Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

21. Chismes

.

.

.

Capítulo Veintiuno
"Chismes..."

.

.

.

Al llegar a su casa Big le entregó una taza de café seguido de la pregunta de dónde había pasado la noche.

Al beber del líquido reparador de un modo u otro se sintió mucho más relajado para hablar de lo que sucedió.

De forma resumida logró poner al día al fortachón quien no estaba sorprendido ante su palabrería.

-Tarde o temprano lo sabrías-se limitó- La señora Amy me pidió que no dijera nada y respeté su desición...-

-Hiciste lo correcto, Big-lejos de molestarse, el saber que ya no era el único que sabía aquel secreto lo hacía sentirse un poco mejor-Quiero ser un buen padre, de verdad...-

Lo deseaba tanto y si Amy le permitía ayudarla si o sí daría lo mejor de sí.

Al diablo todo, Mephiles, la música y todo lo que implicaba componer.

Si su hijo estaba bien el resto no importaba. Se volvía un cero a la izquierda en la escala de prioridades.

Y si Amy y el bebé estaban bien el resto podía irse al cuerno.

Aún si ello significaba solo ser un cheque en blanco.

-Me alegro por ti, Sonic-Big estaba feliz de esa alegría que Sonic manifestaba-Que encuentres un motivo para salir adelante siempre ayuda...-.

Un poco egoísta, quizá...

Pero era lo que había y punto.

Sonic por su parte estaba absorto en un mar de pensamientos y sensaciones que no terminaba de asimilar. Primero se enteraba que era padre y el miedo y la duda le invadían a la par de una felicidad absoluta que no podía socegar.

¿Era normal sentirse así?

Seguramente no, pero eso tampoco le importaba.

-Big, sé que suena loco... Pero quiero vivir-el tono efusivo con el que lo dijo sonaba como un niño pequeño-Quiero vivir, quiero ser todo lo que mi padre no hizo por mí...-

Quería ser incondicional.

Ser un confidente, un guardián y un protector. Todo aquello que un padre simbolizaba.

Una guía, un amigo, un héroe.

Y le daba risa imaginarse así mismo así; lo cual lo hacía todavía mejor en el proceso.

De un modo u otro terminó embriagado de posibilidades, de sentimientos tan bellos que lo hacían volar.

Volar y sentirse muy enfermo y abnegado.

Tan enfermo que podría ir al infierno de ida y vuelta y volvería sin dudarlo.

Porque así de soñado estaba ese amor...

El amor por su hijito que ni siquiera sabía que existía pero ya sabía que daría hasta su alma porque estuviera bien.

Se sentía feliz...

-Te juro que haré lo que sea porque ese pequeño se recupere...-el seguía en su ensoñación y Big le escuchaba con ternura, como a un niño después de navidad.

No podía culparlo tampoco, el joven había sufrido mucho a causa de ese hombre tan horrible y ya se merecía un descanso.

[...]

Por la tarde, cuando Cosmo sirvió el almuerzo Sonic lo comió sin hacer ningún gesto o rechistar como era su costumbre.

Estaba tan de buen humor que incluso le dio dos o tres halagos a la joven quien solo se sintió avergonzada.

Cosmo era una chica provincial que poco o nada sabía del mundo fuera de su ciudad natal, una tan pequeña que solo contaba con 500 habitantes y todos irremediablemente se conocían entre sí.

Al cumplir la mayoría de edad y en la búsqueda de mejores oportunidades que un matrimonio arreglado y una vida de ama de casa, salió de su casa a la gran ciudad y fue por pura suerte que terminó trabajando para la gran súper estrella Sonic The Hedgehog.

Un golpe de suerte, siempre lo creyó así y sus amistades también.

Aquella enorme y solitaria mansión se había convertido en su hogar y ese erizo tan guapo y talentoso lentamente le había robado el corazón.

Posiblemente sonaba muy idiota, a tal punto de ser equiparable a una novela genérica de las que le gustaban a su abuela pero la cosa era así.

A ella le gustaba su jefe y no solo por guapo y rico -monetariamente hablando- sino por su forma de ser.

Era alguien tan amable y agradable cuando estaba lejos de todas esas sustancias dañinas de las que era presa.

Era un hombre tan encantador que le sonreía por las mañanas y le derretía el corazón.

Y si, sabía en el fondo que Sonic ni siquiera podía verla ni remotamente como alguien de su tipo, pero igual era bonito compartir el mismo espacio.

Y cuando todo el fiasco del hospital se suscitó, supo que debía darle su apoyo incondicional, por amor y por lealtad.

Porque Sonic había sido tan amable y generoso al contratar a una completa desconocida sin ningún tipo de experiencia y recién llegada a la ciudad.

De tal modo que esperó pacientemente a que le dieran el alta y estuvo completamente dispuesta a ayudarlo en lo que sea que el necesitara.

Comida, amor, un hombro para llorar, lo que sea...

Podía dar lo que sea por ese hombre del que se sentía perdidamente enamorada y aunque no fuese correspondida no le importaba.

Con los días y ante la inminente recaída del joven terminó por descubrir un par de cosas que le rompieron el corazón.

Primero y principal, la existencia de una ex-esposa de quien seguía enamorado y seguidamente de un pequeño hijo con cual quería tener contacto.

¿Era doloroso? Indudablemente. ¿Se sentía como una perra por desear que la ex-esposa desapareciera de la existencia? También.

Cosmo sabía que eso era muy mesquino de su parte y que por muy enamorada que se sintiese del joven no podía exigir nada porque el nunca le dio ni siquiera un mínimo de esperanza.

Volviéndola alguien muy patética, eso sí.

-Gracias por la comida, Cosmo-el cobalto le sonrió y ella se derritió-¿Dónde aprendiste a cocinar?-.

Estaba siendo amable y eso aumentó su ensoñación.

-Las mujeres de mi familia tenían un negocio de banquetes y me enseñé al ver a mi abuela, madre y tías cocinar para el pueblo-sentada frente al joven sus ojos azules resplandecieron de emoción-Jamás habría imaginado que cocinaría para alguien tan importante como usted-.

Hablaba desde el mas completo fanatismo y Sonic se incómodo ligeramente.

No era difícil notar que esa jovencita a veces le coqueteaba y Chaos sabía que en otra época habría cedido ante la anécdota de acostarse con su empleada.

Pero hoy día estaba resuelto a dejar esas malas mañas atrás y ser un mejor sujeto.

Su hijo merecía la mejor versión que pudiera brindarle y ello implicaba no acostarse con cualquiera a la mínima oportunidad -al menos no tan fácilmente-.

-Muy bien, gracias de nuevo, Cosmo-de pie trató de alejarse pero ella se tomó el atrevimiento de detenerle-¿Se te ofrece algo más?-.

Estaba nerviosa y completamente a la expectativa de lo que Sonic pudiera decirle.

Había ensayado lo que le diría una y otra vez aunque aún seguía faltándole el valor.

-Yo quisiera...-las palabras se atoraron, aunque su contrario supo exactamente que era lo que ella deseaba decirle.

En el fondo, romperle el corazón a alguien que solo había tenido buenas intenciones hacía él era algo cruel de su parte.

Al rechazarla cualquier atisbo de confianza o comodidad terminaría de tajo y tendría que conseguir una nueva ama de llaves en todo caso.

-Yo quería decirle que... Que lo quiero-confesó-Lo quiero como una mujer quiere a un hombre, como el día a la noche y la verdad no me importa si tiene un hijo o no, permítame hacerle feliz...-.

Listo, lo había dicho sin arrastrar las palabras y sin desmayarse de paso. Solo salió de su sistema y Sonic permaneció en silencio.

Su mirada, aquella que le indicaba que no tenía ningún tipo de esperanza de un futuro entre los dos.

La confirmación de un rechazo no verbal ante su desastrosa confesión.

Eso le dolió...

Mentiría si dijera que no lo esperaba, era lógico, sumamente predecible y en el fondo, tampoco es que pudiera decir que tenía la oportunidad.

Esas historias donde la pueblerina se queda con el millonario solo existían en sus novelas online escritas por chicas igualmente soñadoras cómo ella.

Aunque eso no hacía que le doliera menos, claro esta.

Sonic estaba callado, no supo si por pena, tal vez por estupor. Lo que si era un hecho era que su mirada mostraba condescendencia.

Había pena, lastima en sus esmeraldas que parecían decirle "Chica, estás equivocada".

Abrió la boca para responder y las palabras se quedaron sin salir. No había nada que decir, nada de lo que dijera podría aligerar lo incómodo del momento.

Ni mucho menos hacerla sentir mejor.

Dubitativo, Sonic suspiró. Era momento de ser un hombre socialmente responsable y hablar con la verdad. La chica lo merecía, no había tenido mas que atenciones hacía el.

-Escucha, Cosmo-ahora fue el quien le tomó de los hombros en un gesto conciliador-Estoy... Halagado con tus sentimientos y creo que cualquier hombre estaría encantado de corresponder...-a este punto ella ya estaba llorando y las mangas del uniforme estaban empapadas entre mocos y lágrimas.

Demás estaría decir que Cosmo no se quedo a presenciar el resto de su rechazo.

[...]

Por la noche tomó su billetera y salió de su hogar con intenciones de pasear y despejarse.

En el fondo la idea de visitar a Amy le pasó por el pensamiento, aunque no quería incomodar.

No sería buena idea, con todo y que ella le había dado una especie de consentimiento.

Al llegar al parque tomó asiento y dejó que el fresco ambiente cubriera su cuerpo.

Tantas y tantas emociones le cobraron factura de un momento a otro.

Primero su divorcio y después el rompimiento con sus mejores amigos.

Los extrañaba...

Las tonterías de Knuckles y los consejos de Tails. Perder a sus confidentes le sentaba mal.

¿Pensarían ellos en él alguna vez? La idea de llamarles estuvo presente, quería llamar y disculparse por lo estúpido que fue y todas las tonterías que cometió.

Pero la vergüenza era mucho mas grande; no tenía excusa, nada que pudiera justificar su deplorable comportamiento y sabía que ellos no aceptarían sus disculpas.

No lo necesitaban en su vida, lejos estaban mucho mejor. Alejados de toda la mierda de convivir con vicioso en recuperación y las sucias mañas de Mephiles.

Aún así los extrañaba.

Sus amigos eran la única familia que le quedaba y el lo había echado a perder por su comportamiento.

Sabía que el pasado no podía cambiarse y por mucho que se hubiese esforzado las cosas irremediablemente terminarían en su contra.

Porque el éxito arruinó su vida y sabía que ya no podía cambiarlo.

No podía retroceder en el tiempo y decirle al viejo Sonic que no debía firmar ese contrato.

No podía hablar con ese antiguo él mucho mas joven y soñador para decirle que no dejara ir a su mujer.

Los recuerdos siempre le sentaban mal aunque está vez estaban cargados de una nostalgia cálida para un día frío como el que hacía.

Recordar el día en que le pidió a Amy que fuese su novia le daba paz. Esa cara de sorpresa y alegría seguía fresca en su memoria y ni todo el alcohol en su sistema le había hecho deshacerse de él.

Los años con Amy le dieron felicidad, incluso cuando el Tío Chuck se enteró ambos celebraron con un par de chilidogs; Sonic estaba feliz y el viejo hombre se sentía tranquilo de que su sobrino encontrara a una buena mujer, o en este caso, una linda chiquilla con quién compartir su vida.

"Amy tiene cierto parecido a tu madre..." le dijo un día su tío y aunque había una parte dentro de el que se negaba a creerlo, en el fondo también creía lo mismo.

Había algo en el par de mujeres mas importantes de su vida que las unía aún a pesar de haberse conocido nunca.

Ambas eran incondicionales; amorosas y sumamente protectoras -sin mencionar que ambas cocinaban delicioso-.

Aún recordaba la primera vez que probó algo cocinado por Amy; el golpe de sabores le produjo sensaciones que no pudo describir, entre ellas ganas de llorar al recordar irremediablemente a su madre en algo tan simple como un plato de macarrones con queso.

Para su buena suerte fue el Tío Chuck quien hizo la observación y ella se sintió alagada ante tal comparación.

"Me alegra que mi comida les haga sentir bien" fue su respuesta. Y sus visitas -y uso de la cocina- se volvieron algo permamente -casi obligatorio- para ellos.

Ella disfrutaba pasar tiempo en la casa de ese par de varones, le traía paz y le hacía sentir cómoda ayudarlos a mantener todo en orden y limpio.

Después de seis meses de relación sintió que ella era el amor de su vida. Desde luego que no se lo dijo en ese momento por temor a asustarla, pero fue a partir de ese momento que entendió que quería pasar el resto de su vida a su lado.

Sonrió inconscientemente al pensar en ese momento; a veces deseaba regresar al pasado y aprovechar mucho mejor el tiempo con ella.

-Hace frío, ¿Por qué estás aquí?-esa voz inconfundible le dio un suave escalofrío y dirigió la mirada al joven que le observaba con curiosidad.

Tenía un abrigo color celeste y una bufanda de color negro adornando su cuello.

-Solo pensaba...-admitió sin reservas.

Silver tomó asiento a su derecha y en silencio ambos miraron las luces de la ciudad.

Ya no le resultaba tan incómoda la presencia del albino, el chico era decente y aún con todo sentimiento y esperanza de querer regresar con Amy, sabía que el merecía una oportunidad con ella.

Tal vez incluso más que él.

-Amy me contó del incidente en la lluvia-comentó y Sonic se mantuvo en silencio sin saber que debía decir-No te lo dirá abiertamente, pero está agradecida por ello-.

Se sentía bien saberlo, aunque no tan bien como haberlo escuchado de ella directamente de ella.

Sin embargo que ella lo haya externado ya era un punto a su favor.

-Gracias, Silver...-el aludido lo observó-Tal vez suene falso viniendo de alguien como yo... Pero me alegra que ella tenga a alguien como tú en su vida-el tipo generaba confianza, aún sin conocerle de prácticamente nada sabía que era alguien confiable y pese a lo evidente de sus intenciones por conquistar a su ex-esposa, no podía negar que el sujeto la apreciaba sinceramente.

Se notaba con ver como se comportaba y aunque en otras circunstancias eso le habría roto el corazón, podía aceptarlo.

O mínimo tolerarlo...

Dejar de amar a Amy era algo prácticamente imposible, pero aprender a vivir sabiendo que ella era feliz aún sin estar a su lado era un asunto distinto y relativamente mas razonable.

La quería tanto que ya no importaba si era con él, con Silver o quien fuera, solo deseaba que ella estuviera en paz.

Su hijito lo merecía también.

-Se necesita mucha madurez para decir algo así-Silver tenía en sus manos una especie de libreta y en ella anotó algo-Quisiera disculparme por haber terminado tan abruptamente la sesión-al romper la hoja se la tendió-Por favor, ve mañana a una nueva sesión, creo que obtendremos resultados positivos-.

Era extraño mantener una conversación de esa índole con alguien como él, aún así acepto.

Era muy en serio ese asunto de ser mejor sujeto.

-Ella... Ella aún me odia, ¿No?-confirmar sus sospechas sería doloroso, pero al menos no tendría esa incertidumbre en su interior.

Silver no respondió; en su lugar una mueca de seriedad fue lo que adornó su rostro.

Quizá fue lo incómodo del momento, posiblemente le tomó por sorpresa. Había tantas posibilidades y ninguna terminaba de apagar ese escozor en su interior.

-Se molestará conmigo por decirte esto...-rascó su mejilla nervioso, anticipando la molestia de la chica aunque no estuviera presente en ese momento-No te odia, dudo incluso que eso pueda suceder...-No vio mentira en los ojos del albino así que solo asintió, aceptando sus palabras-Esta molesta... Mucho muy molesta-.

Lo comprendía y no la juzgaría por ello, se lo merecía.

-Creo que es hora de irme-de pie, el albino le sonrió-Tal vez deberías hacer lo mismo, hace frío...-.

Y con gesto de mano ambos se despidieron tomando caminos contrarios.

Sonic decidió obviar el hecho de que Silver caminaba en dirección a la casa de Amy.

-Cuídala bien-susurró consciente de que no le escucharía.

Si ella era feliz el resto estaría bien...

[...]

A la mañana siguiente el sonido de su teléfono le despertó; tomó el aparato y con algo de esfuerzo logró leer las notificaciones que se amontonaban en su bandeja de entrada.

"Sonic el Hedgehog, ¿Gay?" la imagen de Silver y el conversando la noche anterior estaba en las páginas de chismes mas famosas de redes sociales y miles de comentarios hablaban de su supuesta relación con ese chico misterioso.

Algunos lo aplaudían como una salida necesaria del clóset y otros se lamentaban de saber sus preferencias.

Había otro sector incluso que estaba haciendo dibujos e historias raras sobre esa "relación" y les parecía una idea genial etiquetarle en ellas.

Algunas escenas eróticas se agruparon en su pantalla y cuando llegó a una donde era profanado decidió que había tenido suficiente.

Dejó el teléfono de lado y bajo las escaleras en búsqueda de un vaso de agua para calmar sus nervios. Ya en la cocina, tanto Cosmo como Big le observaron de reojo.

-Buenos días-les saludó y solo Big respondió a su saludo.

Cosmo estaba frente a la estufa cocinando algo que francamente no olía tan bien y sus manos temblaban ligeramente.

Big bebía una taza de café y el periódico en sus manos contenía aquella foto pecualiar.

Ninguno dijo nada, aún así el ambiente era incómodo y Sonic no se caracterizaba por ser alguien paciente.

Cosmo le entregó un plato con comida ligeramente quemada y Big seguía sumido en su lectura.

-No soy gay...-se vio el la obligación de aclarar-Él... es mi terapeuta-confesó.

Big despegó la vista del periódico y le dijo que ya lo sabía. Cosmo en cambio evitaba mirarle.

Había algo en la muchacha que no era normal, lucía alterada, casi como si la culpa sobre sus hombros no la dejara tranquila.

-Cosmo... ¿Te encuentras...?-

El sartén que estaba entre sus manos cayó al suelo esparciendo el contenido por todo el suelo, quemando un poco a la chica en el proceso.

Mientras limpiaba, Sonic decidió acercarse para verificar que la chica estuviese bien.

-¿Te hiciste daño?-.

Ella negó aún recogiendo el tiradero y en silencio lavó todo lo utilizado.

Salió de la cocina y ambos masculinos se quedaron en silencio.

-Ella cree que es real-Big confirmó sus sospechas y Sonic sintió un escalofrío recorrerle desde la nuca hasta los pies.

Siempre hubo chismes yendo y viniendo en su vida, aunque nada tan descabellado como esto.

Por un momento pensó en Silver y en como se estaría tomando toda esa "atención" que estaba recibiendo.

También pensó en Amy y como la haría sentir todo esto.

-Soy un idiota, Big... Amy va a odiarme por meter a su novio en problemas-se lamentó.

Ignorando el hecho de que el estaba relativamente acostumbrado a tal tipo de acoso, la idea de ir a la consulta ya le producía duda y ansiedad.

Pensar en todos los medios que estarían pendientes tratando de captar los mejores momentos de ese "encuentro romántico" le daba ansiedad.

-Todo saldrá bien-dándole ánimos el fortachón sonrió-Solo no les prestes atención-.

Claro que de decir a hacer había una gran diferencia. Big se tomaba las cosas con tanta calma que a veces dudaba de su sanidad mental.

Nadie podía ser tan calmado, ni Tikal se mantenía tan tranquila y eso que ella era un pan de Chaos.

Fuese como fuese al fin y al cabo ya no tenía mas remedio que aceptar el hecho de que sus salidas nocturnas se habían acabado y que su aparente tranquilidad simplemente ya no estaría.

Era cuestión de esperar...

[...]

Cuando llegó al consultorio algunas miradas se fijaron en él; algunos, los mas avispados le reconocieron aún con ese disfraz improvisado y las gafas de sol que le cubrían casi toda la cara.

Silver ya le esperaba dentro del consultorio sin ningún tipo de pena en su rostro.

Lucía tranquilo, como si ninguna de las estupideces que escribía la prensa le afectarán.

-Buenas tardes, por favor toma asiento- al obedecer el albino le ofreció una taza de té-¿Cómo te sientes?-.

Decir que se sentía avergonzado sería un eufenismo para el manojo de emociones que le dominaban en ese momento.

No obstante, hizo su mejor cara y sonrió.

-Eh... Supongo que he estado mejor...-.

Sería una larga sesión y no estaba seguro si podía seguir viendo a ese sujeto a la cara con tanta tranquilidad.

.

.

.

.

Continuará...
Se cuidan y gracias por leerme.
Dispensen las faltas, ya no doy para más...
Atte.
Gri.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro