Capítulo 6
Joy se encontraba en su clase de "Evolución Histórica de la Física".
—Sistema en equilibrio termodinámico—decía el profesor—satisface el sistema mecánico, equilibrio térmico y equilibrio químico
El silencio que extendió a continuación era una clara respuesta que nadie había entendido nada. Joy alzó la mano—Profesor
—¿Sí, Señor McFly?
—mi generación no absorbe la explicación de ese modo ¿puede reducir todo a ejemplos breves?
El profesor miró a Joy como si tuviese dos cabezas y a continuación sus compañeros de clase hicieron lo mismo, era la primera vez que le escuchaban la voz. Joy se sintió incómodo, odiaba ser el centro de atención y era frustrante. Joy bajó la cabeza y trató de concentrarse en su libro. Hace dos semanas no veía a Azula, al parecer ella le hizo caso y no se acercará más a él. Joy pasó la página, no había podido estudiar absolutamente nada porque en los libros sólo leía "Azula Derkins" por todas partes y de nuevo era frustrante. Una noche estuvo a punto de creer en las palabras de Eddie y pensar que en efecto, era una bruja; pero Joy era demasiado lógico y racional para creer en esas tonterías.
<<Azula...>> pensó, mientras pasaba la siguiente página sin lograr leer nada, podía ser de todo menos una bruja. Ella era la luz, el brilla y la alegría personificada. Joy se limpió una gota de sudor de la frente <<La necesitaba>> pensó.
En ese momento sonó el timbre, este se levantó de inmediato y salió primero que todos. Joy caminaba con su habitual serenidad y sin que nadie se dé cuenta, buscaba a Azula con la mirada mientras caminaba por los pasillos.
—en su teoría del principio holonómico, el neurofísico Karl Pribam sugiere que la memoria no está almacenada en las neuronas, sino en estados de interface abierta—oyó que dijo un chico. Joy se detuvo interesado en la conversación y miró en dirección a la pareja.
—¿Cómo así Aidan?—le dice la chica—¡no entiendo nada!—el chico carraspeó y se cruzó de brazos.
—es decir—le dijo a Joy a la chica sin moverse de su puesto—en los patrones de interferencia de ondas electromagnéticas. Si la conciencia es un fenómeno cuántica, podría estar sustentada en los patrones de intercomunicación fotónica—la chica abrió los ojos y él chico lo miró fijamente. Joy continuó caminando.
—Joy McFly—lo llamó el chico y Joy se detuvo sin dejar de darle la espalda—me moría por conocerte—Joy alzó las cejas—me han hablado mucho de ti
Joy dio media vuelta y lo miró—¿sí? Que bien
El chico moreno se echó a reír. Era robusto, alto—pero no más alto que Joy—su tez era oscura e iba vestido bastante casual: pantalones jean, camisa blanca y zapatos italianos, en estos momentos estaba sonriendo. Sus ojos eran de color miel, pero a Joy le resultó familiar.
—tal cual como te describieron. Tengo un mensaje para ti, pero no te preocupes te lo traduciré en tu idioma para que lo entiendas: "Él encuentro de dos personas, es como el contacto de dos sustancias químicas: Sí hay alguna reacción, ambas se transforman"—el chico se acercó y le dio una palmada en el hombro—suerte amigo—y al decir esto se marchó.
***
Ray Derkins se encontraba tomando un whiskey con su sobrino Aidan de veinte años en su sala de estar.
—Azula a estado más irritable que nunca y tú has sido testigo de ello, Aidan.—le dijo Ray mientras bebía un sorbo de whiskey. Aidan asintió y en ese instante entró Azula echando humo, subió las escaleras y cerró la puerta de su habitación muy fuerte.
—bueno—dijo Aidan—no hay pruebas de que le haya ido mal
En ese momento Azula emitió un grito brutal.
—¿y ahora?—le preguntó Ray
—aún faltan pruebas pudieron haberla asesinado
Ray se echó a reír—Sin duda alguna está enamorada
Aidan alzó las cejas—¿no estás molesto?
—quiero a Joy como a un hijo. Me gusta para Azula
Aidan sonrió—hoy lo vi. Me agrada
—me alegro escuchar eso—en ese instante entró a la estancia su mayordomo.
—Señor lo buscan—le informó
—¿quién?
—el señor Joy McFly
Ray miró a Aidan y ambos sonrieron—hazlo pasar
—sí señor, con permiso—y al decir esto se fue. Al rato entró Joy con su habitual indiferencia.
—Señor Derkins—lo saludó dándole la mano y este se puso de pie.
—Joy que bueno que viniste. Quiero presentarte a mi sobrino Aidan, espero que se vuelvan amigos
Joy miró a Aidan—Joy McFly
Aidan le sonrió abiertamente—Aidan Derkins
—siéntate Joy—le dijo Ray y este obedeció—Aidan es médico y acaba de especializarse en neurología en Harvard y ha venido a certificarse como neurocirujano.
—vas a asustar al chico tío Ray—le dijo Aidan sonriendo. Joy se limitó a mirarlo y no dijo nada.—Joy ¿Qué opinas del amor?—Derkins sonrió mientras le tiraba una mirada de advertencia a su sobrino.
—es únicamente la manera más estúpida y fácil de librarse de todas las cuestiones—respondió Joy. Ray y Aidan se miraron y luego rieron a carcajadas.
Joy permaneció inalterable como siempre.
—que definición más acertada—le dijo Ray
—aunque no del todo—dijo Aidan—¿alguna vez te has enamorado?
—el amor no es más que una absurda fantasía infantil—le dijo Joy
—si pero ¿alguna vez te has...?
—Aidan—lo interrumpió Azula, iba ataviada con un vestido de tiritas, tenias, lentes de sol y llevaba una cola de caballo.—ya estoy lista, vamos.—y al decir esto se dirigió a la puerta de salida.
—Azula Derkins—esas suaves palabras dichas por su padre, tenían una clara advertencia—no has saludado a Joy
—Ah Hola—y al decir esto se fue
Aidan sonrió y se puso de pie—vamos a ir a jugar minigolf—le dijo a Joy—¿quieres venir?
—no soy bueno—respondió Joy
—no importa, anda—lo animó este
Joy miró a Ray—ve y diviértete hijo
Joy asintió y siguió a Aidan.—a veces las palabras duelen más que cualquier golpiza, Joy—le dijo Aidan mientras salían y Joy no le dijo nada—¿por qué le dijiste a mi prima que se alejara de ti?
Joy lo miró—"Sólo sé que nada sé"—le respondió y Aidan se echó a reír.
Azula estaba esperando en la camioneta y vio a Aidan y a Joy salir de la mansión. <<Ay no...>> pensó al verlos y de inmediato sacó su celular y le escribió un mensaje a su primo.
"¿Por qué lo invitaste? Ouch!! >:( "
Vio como Aidan sacaba su celular y sonreía.
"Confía en mí cariño :3"
Azula leyó el mensaje y resopló.
" >:( "
Ambos llegaron a la camioneta. Aidan tomó el asiento del piloto y Joy del copiloto.
—¿te hice esperar mucho cariño?—le preguntó su primo mientras encendía el auto.
—cállate y conduce—fue la respuesta de esta
—tus deseos son órdenes para mí—le dijo este mientras sonreía y se ponían en marcha. Después de un rato Aidan decidió romper el silencio—esta noche me iré de juerga en una disco nueva que abrieron Joy ¿te gustaría acompañarme?
Azula se echó a reír. ¿Joy? ¿Juerga? ¿Disco? <<Ni en la mejor licuadora se mezclan>> pensó.
—pasa por mí a las ocho—le dijo Joy y Azula abrió los ojos como platos.
—¿ocho?—le preguntó Aidan mientras reía a carcajadas—a las ocho apenas estoy entrando a la ducha. Paso por ti a las once
—bien
Aidan miró a Azula por el espejo y le sonrió. Esta le tiró una mirada asesina. Luego notó que Joy la veía por el otro espejo y lo miró, ambos se miraron y Azula sintió un dolor en el pecho; ya había aceptado que estaba enamorada de él. Joy la observaba y a ella no le quedó otra opción que apartar la mirada. Este la miraba fijamente "No quiero que te me acerques. Nunca" recordó aquellas palabras dichas tan cruelmente y contuvo las lágrimas, esas dos semanas fueron una tortura para ella. Se escondía para poder mirarlo y cuando no lo veía sentía su alma desgarrarse por completo.
Azula tragó saliva y pensó que tal vez la distancia era lo mejor, por alguna razón ambos se hacían más daño cuando estaban juntos.
—Joy ¿Qué opinas del matrimonio?—le preguntó Aidan a Joy mientras se detenía y esperaba que el semáforo se pusiera en verde.
Azula lo miró a través del espejo con los ojos abiertos de par en par. <<Aidan y sus preguntas estúpidas>> pensó.
—el matrimonio es solo un trozo de papel—le respondió Joy
Aidan se echó a reír—¿por qué?
—no puedes legislar los sentimientos
—¿Qué sabes tú de sentimientos?—le preguntó Azula enojada y se hizo el silencio—tú al igual que mi padre, lo único que les importa es la maldita ciencia porque ¡Todo es por ella!
Aidan miró a Aula asombrado y se limitó a conducir. Joy no dijo nada y Azula derramó una lagrima que limpió enseguida.
—Azula—le dijo Aidan luego de romper el incómodo silencio—tío Ray ha decidido viajar al campo y te agradecería en el alma que no protestaras por favor
—¿al campo? ¿A Derkins Terrace?
—está en Hampshire Azula, no te estoy pidiendo que vayas a la jungla—Azula resopló y guardó silencio.—Joy tú también estás invitado—le informó este y Joy no dijo nada.
***
—Larry ¿sabes quién está aquí en Texas?—le preguntó Lottie. Estos se encontraban en la entrada de la casa de Azula.
—¿quién?—le preguntó este mientras tomaba su casco y tocaba el timbre de la mansión
—Aidan Derkins—respondió Lottie con una sonrisa
—¿ese bueno para nada está aquí?
—Y creo que ya se hizo amigo de Joy. Los vi conversando en la universidad
Larry resopló—que asco
En ese instante se abrió la puerta y apareció la adusta presencia de Ray Derkins. Este se cruzó de brazos y alzó las cejas.
—Señor Derkins ¿cómo está?—lo saludó Lottie
—bien gracias Charlotte ¿y tú?
—bien gracias ¿se encuentra Azula?
—no, no está. Salió con Aidan y Joy
—¿a dónde?—preguntó bruscamente Larry y Ray alzó las cejas—digo... es urgente encontrarla. Necesito hablar con ella
—que mal—le dijo Ray—no dijeron para dónde iba
—señor Derkins yo sé perfectamente que yo no le caigo bien, pero...
—que bien que lo sepas—lo interrumpió este con desdén
Larry respiró hondo—necesito hablar con Azula
—lo siento pero no puedo ayudarte
—¿sabe si irá a la disco nueva que abrieron?—le preguntó Lottie
—considerando que mi hija hace lo que le plazca, sinceramente no lo sé
—bueno muchas gracias, hasta luego—se despidió Lottie
***
Joy hizo un hoyo en uno.
—¡wow!—exclamó Aidan—que mentiroso eres Joy. Me dijiste que no sabías jugar
—dije que no era bueno, no que no sabía jugar—replicó Joy
—eres muy bueno hombre ¿cierto Azula?—le preguntó Aidan—Azula le dio la última calada a su cigarrillo y lo arrojó al estanque—Azula vas a provocar un incendio. Deja de fumar aquí
—cállate Aidan—Azula tomó su palo de golf y arrojó la pelota bastante lejos
—ohhh...—exclamó Aidan—no has perdido tú tiro Azu
Azula se acercó a Joy, ambos se miraron por unos segundos y ella siguió caminando.
—surgieron efecto—le dijo Joy
Ella se detuvo. Aidan se había detenido a hablar con na socia del club. Azula tenía un cigarrillo sin encender en su mano.
<<¿Surgieron efecto?>>se cuestionó.
—te has tomado mi petición bastante en serio—continuó Joy— te has alejado de mí y no sabes cómo te lo agradezco
Azula tragó saliva y las lágrimas empañaron sus ojos.
<<Esas palabras...>> pensó mientras apretaba el cigarrillo hasta hacerlo polvo.
<<Esas palabras dichas tan serenamente, como sí...>> Azula dio media vuelta y lo enfrentó.
—cómo sí hablara del clima—susurró
En ese instante Azula arrojó el cigarrillo, se dirigió hacia Joy y lo empujó al estanque.
Joy cayó de espaldas y se empapo los pantalones; Aidan y todos los miembros del club abrieron los ojos como platos.
—¡eres un completo imbécil ¿sabes?!—exclamó Azula mientras lo miraba. Este continuaba sentado en el estanque, alzó la cabeza y la observó—¿crees que eres el único que sufre aquí? ¡¿Crees que eres la víctima de todo esto?! Créeme que sólo basándote en lógica y números... ¡no resuelven los malditos problemas!—Azula le sonrió amargamente—y te informo que se invirtieron los papeles, ahora soy la que te pide que te alejes de mí. ¡Por que no quieres estar con alguien que parece un témpano de hielo!
***
Joy la vio partir. Su pantalón estaba empapado.
<<Témpano de hielo>> pensó.
**Joy tenía nueve años y resolvió y resolvió ocho de los nueve casos de factorización en el pizarrón. Su maestro al igual que sus compañeros de clases lo observaban con auténtico horror.
—M—Muy bien Joy, siéntate—le dijo el maestro
Joy dejó la tiza en la mesa y se dirigió a su asiento. Todos sus compañeros tenían entre catorce y quince años porque estaba en tercero de secundaria y constantemente era el blanco del bullying por su corta edad.
Mientras se dirigía al asiento un chico le mete el pie y Joy cae, sus compañeros rieron a carcajadas.
—¡silencio!—ordenó el profesor
Joy sin decir una palabra se fue a sentar y al instante su silla se desmorona y cae al suelo. Las carcajadas se hicieron más fuertes.
<<métete en tu mundo... métete en tu mundo... no derrames una sola lagrima>> se decía.
—¡¡Joy!!—exclamó Aidan. Joy alzó la cabeza y lo miró. Este tenía la mano extendida—dame tú mano—Joy miró la mano de este—¡oye! ¿Estás sordo? Que me des tu mano para sacarte de allí
Joy la tomó y Aidan lo sacó—Ten—le dijo mientras le daba una toalla—en el auto tengo unos pantalones limpios, no sé si te vengan pero...—Aidan le sonrió—es mejor a estar empapado ¿cierto?
Joy lo miró y asintió. <<Todos en esa familia me tratan bien>> pensó.
—tal vez porque somos igual de diferentes—le respondió Aidan con una sonrisa
—¿Cómo supiste lo que...?
—es un secreto—le dijo este—anda ya, vamos
***
Azula se encontraba en la estación del tren, sentada en el suelo, con la cabeza inclinada mientras abrazaba sus piernas llorando. <<Es increíble...>> pensó. <<Yo Azula Derkins fui rechazada por el chico que me gusta... una vez más>>
**Azula se encontraba en primero de preparatoria en la Pous Martel de Nueva York. Había preparado un pastel de chocolate para Jake, él era su primer y gran amor. Este era alto, piel trigueña, cabello negro laceo y ojos azules.A sus catorce años nunca se había enamorado y Jake era el hombre perfecto para cualquier chica: inteligente, atlético y guapo.
Este se encontraba con sus amigos en la escalera. Azula se acercó a ellos con el pastel en la mano. Ellos se encontraban riéndose por algún chiste y al acercarse Azula guardaron silencio.
—Hola...—saludó esta tímidamente
Henrick le sonrió con malicia—Hola preciosa
—E—Esto es para ti—le dijo mientras le daba el pastel
—gracias preciosa—este lo recibió—¿quieres pasar un rato conmigo?
—¿disculpa?
Él la tomó de las manos y le dio el pastel a uno de sus amigos—Vamos—le dijo.
A Azula le latía fuerte el corazón mientras cruzaba los pasillos de la Pous Martel. Henrick la llevó al sitio más apartado de la escuela, a continuación se detuvo y la miró.
—Muy bien preciosa, sabes por qué estás aquí ¿verdad?
—pues... creo que no
Este se acercó a ella y le acarició el rostro—esos ojos... es la primera vez que veo a una mujer morena con ojos verdes
Azula bajo la cabeza —son horribles ¿verdad?
—no preciosa, son hermosos—él se acercó a ella y la besó. Azula dejo de respirar, era su primer beso y jamás se le pasó por la cabeza que el chico que le gustaba iba a aceptarla así como así. Hasta que sintió que este le agarraba los senos.
—espera...—le dijo. Este comenzó a manosearla por todas partes.
—espera...—insistió ella intentando en vano liberarse de él—¡suéltame!
Henrick la soltó y la miró furioso—¿Qué es lo que te pasa?
—esa es mi línea—le dijo ella—¿Qué te pasa a ti?
—¿Qué me pasa? Me pasa que eres una calienta pollas
—¡Yo no soy ninguna calienta pollas!
—¿a no?—Henrick se echó a reír—¿Quién es su sano juicio saldría con una chica como tú? Tú eres de esas que se disfrutan un rato. Ahora súbete la falta y deja que te meta mi polla—le dijo este mientras se la acariciaba—ándale ya, perra
Azula jamás le dijo a su padre que ese imbécil abusaba de ella, lo cierto es que se había convertido en una costumbre. Por eso dejó de hacerse la víctima y comenzó a disfrutar del sexo para no sentirse violada.
Levantó la cabeza y miró a su alrededor, la gente pasaba sin percatarse de ella. Pudo ver al hombre de los diarios vendiéndole uno a una señora de la tercera edad y notó que en la primera plana estaba su padre.
<<Derkins...>> pensó llena de ira.
*Azula a los seis años.
—papá ven a jugar conmigo—le dijo esta mientras lo abrasaba
Ray le acarició el cabello—lo siento princesa, no puedo—tengo que ir al laboratorio
*Azula a los ocho años.
—papá hoy en la escuela celebrarán el día del padre ¿vas a ir verdad?—le dijo Azula mientras entraba al laboratorio privado de su padre
—princesa te he dicho que no entres al laboratorio, es peligroso—le dijo este sin levantar la vista del microscopio—no puedo ir mi amor
—tienes que ir papá. Nunca vas y las niñas se burlan de mí porque no tengo mamá y dicen que tú no me quieres porque no asistes a las reuniones
—es porque los padres de esas niñas son unos desocupados princesa, tú papá es un hombre muy importante—dijo este mientras tomaba algunas notas—sal del laboratorio princesa, estoy trabajando con sustancias peligrosas
*Azula a los diez años
—¡Papá ven! Tienes que ver mi pintura—le dijo esta mientras lo tomaba del brazo
—ahora no puedo princesa, tengo que asistir a una reunión muy importante—este le dio un beso en la frente y se marchó.
*Azula a los doce
—¡papá! ¡Papá! Estoy sangrando—le dijo esta mientras lo abrasaba
—¿en dónde?—le pregunto este y Azula le señaló su parte íntima. Él sonrió—no te preocupes, es algo normal en las mujeres. Díselo a la nana
—pero papá...
—princesa estoy escribiendo una investigación, ve y comunícaselo a la nana ¿sí?
Cuando Azula cumplió catorce años dejó de llamarlo "papá", dejo de buscarlo, dejo de hablarle... jamás le dijo que abusaron de ella muchas veces, jamás le dijo que se sentía sucia y jamás le dijo que el culpable de todo había sido él por ignorar su existencia. Y desde allí comenzó a cambiar su apariencia física, a los quince años se hizo un pearcing en el labio y otro en la nariz; en su guardarropa compró ropa y zapatos a la moday conoció al único amigo que la relajaba: el cigarrillo.
—¿Azula?—le dijo su padre al verla de esa manera. Esta iba vestida con un pantalón negro y un top del mismo color; tacones blancos de quince centímetros y un bolso pequeño del mismo color.
—¿Qué quieres Derkins?—le dijo esta hastiada mientras encendía un cigarrillo
—cielo santo ¿Qué estás haciendo?
Azula le echó en la cara una calada de humo—fumando. Creo que es obvio ¿no?
Su padre tenía los ojos como platos—¿te perforaste? ¿Por qué estás vestida así? ¡Arroja ese cigarrillo ahora mismo!
Azula se echó a reír—eres tan gracioso Derkins, iré a una fiesta ¿de acuerdo? Vendré en la madrugada, no me extrañes. Cómo dicen en Japón: ¡Arrivederci!
—¡Azula!—exclamó su padre—¡Azula Derkins ven aquí!
Azula se puso de pie y se secó la lágrimas. <<Basta de llorar tonta. El mundo no se detendrá por tú dolor>>
***
Aidan se encontraba conduciendo su auto en dirección a la casa de Joy <<me pregunto dónde estará esa cabeza hueca. Espero que esté bien>>
—¿y bien?—le preguntó Aidan a Joy—¿no vas a contarme que sucedió hace un rato?—Joy miraba por la ventana pero no le dijo nada—no es normal que Azula reaccione de esa manera ¿Qué le dijiste?
—le dije que le agradecía que en verdad se haya alejado de mí
Aidan frenó en seco y miró a Joy furioso—¿Cómo pudiste decirle eso? Debería de darte una paliza—Joy lo miró pero no le dijo nada. Aidan suspiró y siguió conduciendo—Escucha Joy, tratar con Azula es muy difícil porque con ella no hay métodos aristotélicos ni teoremas de Pitágoras que valgan
—los números cardinales no sirven—le dijo Joy—mientras que los ordinales solos sirven si me detengo en el primero
—el principio de Arquímedes tampoco sirve, obviamente no querrás medir lo que estás más allá de lo racional y la lógica. Sin embargo ella sigue a tu lado pese a las claras imposibilidades euclidianas
—sí, y por eso sigue trazando curvas y tangentes sobre mí. Para mí ella es como una asíntota, por más que me acerque y me acerque jamás podré...
Aidan suspiró—entiendo, no te preocupes. La conozco y se le pasará
Joy no dijo nada y asintió—déjame en esta esquina
—¿es esta tu casa?—le preguntó Aidan mientras se detenía
—no, Está mucho más allá. Mi madre tiende a ser un poco molesta
Aidan sonrió—está bien
—nos vemos—le dijo Joy mientras salía del auto
—paso por ti a las once—Joy lo miró pero no le dijo nada y Aidan se fue.
***
Ray se encontraba en su escritorio terminando de escribir su última investigación científica, cuando siente los toques de la puerta.
—Adelante—dijo sin dejar de escribir en la computadora. En ese instante entró su mayordomo—Oh Geoffrey, menos mal estás aquí. Comunícate con mi editor y dile que venga por el manuscrito para que agilice todo con respecto a la publicación—este asintió— llama a mi asistente y dile que cancele todas las citas de mañana sin excepción. Viajaré a Hong Kong, así que dile a Jerry que aliste uno de mis jet, por favor
—si señor ¿algo más?
—si Geoffrey, lo más probable es que llamen los de la Real Sociedad de Londres, diles que no puedo asistir al coctel, pero que en mi lugar irá Queen, sé que soy el presidente pero necesito terminar mi investigación.
—si señor ¿algo más?
—no Geoffrey, es todo. ¿Aún no han llegado los chicos?
—hace un momento llamó el joven Aidan señor, informando que llevaría al joven Joy a su casa
—Muy bien
—la señorita Azula acaba de llegar y se encuentra en su habitación
Ray miró a su mayordomo—que raro ¿por qué no vino con ellos?
—la joven señorita no vino de muy buen ánimos, señor. Al entrar destruyó el jarrón de cincuenta mil dólares que trajo usted de la India
Ray cerró los ojos y suspiró <<¿por qué me haces esto Azula?>>
—muy bien—le dijo Ray mientras cerraba la computadora—puedes retirarte
—si señor—le dijo este haciendo una reverencia—con permiso
Ray se quedó un momento mirando en un punto fijo, suspiró y luego salió de la estancia.
***
Azula se encontraba acostada en su cama boca abajo. <<Sólo te gusta porque se parece a Henrick, nada más>> luego se puso boca arriba y miró en dirección al cuadro que había hecho de los ojos de Joy. <<¿A quién quieres engañar? Ese imbécil no le llega ni a los tobillos a Joy>> se colocó la almohada en la cabeza.
"Te has alejado de mí y no sabes cómo te lo agradezco"
Azula arrojó la almohada hacia el cuadro, se puso de pie y lo arrojó al suelo.
—¡Maldito! ¡Te odio!—exclamó llena de ira. De repente escuchó los golpes de la puerta.
—Azula ábreme la puerta—oyó la voz de Derkins
—¡lo que me faltaba!—exclamó y se dirigió a la puerta y la abrió—¿Qué se te ofrece Derkins?
—¿Por qué no...?—este se detuvo y la miró a los ojos—¿estuviste llorando?
—y si fuese así ¿qué? Eso a ti no me importa—Azula se dirigió a dónde estaba tirado el cuadro de Joy
—Te he dicho una y mil veces que no me hables así—le dijo este mientras entraba a su habitación
—Derkins en serio, hoy no por favor ¿quieres?
Este se cruzó de brazos—¿por qué no viniste con Aidan? ¿Ocurrió algo?
—Derkins ¿por qué demonios no me dejas en paz?—le dijo esta mientras el cuadro de Joy y lo arrojaba a la basura—en serio ¿no captas el desprecio?
—Estoy harto de queme trates así, soy tu padre. El ser que te dio la vida
—jamás te la pedí así que me da igual
—no te preocupes mañana me iré a Hong Kong y ambos nos libraremos de tener que vernos las caras—le dijo Ray mientras salía de la habitación—Ah, hoy vinieron Charlotte y el estúpido de tu ex, preguntaron que si ibas a ir a una discoteca nueva, pero como tú haces lo que se te da la gana me imagino que sí—y al decir esto se fue.
Azula se dirigió a la puerta y la cerró; buscó su celular en el bolso—Hola Larry, Soy Azula. Derkins me dijo que estuviste aquí
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