24. Tutela
Soy Piscis. ¿Y ustedes?
Los representa tan bien a ambos en partes iguales...
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Capítulo veintitrés
"Tutela"
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-Te prometo que no haré nada que no me permitas-le juró-Solo... permíteme ayudarte a que las cosas sean mas simples para ti-.
Porque entendía que ella se esforzaba por salir adelante todos los días, lo veía en su rostro cansado y su semblante decaído.
Entendía lo difícil que fueron esos meses y solo quería que todo parara.
Que las cosas para Amy fuesen más sencillas, que su única preocupación fuese que Roderick siguiese su tratamiento al pie de la letra y mejorara eventualmente.
Y si para eso debía pedirle de rodillas que le dejase ayudarle, lo haría.
No tenía nada más que ofrecerle...
Porque su amor miserable no sería aceptado y se lo merecía.
-Quiero ayudarte...-repetir la misma frase se volvió su mantra y ella de a poco dejo de luchar contra su tacto.
No la abrazaba, ni aún en esta situación podía ser tan aprovechado, pero al menos dejaba que acariciara su cabello y eso ya era suficiente para él.
Dejándole sentir el aroma que ella desprendía, porque sí, era ella quien olía a manzana y canela, desde su suéter hasta las puntas de su cabello sedoso y rosado.
-Todo saldrá bien, yo me haré cargo-prometía entre susurros y ella poco a poco fue dejando de llorar.
Estaba cansada y somnolienta, pero escuchaba con atención cada una de las palabras que él le regalaba.
Negarse a que eso hacía a su corazón palpitar con violencia sería una falacia.
No podía permitirse volver a confiar...
Su corazón se había cerrado para él, su mente gritaba que lo alejara de ella, pero su cuerpo era quien no respondía, como si de alguna forma fuese lo que necesitaba.
De pronto toda la pesadez que traía a cuestas estaba desapareciendo y el aroma a menta que Sonic desprendía le daba tranquilidad.
Una silenciosa "paz" que se mezclaba con la quietud de su tacto y que por razones que no comprendía le hacían necesitar ser consolada por él.
Como todos esos meses donde lo necesitó.
Dónde paso noches enteras llorando hasta que las fuerzas le abandonaron solo para levantarse a trabajar al día siguiente casi por inercia.
Había deseado desaparecer; salir corriendo y buscar desesperadamente a ese hombre que tanto daño le había causado solo para mirarle una última vez y ser cobijada por sus brazos.
Pero no se movió; sus piernas estaban tan cansadas de correr tras de él que las fuerzas fueron insuficientes.
Su cuerpo ya no solo le pertenecía a ella y debía ser fuerte.
Pasó noches enteras añorando a que fuese él quien la salvara, rogando a Chaos porque fuese misericordioso con ella y sanara su dolor.
Que le hiciera olvidar, dejar atrás todos esos sentimientos por el cobalto y pudiese seguir adelante.
Pero no paso...
Y durante meses aquel embarazo fue todo menos una bendición.
Y ahora se sentía tan miserable...
Pensar que de algún modo todo ese cúmulo de sentimientos reprimidos pudieron causar en su bebé ese padecimiento que le aquejaba la ponía tan ansiosa que tenían que cedarla para lograr que se calmara.
Ella se culpaba de todo y tener a Sonic frente a ella era un recordatorio de todo lo malo que se hizo a sí misma durante los seis meses en que tuvo a Roderick dentro de ella.
Comió por él, bebió y tomó todas sus vitaminas y se hizo los chequeos solo porque el estaba en su vientre, pero no tenía ánimos de hacerlo.
Ella era lo que menos le importaba; solo quería dar a luz y que ese pequeñito estuviera bien.
Y fue durante un doble turno en la madrugada cuando sus peores temores se volvieron realidad y el agudo dolor en su vientre encendió todas sus alarmas.
No recordaba mucho más; el resto de la historia la sabía por Silver y las enfermeras. Lo siguiente que venía a su memoria era tener mucho frío y mucho dolor.
La cicatriz de la cesárea en su abdomen era el recordatorio de que estuvo a punto de morir y su bebé también.
Que naciera antes de tiempo, mas todo el estrés que ella cargó y como cereza sobre el pastel, el desprendimiento de placenta que sufrió durante esa madrugada provocaron estragos en ella.
Por poco moría...
Y lo estúpidamente irónico es que por primera vez se sintió aterrada ante esa posibilidad.
Con los días logró tener la suficiente fuerza para acercarse a los cuneros y observar al muchachito que estaba ahí, lleno de cables y con una mascarilla de oxígeno que le daba soporte para vivir.
Si el se aferraba a la vida con tanto empeño, ¿Qué le quedaba a ella? No podía fallarle, no de ese modo.
-Eres fuerte, sé que lo eres-escuchaba a Sonic, aunque no estaba prestando del todo atención.
Sabía que trataba de reconfortarla, que las palabras salían de su boca y que le estuviera permitiendo que le acariciara la cabeza ya era mucho mas de lo que podía permitirse.
Debía dejar de llorar, aún le quedaba un mínimo de cordura y dignidad.
Levantó el rostro para mirar que el también lloraba y con esfuerzo se puso de pie; él le miraba desde el suelo aunque no había emitido palabra al respecto.
-Es suficiente, Sonic-Tenía que recobrar la compostura a como diera lugar; se limpió los ojos y suspiró entrecortadamente-Creo que tienes otras cosas de las cuales ocuparte, ¿Por qué gastas tu tiempo conmigo?-.
Era real; cuando ella empacó todas sus cosas lo último que deseaba era tener que enfrentarse a verle cara a cara.
Sabía que no podía huir, pero de igual forma lo intentó.
Necesitaba fuerzas...
Mucho valor para que todo aquello que los unía se rompiera.
-No quiero que vuelvas a sentirte así, Amy...-respondió.
Abandonada, triste y sola.
-Creo que es mejor que te marches-ella le dio la espalda y avanzo hasta la sala.
A medio camino su celular sonó y la hizo detenerse.
-¿Sí, diga?-respondió-Estoy bien, de verdad...-sorbió los mocos de forma rápida-Estaba picando cebolla para el almuerzo de mañana-mintió-No, no te preocupes... estoy bien-.
No necesitaba ser muy inteligente para saber que hablaba con Silver y que el albino estaba preocupado por su llanto.
Sonic sabía que ella tenía razón, que debía irse y dejarla tranquila, pero sus pies no se movieron.
No pudo moverse de ese piso porque el aroma a manzana-canela seguía teniéndole idiotizado en una profunda nostalgia.
Amy hablaba, podía escucharla murmuras algunas cosas que no entendía del todo y por breves momentos ella sonreía genuinamente.
Eso le estrujó el corazón...
Él la hizo llorar...
Y al mismo tiempo añoraba hacerla sonreír.
Era tan egoista y enfermo desear ser el causante de la sonrisa de ese ángel frente a él.
Lo sabía, estaba tan mal que las mismas ganas de llorar le dieron otra vez en el pecho y fueron estas quienes le obligaron a pararse al fin.
Ella le daba la espalda aún hablando por teléfono ajena a que él seguía ahí escuchando -en medida de lo posible- lo que sea que estuviese conversando.
Los restos de lágrimas secas seguían en su rostro y ocasionalmente hipaba.
-Gracias, de verdad-ella sonrió-También te quiero, que tengas dulces sueños tesoro...-finalizo aquella llamada y la mirada de su ex-esposo estaba sobre ella.
No dijo nada, pero sus ojos eran suficientes para expresar todo lo que su mente estaba pensando.
No podía -ni debía- preguntar absolutamente nada, aunque por dentro se estuviera muriendo por dentro de dolor por algo tan íntimo como un te quiero dirigido a alguien que genuinamente merecía tal expresión.
Estaba tan mal que la culpa le revolvió el estómago y quiso golpearse a sí mismo por tener celos y envidia de alguien como Silver.
El tipo se había hecho cargo de todo su desastre, había ayudado a Amy y la quería genuinamente con todo y que ella tenía un bebé de otro hombre.
¿Cómo podría odiar a alguien cómo él? ¿Con qué cara podía reclamar por algo que el mismo había arruinado?
Amy también estaba callada, aunque mucho más serena que él.
Ella le miraba como si buscará alguna forma de hablar sobre "eso".
O quizá solo la incomodaba verlo llorar, cualquier posibilidad era válida en este punto.
No obstante, ninguno se atrevió a romper el silencio durante un largo rato en el que ambos se miraban expectantes, casi deseando que fuese el otro quien diera el primer paso para terminar con todo ese ambiente de incomodidad.
Estaba triste, no iba a negar que dolía ver al amor de su vida rehaciendo su vida y que el no podía formar parte de eso...
Se odiaba tanto por ser tan putamente egoísta.
-Escucha Sonic-la voz de su amada al fin rompió el silencio-Estoy cansada...-su semblante lo denotaba y no podía objetar al respecto-Vienes aquí, te presentas con intenciones confusas y...-el la interrumpió.
-Te molesto...-afirmó, dolido.
No hizo falta que respondiera, su silencio se lo dijo todo aunque no por eso le dolió menos.
Le dolía su desprecio, no podía solo fingir que no era así.
-Simplemente no te entiendo, Sonic-su voz quebrada indicaba que podía volver a llorar-Querías fama y fortuna, nada que tenga que ver con una familia...-recordar aquellas veces en las que el se negó a poner en pausa su carrera para pasar tiempo con ella era difícil-Y ahora te paras en mi puerta tratando de formar algo que nunca quisiste...-.
Dicho de ese modo sonaba fatal...
Pero en efecto, ella tenía razón. No pensaba en una familia, no cuando su carrera estaba despuntando y las giras y viajes se miltiplicaban mes con mes.
No tenía tiempo para un bebé, tampoco es que lo hubiese deseado.
Nunca creyó que sería un buen padre y su carrera era la barrera perfecta para disuadirla de intentarlo.
La excusa de esperar un poco iba perdiendo fuerza a medida que ella dejó de insistir.
Y cuando dejo de insistir el sexo y su permanencia en las giras acompañándole también disminuyeron.
De algún modo ella dejó de buscarlo y durante meses dejaban de verse.
-No estaba listo...-No era mentira, aunque no sonaba convincente.
¿Podía culparse por su propia inseguridad sobre la paternidad? No, pero no ser claro al respecto siempre fue algo que le jugó en contra.
-De pronto decides que tienes suficiente de tu inmundicia, vienes a mi con la bandera de la paz y pretendes que te deje formar parte de la vida de mi hijo solo porque tu lo pides...-Sus puños fuertemente apretados impedían que la sangre fluyera con naturalidad-¿Qué esperabas? ¿Qué quieres de mi?-reprochó-¿Es qué a caso te deleitas con atormentarme?-.
No...
-Yo no quiero que sufras Amy-Tan honesto como podía ser, la observó.
Tenía las mejillas húmedas y el rostro mojado de tanto llorar y aún con eso no dejaba de ser la mujer mas hermosa que sus ojos hubiesen visto alguna vez.
-Entonces déjame tranquila-Ya se temía esa respuesta por parte de ella.
Pero ni aunque se esforzara podría cumplirlo y ambos lo sabían.
-Sólo quiero ayudar...-.
Eso fue suficiente para la paciencia de ella y todo su autocontrol.
Ya había tenido suficiente de Sonic por una noche y mañana tenía que levantarse temprano a trabajar.
-De acuerdo, tú ganas-de nuevo se limpio el rostro, ofuscada-Enviaré a mi abogado para que resuelvas tus asuntos con él-.
No iba a involucrarse, de todas formas ella no le estaba pidiendo nada.
Sonic por su parte solo asintió; no supo si feliz por haberse salido con la suya, pero al menos había obtenido un pequeño triunfo.
[...]
Por la tarde, cuando al fin despertó después de muchos sueños extraños, la voz de Big desde fuera de su habitación le llamo.
-Hay un joven muy bien vestido que está buscándote-le dijo y se alejó a su realizar sus labores.
Medio dormido se puso de pie, ya se podía intuir de quien se trataba, aunque no esperaba que fuese tan pronto.
Camino a la estancia la mirada juiciosa de su ama de llaves se clavó sobre él.
Aún estaba molesta, podía notarse con facilidad pero no tenía tiempo para eso en ese momento.
Sentado en uno de los sillones de diseñador que había adquirido por consejo de su decorador estaba el tipo que le buscaba con una expresión de serenidad en el rostro.
-Buenas tardes-Inició el saludo; se adentró en la sala y le extendió la mano al extraño como cortesía.
Y aunque devolvió el gesto, su mirada no se hizo menos hostil.
-Mi nombre es Shadow The Hedgehog y represento los intereses de la señora Amelia Rose...-le habló de otras cosas y formalidades, pero básicamente era el abogado de Amy que venían a arreglar el monto de manutención.
Su rostro le fue familiar casi de inmediato, no le tomó mucho tiempo recordar que era el mismo sujeto que la había representado en el proceso de divorcio.
-Sí, entiendo...-al tomar asiento frente al abogado miró el maletín que tenía entre sus manos-No planeo quitarte mucho tiempo, solo quiero entregar una cuota adecuada para solventar gastos de hospital y necesidades de mi hijo-aseveró.
Shadow asintió.
Era extraño hablar de sus deseos frente a otro que no fuese Big, o incluso Silver, pero aún así debía ser honesto y lo suficientemente cooperativo con ese sujeto si quería que las cosas resultaran favorables para todos.
-Solo quiero verlo algunas veces... Saber cómo está y ver fotografías en sus procesos de crecimiento-.
Tal vez era mucho pedir; y el que Shadow se mantuviera sereno en todo momento no le dio buena espina.
Sabía que a estas alturas ese sujeto ya debía estar al tanto de todo lo sucedido con Amy, no podía culparlo si pensaba lo peor de él.
Abrió su maletín y sacó de su interior un par de papeles que le entregó.
Dudoso, leyó el contenido de forma silenciosa y no pudo contener la ira creciendo en su interior.
Básicamente esos papeles le dejaban como impedido mental -tan mentira no era- que no podía hacerse cargo de si mismo y era nocivo para todos a su alrededor.
Había otras cosas ahí detalladas que no fue capaz de entender en ese momento, pero Shadow se encargó de explicarlo.
-Esto es parte de su expediente público, Sonic-inició de nuevo y su mirada rojiza se clavó en el cobalto-Todo esto a sido autorizado por tu mánager-.
Ese hijo de puta...
Desde que huyó de aquella entrevista no había dado señales de vida ni había buscado la forma de joderlo.
Ahora entendía porque...
El muy bastardo había estado ideando toda esa mierda para joderlo.
Quiso gritar, lanzar todo lo que estaba frente a él en un arrebato emocional, pero el abogado continuó hablando.
-Aunque la señora Rose aceptase tu oferta, lo cierto es que tus cuentas de banco e inmuebles están congelados-tenía millones de los que no podía disponer-No puedes acceder a ellos sin la autorización de tu tutor legal-.
¿Qué carajos?
El no era un mocoso de 15 años para necesitar un tutor legal.
¿Qué rayos significaba eso?
-Mephiles está a cargo de ti-Shadow estaba tan sereno que le daba incluso miedo pensar como podía tener una cabeza tan fría-No puedes realizar ningún pago sin que el lo autorice... Así que básicamente, tus deseos son inasequibles-.
Había llorado mucho la noche anterior, aunque eso no le impidió derramar mas lágrimas de impotencia frente a un completo extraño que le informaba de cosas que él desconocía.
El muy bastardo de Mephiles no se había aparecido por su casa para burlarse en su cara seguramente porqué aún no había terminado de cagarse encima suyo.
Era tan irreal...
-Básicamente le vendiste tu alma al diablo-el gesto de desagrado que Shadow hizo se intensificó-Si vine aquí fue porque considero que ni siquiera alguien como tu y todo tu historial merece que le hagan una canallada de este estilo-Admitió-Además, hay quienes aún abogan por ti y creen que no mereces pasar por eso...-
El verde y el rojo de ambas miradas se miró por breves segundos y fue Sonic quien se vio en la necesidad de cuestionar a que se refería con eso.
Dudaba que Shadow conociera a alguien que no fuese Amy, pero la seguridad de sus palabras lo inquietó.
-Normalmente no hablaría de mi vida personal cuando estoy en horas de trabajo...-hizo una pausa y cerró su maletín-Dadas las circunstancias, haré una excepción, aunque eso no significa que me agradas-le aclaró-Mi hermano menor, debes conocerlo... insiste en que puedes enmendar tu camino-.
Hermano menor...
-¿Estás hablando de Silver?-
Él contrario asintió.
-Tengo entendido que asistes a terapia a su consultorio-fue el turno de Sonic de asentir-Él es quien insiste en que Rose te deje formar parte de la vida del niño...-pareció pensarlo un momento y suspiró-Aunque yo opino lo contrario, lo cierto es que su amor por ella lo ha hecho perder el piso últimamente-.
Amor...
¿Qué tanto debía amarla para tratar de mediar en una situación tan complicada como la que estaban viviendo ellos dos?
-Rose es una buena mujer y no merece que sigas arrastrándola a tu mierda...-.
Tenía tanta razón...
Aunque el no quería arrastrarla a nada.
-Y te recomiendo que busques que es una tutela, porque esto te traerá muchos dolores de cabeza próximamente-.
De pie, miró a su anfitrión absorto en su propia miseria y casi -casi- sintió pena por él.
-Suerte, Sonic-No hizo falta que le acompañara, conocía la salida.
Por su lado, la mente del cobalto luchaba con todas sus fuerzas para no autodestruirse en ese momento.
Tantas sensaciones, todo lo abrumaba.
Ese hijo de perra...
¿Cómo se atrevió? ¿¡Cómo carajos se atrevió!?
Sabía que era una basura, un desperdicio de ser vivo que iba causando caos por donde caminaba, pero nunca creyó que sus niveles de inmundicia llegarían a esos niveles.
Quiso gritar nuevamente, pero ni siquiera la voz quería salir...
De nuevo estaba hundido hasta el fondo y esta vez no podía huir...
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Continuará...
Pobre Sonic...
Cariños, Gri✨
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