Yang parpadeó, antes de asentir sin articular palabra alguna. Ambos yacían hincados escondidos detrás de uno de los sitiales del salón en Paradise Manor.
Cuando Wei Ying se asomó por un costado, pudo vislumbrar la silueta de su tío Yu, quien ya había pasado por la puerta que dirigía hacia el pasillo. Entonces el niño sonriente, tomó la mano de Wei Yang arrastrando a la menor en la otra dirección. Los dos corriendo, de vez en cuando mirando hacia atrás para no ser descubiertos.
En un descuido, ambos embistieron algo duro, provocando que cayeran sentados en el suelo. Alzaron la mirada, y los dos soltaron un. ㅡ¡Ah! ㅡde la pura sorpresa.
ㅡAsí que aquí estaban... ㅡla sonrisa de Hua Cheng creció en su rostro, mientras se agachaba para cargar a los dos en brazosㅡ...los dos son unos traviesos.
Wei Ying se echó a reír. ㅡ¡diedie nos atrapó!
ㅡ¿Cómo lo hizo diedie? ㅡinquirió Wei Yang, pareciendo sorprendida.
ㅡEs un secreto ㅡrespondió con una sonrisa picaraㅡ...pero si A-Yang está dispuesta a darle a diedie una de sus sonrisas, diedie les revelará ese secreto..
Los gemelos parecían maravillados, por lo que A-Ying dijo. ㅡ¡Hazlo meimei! ¡diedie nos dirá cómo lo hizo!
Wei Yang asintió a su hermano mayor, antes de mirar a su diedie completamente dispuesta a cumplir con aquella petición. Pero había un serio problema.
Ella no sabía cómo sonreír.
A pesar de ser demasiado pequeña, Wei Yang es una niña realmente inexpresiva. No es que no tenga sentimientos, sino que de alguna manera no hay algo que haga obtener reacciones escritas en su rostro; a diferencia de Wei Ying, quien es expresivo por los dos.
Su Gege pareció entenderla, después de todo al ser gemelos ellos poseen una conexión inigualable en la cual ambos comprenden lo que el otro desea, siente o piensa. Entonces, a Wei Ying se le ocurrió algo; él comenzó a hacerle cosquillas.
Y funcionó.
Fue solo una ligera curvatura en los labios de la niña de ojos azules, suficiente para causar impacto en cualquiera.
Hua Cheng sintió que ascendía a los cielos. Pero rápidamente lo rechazó dándose cuenta de ello.
Mientras la sonrisa de Wei Ying era tan radiante como el mismo sol, capaz de derretir hasta al más frío de los corazones. La de Wei Yang era como un suave y cálido atardecer, que transmitía paz, tranquilidad y seguridad.
Sus niños podrían conquistar al mundo entero si ellos lo quisieran. Sólo bastaría una de sus preciosas sonrisas para que las personas caigan ante ellos.
Habiendo caído rendido por la sonrisita de su hija, Hua Cheng se vio en la obligación de cumplir su promesa. Él se sentó con sus bebés en uno de los grandes sitiales del salón, con uno en cada rodilla. Entonces, les mostró las mariposas que posee como ejército.
Por supuesto que los gemelos estaban encantados.
Nota: Papis HuaLian todos unos consentidores esponjosos *-* ❤❤
¿Se imaginan cuando los gemelos encuentren a sus seres amados? Skansd...a Hua Cheng le va a dar algo, y eso que su corazón no late. F😂
La cosa es, hice un avance rápido de sus años de vida. Así, nos vamos acercando más rápido a lo que incluye el canon. Además, tengo planeado que bebé A-Ying conozca antes a su alma gemela 😉😉
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