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Capítulo 25

Azula se encontraba frente al pent-house de Darius. Se había hecho pasar por la novia de este. Esta iba sencillamente vestida con un pantalón negro y una blusa manga larga blanca; una chaqueta de cuero marrón y su cabello recogido en una coleta. Siempre acostumbraba ir sencilla pero seriamente vestida, la etapa de los escotes pronunciados, los pearcing y el cabello de distinto color había sido quemada por completo.

Azula timbró por tercera vez. Estaba considerando tumbar la puerta.

La puerta se abrió y salió con Darius en pantalón de pijama y sin camisa.

Azula se demoró un poco observando las abdominales de Darius para luego pasar a su ancho pecho.

Esta lo miró. Su expresión era sombría, estaba pálido y despeinado.

—¿A-Azula? No te he llamado porque...

—Estás al borde de la muerte—lo interrumpió ésta mientras colocaba una mano en la frente—Estás hirviendo

Azula se invitó a pasar y Darius suspiró cerrando la puerta. Ésta colocó las bolsas en la mesa.

Darius la miró—No quería que me vieras así—susurró

Azula se acercó a él y lo tomó de la mano guiándolo hacia el sofá.

—Sí que eres idiota. Acuéstate ahí—le ordenó y este lo hizo. Azula entró a la habitación y sacó unas cobijas del armario y lo arropó.

—¿Qué has tomado para esa fiebre? —le preguntó

—Nada—susurró este

Azula negó con la cabeza—Te voy a preparar un caldo de pollo. De algo que aprendí de los médicos de mi familia "Las partículas iguales se repelen" así que si bebes algo caliente comenzarás a sudar y bajarás la fiebre, luego te daré un medicamento muy bueno ¿De acuerdo?

Darius asintió con los ojos cerrados y Azula se puso manos a la obra.

—Como se nota que este chico tiene la cocina de lujo—comentó Azula

Pasaron quince minutos y Azula llegó con una bandeja hacia Darius. Ésta la colocó en la mesita y se acercó a él.

—Darius despierta, Darius—lo llamó. Este abrió los ojos—Siéntate—él con todo su esfuerzo lo hizo, Azula colocó la bandeja en sus piernas.

—Yo te daré de comer, estás muy débil ¿De acuerdo?

Él asintió—Gracias

—Dios, tienes que mejorar rápido—le dijo Azula mientras le daba una cucharada y luego otra—no me gusta verte así, me gustas risueño y cómico

Darius le sonrió—¿Te gusto así?

Azula le dio otra cucharada—Pues sí, es la costumbre ¿no?

—¿Te estás acostumbrando a mí?

—¿Ves? Ese es el Darius que conozco

—Tú me encantas

Azula sonrió—Te estás sintiendo mejor ¿Verdad?

—La primera vez que te vi me encantaste, fue en Italia—Azula lo miró seriamente—Estabas pintando a una mujer de la calle y le regalaste el cuadro, vi que firmaste con un "Azula Derkins" y le diste dinero. No vayas a creer que pase casi tres años esperando por ti ni nada de eso, cuando recientemente vi el anuncio en las noticias que abrías tu galería, me dije: "¿Esa no es la chica de la otra vez?" y decidí ir para conocerte

Ambos se miraron un buen rato y Azula hizo sonar su garganta.

—Mira, ya terminaste. Te daré el medicamento

Azula se levantó y dejo la bandeja en la cocina, luego tomó agua de la nevera y la sirvió en un vaso.

—Tómate esto—él obedeció—quitaré las sábanas de tú cama y sudarás la fiebre; te aseguro de que te pondrás mejor

Azula se dirigió a la habitación de Darius la cual tenía una cama extra doble, dos mesas de noche y una tv. Era bastante sencilla, al parecer a ese hombre no le gustaba ostentar todo el dinero que tenía. Ésta quitó las sábanas y las cambió por unas limpias; luego fue a la sala y se encontró con Darius en el pasillo.

—Perdona todas las molestias—le dijo este mientras la miraba

—Esto no es nada—Azula le tomó la mano—vamos a tu habitación—ésta lo condujo allí e hizo que este se acostara y lo arropó con varias cobijas hasta el cuello—Listo, duérmete

Darius sonrió—Ahora no tengo sueño

Azula arrastró un sillón pequeño junto a la cama.

—Vale me quedaré hasta que te duermas—le dijo ésta sentándose

Darius la miró—Es difícil que me duerma ahora

Azula puso los ojos en blanco—Esta bién ¿Te cuento una historia? Es un proyecto que estoy trabajando y no se lo he contado a nadie, lo más probable es que ni lo publique. Bueno... aún no está terminado

—¿Es un libro?

—Si yo tengo uno llamado El Arte Nos Llama pero este que estoy haciendo es literario.

—¿Cómo se llama?

Ésta suspiró—Se llama Azula y Joy

¿Azula y Joy? —le preguntó este—supongo que tú eres Azula y ¿Quién es Joy?

—¿Recuerdas que una vez te comenté de un chico de la que estuve enamorada? El que tiene sus facciones

—Escribiste tú historia con él

—Así es, pero no está terminado

Darius se acomodó de lado—Soy todo oídos

Azula sonrió—Esto fue hace aproximadamente nueve años...—Azula prosiguió a contarle todo su pasado a Darius, este abrió los ojos como platos al saber cómo era Azula antes. En muchas partes se echaba a reír por las ocurrencias de Joy y en otras se puso muy serio cuando le mencionó que Eddie le dijo a unos tipos que la violaran. Azula notó que se estaba quedando dormido, pero era porque el medicamento estaba haciendo efecto. Azula lo arropó un poco más y se sentó en el sillón. Sus ojos comenzaron a cerrarse, colocó sus manos en la cama y poyó la cabeza hasta quedarse dormida.

***

Azula despertó y volvió a cerrar los ojos.

De repente los abrió de par en par y vio que estaba acostada en una cama. Se levantó de repente, la habitación era de una niña, habían muñecas y peluches por doquier; un tocador en frente de la cama y junto a él, un oso gigante de peluche.

Azula observó una de las mesas de noche y allí estaba un porta retrato digital, el cual mostraba una secuencia de fotos. Azula tomó y vio que Darius aparecía en todas junto a una niña aproximadamente de tres años y rubia junto a otra mujer rubia; Azula intuyó que era la madre de la niña. La mujer poseía unos profundos ojos rojos. Luego pasó a otra foto donde estaban más personas, había un hombre mayor rubio muy atractivo junto a una mujer mayor tenebrosa, ésta también tenía los ojos rojos.

<<Estos deben ser sus padres>> pensó. Darius se encontraba cargando a la niña mientras abrazaba a la mujer rubia.

—Esa es mi hermana Darcy—le dijo Darius

Azula se sobresaltó—¡Me asustaste!

Darius se echó a reír—Lo siento

Azula lo miró. Estaba pulcramente vestido con un pantalón negro y una camisa gris.

—Veo que alguien ya se siente mejor—le dijo ésta

—Mucho mejor y gracias a ti—le dijo este mientras se inclinaba y le daba un beso en la frente—Te lo compensaré, salgamos a cenar esta noche

—Esta bién

Darius se sentó junto a ella—Estos son mis padres: Hart y Kaede

Azula lo miró—¿Tú madre es Kaede Hongo? Es una empresaria muy exitosa

Darius asintió—Con su habitual cara de póker—Azula sonrió—y tú estás en la habitación de la más hermosa en esa foto

—¿Cómo se llama tú sobrina?

—Akane. Mi hermana le puso así por nuestra tía, Akemi. Es nuestra tía favorita

—La madre de Ren

—Así es

Darius se puso de pie—Me llamaron de la oficina. Al parecer surgió algo, te pedí un delicioso desayuno y está esperando por ti en el comedor.

Azula salió de la cama—Gracias

—Gracias a ti. ¿A qué restaurante quieres ir?

Azula miró el porta retrato—Llévame uno japonés—Darius se echó a reír— y no a uno cualquiera ¿eh? Quiero uno de esos que uno se sienta en el suelo y cocina la comida allí

—No lo puedo creer, está bién

Azula se acercó a él y le colocó la mano en la frente—Que bueno. Ya no tienes fiebre

Él tomó su mano y le besó la palma—Gracias. Este gesto nunca lo voy a olvidar

Azula sonrió y lo abrasó. Ella no supo por qué hizo eso, pero se sentía bién.

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