Capítulo 26
Annetta le subió el cierre a Azula en la parte de atrás de su conjunto enterizo. Este era de color azul rey, tenía unos tacones de ocho centímetros de alto color blanco.
Azula tomó un listón y se hizo una coleta alta.
—Azu déjate el cabello suelto—le dijo Ann
—No
Annetta rodó los ojos—Deberías de parar de alisarlo y dejar que vuelvan tus rizos
—No
Ann negó con la cabeza—Eres imposible
Azula se aplicó un brillo para labios—Deberías de aplicarte un poco más de maquillaje
—No
— ¿Qué haremos con la "Señora No"?
Azula la miró—Acéptame como soy Ann
—Es que esta no eres tú Azu
En ese momento sonó el timbre y Azula le dio un beso en la mejilla a Ann.
— ¿Hiciste el favor que te pedí? —Ann asintió—Gracias
—Te confieso que me sorprendió mucho tu petición
—A mí también, nos vemos Ann
Azula bajó las escaleras con una sonrisa. Lo que Ann no sabía era que Azula se sentía rejuvenecida, había eliminado toda su desdicha y sentía que podía empezar de nuevo en el aspecto afectivo y personal; porque en lo profesional estaba completa.
Azula abrió la puerta y se encontró con un Darius vestido todo de negro.
—Buenas noches—la saludó—Disculpe señorita ¿Se encuentra Azula Derkins?
Azula le dio un pequeño empujón—Tonto
—Estás muy hermosa
—Puedo interpretar eso como que en las anteriores veces estaba mortalmente fea
Darius le dio un beso en la mejilla—No, las anteriores veces solo estabas bonita, hoy estás hermosa.
Azula se lo pensó un momento—Lo tomaré como un cumplido entonces
Darius le sonrió y la guio hasta su auto. Este le abrió la puerta y ella entró; él prosiguió a hacer lo mismo.
—Espero que me lleves a un buen restaurante japonés—le dijo Azula
Darius se colocó el cinturón y se puso en marcha.
—Después del hermoso detalle que recibí hoy, por supuesto
—Decidí que si yo te lo había regalado tenían que tenerlo
—Gracias Azula, me gusta mucho ese cuadro
—A mí también así que cuídalo mucho
—Lo haré
La conversación se tornó tranquila. Las conversaciones con Darius siempre había una mezcla de coqueteo y bromas; era muy agradable estar con él.
El restaurante japonés era bastante acogedor y todos sus meseros eran japoneses nacidos en Inglaterra y el chef era japonés neto.
Uno de los meseros los guio hacia su mesa y ambos se quitaron los zapatos. Azula no ocultó su emoción cuando se sentaron en los cojines y Darius se sentó junto a ella.
—Ya pedí la orden con antelación—le informó este—Pedí un plato de cada uno del menú para que pruebes todos
Azula lo miró—Estás loco
—Te va a encantar la comida japonesa
— ¿Tú madre es japonesa?
—No, es americana. Pero mi abuelo si es japonés.
—Entiendo
En ese momento varios meseros trajeron varios platillos crudos ya preparados para disponerlos a cocinar en la mesa.
—Dios mío...—Susurró Azula
— ¿Sabes usar los palitos? —le preguntó él mientras se los pasaba
Azula asintió—A mí padre le encanta la comida china, así que los aprendí a usar
—Bueno, esta es mucho mejor créeme
Azula sonrió mientras veía a Darius enrollar un trozo de lechuga en una especie de carne, este la envolvió toda
—Abre—le dijo Azula y ésta lo hizo— ¿Qué tal?
Azula asintió—Delicioso
Darius cocinó un trozo de carne y luego se lo dio—Abre
Ésta no había terminado de comer lo anterior pero así lo hizo.
Darius le pasó un tazón—Pruébalo—le dijo mientras le daba una cuchara—Es estofado de pato
Este la habló algo en japonés al mesero. — ¿Qué le dijiste? —le preguntó Azula mientras se llevaba a la boca una cucharada de estofado de pato.
—Le dije que comenzara a freír el okonomiyaki
— ¿El qué? Darius esto está buenísimo
—Okonomiyaki—este le dio de comer otro tipo de carne—Vamos, tienes que comerte todo esto
Azula puso los ojos en blanco y tragó—Estás loco
—Así comen en Japón todos los días. Prueba un poco de arroz con sopa de miso
Azula asintió—Quisiera probar alcohol japonés ¿Cuál me recomiendas?
—Eso ni se pregunta preciosa—Darius se llevó un trozo de carne a la boca— ¡Tráiganos el mejor sake!
Azula se echó a reír—Darius no hables con la boca llena
—En Japón es de buena educación
Azula alzó las cejas— ¿En serio? —Darius asintió y Azula se llevó un trozo de carne a la boca— ¡Quiero Sake!
Ambos se chocaron las manos y se echaron a reír. En ese momento, el mesero regresó y les sirvió a ambos un trago de sake.
— ¿Por qué deberíamos brindar? —le preguntó Darius
— ¿Por las fiebres repentinas? —propuso Azula
—Por eso y por las hermosas enfermeras empíricas ¡Salud! —Ambos tocaron sus copas y se los tomaron de un tirón. Azula comenzó a toser—Es un poco fuerte ¿Quieres agua?
—No, no es eso. Es que... hace mucho que dejé de beber alcohol. Sólo una copa de vino o champagne, dentro de un rato estaré bién.
Darius asintió y le pasó otro plato—Prueba el okonomiyaki y dentro de un rato viene el ramen
Azula se echó a reír— ¿Acaso quieres engordarme?
—Esa fue la razón por la que mi ex novia me terminó. Era modelo de Victoria Secret's y yo quería llenarla de comida a cada rato así que se aburrió y se fue
Azula se echó a reír—Eso sí que es raro
—Ni que lo digas
Cada vez traían más y más comida. Azula pudo notar que Darius comía demasiado. La botella de sake se acabó y Darius pidió otra; era un hombre simplemente encantador, ella le había preguntado cuál era su mayor defecto y él le había contestado que era celoso pero no a nivel extremo. Simplemente su mujer tenía que estar consciente de eso siempre.
Azula estaba achispada pero aun así fue consciente cuando le hizo la siguiente pregunta.
— ¿Eres... bueno en la cama?
A Darius le brillaron los ojos—Lo único que te puedo decir es que las mujeres con la que he estado nunca han tenido queja
—Quizás no fueron sinceras contigo
Darius le sonrió—Quizás
Azula pensó que él le devolvería la pregunta pero no lo hizo <<Supongo que es demasiado caballeroso para hacerlo>> por el contrario, Darius pidió la cuenta.
Este le ayudó a ponerse de pie, ambos se colocaron los zapatos y salieron del restaurante. Darius le abrió la puerta del auto y ésta entró; luego él prosiguió a hacer lo mismo.
—Gracias Darius, la pasé fenomenal—le dijo ella mientras lo miraba
—Gracias a ti preciosa, nunca voy a olvidar lo que hiciste por mí
Azula se acomodó en el asiento—Pues sí, me lo merecía. Eres muy quisquilloso cuando estás enfermo—Darius se echó a reír—No me lleves a mi casa, tengo un apartamento justo al lado de tu edificio, para que no conduzcas tanto hasta a mi casa
Darius le sonrió—Vale—y al decir esto se puso en marcha.
Azula lo miró—Darius...
— ¿Sí?
— ¿Estás en una relación?
Darius sonrió sin mirarla—No
Azula suspiró—¿Por qué?
Él se lo pensó un momento—Mi última relación fue con Samanta, la modelo de la que te hablé y eso fue hace un año
—Esa estúpida...
Darius se echó a reír—No quería engordar
—Por eso. Es una estúpida
Llegaron en menos de lo que canta un gallo. Darius salió y le abrió la puerta a Azula.
—Bien llegamos—le dijo este mientras tomaba su mano
Azula se acercó a él—No creo que pueda subir... por mí misma—Azula se echó a reír— ¿Me acompañas a mi apartamento?
—Claro que sí—le dijo este mientras le tomaba la mano y la guiaba al edificio. Ambas saludaron a la recepcionista y subieron al ascensor.
—¿Cuál es tu piso Azula? —le preguntó Darius
Azula se sentía demasiado relajada—No lo sé
Darius se echó a reír—¿No lo recuerdas?
—Es el... 28
—Muy bién
Darius presionó el botón y llegaron de inmediato. Las puertas se abrieron y apareció a sus ojos su apartamento, Azula casi no pasaba allí así que todo estaba en su lugar.
—Sana y salva—le dijo Darius. Este le dio un beso en la mejilla—Te llamaré mañana
Azula tomó el brazo de Darius impidiendo que se fuera.
—No te vayas—le susurró—No te vayas...—ésta lo abrasó y él le correspondió. Ambos se quedaron en silencio un momento.
—Azula... quisiera ir más despacio—le susurró este—No se... creo que es lo mejor para los dos
Azula negó con la cabeza—No te vayas...
Darius suspiró y la miró—Pensé que no querrías estar con...
—Yo sé lo que dije—lo interrumpió ésta—Pero... no sé
Darius asintió y la acercó a él— ¿Yo te gusto?
—Creo que sí
Darius le dio un pequeño beso en los labios—Tú me gustas—le susurró
Azula le rodeó el cuello con los brazos y profundizó el beso. En ese momento sintió que ya había olvidado por completo como se hacía, Darius la estrechó más contra él e hizo que su lengua tocara la de él.
Azula no se dio cuenta cuando su espalda tocó la suavidad de su cama.
Darius se quitó la camisa y Azula sonrió; este le devolvió la sonrisa.
—¿Qué?
—Nada—le dijo ésta—Alguien invierte mucho tiempo en el gimnasio
Darius se quitó los zapatos y el pantalón—Algo así—Este se acostó junto a ella— ¿Te gusta lo que ves?
Azula asintió y lo besó. Darius le bajó el cierre y ésta se quitó todo el conjunto, no llevaba ropa interior.
—Supongo que este atuendo será mi favorito—le susurró Darius al oído
Este la atrajo hacia él y le acarició el trasero—Eres hermosa
Azula le dio un beso fugaz—Tú no estás nada mal
Él se colocó encima de ella y le abrió las piernas mientras la besaba; este le metió un dedo en la vagina y Azula gimió en respuesta.
—Veo que estás lista—le dijo este mientras le metía otro dedo—Te mereces muchos orgasmos mi amor...
—Estoy lista desde el restaurante—Azula gimió cuando este introdujo otro dedo
—¿Te gusta? —Azula asintió. Sentía que ya estaba en el límite, Azula gimió con más intensidad y Darius retira los dedos.
—¡No! —Exclamó ésta—Estaba apunto...
Darius sonrió—Tendrás tú orgasmo mi amor pero no ahora
Darius le abrió un poco más las piernas y se colocó el condón.
—¿De dónde sacaste eso? —Le preguntó Azula
—Estaba en la mesa de noche
—Raven—susurró Azula
Darius sonrió y le dio un beso fugaz—Me encantas
—Tú también me encantas
Darius se acomodó un poco e introdujo su miembro y Azula gimió.
—Me vuelven loco tus gemidos Azula Derkins—le susurró él al oído mientras empujaba con fuerza y ella gimió en respuesta. Este le acarició los senos y Azula abrió más las piernas.
—Dios...—susurró Azula al tener su orgasmo. Darius aumentó el ritmo de sus embestidas y obtuvo su orgasmo tiempo después. Ambos respiraban entrecortadamente, este le dio un beso a Azula y luego se retiró de ella.
Azula se subió la sábana y esperó a que Darius a votar el condón. Este salió del baño y en ese momento sonó un teléfono celular.
Azula suspiró—Está en mi bolso
Darius buscó el bolso de Azula entre las ropas y de allí sacó el celular.
—Es Ann—le informó mientras se lo entregaba y se acostaba junto a ella
Azula colocó el celular en la mesa de noche—No contestaré. Ann nunca puede esperar a que yo le cuente las cosas
Darius la abrasó—Ren está prendado de ella
—Y ella de él créeme, ojalá se le den las cosas
—Así como tú y yo
Azula le sonrió y lo besó. En ese momento sonó otro teléfono.
Darius suspiró—Es el mío
—Contesta—le dijo ella
Darius se inclinó y sacó el celular del pantalón. Se acostó en la cama y la miró.
—Es Ren
Azula rodó los ojos—Esto es obra de Ann
—No contestemos entonces—le dijo este colocando el celular en la mesa de noche y volviendo a abrazar a Azula.
Darius la besó—Me encantas en serio
El teléfono de Darius volvió a sonar. Este suspiró y ella colocó los ojos en blanco.
—Contéstale, sino esos dos no nos dejarán en paz
Darius tomó el teléfono—¿Qué quieres primo? Estoy ocupado—Darius se quedó en silencio—Si está conmigo ¿Por qué? —Azula vio como Darius cambió su expresión a una sombría y se levantaba de la cama—¿Cómo pasó? —Azula frunció el ceño él y este no la miraba—¿Todo el mundo está allá? —Vio como Darius asentía—Ya vamos para allá—y colgó.
Darius se levantó de la cama y se colocó el bóxer y luego el pantalón.
—Arréglate mi amor—Fue lo único que le dijo.
—Está bién pero ¿Qué pasó? —En ese momento el corazón de Azula latió muy fuerte y de inmediato se tocó el pecho. Azula se levantó despacio y se colocó desnuda frente a Darius—Dime que pasa por favor
Este tomó el rostro de ella entre sus manos y la besó. A continuación la miró.
—Mi amor sabes que puedes apoyarte en mí siempre no importa lo que sea—le dijo este
Él latido fuerte apareció de nuevo <<Algo no está bién>> a Azula se le llenaron los ojos de lágrimas <<Algo no está bién>> se repetía.
—La galería... se está quemando.
Y allí fue cuando Azula sintió que le mundo se le desmoronaba... Otra vez.
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