¿Qué clase de situación era esa?

Por un error y por culpa de Yoongi, Jimin se había distraído y la pócima se le había caído de las manos, haciendo que las enredaderas crecieran más de la cuenta, con espinas más grandes y duras.

Jimin pudo liberarse de estas, pero Yoongi no.

Por primera vez tuvo miedo y con todas sus fuerzas luchó contra las enredaderas hasta que Yoongi estuviera libre.

—Gracias —susurró con ojos cerrados.

Jimin no lo notó, pero una de las enredaderas se enredó en su cuello, dejándolo algunos segundos sin aire. Además, su ropa y su piel presentaban pequeños cortes y de algunas heridas corría sangre.

—¡Yoongi! —corrió hasta este, dejándose caer al suelo para ayudarlo.

—Estoy bien, brujito. Solo... Solo deja que recupere el aire —soltó, riendo un poco ante el rostro preocupado del brujo.

—Te dije que no me llamaras "brujito" —dio un leve golpe en su brazo, mirando a Yoongi reaccionar ante el ardor en una de sus heridas.

Con culpa se puso de pie para correr hasta su cabaña y regresar con su frasco de hierbas medicinales que le colocó en cada herida, para después ayudarlo a levantar y llevarlo dentro de casa, pues el atardecer estaba llegando y pronto la noche se haría presente.

Dejó a Yoongi en su cama, este le agradeció y a pesar de que ya había recuperado el aire, sentía que por cada minuto su cuerpo se estremecía.

Dos horas después, Yoongi estaba ardiendo en fiebre y Jimin buscaba entre todas sus hierbas medicinales la cura para la fiebre.

Cuando la encontró, corrió hasta su caldero para sacar agua caliente y en un cuenco colocar las hierbas.

Cuando el agua estuvo tibia, llegó hasta el humano para ayudarlo a sentarse en la cama y lentamente darle de beber aquel té curativo.

Yoongi lo bebió sin rechistar, temblando, pero sin borrar su sonrisa hacia el lindo brujo que ahora lo miraba con preocupación.

El pálido de verdad pensaba que el brujo era tan precioso, que no había podido evitar caer por este, se sentía tan atraído, solo quería sostenerlo en brazos, llenarlo de besitos y prometerle que ningún otro humano volvería a lastimarlo.

—Gracias, brujito. Sinceramente, el té sabía horrible, pero ya me siento mucho mejor... Discúlpame por ser un humano tan inservible e inútil —rio un poco.

—Calla y duerme, no podrás llegar a casa en esa condición y será difícil para mí controlar la fiebre si vuelve y te encuentras en la aldea, ya sabes, piensan que soy hijo del mal.

Yoongi volvió a reír un poco, asintiendo mientras volvía a la cama y se aferraba a las sabanas que desprendían un bonito aroma a hierbas, pero también a una flor silvestre, aroma que Jimin ni siquiera sabía que desprendía.

El brujo regresó a sus brebajes para dejar un té listo por si la fiebre volvía. No pasó más de dos minutos cuando Yoongi lo llamó.

—Brujito... ¿Puedes venir y comprobar mi temperatura?

Jimin solo suspiró, caminando hasta su habitación para llegar hasta el humano y colocar una de sus manos en su frente.

—Tu temperatura está bien.

—No lo creo, tengo mucho frío —comenzó a temblar, cubriéndose cada vez más con las sabanas.

—Yoongi...

—Ven, entra conmigo, tu cuerpo es calientito, dame calor, por favor —suplicó.

Y Jimin no pudo negarse a ese rostro tan varonil y bonito.

—Solo será hasta que dejes de temblar, después de eso me largo de aquí.

—Entendido, brujito.

Y Yoongi rodeó la cintura del brujo, tirando de él hasta que este quedó en su pecho, ambos tan cerca.

—Buenas noches, precioso.

Y Yoongi se quedó dormido, sin aflojar el agarre, imposibilitando al brujo escapar y aunque podía usar su magia y librarse, se sentía tan bien, tan cálido y tranquilo escuchando el corazón de Yoongi, junto a su respiración tranquila mientras descansaba.

Sin más, él también cerró sus ojos, inconsciente aferrándose al humano hasta que se quedó completamente dormido.

Al día siguiente el primero en despertar fue Yoongi, completamente sano y con las mejillas rojas al encontrarse al brujo entre sus brazos, con una facción en calma y tranquila. Era la primera vez que veía algo como eso en el brujo, y quedó más maravillado de lo que ya estaba.

—Hey, bonito —susurró —. Despierta, precioso —levemente movió sus cabellos—. Vamos, brujito, es hora de despertar.

Con uno de sus dedos picó su abultada mejilla, mirando como el brujo despertó y al encontrarse completamente vulnerable, usó su magia para salir de la cama y apuntarlo con una de sus manos mientras una leve bola de magia apuntaba hacia Yoongi.

—Ya, ya, disculpa, no era mi intención asustarte.

—Veo que estás completamente sano, vete ahora —dijo, bajando su mano y tallando sus ojos mientras caminaba a la cocina.

—Directo, no se si me dolió porque me quieres lejos o si me gustó porque me diste una orden.

Yoongi también salió de la cama, siguiendo al brujo.

—Eres el humano más extraño que he conocido en toda mi vida... Come algunas zetas y ve a casa, lo digo en serio. Hoy sucederá algo, una tormenta se acerca y esta zona se vuelve muy peligrosa.

—Ya, me voy cuanto antes, no notarás mi presencia en todo el día, lo prometo.

—Es por tu bien, Yoongi.

—Sabes, me hace tan feliz saber que te preocupas por mí.

—Oh, no, no lo hago, es solo que odio el olor a muerto y siendo sincero, eres muy apuesto como para verte siendo comido por los gusanos.

—Bien, eso sonó horrible. Iré a casa ahora. Gracias por cuidarme, brujito.

Yoongi se acercó, notando que Jimin estaba distraído y de esa forma tomó el valor suficiente para besar una de sus mejillas y correr fuera de la cabaña.

Jimin se quedó completamente en blanco, mirando al chico correr lejos y desaparecer por el camino hacia la aldea.

¡Hola!

¿Qué les pareció?

Disculpen la tardanza, estoy a casi nada de terminar la universidad y tengo tantas cosas por hacer que he tardado un poco más de lo que debería para publicar el nuevo capítulo 😪

Espero que la historia les esté gustando mucho, las cosas comienzan a pasar más rápido de lo normal porque esta está pensada para ser una historia corta

Voten y comenten mucho 💖

¡Adiós!