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11. Necesidad...

Recordad: la letra cursiva son los recuerdos del pobre Sonic...
Ahora sí, a leer.

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Capítulo Once
"Necesidad..."

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La mano suave de Tikal acarició su rostro reconfortándolo. Tenía mucho frío y le dolía el cuerpo. La mente le estaba dando vueltas sin poder entender del todo que estaba sucediendo.

Trato de incorporarse, pero el firme pero suave tacto de Tikal le hizo regresar a su posición inicial.

−Descansa, mañana será otro día−Le dijo y entre murmullos cerró los ojos sin más.

[...]

El sonido de la música estridente le ensordecía; miró en todas direcciones mientras las luces neón subían y bajan al ritmo de la música. La multitud bailaba, algunos reían alegremente y otros tantos aprovechaban la oscuridad para brindarse caricias traviesas.

En sus manos el vaso de alcohol parecía medio vacío; tosió brevemente y se abrió paso entre la multitud buscando con la mirada a sus amigos y su mujer. La música subía y bajaba en un ritmo sumamente hipnótico y quizá se debía al alcohol en su sistema, pero todo a su alrededor pareció ralentizarse de igual modo.

Se detuvo tratando de que todo a su alrededor volviese a la normalidad; aspiró fuertemente por la nariz y todo le dio vueltas unos segundos.

−¿Estás bien, guapo?−Habló de pronto una voz desconocida entre la multitud y una mano le tomo del hombro sacándolo de su camino.

Fijó su vista en aquella figura desconocida notando con extrañeza como era una pelirroja de buenas curvas sonriéndole con coquetería.

−Gracias−Contestó dispuesto a irse, pero ella le impidió dar un paso.

−Creo que estás un poco alterado, corazón...−Lo obligó a tomar asiento e invadió su espacio personal− ¿Qué estás haciendo aquí, tan solo?−Siseó, mostrándole sus perfectos y alineados dientes blancos en una sonrisa coqueta.

−Sólo... sólo estaba buscando a...−los largos y finos dedos de la fémina le imposibilitaron el seguir armando aquella frase.

−Te invitaré un trago−le hizo señas a uno de los encargados del licor y éste se acercó−Dos especiales−Pidió y a solas nuevamente le observo directamente al rostro, poniéndole nervioso.

Quizá estaba demasiado ebrio, quizá solamente era su naturaleza tímida saliendo a relucir, pero aquella fémina le ponía los pelos de punta.

Estaba acercándose demasiado, más de lo que cualquier otra chica que no fuera su mujer se le había acercado alguna vez y su evidente incapacidad para reaccionar asertivamente terminaron poniéndolo en una situación que excedía los límites de su raciocinio.

Un trago fue suficiente para romper el hielo y que el nombre de esa pelirroja saliera a la luz.

Sally, se llamaba.

Una chica muy guapa −demasiado guapa− que después del quinto trago le hizo olvidar que buscaba a su mujer y amigos y le invitó a su departamento.

Abrió los ojos sintiéndose desorientado; estaba en su cuarto nuevamente.

Incorporándose lentamente notó vendas mojadas cubriéndole la frente.

Con la respiración agitada y todo dándole vueltas; trató de ponerse de pie.

−Sería mejor que no lo hagas, Sonic...−La melodiosa voz de Tikal le obligo casi al instante a volver a su posición inicial−Tuviste una fiebre de 40°... es un milagro que sigas entre los vivos−.

Sí... milagro.

Cada vez era más evidente que ni la muerte lo quería entre sus filas.

−¿Qué sucedió?−Insistió en saber la joven−Estabas tan bien hace unos días cuando llamé a tu ama de llaves y de pronto recibo una llamada en la que me dices que estás ardiendo en fiebre y desvariando−.

No tuvo una respuesta para ello y la verdad es tampoco se molestó en fingir que lo intentaba.

Estaba muy roto...

Y en el fondo, ella lo sabía.

−Anoche−Tikal pareció remembrar algo−Dijiste algo que llamó mi atención y quisiera preguntarte−quitó aquellas vendas y le miró a los ojos unos cuantos segundos con un gesto maternal adornándole el rostro−¿Amy es la chica de quién estás enamorado?−Pregunto al fin.

Muchos pensamientos se conglomeraron en su mente; ideas, recuerdos, deseos que no se cumplían, todo de golpe directamente en su cara remembrando un pasado no tan lejano.

Y el deseo de llorar le invadió...

Lágrimas saladas resbalaron por sus mejillas mientras los brazos reconfortantes de la fémina le aprisionaron entre murmullos que pretendían calmarle.

Pero eso no serviría.

No eran esos brazos los que necesitaba...

Amy, su querida y amada Amy.

−La necesito−Soltó al fin, entre lágrimas sintiendo como un nudo se formaba en su garganta y la necesidad de seguir en llanto aumentaba.

Se sentía tan patético.

Tan basura y tan insulso; el mismo había causado el fin de todo y aun así estaba esperanzado a que las cosas regresaran alguna vez.

Pensar en Amy le hacía sentir tan mal; porque en era tan consciente de que había sido un completo y reverendo hijo de perra con ella.

La había perdido para siempre...

−Creo que, para poder sanar, necesitas enmendar algunos errores de tu pasado−Tikal continuó con su anterior discurso y eso llamó su atención.

Disculparse...

Había pensado en tantas formas y maneras; pero todas y cada una le parecían basura. Nada podría enmendar todo el dolor que ella sufrió.

No la merecía...

−Y creo que debes empezar por enmendar las cosas con ella−.

Ante esto sólo pudo suspirar.

−No sé dónde está−Confesó, aún entre lágrimas−Después del divorcio es cómo si la tierra se la hubiese tragado−Añadió, con pesar−Pase semanas intentando buscarla, hacerla cambiar de opinión, de convencerla de que era una decisión precipitada−los recuerdos continuaban golpeándole el pecho−Pero ese día solo firmamos y ella se fue...−.

Tikal solo escuchaba serena y atenta todo lo que tenía que decir. Solo estaba ahí, recogiendo información y ocasionalmente asentía con la cabeza dándole un poco de confort.

−La perdí...−

Estaba completamente convencido de ello...

Había agotado todas sus posibilidades; todas y cada una de los pequeños rayos de esperanza que en algún momento tuvo se fueron directo al caño.

Había perdido al amor de su vida por perseguir sus sueños de grandeza.

Y lo maldecía...

Maldecía con creces el día en que su carrera despegó.

−Creí que el dinero mejoraría nuestras vidas...−Confesó−Después de tantas penas y carencias, siempre creí que al triunfar podríamos darnos la gran vida... viajar y cumplir todos nuestros sueños...−Guardo silencio unos segundos tratando de recobrar el aliento−Y sólo terminé arruinando todo...−

Había dejado que las palabras de Mephiles se colaran tan profundo.

Había sido un completo idiota...

−Y ahora solo soy un pobre diablo...−Se lamentó.

Ella acarició su rostro y luego de lo que parecieron segundos interminables, le sonrió sincera comos siempre.

−Todo en esta vida tiene solución, salvo quizá la muerte...−

Tal vez tenía razón...

Pero se sentía demasiado cucaracha como para creer en las palabras de Tikal.

−Voy a ayudarte a buscarla−le dijo y apretó su mano amistosamente−Pero primero debes prometerme que tomarás en serio tu salud−.

Y aunque apreciaba el gesto y una parte de él quería creerlo, le era demasiado difícil pensar en que ella siguiera siquiera en el país.

Había agotado todos cientos de recursos y ni siquiera todo su dinero e influencias habían obtenido resultados positivos para encontrarla.

¿Qué podía hacer Tikal entonces? No deseaba demeritarla, pero ese tipo de cosas no eran sencillas de realizar. Y a este punto luego de tanto tiempo sin noticias que fuesen remotamente relevantes las esperanzas de encontrar a su amada estaban prácticamente en ceros.

−Aunque lo aprecio−Musito bajito, apenas audible debido las lágrimas que seguían saliendo por sus orbes−Sé que no pasará−.

Se había resignado... la había perdido y eso era todo.

Tikal por su parte sencillamente no iba a dar su brazo a torcer sin siquiera hacer el noble intento. Tenía un aprecio bastante considerable por ese pobre joven y deseaba sinceramente poder ayudarlo a calmar su dolor.

Dado que la gran parte de sus problemas venían del corazón, casi literalmente.

−Más se ha perdido en la guerra−Aseveró−Y sospecho que no has buscado en los lugares correctos−Añadió después.

Había agotado todo; cualquier lugar que ella pudo haber frecuentado, sus gustos, sus deseos y posibles opciones las había revisado y no había ni un solo rastro.

−Sólo... confía en mí−la mano de Tikal acarició nuevamente su rostro y en su mirada el rayo de esperanza brillaba con intensidad.

La observó; sabía en el fondo que era una causa perdida pero el que ella estuviese tan empeñada en intentar salvarlo y enmendar sus errores le hizo aceptar.

−Confío...−

Y luego de un rato, Tikal se fue para dejarle dormir; no sin antes reiterarle que cumpliría su promesa.

[...]

−El señor The Hedgehog no hace presentaciones privadas−La voz de Amy podía escucharse desde el otro lado de la habitación mientras se encargaba de agendar posibles citas y negocios−Me temo que no está interesado en...−

−Eso no lo decides tu, Rose−Mephiles irrumpió en la conversación de la mujer y tomó el parlante del aparato telefónico−Dígame, ¿de cuánto estamos hablando?−Parecía mucho más interesado en el valor monetario que pudiese obtener de la imagen del cobalto−Muy bien, estará allá, mi estúpida asistente le enviará el resto de los términos y condiciones para que pueda realizar la transferencia−Colgó la llamada y la mirada de desaprobación en su rostro le indicó que estaba molesto.

Amy quién no cabía en su propia furia al sentirse fuertemente ofendida ante los apelativos que ese sujeto estaba usando hacía su persona sólo pudo atinar a devolverle el gesto.

−¿Qué carajo pretendes, Rose?−Mephiles seguía empeñado en reprocharle aquel "error" que había cometido−¿Quién te dijo que podías darte el lujo de rechazar las ofertas de trabajo?−.

Parpadeó perpleja unos segundos y el temblor en su labio indicaba que estaba haciendo un esfuerzo descomunal por no llorar a causa de la rabia contenida en su interior.

−Soy la asistente de Sonic y yo...−Mephiles no le permitió continuar.

−ASISTENTE, inútil y patética bola rosa−la miró de arriba abajo con evidente desprecio−Ahora, haznos un favor a todos y desaparece−.

−¡Eres un hijo de!−

−Amy−La voz del cobalto irrumpió en la discusión aparentemente inconsciente del drama que se había formado entre su esposa y su manager−¿Qué pasa aquí?−.

−Tu inepta y poco inteligente esposa estuvo a punto de rechazar un contrato de siete cifras...−El tono despectivo y burlesco con el que Mephiles seguía refiriéndose a ella le hizo desear partirle el cráneo.

Miró a la fémina directamente a los ojos esperando algún tipo de respuesta; su mirada levemente enrojecida debido a las lágrimas que escapaban por sus orbes y el temblor en su cuerpo le hicieron abrazarla al instante.

Estaba furiosa.

−Amy... ¿Qué sucede?−Le murmuró en el oído mientras ella sollozaba en su pecho.

Verla llorar le removía tantos sentimientos; aquellas imágenes se repetían una y otra vez en su mente, torturándole.

¿Por qué no lo vio antes? ¿Por qué no pudo detenerlo a tiempo? Ese bastardo...

Había sido tan idiota...

−Es un ser despreciable, Sonic−Se quejaba la fémina y las lágrimas seguían corriendo por sus mejillas mientras su rabia aumentaba−¡Lo detesto! Es simplemente un asco, no quiero seguir con esto−.

Aquellas simples palabras lograron que al cobalto se le revolviera el estómago.

−Ames... tranquila−la tomó por los hombros y ambos tomaron asiento en los sillones de la estancia−Entiendo que este cambio es difícil para todos−tomó aire y continuó−Pero creo que todos debemos dar lo mejor de nosotros mismos para que todo funcione−

Estaba pidiendo demasiado, lo sabía.

Maldita sea...

−No lo entiendes, Sonic−se soltó de su agarre−Desde que firmaste ese contrato todo a ido cuesta abajo−ella seguía lamentándose.

Y el también.

−¡Es mi sueño, Ames!−El tono exaltado la hizo retroceder−Y no sólo el mío, también el de Knuckles y Tails...−.

Ella sólo agacho la mirada sin ánimo ni intenciones de decir nada más...

En el fondo, no podía negarse a cumplir su sueño; había luchado tanto para llegar a ese punto que no quería sonar tan egoísta.

−Ames, lo siento... no debí alzar la voz−La tomó del mentón y beso con suavidad su frente−Es sólo que hay tanto en juego... tantos empleos y aspiraciones que debemos cumplir... −

Amy asintió resignada.

¿Quién era ella para irrumpir en los deseos de tantas almas esperanzadas en ayudar a su ídolo?

−Entiendo...−

Y salió de la habitación en silencio.

−Eres un imbécil, Sonic...−Se lamentó recostado en su cama sumido en sus recuerdos mientras sorbía los mocos que seguían fluyendo.

Tenía los ojos hinchados de tanto llorar; ya ni siquiera se molestaba en intentar detenerse. Las lágrimas solo salían y salían a montones y ahora sentía los ojos pesados y las mejillas entumecidas.

Le dolía el alma, le dolía el corazón y sobre todas las cosas, le dolía su soledad.

¿Qué sentido tenía la vida ahora?

No quería cantar... las letras no salían de su garganta y sin duda su ánimo estaba por los suelos. Joder, incluso el hecho de comer le parecía tan banal y sin sentido.

No tenía ánimos de nada...

Sólo quería desaparecer; ¿por qué no podía desaparecer? ¿por qué tenía que seguir con su existencia sin sentido?

Era el ídolo de millones, cientos y cientos de jóvenes querían ser cómo él; y no era más que un fraude. Todas sus letras, sus palabras vacías, sus lemas.

Todo...

No eran sino una fachada, una imagen prefabricada que Mephiles consideró perfecta para él.

Sólo era un fraude...

La puerta de su habitación se abrió de golpe y los pasos firmes de su ama de llaves se abrieron paso uno tras otro para quedar justo frente a él y mirarle con preocupación.

−Señor Sonic, no ha comido en dos días−su tono preocupado indicaba que buscaba las palabras adecuadas para sonar firme, aunque no lo lograba−Tiene que comer algo... por favor−pidió la joven mientras lo miraba con un gesto suplicante.

Estaba en posición fetal mientras miraba de soslayo a la jovencita intentar contener las ganas de llorar; podía notar su preocupación y sus buenas intenciones.

No tenía hambres, tampoco fuerzas...

Pero no quería decepcionar a nadie más.

Con movimientos torpes y lentos se sentó en la orilla de la cama y la observó por breves instantes, para sorpresa de la joven.

Tenía el rostro hinchado y el semblante cansado; pero sólo suspiró.

−Tu ganas Cosmo, no quiero que te preocupes tu también... −sonrió falsamente y se puso de pie un brinco, mareándose en el proceso. −Oh, eso fue demasiado rápido−se quejó.

Cosmo sólo asintió con rapidez y bajo casi corriendo las escaleras para preparar los alimentos.

Caminó con pasos torpes hasta su baño personal y se miró al espejo sin mucho ánimo; estaba de dar asco. El rostro hinchado y los ojos rojos.

−Te ves patético Maurice−Se dijo para sí enjuagándose el rostro.

El agua no borraría el producto de sus excesos, pero le reconfortaba por lo menos un poco.

Al cabo de cinco minutos bajo las escaleras y se encontró con el aroma de vegetales hervidos y arroz a vapor servidos en un plato.

−Gracias, Cosmo−Agradeció sentándose a la mesa y llevando un bocado a su boca de manera lenta. No tenía ganas, ningún alimento le sabía bien.

Pero aún así lo comió. Lenta y tortuosamente ingirió todo lo depositado en el plato y la jovencita le miró complacida ante ello. Parecía feliz de que al fin estaba comiendo por lo menos un poco.

Y sin embargo sentía el estómago vacío...

−El señor Mephiles llamó hace un rato−comentó la muchacha, captando su atención−Parecía bastante molesto porque no ha contestado a sus llamadas−.

Sonic asintió por inercia y mantuvo su mirada en un punto equis en la pared. Había escuchado lo que la joven le dijo, pero no le tomó interés.

Mephiles...

Podía irse al carajo.

−Gracias, Cosmo−.

Seguido de esto, subió de nuevo a su habitación para sumirse en su miseria individual.

[...]

Era entrada la noche cuando la puerta de su habitación se abrió de pronto y los pasos sonoros de quien pudo identificar como Big se encaminaron por su habitación y el enorme sujeto tomó asiento en la orilla de su cama, moviéndolo un poco.

−Buenas noches, Sonic−Saludó con cortesía el jardinero y sólo obtuvo un gruñido por parte del cobalto.

Big, siempre sereno y calmado sólo sonrió con tranquilidad.

−Cosmo dice que la cocina esta lista por si deseas cenar−.

No obtuvo una respuesta por parte de Sonic.

−Yo también la extraño−Comentó con naturalidad y eso si captó su atención.

Sabía a quien se refería; sabía perfectamente que hablaba de ella y ante lo estúpido y evidente que podía resultar que su colapso emocional se resumía a ello, Sonic sólo pudo mirarle con pesadez.

−Amy siempre fue buena conmigo...−Que hablara de ella con tanta naturalidad le parecía tan irreal−Cuando se marchó me sentí triste−Admitió el regordete y suspiró−Creo que todos nos sentimos decepcionados de cómo terminó todo−.

Sonic asintió, para sorpresa de ambos; las palabras de Big estaban cargadas de nostalgia, pero sobre todo de una poderosa verdad.

Cuando Amy se fue él no fue el único que se sintió triste.

−Y me temo que esto te está consumiendo, Sonic−Hablo de nuevo y un tono paternalista lo acompañó−No debes consumirte por el dolor de algo que ya no puede cambiarse... el pasado es pasado y no puede cambiarse−.

Las sabías palabras de Big le dieron acidez estomacal.

−Sólo queda aceptarlo y seguir adelante...−continuó con su discurso−Lo que no fue, no será...−

Y aunque sabía que tenía mucha razón en sus palabras, se negaba a aceptarlo.

Que Big tuviese razón no hacía que dejase de dolerle; ni mucho menos hacía que sus deseos de mirar por lo menos una vez más a Amy y pedirle disculpas por no haber sido un buen esposo no iban a disminuir ni siquiera un poco.

Sólo quería disculparse.

No, ya no sólo lo quería, más bien lo necesitaba...

Necesitaba disculparse para encontrarle algún tipo de sentido a su jodida existencia.

De verdad, de verdad lo necesitaba...

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Continuará...
Dispensen los dedazos, a veces se me van...
Se cuidan y gracias por leerme.
Atte.
Gri.

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