
14. Recuento de daños...
Ando sad... dispensen.
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Capítulo Catorce
"Recuento de daños..."
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Cuando al fin se dignó a abrir los ojos por la mañana solo pudo observar paz y quietud a su alrededor. Estaba en su habitación con todas sus cosas en orden; su ropa, su cama. Todo fue una pesadilla.
Aliviado; dio un paso fuera de la cama y se encaminó hasta el baño para asearse. Quizá había sido un sueño, es decir, todo estaba tal cual lo había dejado.
Tiró de la cadena del retrete y se observó en el espejo; estaba pálido y ojeroso como ya era costumbre.
Pero había algo en su cuello que no cuadraba con lo habitual. Se acercó hasta el espejo para observar más de cerca aquella mancha en su piel y grande fue su sorpresa al notar la marca de una dentadura fundirse con los tonos violáceos y rojizos en su piel.
No fue un sueño...
Las ganas de querer vomitar hasta la médula le carcomían, aunque últimamente ni siquiera para autosabotearse tenía las mejores ideas.
Haberse acostado con esa chica no era sino una cagada más a la lista de estupideces que había cometido en menos de un mes.
Oh jodida la suerte...
Estúpido, estúpido, estúpido.
¿Por qué seguía cayendo en lo mismo?
Había salido esa mañana con la única intención de grabar algunas demos y regresar a su hogar a descansar.
Pero seguía sin suceder...
Mephiles y su obsesión por hacer las cosas perfectas le obligaban a ensayar una y otra y otra vez con tal de hacerlo como a él le gustaba.
Y aun así siempre terminaba deshecho...
Cansado y comúnmente fatigado por ese régimen tan estricto al que le sometía para poder superar las expectativas impuestas.
Sobre todo, cuando se acercaba alguna gira, alguno de esos conciertos en la que cientos y miles de sus fans coreaban sus canciones.
"Es por tu público" le decía "Merecen sólo lo mejor" se excusaba el viejo Mephiles y entre risas y burlas podía recordar cómo fue la primera vez que colapso debido al cansancio.
Llevaba alrededor de 36 horas sin dormir, 3 conciertos de 4 horas cada uno y que en menos de dos días había viajado por medio país sin opción de descanso.
¿Y cuál fue la solución de su mánager para enmendar la situación?
En efecto, le había dopado de al menos tres tipos de estupefacientes distintos que a estas alturas ya había olvidado cuales eran.
Pero sí, había cumplido su cometido.
Honestamente no tenía recuerdos claros de que fue lo que sucedió después. Y fue gracias a Knuckles y Tails que se enteró que habían ofrecido 3 conciertos más antes de que el cansancio terminase dejándole inconsciente por casi dos días enteros.
Le había agotado hasta la última instancia y tristemente eso no fue lo peor...
Ahora, casi cinco años después, demacrado y marchito, el cúmulo de excesos estaba cobrándole factura.
Estaba ahí, sentado en el suelo del baño mirando a la nada mientras sus manos temblaban y la sensación de asco tomaba control de su estómago.
Quería vomitar y deshacerse de ese asco que le carcomía por dentro, pero para su infortunio nada salía de su interior.
No había lágrimas, ni vomito. No había nada...
Y por primera vez en mucho tiempo supo que lo suyo ya no tenía remedio.
No sentía nada...
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-Señor Sonic-Cosmo le llamaba desde el otro lado de la puerta, preocupada-¿Se encuentra usted bien?-.
No le respondió, al menos no al instante.
Había perdido la noción del tiempo; bien pudo haber pasado una o incluso cinco horas metido ahí y para él habría sido lo mismo.
Aunque el entumecimiento en sus extremidades le indicaba que poco tiempo no había transcurrido, pensó que lo mejor sería salir antes de que ella quisiera entrar y comenzara a hacer preguntas que no estaba dispuesto a contestar.
De pie y tras estirarse unos segundos, abrió la puerta dispuesto a salir y fingir que todo estaba perfectamente en orden. Al encontrarse con la mirada de su ama de llaves y ahora autoproclamada cuidadora esta le observo de arriba abajo comprobando que todo estuviese en orden.
Lo estaba analizando como a un niño pequeño que oculta que se ha hecho daño para evitar un regaño de mamá y a juzgar por su mirada estaba completamente dispuesta a sermonearlo.
Pero no...
Al menos no esta vez.
El que no tuviera ganas de vivir no significaba que iba a ir por ahí mutilando su cuerpo y ensuciando todo a su paso.
No, claro que no...
Es demasiado cobarde y nunca se le ha dado bien tolerar el dolor. Así que por mucho que lo quisiera intentar, pensar en infligirse dolor tampoco lo motivaba tanto.
-Señor-Hablo la chica nuevamente y el la observo-La señorita Tikal llamó anoche y preguntó cómo se encontraba-le informó y el solo rodó los ojos apáticos.
Seguramente se habría enterado por las noticias del fiasco que había protagonizado.
A estas alturas su cara debía estar en todos los periódicos, revistas y portales web siendo la comidilla de la farándula.
Era una estrella en decadencia, la presa predilecta para esos buitres que se alimentaban con la desgracia ajena.
Cosmo por su parte entendió que su jefe no estaba de ánimo para intromisiones y tras despedirse salió de la habitación dejándole a solas nuevamente.
Se dejo caer sobre la cama y suspiró. Seguramente Tikal estaba completamente decepcionada de él.
Sus fans lo debían estar odiando, la prensa debía estar hundiéndole todavía más si es que eso era posible y aquellos que le odiaban disfrutarían su desgracia.
Era tan idiota...
Todo lo que le sucedía le parecía tan irreal...
Es decir, jamás en toda su vida hubiese imaginado que terminaría así. Solo, amargado y siendo un sucio adicto con problemas del corazón.
Pero al menos era una estrella mundial, ¿no? Es decir, tenía fama y mucho dinero y eso lo hacía alguien.
¿Verdad?
Teniendo millones en el banco, así como seguidores a sus pies no era feliz.
Felicidad, incluso dudaba del significado de la felicidad.
Perder a su esposa y a sus amigos le dejaba al descubierto de una verdad a la que no se sentía listo para afrontar.
No le gustaba estar solo...
Porque aun teniendo millones de seguidores y la posibilidad de acostarse con quien quisiera en el momento que quisiese eso no llenaba sus vacíos.
Estaba envejeciendo y su cuerpo cada vez estaba siendo menos tolerante a sus excesos.
Posiblemente iba a irse a dormir una noche y ya no despertaría nunca más.
Y bueno, pensar en ello no lo tranquilizaba tampoco.
Podía sentir a la muerte rondarle y la posibilidad no volver a ver a Amy le entristecía.
En el fondo sabía que no era digno de un perdón. Que todas las cagadas que había cometido no merecían que ella le devolviese si quiera la mirada; pero aun así lo necesitaba.
Indudablemente necesitaba tenerla en su vida.
Pero, ¿con qué cara? ¿Cómo acercarse a alguien a quien le hiciste tanto daño? ¿Cómo borrar todos esos tragos amargos? La gran mayoría ni siquiera los recordaba, otros tantos se fundían en su memoria, clavándose como espinas que desgarraban lentamente sus esperanzas y aspiraciones.
Su musa, su alma gemela se había ido y él iba a morirse sin verla otra vez.
Sonikku...
Escuchar su voz era melodioso...
Ojalá eso fuese real.
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Había dormido gran parte del día; ahora los huesos le dolían y su estómago demandaba algo que ingerir.
Salió con apatía de entre las sábanas y se abrió paso por entre la habitación hasta llegar a la puerta.
Estaba tan fatigado y desgastado que ni siquiera podía bajar las escaleras.
-Cosmo-Gritó desde el pasillo y esperó-¡Cosmo!-gritó una segunda vez y los pasos apresurados de la chica subiendo las escaleras resonaron por todo el lugar.
Fatigada, ella le observó curiosa.
-¿Me ha llamado?-Pregunto recuperando el aliento.
Era simpática, no podía negarlo. Aun teniendo un humor de los mil demonios no podía comportarse mal con ella.
-Quisiera algo de comer, por favor-pidió-Y súbelo a mí habitación, si no es molestia-
Cosmo tan solo asintió; si tenía intenciones de preguntarle algo, no lo demostró.
De regreso en su habitación tomó su teléfono y abrió al azar alguna de sus redes sociales buscando alguna novedad de lo que le había sucedido la noche anterior.
Muchos, decenas de vídeos, imágenes y memes que hacían alusión a su juerga de la noche anterior, incluso alcanzo a ver como lo comparaban directamente con un depredador nocturno en búsqueda de jovencitas a las cuales asechar.
Era tan tristemente hilarante.
Es decir, las fotos con esa chica salían a la luz y no hicieron sino provocarle una risa sin gracia y la completa certeza de que Mephiles debía estar ahogándose en su propio veneno al ver dichas imágenes.
Ya debía saberlo; a estas alturas seguramente hasta había borrado unas cuantas decenas; aunque era raro no tenerle como mosca jodiendo durante un día caluroso.
Quizá ya se había hartado de lo mismo...
Si Mephiles se daba por vencido con su carrera eso sería un alivio para todos, incluido él.
-Ojalá...-murmuró entre dientes y deslizó el dedo por la pantalla mirando sin interés algunas de las publicaciones en las que Sonic salía a relucir.
"Esta madrugada se encontró al famoso Sonic The Hedgehog regresar de una noche de juerga con una joven hasta el momento no identificada"
La mueca de asco que se le formo en el rostro habría logrado divertir a cualquiera.
Chica no identificada...
Bueno, al menos a ella si le cubrían la identidad.
"Después de una noche apasionada el famoso Sonic colapsa al llegar a su mansión en never lake 1993... fuentes informan que había estado consumiendo..."
Suficiente lectura...
Arrojó el teléfono lejos de él y miró el techo de su habitación; tanta mierda, tantas cosas.
Nada tenía sentido.
Sólo era un desperdicio de oxígeno; incluso su pobre madre habría aprovechado mejor todas las oportunidades que la vida le brindaba.
Mamá...
Oficialmente ese año se había vuelto mayor que su madre antes de morir.
Que patético.
Bernadette, la pobre y dulce Berny como la conocían quienes la amaron en vida había perdido la batalla contra una enfermedad que los médicos no pudieron diagnosticar a tiempo.
Cinco años tenía cuando perdió a su madre y él y su padre se habían visto obligados a mudarse al centro en búsqueda de nuevas oportunidades.
¿Su madre estaría orgullosa de lo que era hoy en día?
Ojalá que sí...
Porque él ni siquiera recordaba su cara. Era triste, pero con el tiempo su rostro se había convertido en una mancha borrosa, en un recuerdo del que no estaba seguro si era verdad.
Poco había disfrutado con esa pobre mujer; cinco años tenía y después de eso poco o nada venía a su mente salvo los llantos de su padre y las latas de cerveza que bebía sin parar.
Su padre...
¿El estaría orgulloso de en quién se convirtió?
Estaba convencido que sí.
Jules le crió para triunfar, con mano dura y la convicción de ser el mejor.
O bueno, con los años de eso había querido convencerse.
A los doce, luego de un largo día de escuela llego a casa y encontró a su padre con un arma en las manos y la mirada perdida.
"No llores" le dijo esa tarde al verle histérico mientras intentaba frenarle.
"No seas marica" le dijo después y ante los ojos marchitos de su único hijo se había volado la tapa de los sesos esparciéndolos por todo el lugar.
Muchos recuerdos... ninguno era bueno.
Cerró los ojos intentando reprimir aquellas imágenes que amenazaban con hacerle llorar, cuando el sonido de la puerta acudió en su rescate.
Cosmo tenía en sus manos una bandeja con comida y un vaso de jugo de naranja que le tendió con amabilidad.
-¡Provecho, joven Sonic!-se despidió y a solas y en silencio comenzó a comer.
No sabía bien; pero aun así lo comió.
Cada bocado se atoraba en su garganta y las ganas de llorar aumentaban a medida que ingería cada vez más y más alimentos.
Lágrimas saladas corrieron por sus mejillas y el hambre desapareció.
Al final si era un marica como decía su padre...
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-PUTA MADRE BLUE-Mephiles tenía 20 minutos gritándole en la cara y su dedo izquierdo apuntaba directamente a su rostro.
Lo maldecía, lo pisoteaba he incluso pudo sentir cómo había escupido su rostro en dos ocasiones distintas.
Pero no respondió.
Había dejado de escuchar luego de cinco minutos y ahora solo estaba sentado en el lobby de esa oficina mirando los discos de oro y platino que había ganado con el sudor de su trasero.
¿Por qué tenía Mephiles sus premios en lugar de él?
-TE COGISTE A ESA PUTA-Le acusó-LA MUY HIJA DE PERRA LLAMÓ A LOS MEDIOS-Farfulló iracundo.
Mentiría si dijese que eso no llamo su atención. Así que esa maldita era quien había causado todo ese alboroto.
-Puta madre...-rompió su mutismo y miró a Mephiles unos segundos-Arréglalo-agregó sin interés.
Arqueó una ceja sorprendido, como dudando de que había escuchado correctamente lo dicho anteriormente.
-¿Qué mamada acabas de decir?-
Sin ninguna expresión en el rostro el cobalto respondió.
-Que lo arregles-
Quizá lo que dijo debió ser un chiste muy gracioso pues Mephiles se echó a reír escandalosamente en un quejido obviamente burlesco.
-Que lo arregle...-ironizó-¿TIENES UNA PUÑETERA IDEA DE LO QUE HICISTE, MALDITO BASTARDO?-del cajón de escritorio sacó un fólder lleno de documentos que le tendió-Tus pendejadas nos cuestan contratos millonarios, patrocinios y nuevas giras, ninguna puta marca quiere relacionarse con un pendejo que no puede mantener la verga entre sus pantalones-.
Lo estaba escuchando y por mucho que le molestase debía concederle la razón.
Su imagen pública estaba hecha mierda...
Era obvio que nadie confiaría en Sonic de la misma manera; toda esa fachada de tipo cool se había ido al carajo.
-Afortunadamente para ti, tengo un plan para esto-.
-¿A qué te refieres?-.
La sonrisa torcida del mayor le provocó un escalofrío.
-Lo sabrás esta noche, por lo pronto tómate un par de estas-le tendió aquellas benditas pastillas que tanto daño le habían causado y comenzó a garabatear algo en un trozo de papel-Te quiero ahí en punto de las siete-La mirada amenazante, le hizo asentir-Te lo juro Blue, si no llevas tu trasero a este puto sitio, te juro que te mataré-.
Y tal como había llegado, salió de aquella oficina con más dudas que respuestas.
Podía sentir las miradas indiscretas de algunos, otros ni siquiera se molestaban en disimular que le observaban.
Cuchicheaban, le juzgaban y otros tantos, la gran mayoría se burlaba de su desgracia.
-Hey blue-En la lejanía, el tal Scourge se acercó hasta él y le saludo chocando los puños-Viejo, ayer lucías terrible... ¿estás bien?-.
Dudoso, negó con la cabeza restándole toda importancia al asunto.
-Estoy bien, gracias por preguntar-.
Era evidente que no se sentía cómodo hablando con ese sujeto por lo que Scourge solo suspiró.
-Si acudes a la reunión de esta noche espero que podamos liberar tensiones, blue-Comentó, casual-Es decir, la gira está próxima y vamos a tener mucho tiempo en carretera-.
La gira...
Con las cosas como estaban ya hasta dudaba de poder llegar a fin de mes. Incluso la sola idea de pasar un día entero en el autobús y viajar por medio país le parecía inconcebible.
No lo aguantaría.
-Claro, la gira...-se obligó a responder-Iré a vocalizar, te veo luego-Se despidió con ademán de mano y se abrió paso por entre la multitud.
Entrar en la cabina de grabación le traía muchos recuerdos; algunos buenos, otros seguramente no tanto.
No olvidaba su primera canción. La primera nota que había cantado y lo emocionado que estaba de tener a todos quienes le importaban apoyándolo.
Tails, Knuckles, Amy...
El grupo de cuatro, su clan. Había sido tan idiota al dejarles ir...
Se lamentaba, sí.
-Señor...-El técnico de sonido le hablo-¿Desea grabar una canción?-.
No tenía nada en mente, le dolía la cabeza y posiblemente ni siquiera su garganta estaba en condiciones, pero las ganas de cantar le invadieron.
Pensó por un momento en que debía hacer, quizá sí practicaba un poco.
-No es nada en serio, solo quiero vocalizar-confeso nervioso.
-Oh, bueno... prepararé el equipo de igual modo por si cambia de parecer-.
Sonikku, me encanta como cantas...
Ella volvía a su mente dándole ánimos de continuar.
Me encanta... eres tan especial.
Sólo ella lo creía.
¿Seguiría creyéndolo aún después de tanto tiempo?
Obviamente no, ella debía odiarlo, desearle lo peor y no querer saber nunca nada más de él.
Después de todo, no había dejado ni un solo rastro de su presencia.
-Sonic-La decepción en su rostro era dolorosa-No puedo creerlo... de verdad, esto es...-Se estaba esforzando demasiado por no llorar.
Knuckles y Tails veían de igual modo la escena y aunque ninguno decía nada su estupor era igual de evidente.
Estaba ahí acostado, con los pantalones abajo y con una mujer en paños menores recostada sobre sus cuatro extremidades.
Ninguno decía nada; repentinamente las palabras sobraron.
Podía ver lágrimas silenciosas correr por los ojos de su esposa y como apretaba los puños dispuesta a asestarle un buen golpe. Pero en vez de eso, simplemente se dio la media vuelta dejándole ahí.
Knuckles había salido tras de ella y Tails solo suspiró.
-Fuiste muy lejos esta vez-Las palabras se atoraron en su garganta, amenazando con salir en un vomito verbal-Dios... Sonic yo, yo no puedo creer esto-Y salió de la habitación dejándole a solas con aquella fémina cuyo nombre ni siquiera se había tomado la molestia de preguntar.
Se asqueaba de si mismo; ¿cómo pudo hacerle tanto daño a esa excelente mujer? Amy estuvo siempre ahí, incluso desde mucho antes de que se diese cuenta que la necesitaba.
Imbécil...
No había otra forma de describirse, era un imbécil por haber hecho todo eso y sobretodas las cosas, el haber dejado que alguien más manipulase sus acciones. Las drogas, las putas drogas que se había metido durante todo ese tiempo habían acabado su vida.
-Hey, Sonic-Jet le trajo a la realidad-¿Viejo, estás bien?-Le hablo desde fuera de la cabina y por inercia, asintió-Llevas cuatro horas aquí, debes estar cansado, ¿vendrás a la fiesta?-.
Había pasado por alto la dichosa fiesta; las palabras de Mephiles seguían frescas en su mente, el no ir a esa fiesta solo significaba que lo tendría ahí jodiéndole hasta llevarlo casi a rastras.
Meditó unos cuantos segundos el nivel de tolerancia que tendría ante esta situación y a sabiendas de que no resistiría mucho opto por ceder.
-Sí, en un rato-Fue su respuesta para su nuevo compañero quien seguía ahí mirándole fijamente
Esperaba que esa respuesta fuese suficiente para quitarse al chico ave de encima, pero al parecer no tenía nada mejor que hacer en ese momento.
-Oh vamos, si llegamos temprano conseguiremos un buen lugar para ver a las chicas-Le dijo antes de que pudiese responder algo más, continuó-El jefe cree que si nos ven en esa inauguración le dará un nuevo giro a tu imagen-.
Así que de eso se trataba.
Negocios, negocios y más negocios. En el fondo no podía culparlo; al fin y al cabo era una estrella mundialmente famosa y su imagen debía venderse de una u otra manera.
Salio de aquella cabina y suspiró; negarse a este punto solo traería más problemas así que se resignó.
-Muy bien, nos vamos entonces-.
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Si algo tenía que reconocerle a ese bastardo era que tenía estilo; había rentado un vehículo lujoso y bastante cómodo en el cual viajaban. Sus otros dos compañeros bebían despreocupadamente y el sólo podía atinar a mirarles de reojo sin atreverse a mover un músculo.
No iba a decir que no se veía tentado por probar el alcohol; la verdad era que le llamaba, su garganta exigía beber aunque fuese una gota de ese néctar amarillento y dejar que sus sentido se volvieran aún más estúpidos.
Pero debía ser fuerte; quería ser un mejor sujeto y aunque no era fácil, trataría.
-¿Te nos unes, blue?-Scourge le tendió una lata de cerveza la cual rechazó-Vamos blue, no me digas que tu dama te golpea-se burló.
-Estoy en un tratamiento-Respondió, dejando la lata lo suficientemente lejos de él para no caer en la tentación-Y no tengo una novia-Añadió después.
Ambos presentes rieron estrepitosamente ante su respuesta.
-Cielos, cuando nos dijeron que trabajaríamos con Big Blue nunca creímos que serías tan serio-Ahora fue Jet quien se unió a la conversación-Quiero decir, tu reputación de precede-.
Tiempo pasado... Ya no quería ser ese sucio borracho.
-Si... bueno, todos cambiamos-.
El resto del viaje continuó en silencio.
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Al poner un pie fuera del vehículo, los flashes de las cámaras le encandilaron un momento; algunos coreaban su nombre, otros simplemente le observaban como si no fuese nadie importante.
-Vamos Blue, lo mejor esta dentro-Le invitó su compañero verdoso y entraron al club nocturno. Dentro la música electrónica y las luces de ambiente le esperaban dándoles una rítmica bienvenida.
Abriéndose paso entre la multitud caminaron hasta una de esas mesas del fondo y tomaron asiento esperando ser atendidos.
-Este lugar se ve bien-Jet alagó la decoración y Scourge secundó su comentario-Vector debió gastarse una fortuna en esto-.
Vector...
Ese nombre le sonaba pero, ¿de dónde? sabía que le había escuchado antes pero no recordaba exactamente en que contexto.
-Buenas noches muchachos, ¿Qué les sirvo?-La chica de las bebidas se acerco hasta ellos con coquetería-Oh Sonic-su voz cambio a una melosa y chillona-No me llamaste otra vez-Le reprochó.
La chica de cabello morado al parecer exigía una respuesta, pero por mucho que hubiese intentado recordar quien era, no tenía nada.
-Lo siento-dijo a secas y sus compañeros le miraron con sorna.
-Queremos un servicio-Scourge salió en su rescate-Y dile a Vector que Blue necesita un poco de caos...-
La chica asintió y se fue sin más.
-No quiero nada de eso...-
-No seas aguafiestas, lo necesitas para tranquilizarte un poco, estás muy tenso-
-Yo sólo quiero un poco de agua fría, estoy bien en serio-
No tenía buenas experiencias cuando de caos se trataba. Justamente era eso lo que le había llevado a la ruina.
-Bah, la noche es joven... ya verás que cambiarás de opinión-
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Continuará...
Dispensen cualquier faltilla que se me fue por ahí.
Nos encaminamos a la recta final...
Se cuidan y gracias por leerme.
Atte.
Gri.
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