✖╎Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 03╎✖
sᴏ́ʟᴏ ϙᴜɪᴇʀᴏ sᴇʀ sᴜ ᴀᴍɪɢᴀ.
[◆◈◇]
K. Young Soo
—Vaya, vaya, el mudo ahora coquetea con mi novia.
Me giré de forma rápida, encarando a Park Jimin.
—En primer lugar, no soy tu novia, nosotros terminamos y en segundo, deja a Jung Kook en paz, ¿Qué no te cansas? —hice una pausa divertida—. No, claro que no, la única que se cansó de tí, fui yo —suspiré pesadamente.
—¿Ahora te gusta el mudo? —preguntó acercándose más a mí— No creía que te gustaran menores o vírgenes.
Fruncí el ceño.
—¿Y eso a tí que te importa?
—Más de lo que crees —rió divertido.
—No digas más, ni me importa, eres el mismo imbécil de siempre —le dí la espalda para tomar la mano de Jung Kook y emprender nuestro camino al salón de clases.
Que persona más idiota era Park Jimin, ni sé como pudo antes gustarme su compañía. En un movimiento inesperado Jung Kook separó su mano de la mía, algo brusco sintiendome peor conmigo misma, ¿Acaso lo había incomodado?, A veces olvidaba que sufría alguna fobia.
—Jung Kook, en verdad lo siento, no quise tocarte o si quiera molestarte —no me miró, solo entró al salón de clases y lo seguí maldiciendo en mi cabeza.
El pequeño progreso que había logrado el día de hoy, se había esfumado a la velocidad de la luz. Me senté en mi lugar y la profesora Nye pudo continuar con su clase. No tardó mucho tiempo para que sonara el timbre, indicándonos que la clase había terminado y que la hora del almuerzo había llegado, me puse de pie junto a mi bolso y salí del salón con los ánimos por el suelo.
—¡Soo! —escuché mi nombre, giré consciente de quien era, forzando una sonrisa por mi parte.
Jackson me había llamado para que me acercara a ellos, él estaba con YoonGi junto a su cara de pocos amigos y Taehyung que escuchaba música a través de su teléfono nuevo que le habían regalado en Navidad. Mis amigos del alma habían llegado para rescatarme del hueco del arrepentimiento en el que estaba metida en este mismo instante.
—¡No sabes cuánto te extrañé, mi preciosa! —Jackson me abrazó elevandome del suelo y dejándome sin aire en el primer intento.
—Yo también te extrañé, Jacky —dije besando su mejilla y procedió a dejarme en el suelo.
—¿Y tu Romeo? —preguntó Taehyung besando mi mejilla, mientras caminábamos hacia la mesa de siempre.
—¿Jimin? —pregunté y él respondió asintiendo—. No lo sé, se supone que es su amigo, no el mío —me aferré al brazo de Jackson dibujando cosas imaginarias en el.
Nos sentamos en la mesa con sumo silencio, ellos tenían cara de nervios y estaban algo sudorosos, nunca me esconden algo y supuse que se trataba de algo delicado.
—¿Pasa algo? —los ví con una ceja alzada y todos tragaron saliva, viéndose entre ellos para ver quién hablaba.
—La cosa es... —Jackson apretó suavemente mi mano, buscando algún tipo de confort o valor en ella, realmente no sabía, pero no habló.
El silencio inundó la mesa.
—Chicos —insistí.
—¿Te acuerdas que tu hermano tenía amenazado a Jimin por algo que hizo? —preguntó YoonGi sin mirarme a los ojos, los tenía fijo en la mesa.
—¿Y qué pasó con eso? —suspiro pesadamente ante mi pregunta.
—C-Creo que no necesita saberlo —opinó Taehyung.
—Quiero saber que pasa, porque me...
Me interrumpió YoonGi segundos después.
—Jimin te engañó con una chica que ingresó este año a la universidad, Nam Joon se enteró y por eso lo amenazó.
Me quedé callada ante sus palabras, no sabía que decir y menos actuar.
—Les dije que teníamos que esperar para decirle —habló Jackson sin soltar mi mano, él era el más cariñoso de los tres.
—Ella merecía saberlo —enfrentó YoonGi, mientras Taehyung me observaba inquieto.
Recuerdos vinieron a mi cabeza, todos estaban sorprendidos porque la chica popular de la institución salía con el gran capitán de básquetbol, hacíamos una linda pareja, no lo negaré, pero con el pasar del tiempo ya las miradas no eran de admiración, eran de burla hacia mi persona y no sabía que era lo que pasaba, solo sabía que mi hermano lo había amenazado por algo que había hecho Jimin.
Debí verme como una tonta, todos sabían lo que estaba pasando menos yo. Besando los mismos labios que besaron aquella chica, por un momento me sentía sucia y asqueada.
—No tengo hambre, coman ustedes sin mí —me levanté sin dar tantas explicaciones, quería desaparecer y pensar en lo tonta que fuí.
—¡Soo! —escuché la voz de Jackson a lo lejos.
—Déjala sola, necesita procesar la información —la voz de YoonGi se escuchaba lejana, pero había escuchado lo que le había dicho al castaño.
Fuí hacia el campo de fútbol americano, quería perderme por unos minutos hasta que se hiciera presente el timbre que indicara que la hora del almuerzo había terminado y que era momento de volver a clases.
A lo lejos divisé a un chico sentado en las gradas leyendo una especie de libro, pero desde mi posición no podía leer el título, así que con sigilo me acerqué hacia su persona, intentando no asustarlo en el primer intento.
Era Jung Kook.
Juro que iba a desmayarme en cualquier momento, la presión arterial me había subido y respiraba a un ritmo alucinante, estaba nerviosa de estar tan cerca nuevamente de él, no quería alejarlo de mí por mis propios actos.
—¿Te gusta leer? —pregunté sentándome a su lado. Por su reacción, lo había asustado, el libro cayó al piso y él se tocaba el pecho, mientras su pecho bajaba y subía—. Lo lamento, no quería asustarte —tomé el libro y leí el título mentalmente, “Más allá del destino”.
Le entregue el libro, justo en la página en que se había caído, rozando mi mano con la suya, aunque fue un mínimo toque la sentí tan suave y delicada, pero aún podía ver incomodidad en su rostro cuando estaba cerca de él.
—No pienso hacerte daño —dije con una sonrisa, el cual él no imitó como siempre hacía—. Quiero ser tu amiga —desvió su mirada de mis ojos, ignorando lo que había dicho— ¿Escuchaste, Jung Kook?
Me volvió a mirar sacando el teléfono de su bolsillo, de seguro escribiría algo en el.
“¿Por qué haces todo esto?, De seguro ya sabes que sufro de antropofobia y que estar solo es lo que requiero”
Leí sorprendiendome del odio que habían en sus palabras. No entendía porque debía tratarme así, sólo quería hacer una buena acción.
—Porque un chico como tú también necesita compañía —solté.
Quizás no salió exactamente como lo tenía en mente, mejor dicho, no tenía nada planeado y quizás me estaba arriesgando demasiado, ¿Y si se alejaba de mí otra vez?, No quería presionarlo y menos agobiarlo.
“Mejor admite que sientes lástima por mí porque soy mudo, sufro de una fobia social y que además, sufro bullying constantemente gracias a tu novio”.
Miré ese otro mensaje con un nudo en la garganta, ya sabía que no era fácil afrontar cada una de sus situaciones actuales, pero ¿Qué culpa tenía yo de eso?, No merecía tal trato de su parte.
—No te tengo lástima, Jung Kook, silo quiero ser tu amiga, ¿Por qué no puedes aceptarlo? —pregunté con dolor en mi voz, él sólo se aferró a ese teléfono para escribir una respuesta a mi pregunta, que no tardó en llegar.
“Por la misma razón que tú quieres serlo, no necesito de tu compañía, ni la de nadie”
Respondió nuevamente. Suspiré pensando en alguna respuesta, pero nada se me venía a la mente, sólo la gran pregunta, ¿Por qué quería ser amiga de Jung Kook?, Todos merecemos cariño y yo estaba dispuesta a dárselo, aunque sea por un tiempo definido.
—Te guste o no, seguiré intentándolo —respondí poniéndome de pie, pero él me tomó de la mano para que viera su último mensaje.
“¿Qué sentido tiene ser amiga de un mudo?, Jamás podré responderte”.
Reí, lo que él no se había percatado era de que lo estaba haciendo, la comunicación no era solo verbal.
—Ahora lo estás haciendo, mejor busca otra excusa.
Él me soltó del agarre y palmeó suavemente el lugar junto al suyo, entendí aquella directa, no era tan lenta como mi hermano me hacía creer. Me senté a su lado esperando su pronta respuesta con sentimientos encontrados, estaba feliz por estar hablando con él, pero triste por su forma de pensar, apuesto a que él debe de sentirse igual.
“¿Jimin me va a golpear?, No es una pregunta, ni una afirmación, solo es lo que posiblemente pase si sigo hablando contigo”.
—¿Le tienes miedo? —negó— ¿Entonces? —hice una pausa— Si de corazón no quieres que sea tu amiga, solo escríbelo y me iré —señalé su teléfono.
“No quiero que seas mi amiga”.
Me mostró aquel teléfono, haciéndome sentir algo insegura por lo que estaba haciendo, pero sus ojos me decían lo contrario.
—No te creo, amigo —me puse de pie y besé su mejilla, poniendose rojo como un tomate hasta las orejas por tan sólo un beso.
Luego de mi acción se tapó con el libro, tapándose de la vergüenza que tenía.
—Nos vemos después, amigo.
Gracias por leer mis amores❤️
Corregido: 02/06/2024
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro